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LAS PELOTAS

Se han acabado, hasta el año que viene si Zeus quiere, la sarta de pueblos hacedores de "pelotas"... Que si Patiño, que si Pozo Estrecho, que si todos los lugares de comer de plato del día, que si...

Yo creo, y ustedes me perdonen, que todo lo popular y gratis lo ensalzamos a niveles inadecuados... Ya saben: las de mi pueblo, las mejores del mundo mundial, faltaría más tío Nicolás...

Pero luego está una realidad que no se corresponde a lo que son "de interés cultural", regional, o local, o tal y cual... Para mí, y es una opinión personal, como las pelotas de mi cuñada, o de mi mujer, que se aparten las "made in". Enfín...

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / info@escriburgo.com

FANTASÍAS REALES

(de Masfe)

 

El único recuerdo que me quedó de mi Primera Comunión, hace mil años, allá por el cretáceo, aparte del chocolate para una docena y la mendicidad de la estampita (Recordatorio) fué, curiosamente, una mínima parte de aquella Catequesis preparatoria, antediluviana, a la que se nos sometía entre la impartida en la escuela y las esporádicas – más de tipo práctico y protocolario – con el cura en la sacristía… La última de todas era como una especie de la “pesada del alma por Osiris”, como un examen final y repaso de no sé qué…

Y esa escasa parte que se quedó conmigo fue tan solo que un par de cosas: lo de que estuviésemos hechos a imagen y semejanza de Dios; y que ese Dios estuviera en todo momento en todas partes (Catecismo Ripalda). El resto quedó borrado, una vez disfrazado de Caballero de Calatrava, con una cruz roja que me ocupaba todo el escaso pecho, y la mise in scene… No me pregunten el por qué de tan corta y selectiva concisión, pues no lo sé. Pero, a partir de ahí, me dio por pensar, repetitivamente, en esos casos y en cómo podía ser posible eso.

Y empecé a imaginarme a Dios como un ser inmenso e inconmensurable, dentro del cual, en su inabarcable cuerpo, estaban incluidos los nuestros. El mío también, claro… Era la única explicación lógica más a mano para que pudiera estar en todas partes, y que nosotros estuviéramos hechos, si no ya a imagen, sí que a su semejanza, ya que nuestros elementos orgánicos formaban parte de Él… Por supuesto que aquel recurrente pensamiento, que ya nunca me abandonó, no se me ocurrió compartirlo con nadie, ni siquiera con los más próximos y dignos de confianza. En aquella lejana época no estaban los tiempos ni las personas como para exponerse a un exorcismo.

Un milenio después, se supo a través de la ciencia, naturalmente, que el espacio llamado “vacío” es muy superior al que ocupa lo que entendemos como “materia”. Tanto en el universo como en nuestros propios cuerpos, como incluso dentro de los más densos, como puede ser el de una piedra… El microscópico electrónico pudo entrar en el interior de las cosas y comprobar que los átomos que componen nuestras células bailan en un espacio aparentemente vacío entre ellos, e incluso dentro de ellos mismos, una vez se demostró la propia descomposición atómica… Acojonante física ésta, óigan.

Esto es: que si pudiéramos entrar en imaginación y consciencia dentro de nosotros mismos a nivel de ese mismo microscopio electrónico, nos descubriríamos como un vasto universo interior, donde nuestras propias células distan las unas de las otras grandes espacios vacíos, y donde esas aparentes acumulaciones celulares que forman nuestros órganos y tejidos aparecen como las nebulosas de estrellas y galaxias que nosotros mismos vemos en el cielo nocturno cuando levantamos la vista… O sea, estamos tan aparentemente vacíos por dentro como lo está el universo que nos contiene, a nuestros ojos; o el universo es que está tan aparentemente apretado y denso como a nosotros nos parece que está nuestro cuerpo.

La cuestión es que, si extendemos el paralelismo de la fantasía que yo tenía de crío sobre el “cuerpo” de Dios comparativamente al nuestro, nosotros seríamos los “Dioses” de nuestras propias células, en el caso, por supuesto, de que nuestras células tuvieran algún tipo de conciencia de sí mismas y capacidad, aún elemental, de pensar… Y justo esto también – se lo juro a ustedes por Tutatis – pensaba yo entonces. Una simple regla de tres de las que, ya entonces, también nos enseñaban en la escuela, y que yo asociaba (la regla de tres, digo) a la matemática hecha lógica: esto es a lo otro, ergo lo otro está directamente relacionado con esto (Pido perdón a mi amigo Juanba, de “mates”, por mi atrevimiento), pero es que Dios es matemática pura, pura lógica hecha de números… o por números.

Pero estiremos aquella “fantasía” de zagal a hoy: Einstein advertía sobre nuestro error de pensamiento al aplicarlo al concepto de espacio… decía que cuando pensamos en ese espacio lo imaginamos dentro de algo, como de una caja, por ejemplo. Una caja donde se meten cosas que van ocupando su espacio hasta llenarlo. Una equivocación, pues limitamos un espacio cuando el espacio no tiene límites. De hecho, las propias “cosas” con que “llenamos” la “caja” también están repletas de su propio espacio interno en su materialidad. Hasta el propio átomo contiene espacios entre sus protones, neutrones, etc…

Mi idea de Dios infantil, mi fantasía si así lo quieren, iba tomando forma… Y hablar de “forma” también es un decir, pues con tanto espacio entre la “materia visible”, lo de la “forma” es más una percepción de nuestros sentidos que una realidad manifiesta. Otra fantasía más que tomamos como real sin serlo. (El budismo tiene razón, y lo digo de paso porque viene al caso)… que todo lo creado está relacionado y contenido en sí mismo, y que, naturalmente, tan formamos parte de ese Dios como ese Dios forma parte de nosotros. En idéntica proporción y manera… “quod pro quod” que diría el legislador romano.

Pero queda suelto lo de esos “espacios” de los que tanto he hablado… Y no sé si podríamos tratarlos como “vacíos”, pues no es, no son, otra cosa que energía en movimiento continuo, creando y descreándose a sí misma y en sí misma, y por sí misma; muriendo como energía para nacer como materia, y muriendo como materia para re-nacer como energía… ¿les suena en algo a nuestro propio nacimiento y muerte?.. ¿morimos y nacemos en lo que llamamos (que no conocemos) por Dios?.. ¿No será la famosa por equivocada “Muerte de Dios” de la que hablaba Niestze, y que las iglesias tergiversaron para que no la entendiéramos?..

Cada cual ande sus propios caminos y “fantasías”; viva en ellas y con ellas; y puede que nos lleven al mismo sitio y lugar del que partimos todos. No las desprecien ni las minusvaloren. Existe un mecanismo universal suelto por ahí que se llama Sincronicidad, y que nos puede ser tremendamente útil si andamos atentos nuestra senda… Suele aparecer cuando menos te lo esperas, muchas veces a corto plazo, en horas, en días o semanas; a veces en meses o años, varias veces en la ida. Y el caso es que está a nuestro servicio, no nosotros al suyo, para lo poco que la usamos… Una lástima.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

NO SE EQUIVOQUEN

(de MurciaPlaza)

 

De la prensa: “Los hospitales de la región suman más de cuarenta denuncias por negligencias”… pero no se confundan ustedes: no tienen culpa los profesionales, sino la administración la que es negligente, y no inteligente. Si fuera lista, vería que le cuesta más las indemnizaciones que el aumento de medios y plantilla… La mala praxis viene de la sobrecarga, y la responsable es la consejería política. Por mi edad soy un usuario reticente a mi pesar, y puedo dar fé de ello con ejemplos concretos. Donde habían cuatro, hay dos, y donde habían dos, hay uno… o ninguno. MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

PREGÚNTENSE

(de Medium)

 

Permítanme empezar éste de hoy con una pregunta: ¿saben que todos nacemos a esta realidad con un propósito de vida pre-establecido?.. Uno contestarán que no; otros que ni se lo habían planteado; otros dirán que ni les importa; o que no venga ahora a comerles el coco; y quizá alguno dirá que, por alguna ignora razón, lo habían intuido, y que, en algún momento de su existencia, se lo han preguntado… Pues bien, independientemente de que me crean o no, he de decirles que es una certeza universal e ineludible, y a la que, seamos conscientes o no, todos estamos atados. Tanto a nivel general, como sociedad, como a nivel particular, como personas. La dimensión social solo se logrará cuando lo descubramos individualmente.

