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EL OJO QUE LO VE

(de Asesorias.com)

 

 

En Derecho Constitucional se dicta que es un Fraude de Ley el que las formaciones políticas se presten diputados entre ellos para alcanzar fines políticos personales y/o partidistas. Es lo que ha hecho el Psoe con Junts y Erc para que logren grupos parlamentarios propios, como lo hizo López Miras en su día acogiendo a tránsfugas en el suyo.

Exáctamente lo mismo. Esta práctica fraudulenta se comete indiscriminadamente desde la izquierda a la derecha… Hoy por ti, y mañana por mí, se dicen entre bambalinas, y mientras rula…

Pero es además un fraude electoral, social, moral y ciudadano… Yo no voto a “mi” partido para que éste lo ceda o lo preste a otros, según conveniencia. Lo que pasa es que aquí cada uno lo justifica según por el color del ojo que lo juzga.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

LOS 10 RAZONAMIENTOS

 

…De la Ley de Dios.- Con permiso de Cécil B. de Mille, de la Iglesia y de todos los que se puedan sentir ofendidos, aunque no tenga el mínimo deseo de ofender a nadie, me voy a atrever a corregir lo de “Los Diez Mandamientos”… Un Dios que otorga al ser humano Libre Albedrío para experimentar su obra creativa y adquirir conciencia, no puede contradecirse a Sí mismo, mandando, ordenando, ni prohibiendo, nada (salvo indicando, razonando). Si el hombre, como género humano, ha de aprender algo, y yo creo que mucho, lo hace a través de los errores, no a través del castigo, para eso Él mismo nos colocó, a modo Gps, la ley de causa y efecto.

Lo que bien pudo pasar, es que aquél cansino Moisés, que estaba obsesionado por ser homologado por Dios para ser guía y garante de su pueblo (noble propósito, por cierto) no paraba con su cantinela: “Oh Dios de mis padres, dígnate mostrarte a mí”, como recoge el Éxodo, o: “dame una señal que yo pueda mostrar a mi pueblo”, y dale que te pego: “¿cómo podemos saber que somos los elegidos?”… Todo tole-tole provoca un fruto (pedid y se os dará, buscad y hallaréis), y el nieto secreto del farahón, tanta brasa dió, que prendió una zarza en lo alto del Nebo, que era su propia conciencia ardiente: acho, tío, “Yo soy El que Soy”, y no hay más, ni menos, que eso.

Bueno… ya había iniciado el contacto, el movimiento de apertura del ajedrez…. Pero seguía insistiendo en la cantinela del: “¿cómo puedo estar seguro, tío?”, que repetía a cada subida al monte, cual Almonte, o Fuensante, que son versiones competenciales de lo mismo… Hasta que El que Es tuvo que contestarle algo así como: mira, majo, pesaíco eres, escribe en lo que pilles lo que te voy a decir: estaréis seguros de cuánto me preguntas, cuando tú y tu gente viváis una realidad basada en unos convencimientos, y fíjate que no digo mandamientos, básicos, elementales, como premisa de que, poco a poco, vayáis entendiendo por vosotros mismos, y convenciendóos, de lo que no debe ser impuesto sino adquirido de buen grado. Cuando lo logréis, podréis consideraros mi pueblo. Toma nota:

1).- Cuando dejéis de rendir culto al estátus, al poder y el dinero, y lo rindáis al único Dios verdadero, que soy Yo por cierto, y estoy dentro de vosotros, que no tenéis que subir a ningún cabezo, cabezones…

2).- Cuándo dejéis de usar mi nombre para adquir ese vano poder, que no vale nada, porque, al fín, descubráis que todos somos una misma realidad… que Yo soy tú, y tú eres Yo, que no te enteras, Contreras…

3).- Como no va a ser de hoy para mañana, porque os conozco, al menos reservad un día de la semana para pensar y hablar de estas cosas, y todo lo demás se os dará por añadidura. Aislaos, meditad, santificadme ese ratico dentro de todos y cada uno de vosotros. Buscadme ahí aunque solo sea en uno de siete.

4).- Cuando veais que todos honráis a vuestro Padre/Madre, que soy Yo, y a vuestra Madre que es la Tierra que plantáis y de la que coméis, y de vuestra Madre carnal que os dio de mamar, mamones, empezaréis a comprender el principio de todo.

5).- Cuando no matéis ni asesinéis, porque os hayais dado cuenta que lo que hagáis a cualquiera de los otros os lo hacéis a vosotros mismos, y que os estáis pegando tiros en los piés, tontos del nabo, empezaréis a comprender.

6).- Cuando dejéis de cometer adulterio con y entre vosotros mismos, ni envenenéis vuestros cuerpos con alimentos que igual habéis adulterado, entonces vamos y hablamos.

7).- Cuando entendáis que no vale la pena robar, porque todo es de todos y no existe nada de nadie, y lo que roba uno aquí se lo está robando a sí mismo para cuando salga de aquí…

8).- Cuando veais que no hace falta mentir, ni ir haciendo por ahí el trincaleras, levantando falsos testimonios, porque la sociedad es como un espejo que refleja en nosotros todo lo que hacemos, entonces, quizás…

9).- Cuando seáis todos como Uno, no habrá esposas de nadie, porque las mujeres no son propiedad de nadie; y los que entiendan eso, no desarán a ninguna prójima de ningún prójimo. Lo que vino de la unidad, volverá a la unidad.

10).- Como tampoco los bienes ajenos, ya que habréis acabado con la “ajenidad”, y con la propiedad, y hasta puede que sepáis lo que es en verdad la “comunidad”, no la de vecinos que solo vale para pelearos entre vosotros…

… Así que – concluyó Dios a Moisés – cuando en el mundo se den esa serie de conclusiones, por razonamiento propio, tendrás la prueba de que has hablado Conmigo… o, mejor dicho, Yo contigo. Así que no vuelvas más por aquí, que ya yo, yo ya

Pero yo no concibo a Dios (sí a los dioses, pero eso sería otra historia) como un legislador/castigador que ha “creado” a sus propios siervos para que éstos se le suban a las barbas, y así poder sacudirles estopa a placer… Puedo entender muchas cosas, pero no esa.

Más bien me inclino a creer que a Dios lo han secuestrado las religiones en beneficio propio y de su sacerdocio. Que lo han manipulado hasta ponerlo a su servicio e interés ante la pasmada y domesticada mirada de los fieles. Que han falsificado sus enseñanzas convirtiéndolas en gobernanzas. Que han revertido (rebajado) a Dios en un Rey para así ellos poder convertirse en sus visires… Y lo más cómico de todo, es que ese poder que ellos se arrogan, no se lo dá Dios, sino que se lo damos nosotros… A ver si vamos espabilando, maese Fernando.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

DE CINE...

(de Todocoleccion)

 

Tan solo tenía que salir de mi casatienda y cruzar la calle: allí tenía el Cine Carthago, más conocido en el pueblo por el Cine de la Feria, el cine de invierno… A cuatro pasos exactos se ubicaba la fábrica de los sueños, donde, en aquellos años oscuros, podíamos vivir vidas ajenas, existencias placenteras, o heroicas; perdernos en aventuras que revivíamos el resto de la semana; suplantar personajes y enrocarnos en situaciones dramáticas, amorosas u odiseicas. Entonces, en los cines se producía lo que en psicología moderna se llama “transferencia”, un recurso vital para librarse de una cotidianidad vigilada y asfixiante… Una válvula de escape tan necesaria como el escaso pan que se comía.

Tan cerca estaba de aquella mágica factoría, que, aún en los fríos inviernos (entonces, lo eran), con las puertas cerradas, bastaba con situarse próximo a las de salida, para oír el lejano eco de las películas que se desarrollaban en su interior, con un sonido débil y apagado, pero reconfortante… En primavera, el cine abría sus ventanas laterales a la calle, como recurso de refrigeración natural, y entonces yo tan solo tenía que trepar a las más próximas a la pantalla, para, encaramado en ellas, agarrado a sus barrotes y mal-enculado a su escasa repisa, entre una visión biselada y una acústica deformada, adivinar, o mejor dicho, imaginar, la historia que dentro se desarrollaba.

Nuestra proximidad a “los del cine” me permitía una cierta relación con su paisanaje: Joaquín, el portero; Paco, el operador; Mingo, el cartelero… que, conforme yo iba creciendo en talla y años, y la escasa disponibilidad de algunos reales en el bolsillo, que, con el paso del tiempo, se convirtieron en pesetas, mi acceso al privilegio de gallinero, primero, y butaca después, fue convirtiéndose en una esplendorosa y lujosa realidad… Incluso, algunas veces, me permitían subir a la cámara de proyección, donde Paco me proveía de recortes de fotogramas, que, por ajustes de la cinta o por los de la censura, se desparramaban por el suelo.

