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EL LADO OSCURO

(de La Vanguardia)

 

El lado oscuro existe. No es un invento introducido, con gran éxito de adopción comercial por cierto, en La Guerra de las Galaxias… El lado oscuro está en todos y cada uno de los humanos que poblamos este planeta, en mayor o en menor grado, y es de nosotros de dónde se traslada al mundo. No al revés. Se refleja en la atracción que, en el fondo, todos sentimos hacia ese fondo oscuro de la Caverna – de Platón – desde los que lo confiesan hasta los que lo ocultan, pasando por los que presumen de ello, si bien que éstos en plan peliculero y diletante. Todos somos ejemplos vivos de eso.

Yo mismo me considero un sujeto pacífico, un tipo que aborrece la violencia, la guerra, y todo lo que ello implica… Vale, entonces, ¿por qué me siento atraído por esas películas de tiros, de género B, violencia, acción exagerada y de hazañas bélicas?.. No me avergüenza reconocerlo, pues pienso, creo, estoy convencido, vamos, que es mejor analizarlo que disimularlo. Aunque solo sea a modo de catársis, como si de un exhorcismo se tratara. Para combatir al enemigo, lo mejor es conocerlo, reconocerlo y diseccionarlo… Háganse ustedes la misma pregunta que yo: ¿por qué existe en las redes, en los canales de televisión, o en las pantallas de proyección, una oferta tan amplia y aceptada de películas de esta clase?.. Muy simple: porque existe mucha demanda. Simple cuestión de oficio y beneficio.

A mí me parece que ese Lado Oscuro nos habita y reside en esa parte que es nuestro conocido por Cerebro Reptiliano (así mismo creo que se llama). Que anida ahí desde el principio de los tiempos… Es una actitud depredadora que nos servía para competir por la supervivencia, defendernos y atacarnos, en busca de la mejor estancia posible. Y digo lo de “posible”, porque está meridianamente claro que, si al principio fue una forzada lucha por sobrevivir en un medio hostil, luego se fue convirtiendo en un supervivir mejor quedándonos con lo que le quitábamos a los convivientes; eliminando al competidor; y ejerciendo nuestro poder sobre el vecindario… Ya saben: el uso lleva al abuso, pero no lo justifica.

Sin embargo, ese último estadio del “lado oscuro” lo hemos conservado durante cientos de miles de años hasta nuestros días. Naturalmente, lo hemos refinado; lo hemos cubierto de estilo, elegancia, buenismo e hipocresía; lo hemos revestido con las más sofisticadas galas de la civilización; y nuestro lado oscuro se disfraza de lentejuelas, e incluso se aplica con la más exquisita educación… Pero se sigue utilizando. Lo empleamos contra la propia naturaleza, agotándola y destruyéndola, y contra nosotros mismos, y justificamos nuestras guerras terrenas hasta que lleguen las galácticas, donde ese “lado oscuro” formará un partido opositor único y unificado contra el “lado de los de la linterna”, para que no exista mezcla ni confusión, y cada cual pueda militar libremente y con pleno conocimiento (y cocimiento) de causa donde quiera. Pero eso aún está por llegar, si bien cada vez más cerca.

Lo que ahora se lleva es el buenimalo, que en el fondo es malo, y el malibueno, que en el fondo no es nada…Las personas creemos que hemos desarrollado una especie de radar para captar el lado oscuro del resto de las demás, a fin de mantenernos puros e incontaminados, a resguardo del contagiado por el Lado Oscuro. Nada más erróneo. Lo que notamos “los buenos” (yo no me considero, advierto) en y de “los malos” es el reflejo de nuestra propia maldad en la suya, el eco. La buena noticia es que igual funciona con la bondad. Pero metámonos en la cabeza que el Lado Oscuro es un residual de una época también oscura, que, como las pilas Duracel, dura, y dura, y dura…

Tan oscuras eran las eras, que hasta los mismos dioses eran oscuros, negativos, celosos y dañinos… Recuerden ustedes al propio – todavía nuestro propio – bíblico Yahvé. Un dios vengativo, sangriento, prepotente, adornado de las peores apetencias… un llamado Dios de los Ejércitos capaz de asolar pueblos enteros sin piedad alguna, masacrar a mujeres y niños, y acabar con generaciones por un arranque de sagrada ira. Uno lee en la “Santa” Biblia las “hazañas” de semejante sujeto, y se espeluznan todos los pelos del cuerpo, salvo, claro, aquellos “creyentes” que intentan justificar la quinta pata del gato.

…Y, sin embargo (y esto es digno de pensar y analizar) es esa misma “Sagrada” Biblia, la que, decenas de miles de años después de ser escritas tamañas atrocidades, sigue ahí como “Palabra de Dios”, modelo y guía espiritual de toda la humanidad, y compendio superior de moral al uso. Por supuesto que existen versiones y explicaciones para todos los gustos. Es la lógica humana: cuando algo establecido tácitamente como código superior y/o divino, de guía y perfección, chilla más que un gato pillado su rabo en una puerta, solemos justificar lo injustificable, echando mano aún de los más torpes recursos… Eso mismo, también es parte y arte de nuestro Lado Oscuro.

Un lado oscuro que se resiste a evolucionar. Que tiene tendencia a anclarse en inútiles y absurdas, pero sacrosantas, tradiciones… Que prefiere regodear un pasado, que además se empeña en desconocer, a arriesgar en un futuro que debe hacer suyo… Que mantiene religiones arcaicas que tienden a esclerosizarse en dogmas y ritos, antes que sumar y colaborar en el curso natural de la evolución. Por cierto, que religiones todas que predican y enseñan el sometimiento absoluto del pensamiento y su rendición incondicional; y que se oponen y combaten el librepensamiento… y puedo seguir retahilando una larga serie de ejemplos que son fruto del Lado Oscuro, pero me faltaría espacio…

Así que, el Lado Oscuro no es una moda del séptimo arte, si no una reality de hazte p´alante… El lado oscuro que, en su primer ayer, fue cuna de la humanidad, hoy es el freno y marcha atrás de la misma. Todo lo creado tiene, o tuvo, un fin determinado, son mecanismos de causa y efecto, herramientas que sirven para uso positivo o negativo, según el libre albedrío actuante… La luz, la oscuridad, que son dos polos de una misma energía, nos conforman y nos confirman. Y van dentro de nosotros porque forman parte de nosotros. Pero no son dos Lados, son ambos el mismo lado porque están hechos de lo mismo… Tan solo nosotros establecemos la proporción y medida.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

ANUNCIO

(de Gestión.Org.)

 

Es una satisfacción comunicar a los que mantienen el vicio de leerme, que, en breve, saldrá a la luz un nuevo libro de este servidor de Vds.: UNIVERSARIO, 274 págs., 17€… Es éste el resultado de una fusión de mi anterior Cosmogénesis con una serie de artículos relativos al mismo tema, que amplían, complementan y desarrollan su contenido.