La premisa explícita en el alma, en el yo-soy (no confundir con el ego) es superarnos nosotros mismos a fin de evolucionar. Nacemos con una serie de defectos y limitaciones arrastrados de un pasado ilimitado, y con un programa específico que hemos de encarar conforme al nivel de cada cual… No quiero aquí (ya lo he abordado en otros artículos) entretenerlos en Qué, o Quién, dispone ese plan personal para cada uno, para no desviarme del tema. Eso ahora no debe importarnos. Pero el caso es que es así: nacemos a este mundo con el objetivo de marcharnos de él mejores que como vinimos, ya que nada acaba, sino que todo sigue…

Lo que ocurres es que la educación que recibimos: familiar, escolar, social, religiosa, etc. no solo no ayuda a descubrir ese propósito, sino que, por el contrario, emborrona, oculta y dificulta ese mapa de pruebas cuyo objetivo es el superarlo en un forcejeo continuo con las adversidades, las felicidades, y, por supuesto, siempre con y contra uno mismo. Una de las metáforas que encontramos en La Biblia, es lo de la Escalera de Jacob, por la que éste sueña que suben y bajan ángeles (almas) y donde encuentra a un ángel (su ángel / su alma) con el que ha de luchar y vencerlo para poder seguir su camino. La imagen de la escala por la que se sube y se baja y la lucha con la propia alma para seguir avanzando es clara.

La moderna y actual física quántica lo explicaría de otra manera, pero no voy a meterles por esos andurriales… La cuestión en la que deberíamos centrarnos es en tener claro ese Propósito, ese objetivo, esa misión que traemos con nosotros. Y no ya el detalle de cada prueba que nos aguarda, que eso es de seres muy evolucionados, pero sí al menos en que hemos de vivir nuestra vida despiertos, no dormidos, no como “a mí me vale, déjame en paz” (he aquí su torcido significado), sino atentos y vigilantes, sin perder de vista ese propósito que nos marca el camino… Situaciones, relaciones, personas, uniones, separaciones, pérdidas, experiencias, sentimientos que hemos de superar y nunca, jamás, por los que dejarnos dominar… abrir nuestra mente a cada ocasión propicia, apreciar lo positivo de lo negativo; aprender cada lección de vida…

Los que han leído a Carlos Castaneda recordarán lo que los chamanes mexicanos llaman “Nahualt”: todos tenemos nuestros propios enemigos, nuestros demonios y contrarios, aquellos que nos combaten. Son nuestros nahualts, pero no hemos de verlos como tales enemigos, sino como colaboradores necesarios que nos ayudan a superar las pruebas y a mejorarnos a nosotros mismos… Podríamos poner cientos de sucedidos, miles de ejemplos, y no habría espacio suficiente para definirlos. Pero es la mecánica la que funciona, tanto para los más pobres como para los más ricos. La tragedia no se mide por el hecho en sí, sino por cómo y en qué disposición se recibe. A un clase media se le rompe un grifo y le supone una catástrofe; se le rompe a un chabolista y tan solo es una molestia…

Todos nacemos deficientes de algo, y todos, por lo tanto, habremos de superar esos algos… El mayor suicidio anímico que existe en una persona son las frases de renuncia y rendición: “yo soy como soy”, “no puedo cambiar”; “o me tomáis o me dejáis”; “esto es lo que hay”… Y es destructivo por una triple razón: porque se niega a ayudarse y a que lo ayuden; porque la ayuda que exigen, no piden, es que les den la razón; y porque nadie puede ayudarlos así, sin perjudicarse a sí mismo y a quiénes intentan ayudarle... Esto es una norma en psicología, pero en el sistema evolutivo personal lo es todo, absolutamente todo.

Llegados aquí, a este punto preciso y precioso, podemos volver al principio, rehacernos la misma pregunta con que empezamos este escrito, y ubicarnos conscientemente en cualquiera de las posibles posiciones descritas en ese primer párrafo.. ¿Dónde nos situamos?: o no lo sabemos, o sí lo sabemos, o no queremos saberlo… O actuamos, o no actuamos, o no deseamos actuar… ¿Y cómo leshes se hace esto, a ver, tío listo?..

No existe la misma respuesta para todas las personas, ¡ojalá fuera así de fácil!, pero entonces todos seríamos todos clones de todos, y ya lo somos lo suficiente… A mí me vale la de “estar dispuestos a cambiar, si fuera necesario”, pero no tiene por qué valerle a los demás. A veces la existencia (no confundir con la vida) nos pone pistas en el camino: nos sentimos instintivamente empujados a algo; somos muy sensibles a concretas sincronicidades; tenemos ciertas más o menos irresistibles tendencias; nos sentimos atraídos por ciertas lecturas, ideas, casos o cosas… son como señales de senderismo en el camino para ser interpretadas por cada cual que lo anda.

Todos conocemos a personas que quieren ser dichosas a toda costa, como las ue quieren ser desgraciadas muy a pesar suyo. Circuitos enfermizos que acaban con la autodestrucción de los individuos y el daño considerable a los que se dejan captar en su órbita. Van en contra de la evolución universal. Nada en contra de una ley cósmica… Tú no conocerás esas leyes, pero ellas sí que te conocen a ti, y por eso les da igual que creas o no creas en ellas, puesto que todos jugamos en el mismo tablero de la Oca. Cada cual con sus propias fichas, pero todos con las mismas reglas.

¿Cuál es su propósito de vida?. Pregúntese. Quizá no lo sepan, pero deben saber lo que no saben. Es el mínimo imprescindible. Porque hay una cosa más importante que saberlo, y es ponerse en situación de búsqueda… Miren ustedes, lo importante no es el camino, lo importante es el caminar. Nuestro destino no es parar, sino andar siempre, siempre, y no dejar que los muertos nos entierren a nosotros como a sus propios muertos.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / info@escriburgo.com / www.escriburgo.com

SER Y ESTAR

(de Tandem)

 

Se puede ESTAR sin SER, pero no se puede ser sin estar, le digo a algún alguien; y ese alguien me contesta: “ya lo creo, yo conozco algunas personas que son, pero nunca parecen estar”.

Tras pensarlo un momento, le contesto que no, que siempre están en alguna parte, aunque aparentemente no estén donde creemos que están.

Lo que sí hay muchos – sigo – es de los que están, cierto, pero no son… Y eso se debe a que la gente se preocupa mucho de estar en todos los circos y no tiene tiempo para estar en sí mismo, y por eso nunca llegan a ser… “Déjame que me sitúe, a ver si soy capaz”, me contesta él…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – info@escriburgo.com

ASÍ PUEDO SER...

(de Clarín.com)

 

En un cruce adimensional del tiempo… o quizá era un cruce atemporal de dimensiones, en el nivel siete del séptimo cielo, un ángel del grupo de las Fuerzas Especiales de la Creación, se encontró con otro camarada al que no veía desde hacía eones… Habían coincidido en los cursos de promoción a querubines, y la Dirección General Angélica los había destinado a diferentes departamentos en activo. Sabía uno del otro que se había ofrecido voluntario para una misión arriesgada, de las que llamaban “en descubierta”, esto es: si venían mal dadas, debían actuar solos y por su cuenta. Nadie les protegería, nadie les reconocería… al menos hasta el final.