Sobre los míticos sesenta, siendo ya zagal laboral, cuando hasta se permitían poner alguna película entre semana en sesión doble, estaba a mi alcance incorporarme alguna noche, aún a medio proyectar, a aquella bendita evasión. En la sala semivacía, donde muchas veces me encontraba con mi primo Máximo, desmenuzábamos juntos aquellos ratos mágicos en blanco y negro… Habíamos desarrollado la habilidad mental de reconstruir los pasajes asolados por la tijera censora, hasta dándonos cuenta del momento en que se iniciaba, y cómo se desarrollaba, tan triste y patética suplantación.

No resulta extraño entonces que mi película mítica sea “Cinema Paradiso”, y su banda sonora (Ennio Morricone) forme parte de mi subconsciente personal más consciente. Es mi particular regreso a Ítaca… el Ulises que llevo cosido a mis recuerdos y entretelas, y que yo creo – y esto se lo deberé consultar a mi amigo Juan Jiménez, psiquiatra de pro – que ya forma parte intrínseca, y quizá que también condicionante, de mi mentalidad y personalidad. No sé cómo se puede manifestar esto, pero estoy seguro de ello.

Y todo esto, que forma parte y se desarrolla, y actúa, a través y a lo largo de toda existencia humana, más el acumulado de después, y a lo que damos tanta importancia con respecto a su influencia en el resto de nuestras vidas; que nos parece una experiencia única dentro de nuestra existencia y mundo mundial, es, en realidad, la milmillonésima parte de una minucia dentro del orden universal en el que estamos insertos… Aunque lleguemos a ser seres centenarios, supondría cuatro diezmilmillonésimas partes de la existencia humana en el planeta; una siete diezmilmillonésima parte de la vida del cosmos…

Estas cifras tan inconmensurables deberían hacernos meditar sobre nuestras insignificantes vivencias en comparación con la inmensidad e infinitud que nos contiene… y nos sostiene. Como debería hacernos pensar por qué, a pesar de esa matemática brutal, que nos pone en nuestro sitio real descolocándonos del que creemos real; todos los trascendentales Avatares de nuestra antigüedad (Jesucristo es uno de ellos); y nuestra ciencia actual (la Física quántica es la última de ellas), nos sitúa, a pesar de nuestra insignificancia, como “agentes” activos y preponderantes en nuestro limitado medio, y en el desarrollo de toda una eternidad. He aquí la cuestión, he aquí el misterio, he aquí la aparente dicotomía e incongruencia.

Naturalmente… si nos observamos como entidades separadas, individuales y animadas – porque resulta que pensamos y nos pensamos –erramos. Todos los seres tenemos “ánima”, precisamente, que de ahí viene “animales”… El secreto, que no es ningún secreto, es que los humanos incorporamos conciencia, y la conciencia lleva consigo y en sí misma la experiencia y la trascendencia de tal experiencia. La primera lleva a la segunda. Y es esa parte, precisamente, la que trasciende los eones del tiempo… De un tiempo, por cierto, que no existe como tal dentro del organigrama de la eternidad, ni de su concepto. Saquen pues, todos y cada uno de ustedes, sus propias conclusiones.

Es posible, estoy seguro de ello, que van a decirme que me he montado una película de ciencia-ficción, tipo Asimov… Sin embargo, no es así. Puede que hasta se tome como reality-show, si quieren, pero no tiene nada de fantasía. Aquí la única trama que existe nos la montamos nosotros mismos huyendo de la realidad y negándonos a la verdad. Ni queremos saber, ni queremos encontrarla, por lo tanto tampoco buscarla. Pero no pasa nada, porque, tarde o tempreno, al final, es ella la que nos encuentra a nosotros. Mientras tanto, así nos va: de cine… pero de miedo.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

DOY FE

(de YouTube)

 

Se ha destapado que un funcionario “de carrera” (tal que así se especifica) del Ayuntamiento de Abarán, besaba sin consentimiento y enviaba mensajes de una obscenidad animal a sus compañeras (LO-30/8). Y así lo estuvo haciendo durante años. Los hechos de este sujeto deja a Rubiales como un cándido aprendiz…

No le ha caído condena mediática, ni creo que judicial, que se ha mamado el otro jumento. En España, un funcionario, por el hecho de serlo, sienta cátedra de seminviolabilidad. Sus derechos sobrepasan los de cualquier otro ciudadano…

En mis tiempos de Juez de Paz, viví casos de elementos, cuyas “hazañas” se saltaban lo policial y lo público sin esconderse, y, como mucho, les sobreviene un traslado, para en otro lugar sufran sus desmanes. Doy fe de ello. Un funcionario es un intocable.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

QUIÉN NO QUIERA SABER...

 

Tenemos en España una intelectual valiosa, y valorada en el mundo entero, pensadora, filósofa, escritora, socióloga, humanista, académica, catedrática de ética… y alguna cosa más. Se llama Adela Cortina, y la cito aquí, hoy, en mis espurios escriturios, por un par de razones: primera, porque si no digo todas estas cosas y casos sobre ella, casi nadie la va a conocer, pues en este país nuestro le damos más pábulo y dedicamos más atención a doña Belén Esteban que a cualquier figura de conocimiento universal. Y es normal: consumimos y valoramos la mediocridad que somos.

Y segunda, porque la frase, o sentencia, que voy a citar a continuación, es de ella, con toda su autoridad, y no una ocurrencia de este humilde escribidor de la gleba, al que ya muchos me tienen sacada la horma, y hecho el traje a la medida… Es que las cosas son así, y así las entiendo: el valor que se les da a las afirmaciones depende del currículum de quién las pronuncia. El que otro más anodino participe de ellas, y las defienda, vale de muy poco. Pero eso sí, se puede servir de la inapelabilidad del personaje para validar la propia creencia. Y eso mismo es lo que hago.

Por eso que, cuando esta preclara y magnífica mujer, exclama vox et pópuli, con luz y taquígrafos, que “Los medios están creando una sociedad de tontos polarizados”, un servidor de las monjas, que no puede estar más de acuerdo con ella, lo único que se me ocurre es hacerme su altavoz y trompetero, aunque sea su último y más débil eco, y llevarla hasta la conciencia de los que aún suelen compartirme… A veces, a los que los dioses nos han regalado cierta facilidad – que no felicidad – de pluma, con la que comunicarnos, la mejor respuesta y servicio digno en nuestra medianería es colaborar con las verdades, aunque sean las del barquero. Y hacer de telonero de los/las grandes, pues ese es el privilegio de los pequeños.

Pero centrémonos en el tema del día: que los medios participan activamente en el aparente plan de alienación que los poderes fácticos, económicos y oligárquicos, y los políticos como comprados colaboradores, parecen estar llevando a cabo, yo lo veo como algo más que un supuesto… Lo que pasa es que cada vez nos damos menos cuenta, de lo amuermados que estamos. Pero tan solo tenemos que abrir y repasar cualquier página de cualquier periódico con espíritu analítico, y ver cómo y en qué las emplea… o activar cualquier cadena de cualquier televisión, y fijarnos en qué y cómo llena sus tiempos. Pero antes, unos deficientes planes educativos han preparado el terreno para deformar a ciudadanos, y atontarlos polarizándolos al consumo, a la diversión y a la división.

Solo hay que fijarse, como ejemplo, en tiempos electorales, donde todo el enfrentamiento y discusión que la clase política establece en sus cochiqueras, de inmediato lo adoptan y reflejan los medios trasladándolo a la sociedad, que es el campo de batalla pre-establecido por los partidos. Cuanto de soez, burdo, sucio y rastrero se emplea, y es mucho, se expone a los ciudadanos para que lo incluyan en sus respectivas tendencias ideológicas de acoso y persecución en las redes al que opina contrario. Munición de guerra. Resulta demasiado evidente. Y la tendencia se hace tendenciosa.