Una vez que la Editorial lo ponga en el mercado (elección suya es editarlo en tapa dura), les informaré oportunamente de ello y en detalle, y cómo y dónde hacerse con él si quieren machacarse con ese mismo contenido.

Les juro y prometo que no he utilizado con él la IA, Inteligencia Artificial

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

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Es una satisfacción comunicar a los que mantienen el vicio de leerme, que, en breve, saldrá a la luz un nuevo libro de este servidor de Vds.: UNIVERSARIO, 274 págs., 17€… Es éste el resultado de una fusión de mi anterior Cosmogénesis con una serie de artículos relativos al mismo tema, que amplían, complementan y desarrollan su contenido. Una vez que la Editorial lo ponga en el mercado (elección suya editarlo en tapa dura), les informaré oportunamente de ello y en detalle, y cómo y dónde hacerse con él si quieren machacarse con ese mismo contenido. Les juro y prometo que no he utilizado con él la IA, Inteligencia Artificial… Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

LA LOCURA

(de Alianza Editorial)

 

Cuando se me terminan los “libros por leer” (siempre tengo un retén de guardia de tres o cuatro) me traslado a los estantes más vetustos y añosos de mi extensa y desastrada biblioteca, repaso los lomos, y escojo uno de los “libros ya leidos”… Al principio es como nuevo, si bien me sopla la mente como un aire viejo y familiar. Luego, va uno reconociendo los pasajes y los paisajes, y el sentido de querencia y familiaridad se va extendiendo. Pero, como resulta imposible recordar todo lo leído (tan solo en esencia, y tampoco siempre), pues, al final, igual resulta satisfactorio – quizá más – el rumiar temas un tanto olvidados en el pozo de los desrecuerdos.

Me ha pasado con uno releído hace poco: “Los renglones torcidos de Dios”, de Torcuato Luca de Tena, un cuasi-clásico dentro de lo contemporáneo. Es una novela, fronteriza con el ensayo, que toca el tema de la locura… El autor tuvo el coraje de, cambiando nombre e identidad, hacerse ingresar en un sanatorio mental público, como loco de atar, y allí vivir, como uno más, los protocolos en primera persona, a fin de poder meterse en el pellejo de su protagonista. Leída hasta la última de sus 440 páginas, vuelvo a retener el sabor agrio de la fortaleza de las dudas y la fragilidad de las certezas.

Tenemos establecido un régimen estatutario de medios y profesionales dedicados a “cuidar” a gente que padece de locura… y, a la vez, también “cuidarse” de esa misma gente. Sin embargo, ¿qué es la locura?. Entiendo que existen trastornos mentales que padecerlos es un riesgo para sí mismo y para los demás. Eso es evidente. Sin embargo, existe un campo inmenso en régimen de exploración donde, a pesar de lo avanzado en investigación y la mucha especialización en sus variantes, las fronteras son tan frágiles y tenues como dudosas. Y la pregunta resulta igual de ambivalente: ¿qué se considera cordura?..

Yo mismo, por mis convencimientos, valores y/o forma de pensar, muchas, quizá muchísimas, personas, me consideran un punto loco, quizá algunos puntos… Unos me lo dicen directamente, medio en broma; otros lo piensan más directamente aún; y otros pocos lo comentan entre sí. Lo que pasa es que soy pacífico, dialéctico e inocuo; y el único peligro que puedo tener es que lo mío sea contagioso a otros compadres o comadres del roal, ya saben… Aquí existe una tenue y sutil frontera: que si contagio demasiado se me puede considerar un riesgo social por trastocar la línea de pensamiento único o la escala de valores del general del personal, y eso atenta contra importantes intereses establecidos en la mesa y en la masa, creo que me entienden ustedes… lo que ocurre es que, gracias a Dios, o gracias al Demonio, que nunca se sabe, aún no he llegado a rebasar el punto crítico en el borregaje de este peonaje…

Pero lo que sí es cierto, es que este servidor de la gleba, a veces, prefiere hablar con un loco ante que con un cuerdo… Entiéndaseme: dentro de determinados parámetros, claro. La razón, simple y escueta, es que se aprende más del primero que del segundo. De hecho, entre mis amistades más… digamos “extrañas por lo determinantes” están esas personas a las que la sociedad les cuelga el cartel de “cuidado, loco suelto”. En ellas reside más sabiduría y conocimiento, pero bastante más y en profundidad, que en la gran cantidad de los que se consideran “personas normales” (antes, incluso se les llamaba “de orden”).

…Y es que, cuando hablo de “conocimiento”, no es de esa requisitoria que se hace a esos “normales” de “es que hay que tener conocimiento”, utilizando mal la palabra “conocimiento”. No… yo valoro lo de “adquirir conocimiento”, que es el verdadero “conocimiento”. El otro, es un simple y vulgar “cocimiento” de coco, ya saben. A don Alonso Quijano se le tachó de loco directamente, y, sin embargo, su personaje encarnado en él, Don Quijote, estaba más cuerdo que nadie y que todos. Moléstense, por favor, en analizarlo con detenimiento. Piensen y díganme qué valores e ideales de los que defendía eran locura. Salvo que, naturalmente, sean los locos los que dictaminen la locura.

En un mundo de locos como este jodido y puñetero mundo, en fase crítica de autodestrucción, donde todos los valores se han travestido y trastocado, en que valoramos todo lo erróneo y equivocado y despreciamos lo de auténtico valor, la verdad es que no se sabe muy bien dónde están los locos, si dentro o fuera, si sueltos o al resguardo… Putin, por ejemplo, gobierna una gran y desquiciada nación, que – aún – está en el Consejo de Seguridad de la Onu… Pero hay muchos, muchísimos más como él, y en los puestos de mayor responsabilidad mundial, y al mando de cada vez más países. Así que no me vengan con cuentos chinos, y también nunca mejor dicho…

Yo retocaría la lapidaria frase de Jesucristo, y diría: “dejad que los locos encierren (entierren) a sus locos”… Se ajusta como un guante a la actual realidad.

Y ahora es cuando ustedes que me leen, vienen y me dicen aquello de: ¿y por qué tienes que comerte el tarro con estas cosas?.. Es que siempre estás, joío, dándole vueltas a estos temas tan raros… ¿o acaso no puedes pensar en otras historias más “normales”?. Y yo contesto con lo que están pensando, aunque lo callen: a lo mejor es porque estoy un poco loco. Y, entonces, todo encaja en la caja. Y se trazan los límites y parámetros, y las líneas y los esquemas: los que se salen de las normas establecidas, están invariablemente locos, en mayor o menor grado, y todos los demás son los cuerdos (o sea, los atados a la cuerda)… Y ya podemos echarnos a dormir tranquilos el sueño de la caverna con las cosas en su sitio. No hay nada peor como saberse en lo cierto para salirse del tiesto.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

CONTRA EL LIBREPENSAMIENTO

(de Acracia)

 

Me consta que la Inquisición sigue en pie y actuando bajo otros parámetros no menos represivos. Doy fe que existen autore/as perseguidos, machacados, acosados y chantajeados por órdenes y afectos a la sacra máter, con una impiedad muy poco cristiana y una inquina muy católica.