Mostraba las huellas inequívocas del sufrimiento. Demacrado, alas chamuscadas, áura semioscurecida… muy mal aspecto ciertamente. – Me alegro verte, ¿dónde has estado?, ¿cómo te encuentras?, se interesó vivamente por su antiguo camarada… ¿qué te ha ocurrido para vérsete tan lamentable?.. preguntó sinceramente preocupado, aclarándole antes que por esos cielos de Dios se susurraba entre aleteos de todo ese grupo, de que eran unos traidores a la teocracia…

- De la Presidencia del séptimo Círculo de la Creación se pidieron voluntarios especialistas en inserción lobular de conocimientos, ya sabes… Se nos advirtió que, según la primera información del desarrollo de la misión podríamos recibir cierto “maltrato” por parte de las criaturas experimentales a las que íbamos a sacar del atolladero, y que incluso se podría dudar de nuestra lealtad, pero que, hasta la finalización absoluta de la misión experimental no se nos permitiría hablar, ni revelar el sentido de nuestra labor.

- Los Elohim, ya los conoces, los del cuerpo científico central, estaban trabajando en una protoexistencia biológica un ensayo de conversión en seres pensantes, inteligentes, con autoconciencia y consciencia, ya sabes, un poco a nuestra semejanza, si no imagen. Si bien que basado en un cuerpo de mayor densidad material, dada la base de dotación animal de ese planeta… Así que, mientras ellos se empleaban en la transformación genética de un ser andrógino que se arrastraba por el suelo de ese planeta, nosotros lo haríamos en su mente primaria y vacía, a fin de implantarle un código básico de conocimientos con un sentido inicial de racionalidad… Nuestra misión era acompañarlos hasta la culminación del proceso, su iniciación y maduración. O sea, los “docs” regresaron y nosotros nos quedamos…

¿Y qué pasó?.. ¿hubo algún problema?, ¿acaso de complicó la operación?, inquirió el compañero angélico.

- No sabemos si hubo algún error en el protocolo de implantación, pero aquel ser, que, por cierto se multiplicó rápidamente, presentó una inicial resistencia hasta que le hicimos entender que si se abría al conocimiento, sería como nosotros… ese era el objetivo final al fin y al cabo, aparte de que ellos nos tenían por dioses. La última fase era la asunción de su voluntad para que admitiera su libre albedrío, a través del cual añadirle su propia responsabilidad en el autoaprendizaje…

¿Y qué ocurrió?, se interesó su compadre de pluma.

- Que invirtieron los términos. Una vez “liberados”, lo tomaron como una expulsión, confundiendo nuestra tutela en amenaza, y reconvirtiéndonos de amigos en enemigos… Pasamos a ser demonios, y se inventaron sus propios dioses sin atender al Común. Sus líderes elaboraron religiones montadas al revés… Fíjate que a mí, por ejemplo, me despojaron de mi carácter angelorum y me convirtieron en una serpiente insidiosa y parlante, figúrate…

Entonces tú, ahora estarás con algún permiso especial para reponerte dentro del sistema espaciotiempo, pero deduzco que el Plan aún no ha acabado, ¿verdad?..

- Así es, yo regreso en nada allí… unas consultas en el Cuartel General y vuelta con instrucciones precisas… Parece que en Jefatura ya contaban con esta posibilidad, y que todo estaba previsto, pero nosotros seguimos jodidos en el papel de malos de la película. Como hay que respetar su voluntad por el sistema del Libre Albedrío, nuestras intervenciones nos son tachadas por ellos de diabólicas; nos pintan con cuernos y rabos, y nos han hecho gerentes de una casa de torturas a la que llaman Infierno; somos los responsables de todos sus males, y así ellos creen eximirse de su propia responsabilidad experiencial. Nos vapulean al revés y al derecho.

¿Y no hay solución a la vista?.. ¿Qué dice el Supremo..?

- Que tengamos paciencia, que el dispositivo de Causa y Efecto que rige en sus actos acabará por hacerles entender sus errores y aprender de ellos, pues, al fin y al cabo, es el fin y el propósito. Nosotros estamos con las manos atadas, pues a este nivel se nos prohíbe actuar de manera directa, ya que tienen que aprender por ellos mismos… Así que allá estamos viendo lo que están haciendo (mejor deshaciendo), que mira lo que te digo… Se nos llevan los demonios.

Pues nada chico, ¿qué quieres que te diga?. Paciencia, que ya sabes que el tiempo no existe…

- No para ti, sí para los que estamos en las trincheras. Santa paciencia, dada nuestra naturaleza. Llevan un desfase entre ciencia y moral tan acusado que van a tener que regresar al taller de almas a millones, con las catástrofes que están a punto de provocar, y luego vuelta a empezar… A lo mejor, llegado el caso, en el intermezzo nos dan un descanso antes de volver al tajo…

Ojalá, chico… Nos llamamos y quedamos para tomar unas ambrosías, ¿vale?..

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

CREER EN DIOS

(de Filosofia&co)

 

¿Crees en Dios?.. me pregunta una joven… ¿En qué Dios?, le contestó con otra pregunta. Como pone cara rara, le explico que hay tantos dioses como ideas de dios se tienen. Cuando le repregunto yo a ella: ¿y qué es creer?.. entonces ya casi me manda a la conperdón.

Es que hay gente que afirma creer en Dios y solo creen en sí mismos; como hay gente que se dice ateos y creen más en Dios que muchos creyentes.

Además, solo hay una forma de creer en Dios: y es que no se cree, sino que se sabe… Tampoco nadie me pregunta porqué , ni cómo, ni en qué… A lo peor tampoco lo entenderían.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com

SANTA TERESA

(de Col_leccions)

 

A mí, personalmente, me gusta más llamarla Teresa de Ávila que Teresa de Jesús, con santa o sin santa de precedente… Primero, porque así se llamaba al principio, y segundo, porque de allí era. Si luego ella quiso abjurar de su paisanaje, sus razones tendría… Me ha venido al caletre por la reciente y enésima versión de su vida que ha hecho una de las cineastas emergentes que tenemos, y que, no sé si por necesidad del guión, o por sabiduría propia, o por epatar y “vender”, ahora nos descubre una Santa Teresa que era una gran manipuladora, egocéntrica; de retórica retorcida y falsa humildad; gran estratega y mentirosa; dotada de una estudiada teatralidad (EP,28/11).

Desde luego, le hacen un traje que a Cruella D´Evil se quedaría en Blancanieves. Ignoro si estará documentado, o será un recurso para garantizarse el éxito, aunque sea por llamar la atención. No lo sé. Pero lo cierto es que se han hecho tantas versiones de Teresa, la monja andariega, y desde tantos ángulos y matices (yo cuento haber visto al menos media docena, desde el blanco y negro acá) que imagino que ya era la única faceta que quedaba por explotar, más que explorar… Debo decir que aún no la he visto, pero es el retrato que le hace una de las adaptadoras, o guionista, o no sé qué, de la obra Teresa, basada a su vez en una obra teatral. Pero a mí, cuando leí la reseña, se me apareció Isabel Díaz Ayuso, tal cual y con perdón, en el retrato que se hace de ella.

Que Teresa de Jesús tuviera un genio y unos redaños, y un carácter fuerte, creo que no hay ninguna duda, dado la obra llevada a cabo. No pudo llegar a ser lo que fue siendo una doña blandengues. Pero de eso a ser una elementa del cuidado que la pintan, yo tengo mis muchas dudas. Lo que he visto, estudiado y leído de ella y sobre ella, ha habido de todo un poco, cargando aquí y allí las distintas tintas; pero de embustera, manipuladora, falsa, retorcida y egocéntrica, poco, más bien nada, y no siempre he leído textos alabatorios y elogiosos sobre ella… Que tuvo que ser una mujer extraordinariamente difícil, sin duda. Pero de eso a lo otro…

De lo que sí estoy seguro es que Teresa de Cepeda tuvo que ser una persona tremendamente sola; un ser humano que arrastró, y arrostró, durante toda su vida, una soledad inmensa… incomprendida por su propia familia; evitada por sus propias compañeras; perseguida por su propia Iglesia; tenida por loca por sus prójimos y próximos, es lo que más se aproxima a su dura realidad. Sabiéndose continuamente en la diana del Santo Oficio; siendo vigilada por sus propias superioras de claustro, me explico que pudiera estar amargada, triste, cansada, y hasta los mismísimos ovarios; pero la falsedad, manipulación, el embuste y las trampas siempre estuvieron alrededor de ella, rondándola, a su acecho, pero no dentro de ella. No formaban parte de su ser, sino de su exterior.