El resto en tiempos… llamémosles normales, se rellena de festejos, deportes, climas adversos y diversos, y truculencias de todo tipo y condición. Todo encaminado al palo y la zanahoria, a establecer un programa de acojonamiento social que da muy buenos resultados… A la guerra, la carestía y la inseguridad se le opone estratégicamente un pan y circo que llenar y un carro del que tirar. Así que sí, yo estoy con Adela Cortina cuando dice que jamás ha habido tanta oclusión mental (con tales mismas palabras) como en la actualidad, y que se muestra más escéptica que nunca, visto lo visto, que es lo nunca visto… Yo también, mi respetada señora, yo también…

Es exactamente la misma estrategia utilizada por la Iglesia desde los siglos de los siglos para obtener y guardar el poder: extender la ignorancia, secuestrar el conocimiento, esparcir el miedo, y monopolizar la salvación… Ya saben: sométete y te salvaré, vótame y te protegeré; pero, claro, eso por supuesto, entrégate, atóntate, polarízate, no seas tú, no ejerzas el librepensamiento, no recuerdes, no conozcas, no sepas, que nadie hable ni escriba fuera de lo establecido por nos…

Lo de doña Adela tan solo es un espaldarazo a lo que, tras soltarlo, ha sido debidamente silenciado por esos, los mismos medios… Y no solo porque lo creo, es que también lo sé. Conozco casos de persecución, acosos, chantajes y amenazas a personas débiles e indefensas, desprotegidas, víctimas propiciatorias, por parte de esa Iglesia que obra contrariamente a lo que predica. Y eso, por el solo hecho de intentar publicar en libertad lo que todo el mundo debería tener la oportunidad de saber y conocer, en uso de su también propia libertad. Y doy fe de ello.

Pues el Estado está empezando también a actuar así. Las oligarquías económicas así lo demandan… Naturalmente, lo más cómodo y efectivo para todos estos poderes terrenales no es producir mártires, sino producir, como afirma la Sra. Cortina, tontos polarizados… No hay que atacar a nadie, sino lograr que nosotros nos ataquemos a nosotros mismos, y que se quiten de en medio entre ellos mismos. Siempre habrá sicarios, como siempre habrá redes.

Lo único que hay que hacer es sembrar el rechazo al auténtico conocimiento; travestir la genuina simiente por zarzas y espinas, y sembrar cizaña… y verlas venir. Yo me apunto a los incómodos, a los no-me-da-la-real-gana, a no tragar sus envenenadas píldoras. Por supuesto, es tremendamente incómodo y difícil, y te harán el apartheid, y resulta dolorosamente solitario. Por eso, el que me quiera seguir, que lo haga, y el que no, pues que ni se moleste… pero que tampoco me moleste a mí.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

FALSAS VERDADES

(de OkDiario)

 

Asegura el conocido físico Aberlyam Loeb que “es muy arrogante pensar que estamos solos en el universo”… Igual lo fue en su día pensar que nuestro planeta era el centro de la galaxia; o que el sol daba vueltas a nuestro alrededor.

Al ser humano, movido por las religiones, siempre le han hecho creer que él era el centro del universo, y la ciencia lo ha ido bajando de su falso pedestal, en contra, y a pesar de, las iglesias de turno.

A las personas se nos ha secuestrado nuestra facultad de sacar nuestras propias conclusiones por nosotros mismos a lo largo de toda la Historia… Se nos ha colonizado el pensamiento con creencias impuestas que hemos aceptado y adoptado como verdades.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

PALABRA DE DIOS

(de El Espectador)

 

La conductora de mis programas radiofónicos, Micaela, es una persona tremendamente observadora. Nada más verme llegar al estudio es capaz de captar si el paraguas que llevo – si es que llueve, claro – se conjunta con los zapatos, por ejemplo, o si he cambiado de gafas para leer. A eso se le llama aptitud. Tiene tal capacidad, como también otras… Y como me lo hace observar, dentro de nuestra mutua confianza, por supuesto, se debe a que es comunicativa y espontánea. A eso se le llama actitud. O sea, su manera de actuar. Podríamos decir que la actitud es la forma de expresar las aptitudes de la persona. Por eso no debemos confundir ambos significados, aunque sean palabras casi gemelas. Mucha gente lo hace erróneamente.

Por poner otro ejemplo, esta vez personal, un servidor tiene la aptitud de búsqueda permanentemente, como el perro mastín. Creo en lo del “buscad y encontraréis” crístico por tendencia natural. Aquello que considero importante lo busco hasta debajo de las piedras, y no me quedo con lo primero que me digan, ni con lo primero que encuentro… Mi actitud es no guardármelo para mí, sino compartirlo, contrastarlo, comunicarlo. Soy una especie de filtro, de colador humano, con la necesidad, el impulso, de soltar lo que se me queda enredado entre las tripas mentales.

Entonces, por otro ejemplo más, cuando digo que no creo en el significado generalmente admitido como “Palabra de Dios”, no es por escandalizar (el escándalo es una actitud personal gratuita, enfermiza, tóxica y equivocada), sino con el ánimo de transmitir un convencimiento, que, por cierto, nadie está obligado a admitir si no quiere, o no cree… Las cuestiones de tener una mentalidad abierta o dogmática también es una actitud, Y mientras con las aptitudes se nace, las actitudes se hacen. Por lo que éstas, las actitudes, igualmente pueden deshacerse, cambiarse, perfeccionarse, ya que la actitud es hija del “Libre Albedrío” con que fue dotado el ser humano.

Analicemos, con todos los respetos del mundo, por supuesto, y pidiendo perdón por si acaso algunos álguienes se consideran ofendidos tan solo que por exponerlo yo aquí, pero, a lo que taxativa y literalmente se le denomina “Palabra de Dios” normalmente: o bien La Biblia, que no deja de ser un texto formado por un compendio acumulado a lo largo de siglos, quizá milenios, que son anales históricos y leyendas antiguas, acopladas y enfocadas, y adaptadas, para que cumplan la función de ser un libro inspirado por Dios; o todos aquellos textos, normas, ritos y dogmas, que las religiones (sus iglesias) han establecido de forma y manera unilateral como tal Palabra de Dios. Eso es todo.

Naturalmente, aquí funciona una herramienta de acople, que, bien manejada, es tremendamente eficaz: La fe… Pero, claro, no una fe libremente adquirida por sí mismo, ni encontrada en propia y personal búsqueda, ya saben aquello de “Busca dentro de ti, y no fuera de ti, que solo allí encontrarás lo que buscas”, sino una fe incorporada con calzador, casi a la fuerza; una fe inyectada, heredada a presión. De hecho, a eso se le bautiza como fe, pero no es LA Fe. La fe es otra cosa distinta, mucho más libre y liberadora.

Se podría decir – yo así lo creo, al menos – que Dios no habla a través de palabras ajenas a Sí mismo; que Dios habla con su propio idioma, no con el nuestro, falso y acomodaticio; que Dios tiene vía directa con todo hombre (especie, no género) de forma y manera directa con cada cual, según su propia evolución, estado y entendederas, y no a través de terceros, que normalmente actúan según sus propios intereses, más o menos corporativos… La “palabra” es un recurso limitado, sujeto a errores y falsas interpretaciones, o si no falseadas, al menos retocadas y acomodadas. No es la opción preferida de Aquél que nos creó, y que, por tanto, nos conoce mejor que si nos hubiera parío… porque es cierto que nos ha parío.

De la cultura antigua y destilados recientes y coincidentes, encontramos la tríada que Dios usa para comunicarse con el hombre, con cada ser humano hecho persona, que dispone de una mínima parte de “semejanza” directa con su Hacedor, y que no es la “imagen”, precisamente… Y son las Experiencias, los Pensamientos y los Sentimientos. Cada estadio lleva al otro, secuencialmente, hasta desarrollar la verdadera, auténtica y genuina Conciencia.

No cabe la menor duda que nosotros, todos y cada uno y una, tenemos la capacidad, la voluntad y la libertad, de acomodar lo que sentimos en nuestro interior al interés que hemos construido en nuestro exterior. Y lo hacemos… ya lo creo que lo hacemos. Y aquí existen, al menos, un par de caminos: la comodidad, la adaptación, el conformismo, la no-beligerancia, el “a mí no me compliques la vida”; y el enfrentamiento, el riesgo, la incomodidad, la incomprensión, y las hostias mal dadas, por ubicarse fuera de lo establecido por la santísima trinidad de la norma, la horma y el dogma.

Por supuesto, lo repito, esto es una toma de postura personal por un largo, arduo y solitario camino andado. Y cuyas conclusiones y consecuencias me tomo la libertad de compartir con los que quieran escucharlas, o leerlas, o buscarlas y comprobarlas por su propia cuenta, riesgo y derecho, faltaría más… Se me contrargumentará que también utilizo las palabras que al principio deshecho para con Dios, pero, claro, entiéndanlo, para Él son absolutamente innecesarias, y yo, nosotros, aún somos esclavos de ellas. Y precisamente por eso mismo, no son fiables cuando aseguramos que lo que nosotros decimos es lo que Él nos dice. Mea culpa de no creerlo, fráteres.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

DAR LA CARA

(de Traveler)

 

Este verano ha sido rico en violaciones por parte del Reino Unido a la soberanía de España en cuanto a Gibraltar se refiere (EP.30/08). La lista es larga, y continúa… y también indisimulable e insoslayable.