Conozco algún caso de los que se puede levantar cumplida acta… Su delito: publicar libros con verdades universales, por las que se sienten amenazados como organización, como iglesia, como institución. Demasiado poder e influencia como para que ciertas certezas la pongan en jaque. Demasiado peligro para sus dogmas.

Para ella no existe la libertad de pensamiento, mucho menos la de expresión. Así que busca a los más débiles y desprotegidos y los ataca en sus puntos más débiles: sociedad, hijos, economía… O el silencio o la aniquilación.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

PIENSEN LO QUE QUIERAN

(de Nueva Tribuna)

 

Aquellos que de verdad me siguen… cuidado, he de aclarar que no es lo mismo los que me leen que los que me siguen, pues se puede seguir a alguien displicentemente, pero leerlo de vez en cuando. Ambos son importantes, pues lo primero facilita la posibilidad de lo segundo. Tampoco quiero decir con esto que los que me siguen coincidan siempre conmigo, pues tampoco es igual “seguir” que “coincidir”… Perdónenme esta, quizá excesiva, introducción, pero solo quiero acentuar la diferencia de seguirme a leerme. Hay veces que los temas no son del agrado del seguidor, y se desconectan, como es lógico. Pero vayamos al tema en cuestión, si les parece.

Pedidas las debidas excusas, aquellos de mis seguidores que, encima, me leen, saben que, recurrentemente, acudo mucho a una misma idea: estamos viviendo el final de una era, de un tiempo, de una época, de un ciclo… Es un período de decadencia (se nota en la escala de valores) de una cultura, de una civilización, o de ambas puesto que una arrastra a la otra. Los filósofos y pensadores actuales suelen llamarlo “cambio de paradigma”, por si ustedes quieren molestarse en buscar su significado. Pero algo se está acabando. Y cuando algo se termina es porque viene empujando algo nuevo. Casi que es un efecto físico, sí, pero, amigos míos, no olviden que lo físico siempre es una manifestación de una causa no física (llámenla espiritual, ética, energética, entrópica, moral, o simplemente evolutiva).

El caso, y sea como fuera, es que esa intuición, o sensación, que he compartido con ustedes durante la última década, en vez de apaciguarse y diluirse, cada vez la siento más fuerte y activa… Quizá por su carácter de inminencia. Pero estoy total y absolutamente convencido – es mi impulso “sanjuanero” – que vivimos tiempos de ocaso, de forma acelerada además, como un alud de nieve. Es lo que nuestros modernos filósofos están llamando “tiempos líquidos”; modas, pensamientos, vivencias, certezas y/o falsedades que cada vez pasan con mayor rapidez y con menos consistencia.

Apenas hemos podido digerir un concepto, cuando nos viene otro, y otro, y otro más… Los sucesos negativos se aceleran: crisis económicas, climáticas, epidémicas, bélicas, sociales, carestías y carencias (no es lo mismo)... Fíjense en el advenimiento de líderes extremistas, en los populismos y la polarización cada vez más violenta de la gente; los posicionamientos civiles de los ciudadanos sobre cualquier tema, a veces cainitas y gerracivilistas. Si se fijan bien fijado, la naturaleza con sus catástrofes y los seres humanos con nuestros despropósitos parece habernos puesto de acuerdo en esta secuencia de caos subyacente.

La sensación que a mí me dá (y, por favor, entiéndanlo a modo de valoración personal) es como una especie de aumento de vibración energética – de hecho, apenas diez años atrás, se produjo un cambio de aceleración en el eje terrestre – que viene a ser como una especie de movimiento centrífugo que envuelve a este planeta para situarlo a una escala vibratoria superior, y librarlo de la ganga antes de proceder a la nueva la alquimia. Una especie de purificación (mi abuela lo llamaba “purga” en lo referido a los cuerpos), como limpieza previa de este crisol, que, a fin de cuentas, es lo que es este mundo.

Aquí, en este punto, hagan una parada, suelten la contenida y sostenida carcajada, si así les place y satisface, llámenme visionario, loco, estúpido o tontolculo, catarsícense ustedes mismos si quieren, o no, y déjenlo aquí antes de seguir leyendo esto… De verdad que no me molesta. Al revés, lo entiendo.

Pero los que crean que nosotros somos el centro de la creación, y que todo gira alrededor nuestro y de nuestros designios, están muy equivocados… Las religiones, por ejemplo, son espejos perfectos, esto es, reflejan una realidad, pero fíjense que su espejo da la imagen opuesta y contraria: donde está la parte izquierda la refleja en la derecha, y al revés. Es un calco, pero a la contra. Es un mensaje subliminar de la verdad de las cosas, de lo engañoso de la supuesta realidad. Y a lo mejor estamos creyendo que vivimos, cuando realmente morimos. O a lo peor estamos convencidos que el infierno nos espera al otro lado del espejo, cuando justamente está en este lado. O a lo mejor o a lo peor es que se va a “clausurar” ese maldito infierno. Y que lo del cielo, es el caso que es otra cosa…

Miren: en la época pre-bíblica, los antiguos patriarcas llamaban a los seres superiores inmediatos a nosotros, “los vivientes” (hayyot), lean a Elías mismo. Eso querría decir que nosotros somos “los murientes”, ¿no?.. El divino nazareno hablaba aquello de “dejad que los muertos entierren a sus muertos”, en clara alusión a nosotros. Luego, ¿quiénes son los vivos y quiénes los muertos?, ¿dónde están los unos, y dónde los otros?, ¿en qué parte de cada uno de nosotros?..

Tengo claro que, con éste de hoy, me he pasado unos cuantos pueblos, no crean que no soy consciente de ello. Claro que lo soy. Plenamente. Lo que pasa es que estoy afinando mi oxidada trompeta de ¡alerta, cuartel, alerta! – nada de angelete apocalíptico - y es una especie así como de estar recordando lo que estaba olvidado y enterrado dentro de todos y cada uno de nosotros, y yo no quiero que se me pudra dentro de la morcilla… “El pecado no está en el hombre, si no fuera del hombre”, también creo que dijo el Rabí aquél. Así que nada más tómenme como una persona que comparte lo que cree y lo que sabe. Ni de coña se coman el tarro con la basura que les han vendido y ustedes han comprado tan cándidamente.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

NO ES IGUAL PREDICAR...

(de Forges)

 

La izquierda admite la pobreza, pero la pobreza ajena, porque los pobres siguen sin tener nada”. (L.A. Cabrera).