Lo que pasa es que la elevación moral, mística y espiritual, e intelectual, de un ser dentro de un cuerpo de mujer, encima, de hace 450 años, era demasiado… Es demasiado incluso hoy (aún teniendo el auxilio – estoy seguro – de la física quántica), así que entonces, ni les cuento. Por lo que no pudo ser de otra forma, piénsenlo detenidamente: Hace cuatro o cinco siglos aparece una mente filosófica extraordinaria dentro de un físico de mujer, ¿qué hacer con ella?.. pues está claro, si la zagala pertenece a una familia de posibles, se le dota y se manda a un convento, a que le saquen los demonios de la mente.

Pero Teresa descubrió en las soledades de los claustros la soledad de su propia alma, en unos éxtasis que pasmaban a propios y extraños; y sus pensamientos y mensajes eran pura amenaza para todo lo establecido; y su conocimiento infuso sobrepasaba la ruindad y la mediocridad que la habían hecho su prisionera. Era una monja peligrosa… Solo encontró un espíritu de talla gemelar en San Juan de la Cruz, e intentaron ensuciar su relación sexualizándolos con rumores y calumnias (este método enfermizo aún sigue vigente, por cierto)… Sus “noches oscuras del alma” tuvieron que ser horrendas.

Lo que pasa es que, una vez fuera de este mundo, la Iglesia, su principal enemiga, obró con la astucia e inteligencia de que ha hecho gala siempre, por su naturaleza: la asimilación. La hizo suya, la nombró Doctora de la Iglesia, y “custodió” toda su obra, todos sus escritos, todo su legado… Y aún y así, y con lo poco que enseña, Teresa de Cepeda y Ahumada asombra y enamora con la profundidad de sus Moradas, o en lo más íntimo de su Castillo Interior, aunque se ha intentado y esforzado por vulgarizar y rebajar al máximo el espesor de su legado, y restar al nivel de su conocimiento… Que si “Dios está hasta en los pucheros de la cocina” está aludiendo a la segunda ley de la termodinámica, aún sin haberse descubierto entonces la tal ley.

Yo sigo viendo a una mujer que bajó a los infiernos más profundos de su alma, y que subió a la gloria más excelsa del alma humana; que lo comentó con el mensaje más puro y directo de Cristo (siendo excluída ”su” Iglesia); y que sufrió extraordinariamente por la marginación, incomprensión, rechazo y soledad en que se vio envuelta hasta el final, en que se liberó, al fin, de sus dos prisiones: de la cárcel de su cuerpo y de la cárcel de su sociedad.

Quizá alguna vez, algún día, algún cineasta hasta decir basta; o algún guionista que aún quede en la pista, se le ocurra pensar en la auténtica, la genuina, tragedia de Santa Teresa: estar en sintonía con las verdades eternas y universales, a la vez que encadenada por las burdas ignorancias terrenas. Su drama fue no pertenecer a ninguna parte; no tener su hogar en ningún lado; sentirse en la más fría soledad de todo y de todos a lo largo de su vida…

De todas las biografías que han caído en mis manos de la monja Teresa, en ninguna, ni en una sola, se recoge a un solo interlocutor en cuyo hombro haber podido descansar su cabeza… Nadie con quién poder hablar, nadie con quién poder compartir… Tremendo.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com

MENTIREMBUSTES

(de murciadiario)

 

Cuando alguien lo entienda, por favor, que me lo explique: “el dinero destinado a nuevos proyectos bajan un 8%, más de 31 millones de euros, pese al aumento de los ingresos procedentes de las liquidaciones con el Estado de ejercicios anteriores “ (LO-29/11).

En román paladino: la inversión en nuestra región cae, y encima, en el más alto presupuesto por ingresos por liquidaciones del gobierno central…

Luego, nada más leído este reality, y verificado, uno ve a nuestro presidente, el amo de los noticiarios del cortijo, que, desde su orondez, se encarga de difundir todo lo contrario: que este gobierno regional está invirtiendo tanto y cuánto; y que desde el central no nos pagan ni las palomitas que nos corresponden: o sea, cuánto más ingresamos, menos invertimos, pero sí que mentimos.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com

MÁS NO... POR FAVOR.

(de Lanza Digital)

 

La misma persona que me instó – muy amablemente, eso sí – a que le diera una explicación (según mi lógica) al “milagro” de la curación del paralítico por Jesús, y que corresponde a mi artículo “CORRESPONDENCIA”, precisamente, me vuelve a retar ahora con un “a ver si te atreves” un tanto teatral, a tratar de, en un más difícil todavía, resolver otro de los más sonados y peliagudos de los milagros: el calmar la tormenta sobre las aguas del Genesaret…

Quiero dejar claro que no es mi deseo entrar en una “competición” absurda que ni siquiera necesito, y que ya espero será suficiente. No me molesta, que conste, tan solo es que no lo considero necesario. A estas personas les vuelvo a recomendar un libro, cuyo autor es un buen amigo mío, José Hernández Mondéjar, que trata con detalle sobre las explicaciones naturales de muchos de los milagros artificiales: “La NO muerte de Jesús”, con el que quedarían cumplidamente satisfechas… Una vez informados de la existencia de ésta, por otro lado fácil y amena obra, paso a dar mi interpretación de la que se me interpela, y que será mi última intervención en este sentido. Dicho queda que no aceptaré más “retos”.

“Él estaba durmiendo sobre un cabezal. Le despertaron y le dijeron: Maestro, ¿no te dá cuidado que perezcamos?.. Y despertando mandó al viento y al mar: calla y enmudece. Y se aquietó el viento y se hizo completa calma. Les dijo: ¿porqué sois tan timoratos, ¿aún no tenéis fe?. Y sobrecogidos de gran temor, se decían los unos a los otros: ¿quién será éste que hasta el viento y el mar le obedecen?”. (Marcos 4, 35-41).

Baso mi explicación en un par de detalles: el primero es que cuesta trabajo creer que en plena tormenta nadie pueda echar un plácido sueñecito en la popa de una pantasana; y el segundo es que Lucas, también evangelista y médico griego, por lo tanto culto, utiliza el término, también griego, claro, de “leilaps”, esto es “torbellino de viento”, más conocido por “tromba”, o, como mucho, “tifón”, en términos marineros… Ya me imagino al Maestro, que le despiertan de su cabezadica, le echa un vistazo al fenómeno y hace un cálculo rápido de su trayectoria, y más ajustado, soltaría un algo así como: no seais timoratos y tened confianza, joel, que no pasa ná

En Mateo 14, 24-33 se cuenta otra versión de otra o la misma “borrasca” en que ven a Jesús “andando sobre las aguas” (o por la orilla, a poco calado), lo toman por un fantasma, y éste les dice “tened confianza que soy yo, no temáis”, y tomando Pedro la palabra dijo: “Señor, si eres tú, mándame ir a ti sobre las aguas, Y Él dijo: “ven”. Bajando de la barca anduvo Pedro sobre las aguas y vino a Jesús. Pero viniendo el viento fuerte, temió y cuando comenzó a hundirse grito: “Señor, sálvame”. Al instante, Jesús le tendió la mano, lo agarró diciéndole: hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?”