No se puede entender que, teniendo nuestro país la sartén por el mango tras el Bréxit, y a la UE a su favor en todo, permita esos desmanes, y se deje avasallar por la prepotencia inglesa. Es vergonzoso e inadmisible.

Salvo que se deje humillar por la enorme colonia británica que se deja la pasta esterlina en España, y que eso sea la paga por la que vendemos nuestra dignidad, y por la que ellos la compran. Todo puede ser. Alguien debería dar la cara.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

PENSAR O NO PENSAR

 

¿A usted no le ha ocurrido alguna vez, que al despertar una mañana, sin recordar ningún sueño en concreto, se le queda un sonsonete hecho de palabras, con o sin musiquilla, algo suelto que se repite inconscientemente y recurrentemente a lo largo de la mañana o incluso del día?.. Creo que es algo nada infrecuente en las personas, pero que no nos detenemos a examinar, dado lo corriente de tal sucedido. O es posible que no sea así, y entonces ustedes juzgarán si merece la pena comentarlo, o no.

Hace unas pocas fechas, me desperté con uno de esos tole-toles metido en la cabeza. Mientras me vestía, me aseaba, medicinaba o desayunaba, el abejorro de cinco palabras estuvo zumbándome en la mente durante una buena parte de la jornada. Incluso por la tarde, ya iniciada la oscurecida, cuando suelo drogatontarme con el Telediario y lo que completa el rancho del día, me volvió la cantinela, que ya solo me abandonó al coger el nuevo sueño.

¿Puedo salir de esta película?” era esa especie de jaculatoria de las cinco palabras, a modo semanasantero, así, en plan interrogación (yo diría en interrogante/suplicante), que me rondaron tan insistentemente… Yo sé que no es nada raro; que estas cosas suelen pasar; que más extraño es que le toquen a uno “los iguales”; que anda ya y que tontería de manía. Pero no me digan a mí que esta preguntica – me la hiciera a mí mismo, o algún desconocido otro – no es un pelín extraña. Puedo salir de un cine, sí, pero de una película, ya me contarán qué tarantán…

Pero lo que quiero compartir con ustedes es que, a los pocos días de eso, en un libro que andaba leyendo de Javier Marías, en concreto Berta Isla, leo: “tengo la sensación de que yo no he escogido tanto como se me ha escogido a mí”, y, sin saber porqué regla de tres, tal que en un airbag, se me disparó de nuevo la frasecica peliculera. Varias páginas después, y terminando capítulo, otra: “Cuán fácil es creer que se sabe, y no se sabe nada. Cuán fácil es estar en la oscuridad creyendo que es nuestro estado natural”…

He de aclarar que es del género novela, no del género ensayo, y que las frases las suelta un personaje de la trama, que no son máximas de sesudos análisis. Puntualizo este matiz para que eliminen la posibilidad de que yo estuviera enganchado a un nivel de pensamiento filosófico o extrafilosófico que conectó en el mismo grado vibratorio del… llamémosle “mensaje original”. Nada que ver lo uno con lo otro, con lo esotro, o lo aquellotro…

Bajo mi bajo entender, claro, esto se sale del “guá” de las casualidades, y entra en el de las causalidades… Lo que causó el ping-pong salido del sueño fue la causa, sin duda alguna, de que, días después, y conscientemente fuera del tema, yo me fijara en el efecto eco surgido de lo que quedó en mi subconsciente. Efecto sincronicidad, creo que se le llama a eso, (no sé explicarlo de forma más sencilla, disculpen mis limitaciones). Pero si ese inconsciente que soy yo y todos, llama mi atención y enlaza lo uno con lo otro, digo yo que será por algo, ¿no?..

Bueno, pues aquí estamos, con su permiso, naturalmente… A mí me gustaría reflexionar en compañía de los que me siguen e intercambiar supuestos, pero estamos limitados por una distancia que nos supera, aunque no a la escritura, que tampoco es poco. Y de ella me valgo. Y lo primero que me digo es que el primer “mensaje” larga que aparento estar atrapado en una película de la que quiero salir, eso está medianamente claro. Después se entiende del libro la sensación que yo no he escogido nada, pero que algo, o alguien, ha escogido por mí (por el personaje). Si unimos ambos, se expone el deseo de salir de una situación, o película, para la cual he, o se ha, sido elegido por alguna ignota razón… La última parte, lo de que es más cómodo creer que se sabe que saber lo que se cree, tiene miga, y es como para que nadie se deje dormir en los laureles.

De aquí salen, al menos, un par de preguntas simples: ¿puedo salirme de una película que, se supone, ya ha sido rodada y se está proyectando, para luego volver, o no volver, a entrar en ella?.. y la otra: ¿qué o quién me ha fichado para ese papel?.. ¿acaso pude haber sido yo mismo, sin tener ni puta idea?.. Sí, ya sé, me he sacado de la manga una tercera pregunta, pero es que viene dada, o quizá hasta contestada, y es que mi obligación es “saber el por qué”, y no “creer saber” lo que no quiero saber. Esto sería una impostura para conmigo mismo.

Lo cierto es que no tengo a Freüd, ni a mi amigo Juan Jiménez, aquí y ahora, pero sí que estoy seguro de que esto es un concepto universal que nos afecta a todos y cada uno de los seres humanos… Es por eso que me crea la obligación de compartirlo con todos aquellos que quieran profundizar en el conocimiento de sí mismos. No me considero en posesión de la verdad, ni mucho menos, pero sí que estoy en la búsqueda de la posible verdad, entiéndanme, por favor… ¿Y qué necesidad tengo de esto?, me preguntarán. Y habré de contestarles que la necesidad que me dicta mi necesidad.

Con uno solo, nada más que uno, que se sienta semidentificado con estas cuestiones, habré cumplido conmigo mismo, y lo consideraré una poderosa alianza, aunque jamás se sepa… La satisfacción es una especie de recompensa que casi nunca se da, pero que, a veces, sí que se siente…

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

SILENCIO ESPESO

(de GQ)

 

MURCIAECONOMÍA publicó un artículo de este servidor, con título “Nosotros Veremos”, en el que aventuraba algo en que los medios de comunicación remaban a la contra con el palmeo del sector beneficiado y el babeo de la Administración.

Una semana después, la misma prensa regional se hizo eco de un informe de la Comisión Europea que vaticina exactamente lo mismo que yo exponía en mi artículo… El silencio es atronador…

Ni un solo comentario que llevarme al ego; ni la más mínima palmadica en la espalda, plas, plas, plas; ni el más huérfano reconocimiento ni comentario alguno… Existen verdades que no se quieren oír y evidencias que se quieren ocultar, ¿verdad?..

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

SEAMOS RACIONALES

(de Infobae)

 

Que las personas, seamos seres humanos, animales, y/o todo bicho viviente, vivimos, nos movemos y nos desenvolvemos, en una sopa de vibraciones energéticas inconmensurable (esta grandilocuente palabra quiere decir exactamente “inmedible”), creo que, a estas alturas del cotarro, ya está fuera de todo género de duda… La física, la termodinámica, ahora la quántica, lo demuestran sobradamente. No soy yo, ni ningún profeta, quién lo dice. Lo afirma la ciencia. Otra cosa y otros casos son los que niegan sistemáticamente todo aquello que ignoran. El miedo a saber, el temor a conocer, es el primer enemigo que anidó en el hombre – en genérico – y el último que se niega a desaparecer.

El sentido común nos hace razonar, o debería hacernos, por lógica, que si todo lo creado, visible o no visible, ponderable o no ponderable, está y estamos inmersos en esa especie de “caldo” de energía, que vibra en millones de ondas distintas – por ponerle una cifra que aún no se ha cuantificado – es porque todo, nosotros también, claro, estamos hechos, construidos y formados, elaborados, con y de esa misma energía primordial. Nada en el universo puede ser ajeno a sí mismo. Es un principio elemental.

Y si desarrollamos el mismo sentido lógico, solo podemos admitir que toda criatura habremos de vibrar igualmente, cada uno al nivel que le corresponda por naturaleza, o por otros factores que se nos escapan, sean éstos de carácter físico, mental, anímico, espiritual, o vaya usted a saber cual… Entonces, llegados a este punto, tendremos que pensar, que, al menos en los humanos, se nos une al cuerpo material una esencia inmaterial que es la consciencia personal e individual de cada quisque como factor único y diferencial. ¿Estamos de acuerdo?..