Es una reflexión ésta que no me gusta, pero tampoco es mentira. El ideal original es acabar con la pobreza, pero desde su principio, “a mí los pobres del mundo; a mí famélica legión”, el común-ismo, solo generó hambre para los de abajo, y “dachas” para los de arriba.

Hoy tenemos una mayor (en teoría) justicia social (que no en detalle), pero los líderes siguen en sus privilegios y altas nóminas, mientras desigualdad y pobreza se extienden. Ha cambiado la retórica, pero se mantiene la teórica… Miren los datos de la realidad económica.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

EL TIEMPO

(de La Sexta)

 

No me voy a referir al oraje, al meteoro, a comentar ese manido recurso comunicativo que sí, que da para mucho, pero que no es el motivo que hoy me mueve… Tampoco voy a usar el tiempo para medir distancias entre los hechos que se suceden unos tras otros, como metraje de los acontecimientos que pasan. Ni mucho menos voy a utilizarlo en obsoletos recuerdos de historias ocurridas, aunque ninguna historia pasada es inútil, y mucho menos para alimentar el bulo que se acostumbra a hacer rular por ahí de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”, o peor…

Y, simplemente, porque el Tiempo como tal no existe, aunque mucho se diga y poco se crea. Ya lo demostró Einstein cuando promulgó su conocida Teoría de la Relatividad, precisamente de la relatividad de ese mismo tiempo…

El tiempo es una especie de chicle que estira y encoge según las circunstancias de la percepción humana, nada más que eso. Puede ser muy útil en cuanto a establecer distancias siderales, tomando como base la velocidad de la luz, y formulándolas pues en eso mismo, claro: en años-luz. O para dar la hora del reloj. Pero, en el momento en que se modifique el factor velocidad, el tiempo ya se percibe de diferente manera en un lugar que en otro, y los habitantes de aquí envejecerían más rápidamente que los que viajan en un vehículo espacial. Distintas actuaciones del mismo tiempo. El motivo es ese: que, realmente, no existe como tal tiempo, o como creemos que es, anclados como estamos entre los espejismos del pasado y del futuro… ¿Entonces – se me preguntará – pasado y futuro tampoco existen?.. Naturalmente que no. Lo único que de verdad existe es el Presente… Como el mismo Einstein dice, es, o somos en, un “presente-contínuum”, momento a momento de presente. Lo de hace cinco minutos ya no existe en el ahora, y los cinco venideros tampoco, pues aún no han llegado, y lo que no ESTÁ, no existe…

Lo que nos ocurre a los seres humanos es que nuestra mente (pues somos seres pensantes) nos lanza a los recuerdos constantemente, y a las elucubraciones,,. de modo que nos evade del presente, y no sabemos concentrarnos en él. No es que no podamos, es que nos resulta incómodo, y trabajoso, y difícil por lo tanto, pero todos estamos dotados para poder… En el fondo es que no queremos creer que podemos, pero, la verdad, es que si un yogui, un sensitivo, un oriental, puede, nosotros tenemos la misma potestad, pero que no la ejercitamos. No nos molestamos en abstraernos dentro de nuestro presente, que es concentrarnos en él, que, en definitiva, es lo único real que existe y tenemos a mano.

Existe un sencillo experimento al que le invito a probar: en uno de sus muchos presentes empiece a contar hacia atrás, hacia el pasado. Llegará un instante en que todo y todos dejaremos de estar, porque llegará al cero. Tenga en cuenta que ha de arrancar de un número presente. Si lo hace hacia delante, igual dejaremos de estar, pues se nos lanza al infinito… No existimos más allá de nuestro presente, de nuestros presentes, fuera de recuerdos y conjeturas, donde el tiempo es un disolvente de pasados y futuros. Todos desembocan en el presente, todos arrancan del presente…

Así que no. El tiempo lo fabrica nuestra imaginación a través de nuestras mentes, conforme a lo que necesitemos de él, pero no tiene existencia propia y real fuera de nuestro yo y ahora… Nosotros, seamos lo que seamos, estamos sujetos al engranaje natural del movimiento universal. Y punto pelota… Por cierto, que Universo es una definición compuesta de Uni-Versus, o sea, Una Palabra, Un Verbo. “Por la Palabra fue hecho, y luego el Verbo se hizo carne, y vino a habitar entre nosotros”, dejó caer San Juan así, como el que no quiere la cosa… Luego vienen ustedes, please, y dónde dice Verbo, o Palabra, ponen ustedes “Energía”, y dónde dice Carne, colocan ustedes “Materia”, y les sale un don Alfred como una casa.

El tiempo, si acaso, es el flujo de esa Energía a la Materia pasando por la Masa einsteniana, y tampoco estoy muy seguro yo de eso… Las horas que marcan nuestros relojes no es tiempo, no es “el tiempo”. Eso es un reflejo a través de mil espejos que nos distorsiona una realidad a la que estamos empeñados en medirla. Pero eso sí, reconozco que estamos sujetos a esas cadenas que nosotros mismos nos hemos fabricado y colocado. Nos hemos esclavizado a lo sucedáneo, y hemos escamoteado nuestra realidad verdadera, la genuina, la auténtica.

Admito que esto que hoy suelto aquí resulta indigerible para muchos. Les pido perdón. Lo que pasa es que, al ser difícil de creer no nos resulta fácil de entender, piénsenlo… ¡Vamos, joer, decir que el tiempo no existe!.. cuando estamos sujetos a él desde que nacemos hasta que morimos, me van a decir a mí… Pero es así aunque no queramos creerlo. Los que rompen esa atadura están libres de ese nacimiento y esa muerte, que son los aparentes límites impuestos por ese tiempo que nos ordena nuestras vidas (Jesucristo no murió y resucitó, es que no dejó de vivir), pero que, “en verdad, en verdad os digo, que mi tiempo no es de este mundo”, bien pudo decir aquel Nazareno.

Y he usado, adrede, las mismas iniciales palabras de Aquél a quién decimos creer y seguir, para que veamos (yo también, claro) que una cosa es decir que tenemos fé (prestada, naturalmente), y otra muy distinta tenerla en posesión, por muy compartida que sea. Y aquí no hay Iglesias mediadoras ni medianeras, ni mediatrices ni medianías, que son las Reinas del Tiempo hecho rito y dogma.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

Y SIGUE PASANDO

(de Galicia Máxica)

 

Me cuenta un buen amigo “caminosantiaguero”, que ha leído que en la tumba de Santiago, quién yace es un tal Prisciliano, llamado El Apóstata, mártir primero de la mano de su propia Iglesia, y que el obispo de Iría Flavia transvistió de apóstol en Campus Stella… Se lo confirmo y le amplío detalles. En el propio Códex Calixtinus consta todo el burdo tejemaneje.