El efecto de la ventolera que se levantó es crucial, a mi entender: la barca iba hacia la playa, donde estaba Jesús aguardándolos adentrado en la poca profundidad de la orilla. Debía de anochecer o haber levantado niebla cuando lo confundieron con un fantasma… Pedro saltó de la barca y fue a su encuentro antes de vararla, pero no es que se “hundiera”, sino que el ventarrón levantó las olas y casi lo derriba golpeándolo. Jesus, agarrándolo de la mano y evitándole el chapuzón, tuvo que decirle: qué torpe eres, y que poca seguridad tienes, acho, tío

Lo que ocurre en estos lances, mi querida amiga, es que, entre que los evangelistas narraron los hechos sin conocerlos de primera mano (casi dos siglos después) y que su objetivo era magnificar la figura de Cristo por todos los medios a su alcance, es normal que revistieran la narración con caracteres épicos y sobrenaturales. Si suma a eso las muy interesadas añadiduras, extrapolaciones y correcciones practicadas a posteriori por copistas, traductores y exégetas bajo la ortodoxia católica (no hablo de cristiana), el resultado es el que es. Algún día les explicaré las palabras en arameo y griego, por ejemplo, que se pueden traducir entre “sobre” el agua, y “por” el agua, y cuya diferencia está tan solo en el rabo de la “e” o de la “a”… A eso se le llama intencionalidad, pero bueno, allá cada cual.

Y no es que yo, entiéndaseme, por favor, tenga la intencionalidad contraria, ni muchísimo menos… No la tengo porque no la necesito, porque he superado la necesidad de crear personajes taumatúrgicos y mágicos, revestidos de enormes poderes, como un super-héroe de Marvel, que juega con ventaja sobre el resto de los mortales… Todo lo contrario, mi Jesús no necesita de tales aditamentos, porque entonces le restaría grandeza a mis ojos, a mis entendederas, y a mis querencias…

…Aparte, que esa es otra, que iría justo en sentido contrario al meollo de su Mensaje: si vino a comunicarnos que todos somos Hijos de Dios, como Él mismo – que, en definitiva es lo que dijo – no pudo saltarse la norma a la torera otorgándose capacidades sobre sus hermanos humanos. Eso resultaría antitético, y, si me permiten, anti ético y hasta anti estético…

…Pero a los apologistas de una Iglesia devenida en una religión que Él no quiso fundar, sí que necesita apoyar sus dogmas en hechos portentosos que nos demuestren por las bravas que Jesús es el mismo Dios en persona. Y entonces pusieron todo su empeño en ello… A mí me entristece y me avergüenza. Mi Cristo es otro Jesús, y mi Jesús es otro Cristo… Por eso pido, ruego, suplico, que, a ser posible, no establezcan estos numericos de circo de “a ver si eres capaz de explicarme este otro prodigio, me cagüendiez”… Me apena entrar en esa mecánica. Y nos rebaja a todos.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

NO CONFUNDAMOS

(de Wikipedia)

 

Hay quien me dice que escriba sobre el contacto de Jesucristo con la comunidad de los esenios… Contesto en este corto en vez de en un largo, porque no estoy muy convencido de ello, aún sin negarlo del todo.

Yo creo que en sus “años perdidos”, Jesús se familiarizó con los terapeutas, comunidades greco-alejandrinas, que conforman una buena parte de su elaborada doctrina. De allí vendría el “buscad y encontraréis”, entre otras cosas…Su influencia resulta innegable.

Más bien estoy convencido de que Cristo se relacionó con todo el saber trascendente de las escuelas de su época en sus años en Egipto, y que desplegó en su vida pública. Su saber no es parcial, es universal.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com

EL TIEMPO NO ES EL RELOJ

(de El Confidencial)

 

En muchos de mis artículos he predicado la inexistencia del concepto “Tiempo”… La idea es que el pasado y el futuro son proyecciones referenciales del presente, que es lo único que existe, y que ya Einstein lo demostró en su Teoría de la Relatividad, y la física quántica lo confirma y constata en cada uno de sus principios. Que yo me apunte de profeta de esto, que durante la mayor parte de mi vida he sido esclavo de su triunvirato: reloj, agenda y calendario, no deja de ser una especie de contradicción más o menos manifiesta, lo reconozco, y una especie de venganza íntima, que también lo reconozco, pero las cosas son como son…

En esto, como en todo, habrá sus seguidores y sus detractores, naturalmente… Los que hemos llevado una existencia desenfrenada de compromisos y obligaciones – por llamarlas de alguna manera – y ahora nos vemos “al pairo”, en términos marineros, tenemos cierta perspectiva de ello, en mayor o menor grado, y si se `piensa con cierto sosiego, podemos sentir (y medir) cuanto de relativo existe en dicho y manido concepto. Lo que pasa es que cada cual es, o se hace a sí mismo, eslabón de su propia cadena y circunstancias, y nos mantiene atados al régimen artificial que nos hemos impuesto de alguna forma.

Todo esto viene a cuento, porque he leído un artículo en The Conversations, de un eminente psicólogo de la Universidad de Melbourne, Adams Osth, especializado en la memoria temporal, en que se afirma taxativamente que “la mente no puede percibir el tiempo de forma directa… lo que ocurre es que a menudo hay una serie de señales en nuestro entorno que nos indican qué día es”. Eso lo nota nuestro organismo cuando estamos sujetos a un periodo prolongado de obligaciones laborales, por ejemplo; y cuando, en vacaciones, lo cambiamos por un estado de ocio, en que las manecillas del reloj se relajan, y nos regimos más por la luz, oscuridad, el hambre, el sueño, la actividad o el reposo, que son las coordenadas naturales del ser humano… No valen vacaciones todos al mismo tiempo y a los mismos lugares, pues sería cambiar una servidumbre por otra.

Una filósofa y escritora, Azahare Alonso, se plantea en una de sus obras “cuánto se tarda en no hacer nada”… Y se pone a analizarlo. Y experimenta la descomunal diferencia entre tener tu tiempo ocupado en mil quehaceres, muchos de ellos absurdamente gratuitos, y tenerlo exento de todo ello. En uno, el presente es invadido, y raptado, y escamoteado, por una pluralidad de sensaciones tan agobiantes como artificiosas. En el otro, el tiempo se convierte en lo que realmente es: en un contínuum presente abierto a tu entera disposición.

Creo que es una reconquista de aquella forma de vivir; esta suspensión conecta con lo más humano, que era no tener la sensación de perder tiempo, sino de disfrutarlo”, reflexiona la autora… Y es muy cierto. La historia del reloj está íntimamente ligada a la productividad y a la economía. Es la antítesis de aquel “mirad las rosas y los animales del campo, que ni tejen ni se preocupan”… del divino galileo. Decía también Julio Cortázar que, cuando te regalan un reloj, tú eres el regalado al reloj, pues no se te entrega con qué media al tiempo, sino que es a ti a quién se entrega al tiempo.

Y debe ser verdad, porque hay tres tiempos que rigen nuestra crono-biología (catedrática y directora del laboratorio cronobiológico de la Onu): el interno, que es nuestro reloj biológico; el ambiental, que comprenden los ciclos luz-oscuridad; y el social, que es el no-natural… El primero rige los ritmos circadianos de cada organismo; el segundo mide los ciclos naturales externos; y el tercero, que viene a destrozar a los otros dos con su irracionalidad artificiosa.

Cuidado, que los veo venir: no me estoy convirtiendo en un profeta del “dolce far niente”, y de toda irresponsabilidad personal y social, no somos animales, pero no me vengan tampoco con historias… Les estoy diciendo que se pregunten dónde ponemos el límite a lo uno para preservar la bondad de lo otro, pues de ello depende nuestra propia salud física y mental. La tendencia general es hipervalorar el TENER sobre el SER, y funcionamos en consecuencia a tales valores torcidos. Despreciamos el estar por el gozar, y lo que es peor, tampoco sabemos gozar sin “gentear”

Yo… si a ustedes no les sienta mal, me voy a reiterar en lo ya dicho y expuesto: el tiempo como tal no existe, nos lo “fabricamos” nosotros con nuestros presentes, que es, eso sí, lo único que existe. Lo que ocurre es que lo usamos tan puñeteramente mal que nos estamos arruinando como personas y hemos puesto una bomba a nuestro futuro, que es el presente inmediato… Por supuesto, es el mecanismo que el universo (llámenlo providencia, si quieren) dispone de autocorrección para con los agentes de libre albedrío. Y habremos de aprender de nuestros, y con nuestros, propios errores.