Vale. Pues si estamos de acuerdo en eso, vamos a suponer ahora, que, al igual que se dispone de una herencia genética, unipersonal e intransferible, que se transmite a través de lo físico, también exista otro tipo de “herencia”, pongámoslo entre comillas, “animico-espiritual”, de otro carácter energético invisible y no medible, no sé si me explico… Las dos partes que conforman el ser humano, ambas tienen su propio grado de vibración: una de carácter físico, y otra de carácter… digámosle intelectual.

Si así fuera, eso explicaría que existan determinadas personas, que, por alguna causa que se nos escapa a los demás, e incluso la mayoría de las veces a ellas mismas, tengan la capacidad de “conectar” con otras realidades (yo las llamo dimensiones), que no porque no las sintamos quiere decir que no existen. Recordemos la famosa frase de Paul Elouard: “Hay otros mundos, y están en éste”… Y que pueden sorprendernos con sus, digamos “videncias”, que para ellos es lo mismo que “vivencias”, al fin y al cabo. El caso más documentado de todos los tiempos es el de Edgar Cayce, pero hay docenas, cientos, miles quizá, de “contactados”, por llamarlos de alguna manera, y de los que se tiene una muy sobrada constancia. Doy por supuesto la cantidad de charlatanes que hacen su agosto fingiendo lo que no son y perjudicando seriamente la credibilidad de los que son. Pero su existencia no anula la otra.

A esta “familia” de seres humanos pertenecen una muy larga y cumplida saga de personas repartida entre lo conocido por curanderos, gurús, sensitivos, experimentadores y experimentados (sin querer darle ningún carácter peyorativo a estos nombres, por el hecho de que se mezclen con cuentistas) y que, repito, lo uno no invalida en modo alguno lo otro. Cuando existe un médico verdadero, siempre aparecen falsos médicos.

Yo conocí a una `persona que asistió a una de mis primeras presentaciones de libros, y que me dijo haber visto una figura tras de mí, con su mano apoyada en mi hombro. Cuando me la describió, me di cuenta que estaba describiendo la figura de mi padre fallecido… Tras el primer impacto, indagué a fondo en torno de la misma, sin encontrar el más mínimo indicio de que pudiera conocer ni saber nada de él, como no existía razón alguna tampoco, anterior ni posterior, que delatara ningún interés personal que lo justificara. Para nada. Alguna otra experiencia de mayor “enjundia”, y que no voy a contar aquí, igual me sucedió con curiosos resultados de otras existencias que no vienen a cuento.

Lo que hoy quiero defender, que ya sé que no demostrar, es la posibilidad fehaciente de que lo que creemos inexplicable tenga una explicación perfectamente coherente. No se trata de creer en brujerías ni en actos mágicos, sino en usar el raciocinio en aquello que no llegamos a comprender… y “haberlas háylas”, independientemente de lo que creamos o dejemos de creer, o mejor dicho: de lo que nos hayan indicado que debamos creer y no creer, que esa es otra…

Porque, resulta muy curioso, curiosísimo, que las religiones institucionalizadas nos impongan dogmas y creencias absolutamente absurdas e increíbles, y que, sin ningún tipo de explicación lógica, ni razonada, ni científica, ni nada, nos las tengamos que tragar con o sin oblea… Y fabriquemos santos y milagros inexistentes de dónde solo existe un interés en sacar tajada. Y lo que aún es más patético: que se nos induzca a adorar las imágenes inventadas en un idolatrismo fabricado y postizo, y castizo; y que luego, además, por otro lado, encima nos pongamos a condenar lo que tiene más sentido y una más plausible explicación.

Honestamente, debo aclarar que éste de hoy no va en contra ni a favor de nada ni de nadie(s). Lo único que me mueve es intentar señalar un eje de razonamiento razonable – válgame la redundancia – y racional, con que poder pensar por nosotros mismos, con total y absoluta independencia, por supuesto, de los otros implantados e implementados, dirigidos y digeridos, con que nos han alimentado nuestros cerebros y han condicionado nuestras mentes. Solo eso. Que lo consiga un poquico o un nada, es otra cuestión… Mi intención es solo compartir lo que sé, nunca, jamás, imponer lo que creo. Esa es la diferencia.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

TODO MENTIRAS

(de La Razón)

 

De los festivales, conciertos y recitales masivos que abundan a pie de naturaleza, ¿cuántos son sostenibles?.. ¿qué masa de desplazados, y de fluorurocarbono se lanza a la atmósfera?.. ¿qué consumo de recursos naturales?.. ¿qué aporte de residuos y basuras?.. ¿qué destrozo medioambiental?..

Nadie lo dice. solo queda la taquilla de beneficios a los que viven de estos fangales a costa de tan ecologistas zagales; y los panegíricos del panycirco que aporta la administración (i)responsable.

Pero, tanto los unos como los abejorros que se hacinan en el montón de m… se las dan de “verdes” y defensores de no sé qué… Todos ellos. Haciéndose publicidad en camisetas y complementos climáticos. Y hasta se creen que son lo que no son.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

PUEDE QUE FUERA ASÍ...

(de BBC)

 

Me he leído no sé qué centeava vez los Evangelios. De tarde en tarde me entra la pulsión de releerlos como si fuera la primera vez… Y el caso es que ni recuerdo cuándo se produjo, ni porqué, ni dónde, esa primera vez, que, por lógica y edad, sería hace unos setenta años, en aquellas escuelas-dictaduras del franquismo y el catolicismo. Debió de ser por allí, próximo a mi comunión primera, o primer acercamiento inconsciente a lo que se imponía como verdades absolutas y sin discusión (ni opinión) alguna. Ignoraba aquél escaso “yo” y corta persona de mí mismo, que iba a ser una de mis lecturas más recurrentes en el largo resto de mi vida, y que me condicionó, por algún motivo que no recuerdo, a dedicarla al “buscad y encontraréis” que encerraba su más atractivo mensaje. Pero al verdadero, al genuino, al auténtico.

He releído, y corrijo aquí el comienzo del párrafo anterior, parte de los restos de los Evangelios que dejaron en los Concilios de Nicea, Carthago e Hipo, más o menos incólumes, tras someterlos a mutilaciones, manipulaciones, interpolaciones y destrucciones, hasta considerarlos Canónicos… esto es: con arreglo al Canon impuesto del catolicismo sobre el cristianismo. El resto de ellos, menos los tolerados como Sinópticos y Apócrifos, son los conocidos como Gnósticos, cuyos seguidores y guardadores fueron perseguidos, masacrados y exterminados por las primeras hordas de fanáticos de los que la Iglesia es heredera.

Sin embargo, y dicho esto, habría que preguntarse qué poderosa semilla contienen, y se guarda y aguarda en tales restos del naufragio primigenio (a pesar de las tergiversaciones, anulaciones y falsificaciones a los que fue sometido) que llegan a encandilar y atraer, aún no dejándose arrastrar por las torceduras y variaciones hechas a través de los siglos por el dogmatismo religioso, aliado siempre de los poderes terrenales a los que combatió Jesucristo, y por lo que le fue arrebatada vida y mensaje… Porque Él, en ningún momento, dijo venir a fundar religión alguna, ni mucho menos. Ya existía la suya, la del judaísmo, que vió en el nazareno a su principal enemigo.

No… su doctrina era tan sumamente avanzada que prescindía de la religión como intermediaria entre Dios y los hombres, como falsas e interesadas intérpretes e intermediarias oficiales entre ambos. Jesús nos conectaba directamente con Ab (padre), o con su Abba (papá) sin más templo que nuestro propio interior. “Buscad en el interior más recóndito de vosotros”, sin más ritos ni parafernalia que vuestra propia comunicación directa… Él vino a traernos el nuevo método que desterraba las viejas prácticas sacerdotales. “Mi Reino no es de este mundo”, ni ninguna iglesia, tampoco.

Lo que ocurrió tras el desgarrador y humano “¿porqué me has abandonado, papá?”, se debate entre la religión y la Historia; entre los hechos consumados, los imaginados y los trasplantados… Se sabe que Paulo de Tarso, tras una muy oportuna y productiva caída de caballo, “vió” cómo fabricar una religión de una no-religión, con los rudimentos de unos apóstoles que rumiaban su confusión, y la estructura copypegada de la suya propia: la judía. Así que, dado que el “heredero ideológico” de Jesús era su hermano Santiago, que quedó al frente de la llamada Iglesia de Jerusalén, allá que se ando Pablo en busca de la cesión de la patente.