Igual que entonces la Iglesia le dio matute a Prisciliano por predicar un cristianismo más auténtico que el inventado catolicismo, hoy sigue persiguiendo con saña e insidia a los/las que descubren lo que se debe saber y ellos quieren ocultar.

Cuánto más débil, vulnerable, desvalida y desprotegida es la persona, más la acosan, atacan, amenazan y chantajean, con todo su poder y sin ninguna piedad. Me consta, y doy fé de ello.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

NO ES LO QUE PARECE (bis)

(de YouTube)

 

Cinco palabras disculpativas; cinco que conforman una excusa al uso; cinco lobitos que guardaba mamá loba tras la escoba… Si me permiten, diría que casi nunca es lo que parece, por eso de dejar un resquicio abierto a la razón, al libre-pensamiento, o incluso, si quieren, a la imaginación. Es ésta una frase ajada por lo usada, muy dada en series y películas; muy utilizada en los momentos en que a uno lo pillan en un renuncio… Pero es que, a veces es verdad que las cosas no son como parecen, por la simple razón que se nos “aparecen” así para que formemos la idea de que lo “parecen”. Esto suele ser muy común por conveniencias más o menos ocultas, y es muy bien servido y mejor presentado por los medios de comunicación.

En las recientes elecciones, nos saltó y asaltó, y nos sobresaltó, y se nos resaltó, lo de las compras de votos por correo, por ejemplo. Como algo escandaloso e inaudito que pone en serio peligro la democracia por su ausencia de garantías. Vale, es cierto, soy conforme… Pero se nos olvida, o mejor: se nos quiere hacer olvidar, que la propia Democracia cría y alimenta de sus ubres esa desgraciada práctica. En mi época de Juez de Paz solía exponer repetidamente a mis superiores mi extrañeza de que, de los tres controles del sistema: petición de voto, recepción de papeletas y depósito del ya establecido voto, solo en las dos primeras se exigiera identificación, mientras no así en el acto de depositar dicho voto, pudiendo cualquiera entregar el voto de otro.

Pero es que, si pensamos, la compra del voto se hace antes de ir incluso a pie de urna. Nos rasgamos las vestiduras, sí, y con razón, sí, pero no existirían los compradores si no existiesen los vendedores. Por lo tanto, la causa y motivo, y razón, está en cuidar que no exista lo segundo, pues de esa causa viene tal efecto… En la República, con un índice de ignorancia e indigencia a la par de brutal, los oligarcas y caciques compraban el voto a base de unos pocos duros, un saco de trigo, o un miserable empleo de quince días. Por eso en los países con mayor desigualdad e índice de pobreza, agarra más esta caparra, que en países desarrollados. Ante el hambre y la necesidad cuenta poco la política, y si vale para poder sacarle unos cuartos, pues se vende…Y miren lo que les digo: donde esa política importa poco a los ciudadanos desengañados de sus políticos (examinen el índice de abstención) tampoco es raro que se saquen unos euros por lo que no se sienten identificados. Entre la escasez y el desinterés anda el juego, por eso Melilla es un caladero principal.

Mas me voy a permitir ir más allá: en conciencia, el voto cautivo, el clientelismo, el barrigagradecimiento, también es un tipo de compraventa de votos. Y esto es un fenómeno social que se da mucho en las colectividades, y suponen un porcentaje más, muchísimo más amplio, porcentualmente hablando, que por los motivos por los que acostumbramos a solazarnos en nuestro rechazo. Y más cuando tan sutilmente manejan nuestras emociones y nuestros “nohayderechos”… pero, ¿cuántas colocaciones, contratos, gabelas, etc. siembra un partido político entre su ciudadanía en los años de su mandato, como para no cobrárselos con el agradecimiento y fidelidad al voto?.. Yo lo llamo a eso compra venta emocional. Por eso me atrevo, con su permiso, a relativizar la mesada de cabellos y la espantada de caballos, orquestada y amenizada por todos.

Por parecer, es algo parecido a la también reciente escandalera por lo de Vinicius. Una parte de la grada del Valencia se sumó al rebuzno del asno que insultó al jugador del Madrid en la peor y más casposa forma de abyecto racismo. Se han llenado páginas de periódicos, columnas de analistas y tiempos de telediarios con un hecho que, desgraciadamente, se está dando todos los días en nuestras calles, plazas, metros y lugares públicos, incluso en lugares de trabajo y de convivencia, sin que merezcan una sola nota, una sola mirada, un solo comentario, una sola nada… Y claro que es una demostración racista de una sociedad racista, pero no son todos los valencianos. Somos todos. Y no basta decir que uno no es racista, también tiene que ser antiracista. Pero es que, además, somos clasistas.

Porque no nos es lo mismo, ni tan tremendamente útil para la humanidad, claro, un futbolista millonario, dador de patadas a un balón, que viste camiseta de gran Club de élite, que las moras recogedoras de fresas que se machacan en Huelva, por ejemplo; o los sinpapeles a los que insultamos, maltratamos y acusamos de delincuentes; o los otros negros chaboleros que sobreviven en los estercoleros de nuestro país. Éstos no cuentan… Y es que no es el mismo racismo. Uno es racismo común y el otro de etiqueta (si digo “negra” haciendo un mal chiste, se me acusará de racismo top). Con el segundo, hacemos una cuestión mediática y casi razón de Estado, y con el primero, simplemente lo ignoramos…Uno viene a llevarse nuestro dinero (verdad), y otros a quitarnos nuestro trabajo (mentira). Esto es: tampoco es lo que parece. Pero parece lo que es.

Así manejan nuestras emociones y manipulan nuestras entendederas… Mi humilde y desinteresado consejo es que desconfíen del principio de todo aquello que los medios de comunicación exageran y magnifican. Casi siempre hay un motivo que esconde un determinado interés concreto. Hay que hacer que sea lo que tanto esfuerzo se hace porque así parezca. Sin grises ni medios matices. A veces, hasta se logra desviar la atención y ocultar que, en realidad, el voto clientelar o el racismo, es mucho más de lo que aflora en estas bien-expuestas macetas. Incluso puede que se esté haciendo por eso mismo, para apantallar con otra pantalla igual pero mucho más pequeña…

Pero para que esto no se produzca, se necesita formarnos, y no nos van a formar los que les interesa una ciudadanía dúctil, manejable y fácil de moldear… De hecho, nos están convirtiendo, poco a poco, lentamente, en ciudadanos-plastilina. Y lo están haciendo con nuestra muy entusiasta colaboración y decidida participación. Tan solo que de nosotros depende.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

NO ES LO QUE PARECE

(de YouTube)

 

Cinco palabras disculpativas; cinco que conforman una excusa al uso; cinco lobitos que guardaba mamá loba tras la escoba… Si me permiten, diría que casi nunca es lo que parece, por eso de dejar un resquicio abierto a la razón, al libre-pensamiento, o incluso, si quieren, a la imaginación. Es ésta una frase ajada por lo usada, muy dada en series y películas; muy utilizada en los momentos en que a uno lo pillan en un renuncio… Pero es que, a veces es verdad que las cosas no son como parecen, por la simple razón que se nos “aparecen” así para que formemos la idea de que lo “parecen”. Esto suele ser muy común por conveniencias más o menos ocultas, y es muy bien servido y mejor presentado por los medios de comunicación.