Todo es, y está, aquí, ya, porque es nuestro propio, social y personal presente… De cómo lo percibamos en el tiempo es la película que nos hemos montado como protagonistas de ella. El problema es que la ciencia, y la Onu, y otros que saben, ya lo dan como irreversible, y eso lo hace también ineludible…

Reloj, no marques las horas, porque voy a enloquecer…”, cantaba el bolero aquél…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com

LO SIENTO, PERO NO...

(de Wikipedia)

 

Dice la excelente escritora Rosa Montero que no se explica cómo los hombres aún no somos todos feministas… y no lo entiendo, no sé cómo tomarlo. Respetando mucho su talla intelectual, que me sobrepasa, la verdad es que no sé por qué.

El feminismo existe en contraposición al machismo. Si todos somos feministas, entonces, ¿para qué el feminismo?... Sería como una nueva etiqueta “ísmo”, único e imperante. Algo así, discúlpenme, como un onanismo.

Es caer de nuevo en el absurdo del “unomismo”. Yo, personalmente, y me puedo equivocar, estoy en contra de todo “ísmo”, pues termina siendo una lucha por su propia imposición y abuso, discúlpenme… Prefiero lo que une a lo que separa, lo que amiga a lo que enemiga, lo que integra, no sé si me explico…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com

POR ACLARAR CONCEPTOS

(de Infobae)

 

El separatismo está prohibido por las leyes de todos los países democráticos… Y si en alguno se contempla una consulta al territorio, luego estaría sometida a un referéndum de carácter nacional.

En cuanto a la sí o no constitucionalidad de la Amnistía, nuestra Constitución no contempla ni lo uno ni lo otro… ni la permite ni la prohíbe. Digamos que está en barbecho, pendiente de legislar a tal respecto.

Lo digo, más que nada, por aclarar cosas de las que la gente habla sin tener puñetera idea. Son opiniones interesadas que repiten como loros sin conocimiento de nada… Y los políticos, que sí que lo saben, las utilizan para hacer demagogia y confundir al personal.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com

MÁS SOBRE LA FE

(de Yoy Tube)

 

Es que a una le quitan la fé”, me dice una prójima próxima en conversación en una sala de espera de hospital. Tan solo es que la tenías puesta en el lugar equivocado, mal ubicada… le contesto a pié de tiesto. Por supuesto, claro, me mira raro, como recién aterrizado de Ganímedes… No es eso – intenta explicarme – convencida de su verdad absoluta: “la fe que uno hereda…”, y le corto (y lo siento, luego me arrepiento), pero la fé no es heredada, sino encontrada… Y ya la tenemos liada.

Eso es lo que se cree normalmente, que la fe te viene a través de una religión determinada, versus creencias, versus tradiciones, versus sobrenatural; cuando eso es una falacia imbuida por las iglesias… Mi interlocutora me antepone que a ella la “criaron” en esa fé, mientras yo pienso que a mí me criaron con leche de cabra. Después acaba confesándose de que hay gente que no tiene fe, y hasta lo reconocen… Pero hasta esa gente está equivocada, le contesto. Y aquí se acabó la conversación, pues no me dio opción para seguir exponiéndole mis razones, mas que no me dejara explicarle no supone que no me deje escribirlo, y es lo que hoy hago aquí por si, en uno de esos casos que ocurren, me leyera después, que ahí están los auténticos milagros que se dan.

No existe una sola persona que no tenga confianza en algo o alguien… Y confiar, viene del latín “cum fidere”, que significa literalmente “con fe en…”. Y eso no es una opción, sino una potencia, una aptitud, con la que nacemos puesta. Es una dotación del alma, la usemos, no la usemos, o la usemos mal, de la que no podemos desprendernos de ella aunque queramos creerlo, o creamos quererlo…

Ahora viene la segunda parte: pero la fe es buena, ¿no?.. Pues como herramienta que es, es buena, pero en sí misma no es ni buena ni mala, ya que todo está en el buen o mal uso que se le dé a esa fé… La fe es un arma poderosa en manos del intelecto humano; con ella se puede construir, pero también destruir. “Dile a aquella higuera que se seque, y se secará”, dice Cristo en uno de sus más enigmáticos asertos. Por eso, como arma, como herramienta, como medio, puede ser usada positiva o negativamente. Pero si hablamos de la colectiva, nos puede llevar desde una existencia perfecta al peor de los mundos posibles… según la usen y nos hagan creer los colectivos interesados.

Fíjense, a modo de ejemplo, en la fe yihadista, en el mal que siembra y en los frutos que produce una fe ciega y fanática… Todas las religiones, partidismos y patrioterismos son yihadismos de alta o baja intensidad, pues están basados en el dogma, en la ortodoxia, en el fundamentalismo. La historia de las fés colectivas de la humanidad es una concatenación de guerras que han abatido y afianzado culturas y civilizaciones en competencia directa de unas con otras. Incluso actualmente, las de ahora, son un copypega de idénticos motivos: el poder y la supremacía revestidos de economía e ideología, pues la una se esconde tras la otra. Todos los ísmos nos han llevado al mismo paroxismo.

¿Debemos entender entonces que las fés colectivas son negativas?.. En absoluto. El error está en cómo se construye esa fé y a qué va dirigida; la equivocación reside en que nadie aún ha levantado una fe personal de manera libre e individual, para luego ir coincidiendo todos en una sola y única fe holística y universal; sino que se está haciendo al revés: son fés inducidas, dirigidas, inyectadas hacia determinados fines e intereses de absolutismo y dominio… Esa fe es una argamasa defectuosa por falsa, y toda torre construida con ella son Babeles que terminarán, antes o después, derrumbándose.

La Fé solitaria, libre, descubierta y meditada, y luego cohesionada por un razonamiento común (sin imposición alguna, por propia asunción) aún está por estrenar en este mundo. El auténtico y genuíno sentido holístico de nuestro planeta en el que malsobrevivimos, sigue oculto y secuestrado al mensaje de nuestros adelantados avatares por sus propias iglesias (que dicen que son)… La mejor manera de demostrar que son falsas es que son diferentes, distintas, pues la Fe es una sola y única. Si no sentimos eso es porque hemos situado nuestras fes naturales y personales en creencias suplantadoras y erróneas.

… Es lo que decía a mi interlocutora: nadie te quita una fe que está bien orientada, y si crees que te la quitan es porque no era tuya, o no era fe, sino otra cosa con su nombre. Una impostura, en definitiva… Lo cierto es que resulta tan sencillo de entender como difícil de explicar, mucho más de aplicar: ninguna puede ser transmitida, sino encontrada por uno mismo, en solitario y en libertad; y muy pocos, una vez quitados del tutelaje férreo de las religiones, son capaces de saber buscarlas por sí mismos. Eso demuestra la ineptitud de las apliacas a través de impuestas tradiciones que son traiciones… En esta ley universal está permitido señalar, ayudar, pero está prohibido catequizar.

Tampoco espero, ni creo yo, así que no vayan a creer ustedes, que este humilde plumífero de tres al cuarto haya dado con la piedra filosofal, ni muchísimo menos… Yo sé perfectamente que la claridad de pensamiento no reside en “ver”, sino en “saber ver”, y aquí, amigos míos, cada cual ha aprendido de una forma y manera más o menos torcida: justo lo que nos han enseñado. Y todo nuevo aprendizaje ha de llevar un-desaprendizaje… No nos lo permiten, y encima es más cómodo dejarse llevar y dejarse ver.