Se sabe que lo corrieron a escobazos y que tuvo que saltar las murallas para ponerse a salvo, y que lo consiguió gracias a la escolta de “milites” como ciudadano romano de segunda que era… Como igual se sabe que se llevaba a matar con Pedro y los más próximos al Cristo. Naturalmente, lo tomaron como un diletante ambicioso. El resto fue escrito por él y descrito por su propia Iglesia: la católica, que obrado y maniobrado lo que no está en los escritos (o sí lo está, bien buscado), por adecuar la Historia a lo que ellos construyeron como sagrado: una religión trufada de ritos, normas, hormas y, por último, dogmas, a remedo de la judía.

Una religión que se sostiene en una resurrección de un Hijo de Dios, que, de serlo, no necesita de tal “milagro”, pero que, gracias a ellos, nos salva a todos los demás por mediación de esa “su” Iglesia, que jamás fundó. En ello se basa todo. Si eso falla, el invento se viene abajo, y el inventor pierde el badajo y el trabajo.

Sin embargo, el Divino Nazareno, bien pudo venir, y a eso vino, a transmitirnos que todos somos tan Hijos de Dios como Él mismo, por lo que “la salvación” nos llega de nosotros mismos, no de templo ni credoficial alguno. Pero que, como adelantado Hijo del Padre de todos, y como también Hijo del Hombre como todos, nos traía el manual de instrucciones del cómo, el porqué, y el de qué casta le viene al galgo… Y ayudarnos a recordar lo que la humanidad había olvidado por el camino de su andadura.

Por supuesto, no pudo terminar de hacerlo… de hecho no le dejamos acabar su misión. Unos por ignorancia y otros por maldad, nos lo quitamos de en medio. Lo mejor de su semilla está enterrada entre abrojos y sarmientos, entre ritos, prácticas, zarzas y falsificadas tradiciones… Pero está viva, surge de los propios restos de verdad adheridos a la mala hierba. Y cada vez se distingue más y mejor sus brotes de los otros. Tan solo hay que fijarse.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

LA OBRA DEL...

(de Eulixe)

 

Leo en la prensa (L.O. 27/8) que el Opus Dei está en el punto de mira del Papa Francisco, que le ha puesto en cuestión y le ha revocado el Estatus de Privilegio que le concedió Juan Pablo II con lo de la Prelatura y demás componendas.

La Obra, como así se hace llamar, no es de Dios, por mucho que así la autoetiqueten ellos mismos. Es una obra de hombres para los hombres… eso sí, en nombre de Dios, al que utilizan para sus fines de poder y dominio.

De hombres que elevan o despeñan a otros hombres, según se sometan o no a su voluntad. Muchos tenemos ejemplos de ello, y algunos, en sus propias carnes.- “Por sus obras los conoceréis”.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

A QUIÉN PUEDA SERVIR

(de ABC)

 

Una muy buena y querida amiga, me dice que deberíamos de juntarnos un ratico para hablar del azar, de la suerte, de las casualidades (a las que yo vengo en llamar causalidades), o de lo que también se suele decir por coincidencias: semánticamente, la palabra expresa que es una incidencia participada “con” algo o alguien, de ahí co-incidencia… La cuestión es qué mecanismo hace que se produzca con y cuando ese algo o ese alguien incide con el que experimenta el hecho. Así que, en tanto en cuánto podamos reunirnos para charlar sobre tan interesante tema, agarro el bloc y boli de los apuntes, y pongo la hormigonera a dar vueltas…

…Y me viene aquel viejo cuento oriental del criado que, en el mercado de Bagdad, se encuentra a la Muerte, que le hace una señal. Espantado, corre a pedirle a su amo un caballo para huir a Hispaham y escapar de ella. Así que se lo deja, pero marcha al mercado a ver si eso era verdad, y no una treta para largarse de pindongueo. Efectivamente, allí ve a la Muerte, y le pregunta sI ha asustado a su criado por algún motivo concreto… “No exactamente – le contestó – es que me sorprendió verlo hoy aquí, cuando la cita era mañana en Hispaham”… Una historia antigua que nos ilustra sobre la inevitabilidad del destino, igual sea que nos toque la lotería, un excelente trabajo, una buena o una mala suerte en la vida, o la muerte del criado, que esa, con seguridad, a todos nos toca.

Yo creo que la cuestión está en eso mismo que hemos dado en llamar “Destino”. De ahí se derivan las buenas o malas suertes, los azares y las casualidades, y las coincidencias, de la vida, aunque ya digo que la Ley de Causa y Efecto que rige esa misma vida, a la casualidad la convierte en el efecto de un “causal” que ignoramos, o que hemos olvidado. O ambas cosas a la vez… Si le damos un par de vueltas a este mecanismo de causa-efecto, veremos que es eso mismo de simple: que cada causa que ponemos en marcha genera indefectiblemente un efecto. Y eso, en sí mismo, es una especie de pequeña, o gran, pre-destinación, esto es: predispone a un determinado efecto.

Vale… pero, ¿qué o quién origina la causa que lleva a tal efecto?, ¿quién o qué la pone en marcha, y por qué?.. ¿Dios o nosotros?. Que lo hayamos olvidado, que no tengamos memoria para recordar, no quiere decir que nos inventemos un Destino al que achacárselo, el cual, sin la intervención de nada ni de nadie, actúa por sí solo. Ese algo o alguien ha pulsado el botón de puesta en marcha del mecanismo, ¿no?.. y ha puesto en acción la consecuencia, o consecuencias – que nosotros etiquetamos de albur, suerte, azar – o de por qué coño ahora viene a pasarme a mí esto… Vamos a dejarnos lo de merecido o inmerecido, pues eso es pura subjetividad humana.

Si acudimos a la ciencia empírica, aún está verde en este campo, si bien la física quántica, y antes de ella la Teoría de la Relatividad, nos despeja un poquico el camino de por dónde pueden ir los tiros… Y ya Albert Einstein, en una de sus más famosas y lapidarias frases, nos advirtió que “Dios no juega a los dados”. O sea, Dios, o el Logos, o le Energía creadora, o lo que cada hijo de vecino crea según su confesión y condición, no utiliza el azar, ni la suerte, ni la ruleta, ni el “averquesale”, si es que ha de salir algo… Que aquí, desde que el mundo es mundo, y de eso hace ya unos cuantos eones, nada funciona tirando la moneda al aire: a ver, ¿cara o culo?.. No. En esto, incluso siendo todo lo religioso que usted quiera ser, hasta Jesucristo, sin más ciencia que su enorme fe, dijo que “ni un solo cabello de tu cabeza se mueve sin que el Padre lo sepa y lo quiera”. Salvadas las distancias y las circunstancias, viene a ser lo mismo: Todo está medido.

Y en este punto del asunto está el trasunto… Si es cierto que nos movemos en un “presente contínuum”, como también dijo Einstein, todo lo que ocurre parece estar establecido de antemano, pero miren que digo “parece”, o sea, aparentemente. La apariencia la creamos nosotros, uno a uno en persona y toda la humanidad en conjunto en ese presente, y esa apariencia elabora una futura consecuencia, esto es: el presente de mañana.

Dicho esto, aún quedaría por dilucidar si es ese Dios-Destino, o somos nosotros, los responsables de esos eventos, también aparentemente fortuitos, que aparecen en nuestras vidas… Si fuera Él, para el cual el tiempo no existe, sería un absurdo meternos en unos berenjenales cuyo final está calculado, o no, sin propósito alguno para Él, claro. Y si fuéramos nosotros los autores de nuestra propia “suerte” o “desgracia”, es que ese “Libre Albedrío” del que se nos dotó, es la causa directa de nuestros posteriores efectos. Así que usted mismo, aplicando la lógica y el sentido común, convendrá que ese, precisamente, es el propósito: que nosotros aprendamos de nuestras propias acciones.

Pero, entonces, se me dirá: ¿cómo eso no lo sabemos y lo aplicamos en nuestro beneficio?.. pues porque aún no lo hemos aprendido, y vamos de coscorrón en coscorrón, poniéndonos zancadillas entre nosotros y a nosotros mismos… Porque estamos en la fase de aprender a montar en bicicleta por la práctica, no por la teoría. Se me responderá que una vida es demasiado corta para conocerlo, y aprenderlo, y saber aplicarlo. Cierto también, ¿pero, acaso no puede ser que vivamos infinitas vidas dentro de una sola y única existencia?.. ¿Qué la finalidad real es la existencia, y los medios para lograrlo son las vidas?..