En las recientes elecciones, nos saltó y asaltó, y nos sobresaltó, y se nos resaltó, lo de las compras de votos por correo, por ejemplo. Como algo escandaloso e inaudito que pone en serio peligro la democracia por su ausencia de garantías. Vale, es cierto, soy conforme… Pero se nos olvida, o mejor: se nos quiere hacer olvidar, que la propia Democracia cría y alimenta de sus ubres esa desgraciada práctica. En mi época de Juez de Paz solía exponer repetidamente a mis superiores mi extrañeza de que, de los tres controles del sistema: petición de voto, recepción de papeletas y depósito del ya establecido voto, solo en las dos primeras se exigiera identificación, mientras no así en el acto de depositar dicho voto, pudiendo cualquiera entregar el voto de otro.

Pero es que, si pensamos, la compra del voto se hace antes de ir incluso a pie de urna. Nos rasgamos las vestiduras, sí, y con razón, sí, pero no existirían los compradores si no existiesen los vendedores. Por lo tanto, la causa y motivo, y razón, está en cuidar que no exista lo segundo, pues de esa causa viene tal efecto… En la República, con un índice de ignorancia e indigencia a la par de brutal, los oligarcas y caciques compraban el voto a base de unos pocos duros, un saco de trigo, o un miserable empleo de quince días. Por eso en los países con mayor desigualdad e índice de pobreza, agarra más esta caparra, que en países desarrollados. Ante el hambre y la necesidad cuenta poco la política, y si vale para poder sacarle unos cuartos, pues se vende…Y miren lo que les digo: donde esa política importa poco a los ciudadanos desengañados de sus políticos (examinen el índice de abstención) tampoco es raro que se saquen unos euros por lo que no se sienten identificados. Entre la escasez y el desinterés anda el juego, por eso Melilla es un caladero principal.

Mas me voy a permitir ir más allá: en conciencia, el voto cautivo, el clientelismo, el barrigagradecimiento, también es un tipo de compraventa de votos. Y esto es un fenómeno social que se da mucho en las colectividades, y suponen un porcentaje más, muchísimo más amplio, porcentualmente hablando, que por los motivos por los que acostumbramos a solazarnos en nuestro rechazo. Y más cuando tan sutilmente manejan nuestras emociones y nuestros “nohayderechos”… pero, ¿cuántas colocaciones, contratos, gabelas, etc. siembra un partido político entre su ciudadanía en los años de su mandato, como para no cobrárselos con el agradecimiento y fidelidad al voto?.. Yo lo llamo a eso compra venta emocional. Por eso me atrevo, con su permiso, a relativizar la mesada de cabellos y la espantada de caballos, orquestada y amenizada por todos.

Por parecer, es algo parecido a la también reciente escandalera por lo de Vinicius. Una parte de la grada del Valencia se sumó al rebuzno del asno que insultó al jugador del Madrid en la peor y más casposa forma de abyecto racismo. Se han llenado páginas de periódicos, columnas de analistas y tiempos de telediarios con un hecho que, desgraciadamente, se está dando todos los días en nuestras calles, plazas, metros y lugares públicos, incluso en lugares de trabajo y de convivencia, sin que merezcan una sola nota, una sola mirada, un solo comentario, una sola nada… Y claro que es una demostración racista de una sociedad racista, pero no son todos los valencianos. Somos todos. Y no basta decir que uno no es racista, también tiene que ser antiracista. Pero es que, además, somos clasistas.

Porque no nos es lo mismo, ni tan tremendamente útil para la humanidad, claro, un futbolista millonario, dador de patadas a un balón, que viste camiseta de gran Club de élite, que las moras recogedoras de fresas que se machacan en Huelva, por ejemplo; o los sinpapeles a los que insultamos, maltratamos y acusamos de delincuentes; o los otros negros chaboleros que sobreviven en los estercoleros de nuestro país. Éstos no cuentan… Y es que no es el mismo racismo. Uno es racismo común y el otro de etiqueta (si digo “negra” haciendo un mal chiste, se me acusará de racismo top). Con el segundo, hacemos una cuestión mediática y casi razón de Estado, y con el primero, simplemente lo ignoramos…Uno viene a llevarse nuestro dinero (verdad), y otros a quitarnos nuestro trabajo (mentira). Esto es: tampoco es lo que parece. Pero parece lo que es.

Así manejan nuestras emociones y manipulan nuestras entendederas… Mi humilde y desinteresado consejo es que desconfíen del principio de todo aquello que los medios de comunicación exageran y magnifican. Casi siempre hay un motivo que esconde un determinado interés concreto. Hay que hacer que sea lo que tanto esfuerzo se hace porque así parezca. Sin grises ni medios matices. A veces, hasta se logra desviar la atención y ocultar que, en realidad, el voto clientelar o el racismo, es mucho más de lo que aflora en estas bien-expuestas macetas. Incluso puede que se esté haciendo por eso mismo, para apantallar con otra pantalla igual pero mucho más pequeña…

Pero para que esto no se produzca, se necesita formarnos, y no nos van a formar los que les interesa una ciudadanía dúctil, manejable y fácil de moldear… De hecho, nos están convirtiendo, poco a poco, lentamente, en ciudadanos-plastilina. Y lo están haciendo con nuestra muy entusiasta colaboración y decidida participación. Tan solo que de nosotros depende.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

HÁGANSE Y HÁGANME UN FAVOR

 

Me están llegando e.mails y whatshaps, también opiniones en las redes, con peticiones de personas que suelen seguirme, con una concreta: que no suspenda mi programa semanal de radio durante tres meses cada vez que llega el verano.

Yo les revierto a todos mi agradecimiento, porque es un interés por su parte que me honra y privilegia… Quiero decirles que por mi parte no hay ningún inconveniente, todo lo contrario. Pero no está en mi mano. Es cosa de programación de la Emisora.

Sí que les digo que dirijan sus peticiones a radiomunicipaltp@gmail.com que es quien tiene el poder disponer de tal posibilidad. Es lo correcto y lógico… Muchas gracias.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

EL PRECIO DEL DINERO

(de Vecteezy)

 

Dinero viene de Denario, la palabra romana que definía el precio de diez “ases”; y denario deriva a salario (salarium), que era como se dominaba la paga de los amos a los sirvientes, ya que, salvo algunos privilegiados que recibían un “pecunium”, por lo general se hacía en medidas de sal, gracias a la cual podían conservar los alimentos que guardaban para subsistir… Si se fijan, la concepción del dinero no ha variado un ápice desde hace dos mil años, ni tampoco de más atrás, no vayan ustedes a pensar. Sigue siendo el mismo: el costo de nuestra subsistencia.