Entiéndanme: no quiero decir que mi modo sea el más acertado, ni el mejor, ni siquiera el aconsejado; pero sí que, al menos, es una cosa: libre. He procurado romper las hormas y las normas para practicar el librepensamiento, y he pagado (y estoy pagando) mis precios… Es posible, puede ser, que la clave de bóveda esté, precisamente, en eso mismo: en enseñar a romper los moldes que nos forman y nos conforman… y deforman, para, una vez des-enjaulados de ellos, decirle al que quiera escucharnos: “bien, ya eres libre, ahora vuela por ti solo” (*)

(*) Traducción al román peregrino (que no paladino): “En verdad, en verdad os digo, que destruiré ese templo que habéis construído, del que no quedará piedra sobre piedra.”

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

¿PARA QUÉ MOLESTARSE?

 

Saber es siempre mejor que creer” (Michel Baigent). Seis letras que componen más que una frase; una frase que supone todo un libro; un libro que refleja el destino de una vida…

¿Cuántas cosas creemos sin antes haberlas sabido?.. ¿Si creemos saber, porqué no sabemos creer?..¿Cuántas creencias nos son impuestas sin haberlas buscado?.. Si nos preguntamos por qué creemos lo que creemos puede que no lo sepamos, o que no queramos saberlo.

Los que dicen tener fe habrían de preguntarse qué fe, en qué, y por qué, y entonces puede que sepan lo que creen saber… O puede que no quieran calentarse la cabeza.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com

RECORDEMOS Y PENSEMOS

(de BBC)

 

No hace ni cuatro siglos se celebró el juicio contra Galileo por parte de la Santa Inquisición de la Iglesia Católica (1.633)… “Eppur si muove”, dijo el sabio apenas fue condenado (murió poco después a resultas del castigo recibido) en una última confesión de la verdad científica y el obligado sometimiento a la cerrilidad dogmática de una institución que, posteriormente, ya en 1.991 nada menos, Juan Pablo II no tuvo más remedio que reconocer que era inocente de la acusación por la que fue perseguido, apestado y apartado… Eso sí, no se pidió disculpas por el error, no se pidió disculpas por su muerte. Un reconocimiento forzoso y forzado por circunstancias demostrables e irreversibles.

“La doctrina de que la tierra ni es el centro del universo, ni está inmóvil, sino que se mueve, incluso con una rotación diaria, es absurda y falsa, tanto filosófica como teológicamente, y es, cuando menos, un error de la fe”. (Del Acta de acusación de la Iglesia Católica contra Galileo).

Se desprenden de esta bárbara acusación un par de burradas, al menos: primera, que una religión, cualquier religión, por muy constituída que esté, pueda establecer principios científicos al márgen de toda ciencia, investigación y constancia empírica. Hasta qué punto un absurdo y gratuíto dogma puede ponerse sobre las propias leyes universales, una vez probadas y demostradas éstas por la ciencia… Y segunda, que una Iglesia, la que sea, pueda dictaminar “un error de fe”, como si los seres humanos, cada persona, no pudiera elegir su fe libremente, o incluso no tener fe.

En este punto, precisamente, en el que yo tanto incido cuando afirmo y reafirmo que el concepto de “fe” impuesto a machamartillo puede ser cualquier cosa menos fe; y que asociar ladinamente la idea de la Fe con el concepto religioso es una manipulación de fondo y forma de la religión de turno sobre su verdadero, auténico y genuíno significado… La fe, si no es libre, absolutamente libre, ni es fe, ni nada que se le parezca.

Se me alega, y es cierto, que la Iglesia, la nuestra, la Católica, Apostólica y Romana, se entiende, tres siglos y medio después, rectificó, y que eso haya que tenerlo en cuenta en descargo de la misma. Es verdad, no lo niego en modo alguno… Pero “reconocer” no es “rectificar”, permítanme decirlo. Yo puedo reconocer que me he equivocado en algo, pero no rectificar en el comportamiento que lo ha provocado. Equivocarnos lo hacemos todos, es humano. El problema reside en que la Iglesia no se considera humana, sino divina, y eso sí que es un magno pecatus suum… La infalibilidad que se otorga a sí misma le obliga a no rectificar en sus planteamientos ni en sus métodos. Y eso es pura soberbia.

Prueba palpable de que sigue así es que, en 2.016, ayer mismo, Stephen Hawkings, fue “invitado” al Vaticano para recibir explicaciones sobre su Teoría del Big-Bang, que, de alguna manera, “suplanta” – dicen ellos – a “su” Creación… Se me objetará que una invitación no es un proceso del Santo Tribunal. Pues naturalmente que no. Aunque también Prisciliano el Apóstata fue “invitado” a explicarse y salió de allí con la cabeza debajo del brazo.

Pero es porque hoy carecen de autoridad civil que los respalde, como para condenarlo a penas de cárcel o muerte, gracias a Dios, y no tienen otro remedio que adoptar y adaptarse a fórmulas más aceptadas por civilizadas, culturales y educadas, que las que usaron también con Copérnico, Miguel Servet, y tantos otros… Pero a mí me queda la duda razonable de qué y cómo obrarían si tuvieran ese poder secular en sus manos, tal y como lo tienen los gobiernos y políticos islamistas, por ejemplo… Aún y así, el sambenito de “científico ateo” salió con él puesto, y no lo apearon de él (aquí su “no-mentirás” se lo pasan por la casulla) ni después de su muerte, cuando lo de “ateo” es otro concepto tan sui géneris como el de “su” fe, ya que ellos llaman “ateísmo” no creer en “su” diós. Y eso también es otra cosa…

La cuestión es que nunca, jamás, podremos tener una interlocutoría válida ni razonable, ni siquiera ponderable, con religiones y confesiones estructuradas bajo iglesias absolutistas. Resulta básicamente imposible. Ellos se autocapacitan a sí mismos para tener siempre la verdad absoluta, y punto pelota… Por ejemplo: el Defensor del Pueblo publica un informe riguroso, probado y detallado, sobre 440.000 casos de abusos sexuales a menores dentro del ámbito de la Iglesia Católica en España, ¿no?.. Pues bien, nuestra Conferencia Episcopal dice que eso es mentira, y sanseacabó, mentira es. Todo el mundo boca abajo. Su diós les ha hecho depositarios de la verdad absoluta hasta tal punto de hacer sus embustes verdades, como convertir el agua en vino.

Y todo esto se mantiene así por dos poderosas razones: porque una enorme, e insólita, mayoría de ciudadanos aceptan ese diós suyo en el que los han hecho creer a pies y mentes juntillas; y porque ese disparatado ciudadanaje se traduce en votos, que son las monedas judáicas que entienden nuestros políticos, y que funciona como divisa de compraventa. En consecuencia, ningún gobierno, ninguno, tampoco uno de izquierda como se demuestra, va a mover un solo dedo para finiquitar un Concordato que nos mantiene esposados y espesados a una caterva de obispos ortodoxos hasta el vómito, manipuladores de la verdad, y recolectores de privilegios… Y todo esto hasta reconocido por el propio papa Francisco.

Prueba fehaciente de este estado de cosas y de casos es que ningún gobierno democrático y liberal de Europa mantiene tan vergonzosa clase de atadura a confesión alguna, que no solo les permite inmiscuirse en los asuntos de Estado, sino que igual se les permite inmatricularse en beneficio propio lo que es propiedad de ese mismo país y de sus habitantes. Ni siquiera Italia ostenta tales cadenas… Y todo eso debería darnos vergüenza y cargo de conciencia… si las tuviéramos, claro.

El propio Eclesiastés descubre una máxima: “No contengas la palabra de vida y no escondas tu sabiduría”… Por supuesto, su significado está secuestrado por la propia declarada por ellos Historia Sagrada, para que solo su curia lo pueda explicar. Pero la frase fue escrita para todo bicho viviente libre de espíritu que pueda y sepa pensar y razonar, no solo para la traducción y uso de los dirigidores epíscopos. Y lo que dice, llanamente, y sin tapujos, es: no te guardes lo que sepas y compártelo con los demás.