Creo que, sin desliar más madeja, es suficiente con lo expuesto aquí, para, si queremos seguir dándole vueltas al caletre, sacar nuestras propias conclusiones… Mi muy querida amiga y yo nos reuniremos y seguiremos tratando el tema, seguro, pero, al menos, que este artículo que ella ha suscitado, lo compartamos con todas aquellas personas que tengan sus, o nuestras, mismas inquietudes intelectuales. Nada ocurre sin un motivo y sin un propósito, recuérdenlo. Esto, tampoco.

A mí, personalmente, me es muy grato. Mucho mejor que hablar de todo el panycirco que nos sirven en bandeja de plata y en comedero de pienso a toda una sociedad apesebrada, y que deglutimos con fruición… Pero sé que hay muchos, muchísimos, que se oponen rabiosamente a que pensemos por nuestra cuenta. Les va el poder y la pasta en ello, y lo saben… Así pues, que cada cual obre en esa misma consecuencia según su conciencia.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

¡ QUE PENA !

(de OkDiario)

 

Aparte las bicicletas, los libros también son para el verano… o eran, pues ahora los móviles son para todo tiempo, y no siempre sus contenidos forman, sino que deforman, y mucho…

-Me han dicho que has escrito un libro… (me dice uno) -Sí, así es. (le respondo). -¿pero es de entretener o de pensar? (me pregunta), y yo ya no sé qué contestarle...

Leer siempre es bueno, aunque solo sea por conservar el hábito. Todos los libros aportan algo… Pero si solo vivimos para entretenernos y no para formarnos, nos da el retrato de la sociedad actual. Parece que el pensar hace daño, que el conocimiento nos espanta… ¿En qué nos estamos convirtiendo?..

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

VERANOS DE CINE

(de Facebook)

 

Leo en un lugar destacado de un destacado diario nacional, un día de pleno Agosto, un reportaje sobre los cines de verano, que está entre el recurso y la añoranza. Muy bien escrito y bien definido, por cierto… Digo que se mece entre el recurso, porque no deja de ser una solución estival para que los periódicos completen espacio vacío; y la añoranza, pues tampoco deja de ser una figura evocativa para muchos lectores de aluvión. Y retórica, por supuesto, ya que, a ese placer, cada vez más perdido, se le puede sacar mucho partido.

A mí mismo, fíjense, me sugiere este otro artículo. Pura evocación, ya lo sé, pero que bien puede gustar a muchos que hayan vivido la experiencia, o que aún la viva en algunos lugares, o que las haya oído contar a alguien cercano… Porque los cines de verano, que yo sepa, restan, no suman. Esto es, cada vez hay menos donde debería haber más, que son esos lugares que aún deben quedar por ahí, cada vez más perdidos, en que el veraneo se asemeje a las páginas de un tebeo…

Yo tengo mis recuerdos, claro está… Malo sería, si, por mi edad, no los tuviera. Esto trae consigo un par de cosas buenas: una vivencia-querencia que he tenido y retenido, y que dudo que otras generaciones jóvenes experimenten; y que aún puedo recordarlas, y evocarlas, que esa es otra bendición que no valoramos lo suficiente. Y me permito hacer aquí un inciso, aunque sea triste, porque viene a cuento: No hace mucho, hablando con una persona que empieza a padecer Alhzéimer, me comentó que “ya no es lo peor no acordarse de las cosas, sino que nadie quiera compartirlas contigo mientras te acuerdes de ellas”. Me pregunto si esa enfermedad de la memoria no tendrá, como una de sus causas, el desapego ajeno a las tales memorias de sus viejos (tómenlo a título de reflexión, nada más).

Pero, retomemos el hilo… Esos recuerdos de cine de verano que conservo, son más de crío que de adulto. Del tipo Cinema Paradiso y de todo un mundo perdido; de una sociedad ya desaparecida en el tiempo más reciente y más rápido que haya existido. Por eso tengo mis muchas dudas de poder re-encontrarme con ella si busco algún solar superviviente de cine descapotable, y me planto allí con mi cojín, mi agua y mi bocadillo de tortilla. Que creo que no, que no va a ser lo mismo. Los abandoné cuando el ruido de todo el mundo comiendo pipas se me hizo insoportable (misofonía se le llama a eso), y conste que hay un par de cosas que no entiendo: una, que no he logrado averiguar el porqué de chiquillo no me molestaba; y otra, con tanto pan de pipas y otras semillas que hoy se tiene por pan-gourmet, entonces y ahora no se hacían bocatas de pipas en los cines de verano, en vez del cliqueo chicharrero.

Sin embargo, y dejando a un lado todas esas cuarteleras disquisiciones, un cine de verano fue, durante mucho, muchísimo tiempo, el cierre perfecto y redondo de las largas jornadas estivales. Parte intrínseca del propio verano en sí mismo. Un verano sin cine de ídem no era verano. Era su final del día ideal, el broche con que la fantasía te cubría antes de irte a dormir.

En mi pueblo, el cine de verano, de sesión doble, acogía a dos tipos de fauna noctámbula: a los veraneantes, que solían llenar la primera de ellas, con cena de circunstancia festiva incorporada, en la que ramoneaban su feliz existencia de asueto a pajera abierta; y los de los veraneados (o residentes), que terciábamos el aforo de la segunda, una vez cumplido nuestro servicio a los primeros, y que nos evadía el ánimo de cara al descanso y los sueños de ensueños. Al día siguiente, los que sirven, bastante antes que los servidos, nos teníamos que levantar bien dispuestos, eso sí, con la cabeza puesta en la cartelera de esa próxima noche.

Dice Paloma Rando: “que te entierren sin duelo entre la playa y el cielo”, como pareado idílico a las noches de verano (no de veraneo), por un caso curioso que enseguida pasaré a comentar, y solo comparable a relajarse a la orilla de una pantalla cuyo techo es el mismo cielo tachonado de estrellas… No diré yo que no, aunque mis más antiguas experiencias y recuerdos me sitúen encaramado en lo alto de la tapia norte, empeñado en robar la pecadora fantasía de las escenas de “Arroz Amargo”, de Sylvana Mangano, aún condenándome voluntariamente a todos los fuegos del infierno por causa y efecto directo de la puñetera censura…

Me daba igual. Si hubiera de confesarme, por obligación o necesidad, de los “malos” pensamientos que me provocaban aquellas películas de 4R con Reparos, estoy seguro que habría de darle yo la absolución al cura antes que el cura concedérmela a mí… Bastante penitencia me llevaba a la cama con el culo convertido en ladrillo de dolor, como para tener que pasar, encima, por el confesionario.

Sí… son solo una pequeña parte, mínima, de la filosofía que arrranca en mí los cines de verano. Es todo un universo de vivencias y sensaciones irrepetibles que enriquecen la existencia personal de cada cual, aunque me reservo el pensar (y bien puedo estar equivocado) que las de hacen casi setenta años eran más ricas en contenidos y matices que las de hoy… Quizá por la carencia de entonces, quizá por la economía de subsistencia, quizá por la paciencia, quizá porque se le echaba mucha ciencia, pero que hoy nos concede una mayor conciencia, y quizá que hasta experiencia.

En un pueblo de Portugal, Cacela Velha, el cine de verano está situado en un viejo cementerio que dejó de recibir huéspedes a principio del reciente siglo XX… La lenta y paulatina muerte de estos cines tiene su mejor lugar de residencia y de resistencia donde esa muerte ha dejado de existir, porque une la vida ficticia a la real, y la enriquece. La metáfora de mezclar lo de recordar con lo de olvidar; las fantasías vivas con lo ya enterrado; las ilusiones con los restos de los que las tuvieron y sintieron, no deja de tener su aquél…

Y no es lo mismo un multicine que un cine de verano, una sala sellada y cerrada, que cuatro paredes lanzadas a un cielo estrellado. Tampoco me pregunten, ni me digan que lo razone, porque no sabría hacerlo. Solo puedo decirles que no existen mejores lugares para los sueños que los cines a cielo abierto, donde las estrellas de abajo y las de arriba se funden y se confunden… y es que no hay veranos de cine sin cines de verano.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

ESTO EMPIEZA AHORA

(de Okdiario)

 

Vox ya gobierna en la Región de Murcia: rechazada, por Vox… Psoe y Podemos (¿?) la ampliación de la Moratoria Urbanística en el Mar Menor. Ya se puede volver a la política indiscriminada del ladrillo. Igual que en Molina se ha suprimido la concejalía de Igualdad, y otras censuras más que vendrán…

Es curioso: López Miras, le ha dejado cargarse su Moratoria, junto a los de izquierdas a mayor inexplicabilidad, para, acto seguido, abrirle puertas en su gobierno. Resulta de un sospechoso apestoso.