No de la de los repartidores de sal, si no de sus siervos y servidores, o sea, el resto de los demás, todos nosotros. Pero, además, la invención del dinero como tal – jodido invento del jodido demonio – se hizo con una peculiaridad añadida: cuánto más pidamos al amo para vivir con dignidad, a mayor precio nos pone el amo el costo de la sal. Incluso, a ser posible, y rizando el rizo, nos la encarece por encima del valor de nuestro trabajo, para que, además, tengamos que pagarle intereses por lo que cobramos, esto es: pagar por trabajar.

Nuestros amos solo tuvieron que dar una vuelta de tuerca al sistema, y poner precio al mismísimo dinero, con el fin de vendernos nuestro propio dinero. Esa es la estrategia a la que ellos, los amos, son adeptos, y nosotros, los siervos, somos adictos… Lo más simple es que usted produce, ellos lo convierten en dinero comprándoselo en sal, y luego se lo vuelven a vender a usted a un costo muy superior al que le han pagado. Básicamente es así con todo… Si buscamos, encontramos que el comercio mundial está en manos de grandes trusts y oligarquías financieras y distribuidoras. Elemental, querido Wattson, Desde la energía hasta las patatas.

Una vez caídos en esta trampa, se nos inocula el virus del consumismo, se nos cuenta el cuento de la globalización, y nosotros mismos en masa nos ponemos la soga al cuello y le pasamos el cabo a nuestros amos para que nos estrangulen a su exclusivo interés. Como el que pesca atún a caña: suelta un poco, pega un tirón fuerte; dá sedal, recoge más que dá, y así… Lo de la carestía son circunstancias que ellos mismos provocan para establecer unas “leyes de mercado” también inventadas por nuestros ya saqueadores amos. Y esto es lo que hay: unos muchos trabajando para que unos pocos se enriquezcan con el fruto del trabajo de esos muchos, vendiéndoles su propio producto…

Un ejemplo tácito lo tuvimos con Garamendi, el presidente de la patronal a nivel nacional, un sujeto que se hace contratar por los empresarios, pasarse de autónomo a nómina, y encima ponerse un sueldo superior al que cobra el mismísimo Rey: 400.000 euros anuales. Pero lo que ilustra el despropósito es que, al mismo tiempo que tan burda y groseramente se autoprecia a sí mismo, se oponía brutalmente a la subida de quince cochinos euros al Salario Mínimo Interprofesional. Este tipo gana en un solo día lo que los del SMI ganan en todo el mes. Los banqueros y políticos hacen exactamente igual…

A esto hemos llegado, y esto es lo que aceptamos mansamente, y aplaudimos incesantemente. La excusa normalmente utilizada es la cosa de la responsabilidad y la importancia de “su trabajo” con acorde a su remuneración, pero, honradamente, ¿usted, de verdad, en serio, cree que es así?.. Miren: yo me tiré más de treinta años siendo un alto gilipollas local, comarcal y regional de los empresarios, entre otros tantos y tontos honores, y no solo no cobré un solo duro por ello, si no que puse dineros y denarios, y sales y salarios, de mi bolsillo y de mi negocio.

Bueno… pues así está montado ahora todo el chiringuito, desde tales “profesionales” de la mangancia, grandes empresarios, e incluso toda – digamos casi toda – la clase política que se afana en que creamos que “trabajan” por y para nosotros. Y sus desproporcionados haberes, proporcionados a nuestros también desproporcionados “agujeros”, se los pagan a sí mismos de los impuestos que nos encasquetan a los ciudadanos-siervos.

Desde alcaldes que se ponen nóminas por encima de la renta media de los de sus pueblos, a consejeros, directores generales, presidentes, diputados y senadores, paniaguados de toda laya y condición, y un etcétera más largo que un tren-mercancías…Representar es cobrar, y los representados que se den por bien ordeñados, pues hasta prefieren negarle parte de su autoextraído salario para dárselo a otros ajenos (Sistema de Licitaciones).

Como podrán comprobar, lo que ha cambiado del denario acá, son las formas, el vestuario, las etiquetas y la apariencia, pero no la experiencia, que es exactamente igual y lo mismo: la manipulación del precio del dinero manipulando el precio de las cosas (también funciona al revés)… pero de las cosas que usted mismo produce y fabrica y consume. Y seguimos engañándonos nosotros solos y a nosotros mismos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

LOS MAGOS DEL MAR MENOR

(de La Verdad)

 

Todos los políticos ante-urnam “venden” proteger el Mar Menor, pero ninguno dice la verdad. Unos se lavan las manos en una estrecha zona de proximidad, y se desentienden de los acuíferos cargados de purines tierra adentro. No se puede contentar a la vez a Dios y al Diablo.

Otros engañan confundiendo: quieren eliminar el problema del Mar Menor eliminando al Mar Menor como tal, pero aparentando que lo protegen.

Y es que, en elecciones, aparecen los coloridos y atractivos catálogos de la campaña de Reyes Magos… Hay regalos dónde escoger y para todos los gustos. Pero ya se sabe: los Reyes son los padres, o sea, nosotros. Ellos no existen.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

GENTES DE BIEN

(de Diario Público)

 

En uno de los rifirrafes políticos, pasado no ha mucho, a los que nos tienen acostumbrados nuestros ídems, creo que fue el inefable Feijóo (que se ha vuelto Casado por virtud de Isabelita Ayuso), me parece que por la gilipuertez del “siessi”, soltó algo así como que iba contra “la gente de bien”… Hacía siglos que no había oído ese referente de Gente de Bien, muy de la época de sus apellidos, por cierto. Lo recuerdo como muy de la posguerra, en que solían manejarse un par o tres de denominaciones, que, invariablemente, se usaban para entenderse entre la paisanada: si la zagala, por ejemplo, se ennoviaba o casaba, siempre había un alguien que decía que el opositor era “gente de bien”, para aludir a cierto gentilismo, o que era “mú honrao y trabajaor”, cuando no alcanzaba el estatus anterior. Lo otro que se decía era “gente de órden”, aludiendo más a su obligada proximidad a lo de “afecto al régimen”, que eso era ya un aval de supervivencia.

En los pueblos como en el que yo me crié, solían tener una especie de comité local, que, formado por la tríada cura-boticario-cacique, o similar, eran los que elaboraban las etiquetas del equipaje del vecindaje para cualquier viaje, fuera evento o por cualquier eventualidad… En el de donde me recrié, al ser villa más reconocida, podía ampliarse la trinca a quinteto, llegado el caso, pues cabía el jefe de puesto de la guardia civil, así como el alcalde y/o Jefe Local del Movimiento… bueno, en esta clave – JLM – conocíamos cuando había que disimular ante oídos atentos, traducido por Jamón Limón y Melón llegado el caso y si hubiera lugar.