Es lo que intentó hacer Galileo y tantos otros; y es lo que deberíamos hacer todo hijo de vecino con posesión de neuronas libres en su cerebro, y de intelecto libre… Tengo muy claro, y lo admito y reconozco, que en otras circunstancias sociales y políticas, a mí no me dejarían ni respirar; como que también existen partidos y partidas de sicarios al acecho. Los conozco muy bien, y no me llamo a engaño…

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

¿Y AHORA, QUÉ PASA?..

 

Muy a menudo, bastantes participantes de mi programa de radio El Mirador, se han lamentado de no tener un lugar donde hacer charlas, mesas redondas, conferencias, sobre el contenido de mis temas…

Ahora, el Casino de Torre-Pacheco nos cede el espacio necesario para hacerlo, o desarrollar otros temas culturales de interés, como podrían ser Talleres de Escritura; punto informativo sobre Mediación, Libros, etc… Quiere hacer honor a su nombre de pila: Círculo Instructivo.

Nuestro mejor agradecimiento sería darle una respuesta masiva de asistencia a su generosa oferta… Por supuesto, estamos abiertos a propuestas. Solo faltaría que, tras tanto lamentarnos por la carencia de sitio, ahora despreciásemos tal oportunidad. Aquellos que pedían, que hablen ahora.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com

EN CORRESPONDENCIA...

(de YouTube)

 

Una lectora y muy señora mía, ortodoxa católica sin ánimo de molestar, me reta… sí, muy correctamente, pero me reta, “ya que pareces ser antimilagros…” a explicar la curación del paralítico en la piscina de Betseda, que ella considera “rotundo y sin fisuras”… Con la misma educación y respeto, me propongo corresponderle, no sin antes, claro, releerme y repasar detenidamente el pasaje de San Juan que lo relata, si bien ceñiré aquí a ustedes tan solo que la parte en que recoge el hecho en sí y sus consecuencias posibles, si bien me permito recomendarle, también con toda mi consideración, la obra “La No muerte de Jesús”, de José Hernández Mondéjar, aunque mi parecer y opinión sea independiente de la suya…

Había allí un hombre que llevaba 38 años enfermo; Jesús lo vió acostado, y conociendo que llevaba mucho tiempo, le dijo: ¿quieres ser curado?. Respondió el enfermo: Señor, no tengo a nadie que, al moverse el agua, me meta en la piscina, y mientras yo voy, baja otro antes de mí. Díjole Jesús: Levántate, toma la camilla y anda. Al instante, el hombre quedó sano, y tomó su camilla y se fué.”

Bien, lo primero que a mí me parece es que el hombre aquél no era paralítico, sino artrítico (de lo más común en aquella época, por cierto)… Me lo imagino por el detalle de su contestación a Jesús, que, observen, y según el evangelista, ya sabía de antes su situación: “mientras yo voy, baja otro antes que yo”, o sea que el hombre andaba… lento, pero caminaba. Luego no sufría parálisis. Como tantos, había hecho de su carencia profesión limosnera: agarraba su litera, cogía sitio, y pedía ayuda en las concentraciones de gente, cosa nada rara entonces. Jesús, conocedor del caso, lo achuchó a superarse, y le empujó diciéndole algo así como: anda, gandulazo, recoge tu camilla y muévete, y verás como mejoras

Existe un párrafo siguiente de ese Evangelio que no deja de ser significativo… Justo cuando los celosos de la ley judía, que no dejaban en sábado ni llevarse la cuchara a la boca, le recriminan al mismo paralítico raro, sin extrañarse un pelo: “es sábado, y no te es lícito portar la camilla”, y el tal les contesta: “el que me ha curado es el que me ha dicho que coja mi camilla y me vaya”… Esto es, cuando la policía moral le echa mano transgrediendo las leyes del sábado, le falta tiempo para ejercer de acusica señalando a ese que me ha dicho que lo haga, sin un ápice de agradecimiento. Le había hecho mover el culo y su reacción lógica fue esa. Si Juan pusiera el que me ha “levantado”, en vez de “curado”, encajaría perfectamente en el contexto, pero claro, la misión del evangelista no es glosar, sino gloriar.

Y es lo forzado de tales comentarios, precisamente, lo que lleva a echarle un par de pensadas con un chup-chup de pura lógica… El remate y conclusión de ese Juan,1-18 es algo verdaderamente curioso por clarificador. Relata que Jesús se volvió a tropezar en la sinagoga al tal elemento, y reconociéndole entre la muchedumbre, le dijo: “mira que has sido curado, no vuelvas a pecar, no te suceda algo peor”. Traducción esperada por parte del evangelista de una frase más entrada en el sentido común, algo parecido a: mira cómo te has mejorado, no vuelvas a postrarte porque será peor para ti… La guinda de ese Evangelio está en la contestación a los inquisidores religiosos cuando éstos le acusan de trabajar y hacer trabajar en sábado: “mi Padre sigue obrando todavía, y por eso obro yo también”… esto es, en román paladino: si Dios no para en sábado, ¿por qué hemos de parar sus hijos?..

Doy por supuesto, naturalmente, que cambiar un pensamiento inducido que ha sido estructurado en una determinada orientación durante milenios, no es nada fácil… Personalmente, para abrir mi capacidad mental, he tenido que “desestructurar” previamente un cerebro catequizado según dogma establecido, y eso lleva su tiempo… Claro que hay personas que no quieren liberarse, ni tienen voluntad de ser despertadas; y no sirve de nada forzarlas ni siquiera a intentar lo que ellas no desean. Ni tampoco es ese mi interés, claro está…

Pero sí que es mi obligación moral contestar a los que me preguntan, según mi leal entender, no según el dictado de ninguna ortodoxia establecida. El aceptarlo o no ya es opción de cada cual. Mi propósito no es cerrar puertas, sino abrir ventanas… Cada ventana brinda una perspectiva diferente, y en la suma de todas ellas reside la verdad… Y en el fondo de todo está la libertad para “buscar y encontrar” la realidad única, lo distinto en la unidad.

Y he procurado contestar y corresponder a la dama que me instó (dejo lo de “retó”) a explicar este “milagro”, con toda la honestidad de la que soy capaz. Y solo invito a que, ya que se molestan en preguntarme, piensen, recapaciten, reflexionen, en otras posibilidades, y en distintas maneras de ver las cosas. Solo eso… Y si me lo permiten, una vez ya puestos, quizá ayude un poco si les digo que a mí, ni Dios ni Cristo me compran ni me ganan con milagros, ni me convencen atracándome de ellos; sino que el convencimiento me viene a través del conocimiento.

Considero, y permítanme decirlo sin que nadie se siente señalado, pues no es esa mi querencia, que los prodigios y portentos son residuos tribales y totémicos; restos arcaicos de exigir maravillas y milagros al Dios de turno que nos pruebe ser nuestro dios verdadero, y yo el primero… Lo veo, perdónenme, muy inmaduro por nuestra parte – por no decir un pelín ruín - que se nos tenga que alimentar aún con biberones espirituales azucarados, portentosos y con sabor a magia… Excúsenme que les pregunte a todos y cada uno: ¿Creería en un Jesucristo que no haya hecho ningún milagro, ergo tampoco ha hecho el milagro de resucitar?.. No se hagan trampa a sí mismos, y piénsenlo bien pensado, que es por su propio bien. El problema no es de Jesús, el problema es suyo…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com

FANTASMAS DEMAGÓGICOS

(de Freepik)

 

Noticiario 8 tarde de nuestra muy inefable cadena autonómica “la 7”, un alto representante médico regional pone de relieve la preocupante falta de médicos y especialistas: no hay médicos hospitalarios, ni puericultores, ni neurólogos, ni cardiólogos, ni…

Cuatro segundos después, en otro flash, aparece López Miras en pantalla, soltando que “Murcia tiene la mejor sanidad del mundo”… Así, sacando tripa y morro, sin soltarse un ojal.

Lo que sí está claro es que nos faltan médicos y nos sobran fantasmas. Podríamos exportarlos, como la cabra murciana, que no se nos acaban… Además son especialistas en demagogia. De los mejores.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ – www.escriburgo.com – miguel@galindofi.com