¡Menudo enjuague!: Los malos del Mar Menor han pasado a ser Vox y todo el izquierdismo; el PP se lava las manos como Pilatos, y soluciona su investidura a cargo de la oposición… ¿Qué no estaba pactado y pastado?.. ¡Amosanda!..

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

SABER ENTENDER

 

De uno de los artículos anteriores, concretamente el de “Sensaciones”, una de mis muy estimadas habituales, y sobre el contenido del primer párrafo, me comenta la desazón anímica que le produce que los hijos, aún con una parte de razón que nadie discute – por lo menos yo – aducen que no pueden preocuparse por un mundo que no se preocupa de ellos, que poco pueden hacer, aunque lo quieran, por cambiar su deriva, y que lo único que quieren es vivir…

Es toda una argumentación correcta. Sin embargo, en mi humilde osadía, y mis vivencias y experiencias en aún no roto saco, me atrevo a preguntar un par de cosas, al menos, porque a los de mi generación tampoco hubo mundo que se preocupara por nosotros: ¿quién ha de preocuparse por esa deriva, los que ya han vivido su vida, o los que aún tienen que vivir la suya?.. y, pegado a esa, la otra: ¿si lo único que quieren es vivir, en qué mundo desean hacerlo?.. A mí me vale cualquier contestación, pues, a mi edad y condición, ya me incumbe bien poco ese mundo y esa sociedad. Y no quisiera parecer egoísta cuando esa misma sociedad está rechazando sistemáticamente nuestras… ¿plausibles?, y posibles, aportaciones.

Porque esto es lo otro que le comentaba a mi buena, inteligente e ilustrada amiga: hasta parece que se nos queda mala conciencia, y no es así del todo, o no debería serlo en justicia… Admito – esto es evidente – que en estos “tiempos líquidos” que formamos, nuestra generación tiene su buena parte de responsabilidad, o irresponsabilidad, en ello. Eso es cierto. Pero no es menos verdad también, que otra buena, o pequeña, parte, hemos intentado (y nos lo han hecho pagar de alguna forma, y de no pocas maneras) ir casi siempre “en contra de los tiempos”, como si esos tiempos se hubiesen hecho ellos solos por sí mismos, sin la participación de todos; habiendo quedado al final entre las víctimas, pero si haber podido escapar tampoco de entre los victimarios… No sé si sabré explicarme, pero sí sé que algunos álguienes sabrán entenderme.

Y no quiero utilizar esta especie de “segunda parte” como excusa, aunque bien pueda parecerlo, porque no tenemos (y lo digo como generación) ninguna dentro de nuestras asumidas responsabilidades. No… no va por ahí la cosa. Lo que intento explicar es que esta “responsabilidad” de la que hablo es holística, universal, y abarca y comprende a todas las generaciones de seres humanos. El planeta, y las sociedades y culturas que se desarrollan en el mismo, la humanidad entera en su conjunto, está compuesta de personas. No de jóvenes y viejos en “apartheid” los unos con los otros, que es lo que, en realidad, hemos hecho entre todos, o esa es, al menos, mi sensación… Y me explico con un simple y vulgar ejemplo doméstico, de los de andar por casa, claro:

Cada vez que ha habido un cambio politicadministrativo en mi sociedad local, mi primera reacción ciudadana (llámenme gilipollas, una vez ya puestos) siempre ha sido presentarme a los “representantes regidores de la voluntad popular” a ofrecer mi colaboración, adquirida en una larguísima y muy extendida experiencia – más de 40 años – de tonto útil oficial en muchos puestos de servicio público y voluntario, en materia asesora, o de cultura, o de sepultura, o de lo que ustedes quieran, me da igual. Algo bastante puedo aportar, ¿o no..?

Bien, pues, generalmente, y de momento, todos, igual da la factoría de la que provengan, te muestran tu verdadero lugar: mejor no estorbes, no insistas, no seas pesado, macho, acho… Y sé muy bien lo que digo. Han existido errores comunicativos, cruzados en envíos de whatshaps entre concejalalcalde, que me han llegado a mí por equivocación, en el que me ilustraban sin quererlo de que nuestra única participación útil es votar en urna cuando se nos diga, y, a ser posible, naturalmente, a ellos y no a otros. Pero no dar el follón, que ellos ya tienen sus “compromisos”.

Y no pongo esta ilustración por mí en concreto, que conste en acta, sino por una cierta cantidad de gente arrinconada tras su emeritaje, que no amortizaje, perfectamente capacitada para aportar una muy destacada, y detallada, utilidad… aunque solo sea para evitar caer en los mismos errores de cuantos han llegado creyendo, o no, que lo único que tienen que aprender ya lo saben ellos por lo sobrado, y es guardar su sitio y cuidar su sueldo… Y fíjense en que no pienso que existan rechazos personales de ningún tipo, sino que existe un método ya establecido, asumido por creído, que los que estamos disminuidos por lo físico, también lo estamos en lo mental… Un status quo generacional, que dispone que nuestro lugar está en el Hogar del Pensionista, y no en ningún otro sitio que no sea derivado de ese.

Y todo esto funciona así, que también se lo decía a mi amiga, porque igual nosotros hemos aceptado ese “rol” y nos rehuimos a nosotros mismos de nosotros mismos. Y nos retiramos a nuestros cuarteles de invierno a la espera de que algún alguien pueda necesitarnos, sin darnos cuenta que se ha decretado que nadie nos necesite… Pero es que, aún existe, como digo, algo peor que eso: no es solo que hayamos renunciado a lo que es nuestro patrimonio, si no que, encima, en esos nuestros establecidos cuarteles invernales: hogares del pensionista, insersiviajes, etc… nos esforzamos como bobos en imitar y parecernos a todos aquellos que nos han etiquetado y archivado. Hasta nos vestimos como ellos, actuamos como ellos, y nos avergonzamos de nuestra propia edad y/o de ser lo que somos. Tanto nos han lavado el cerebro y lo hemos aceptado todo.

Pero aún podemos tener más y mejores principios ecológicos, por ejemplo simple, que todos esos millones de jóvenes verdes y “con principios”, que asolan, se hacinan y se anulan a sí mismos en esos macrofestivales de no sé qué donde se rebozan y emiten miles de toneladas de basura por cada llamada del patrón don pastón… Entre otras tantas cosas que aún podríamos enseñarles, claro. Pero es una de esas “leyes de vida” de las que tanto hemos presumido, y a las que hoy repudiamos, repudiando a la vez nuestros propios principios y valores, si es que alguna vez los tuvimos, o si es que alguna vez los transmitimos, que, visto lo visto, lo dudo.

Por supuesto, cada cual puede pensar y opinar lo que quiera, faltaría más. Como sé y admito, y confirmo, la existencia de jóvenes que suelen ser la gozosa excepción de esta desgraciada regla… Pero yo no voy a renunciar a mí mismo para mimetizarme con, y en los demás; para confundirme en el hato borreguil que me indican. Es mi privilegio, y, aunque muchos no lo crean, también mi derecho... como igual debería de ser el de todos y cada uno de los que hemos sido enchiquerados como ganado.

A esta amiga le digo, llegados aquí, que incluso por pensar así seremos criticados por “los nuestros”, que están tan a gustito en sus chiqueros. Pero creo que ella ya lo sabe. Yo le añadiría que no es que sea “por pensar así”, sino que se nos ladea “por pensar”. Ellos no creo que lo vayan, o nos vayan, a comprender… Y no es que no entiendan, es que se les ha olvidado entender, y ya no saben hacerlo.

Miguel Galindo Sánchez / miguel@galindofi.com / www.escriburgo.com

ESCÁNDALO

(de LaSexta)

 

Sánchez pretende reformar el Sistema de Financiación Autonómica para beneficiar a Cataluña, perdonando parte de su deuda al Estado… ¡Así paga el Psoe su apoyo a los separatistas!..

Lo que se oculta y no se dice es que esa Ley está pendiente de variar desde el 2014 – Rajoy - y es, precisamente, por lo que clama López Miras desde Murcia cada día y en cada apertura de bocaza.

Si se cambia, se benefician todas las comunidades, no una sola, aunque, claro, Perico lo hace en su interés político. Al final, esta región verá cumplida su reivindicación gracias a los catalanes, nacionalistas o no… ¡Qué escándalo..!, que canta Raphael.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com