Si el pueblo tenía Casino, el filtro social podía ser más relajado, ya que los prohombres del lugar formaban o conformaban una especie de “senatus”, donde, en primera instancia, se dilucidaban los más elementales y básicos quehaceres del “pópulus” y sus individuos… La mayoría, claro, “buenas gentes” no más, que la vitola de “gente de bien” se otorgaba a una elegida parte por las fuerzas vivas de esa colectividad, o sea, que los aspirantes hagan meritaje, ingresen el Círculo Restrictivo… perdón, Instructivo he querido decir, o Cultural, o equilicual, y luego ya se verá lo que aporta para pasar a “gente de bien”, de órden, o de la divina leche de la santa teta.

Y la cosa funcionaba cojonudamente… Si la pareja de la Guardia Civil de servicio se topaba por la calle con uno de la pana, el saludo era: “documentación…”, o un “¿…y tú quién (o de quién) eres”; y si se cruzaba con uno de la pasta, invariablemente su saludo era un “muy buenos días nos dé Dios, don Ramón”… Los códigos contantes y cantantes no eran ni postal ni genético, pues bastaba con mirar si llevabas zapatos o alpargatas, sombrero o boina, corbata o bufanda; si fumabas cigarrillo con filtro o picadura liada.

Entonces era todo muy sencillo: o eras, o no eras. En aquella época bastaba con que alguien de los del quinteto te señalara para que los tricorniers fueran a por ti, a tu casa, y, sin necesidad de probar nada, te trincaran hasta más ver… o te dejaran tranquilo, o te pusieran en observación. Hoy tan solo en un caso no ha variado mucho el procedimiento: basta que la mujer diga a la Civil que el marido la ha maltratado, aún psicológicamente, con todo lo que de relativo lleva tal concepto, para que, también sin prueba alguna, lo saquen esposado y lo escancien en la trena. Tal que entonces.

Pero el perfil ha cambiado. Se ha instaurado un tribunal inquisitorial, poco a poco, sutilmente, en que se amplian estos supuestos y otros más – aparentemente – buenistas y politicorrectos, tal que si le da un cachete a su crío, porque le ha escupido en la cara, será reo de grilletes; si le cuenta el cuento de Caperucita Roja en versión no revisada, será llamado a Capítulo; si le silba homenaje de admiración física a una despampanante moza, irá a galeras por acoso y violación; si vuelve a ver la película Lo que el Viento se Llevó en versión original, le caerán las del pulpo a la brasa; si lee a un autor u obra cuestionada, como La Cabaña del tío Tom, lo enviarán a un campo-reformatorio de concentración…

Esto es, que Feijóo, queriendo hacer un valor de una expresión caducada y decimonónica, sin verlas venir, le ha devuelto a Sánchez lo que sus socios de gobierno quieren resucitar del más casposo franquismo, si bien que al revés: los censores de antes ejercían hacia un sentido, y los de ahora ejercen al contrario. Ayer se pedía a la Guardia Civil o al Párroco, certificados de buena conducta, y pronto se habrá de pedir al Comisario, o Comisaria, de Inclusión, Igualdad, Paridas y Paridades.

A mí ya me enseñaron aquellos lo que valía – y sigue valiendo – un peine. Y tuve mis experiencias. Las suficientes. Yo les suplicaría a los de la Dirección General de Politicorrección y Buenismos, que, a los de cierta edad, por ejemplo la mía, se nos exima de un Servicio Social que ya vivimos y apuramos con creces en nuestros días. Que se nos libre del cumplimiento de tales normas y hormas, que ya se nos aplicaron a plomo y fuego… Que se las enseñen, si acaso, a los que aún tienen que ganarse el ser “gentes de bien”, o de lo que fuere que sea eso.

Los que aún no aprecian lo que tienen, y que pueden perder (libertad de pensar, de expresarse, etc.) puede que lo tengan que aprender… Es posible que necesiten lo que a nosotros nos sobra por todos los poros, y no supimos transmitirles. Yo, ya sé lo que es eso… Pase de mí, Abba, este jodido cáliz, si es tu voluntad. Yo ya bebí mis buenos y amargos tragos, anda, porfa, acho…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

POR ALGO SERÁ...-

(de ABC)

 

Dato cogido en prensa (LO/15-5): el 25% de los jóvenes de la región entre los 18 y 30 años no piensan votar, y la mitad del resto no saben a quién hacerlo… Debería preocuparnos el futuro.

No es raro que los líderes se despepiten en ofrecerles caramelos y chuches a porrillo a estos cientos de miles de jóvenes, a ver si los encandilan y les llevan patica y papeletica a la urna.

Pero es el más claro síntoma de que los jóvenes captan la demagogia, la falsedad y la marrullería de los políticos mejor que nosotros, sus adultos… Tan solo hay que preguntarles, para que nos digan lo que piensan de ellos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

NI P... IDEA

(de Word Press)

 

Leo en E.P.-28/4 una… iba a decir noticia, por eso de que sale en un periódico, pero no todo lo que se publica en la prensa son noticias, así que diré una de “las cosas de la vida”, como también decía mi abuela, y aún se dice por ahí, y que me atrevo a compartirla con ustedes que me suelen leer, por curiosidad, y porque puede ser materia de reflexión del comportamiento humano (aunque no siempre los humanos hayamos tenido igual comportamiento, claro)…

Se trata de una de las siempre llamadas antiguamente “Casas de Comidas”, que solían llevar familias, y donde, por obvio y natural, se servían comidas eminentemente caseras, de las de “toda la vida del señor”… permítanme la minúscula, pero es que la vida tiene muchos señores, como ustedes mismos comprenderán. Está situada en la conocida por Zona Franca, de Barcelona, o sea, por donde la pelana industrial y todo eso, ya saben. La llevaba la abuela, que era buena cocinera; luego la madre, que heredó su buen hacer, a la que se le añadió el padre, como mesero, que no mesonero, cosa natural, y ahora lleva un hijo, nieto de la primera, el cual ha sumado a dos hermanos más, porque se lo come la bulla.

El éxito – dicen los “expertos”– estriba en no haber hecho nada. Sí señor, como lo leen: en dejar las cosas como estaban, en “non meneallo”: decoración mínima (no minimalista, ojo), esto es, cero, que no sean sillas y mesa con mantel; y servir platos de cuando Jaume el primero andaba por allí, ya saben: de cuchara, puchero, huevos y otras cosas fritos a manta. Con una ventana abierta a la cocina, por la que se ven y se huelen los platos que se condumian, aparte anunciarlos a tiza y pizarra colgada de la pared. Eso es todo. Hasta si quieren los comensales husmear cómo faenan sus demandas, pueden entrar al cocináculo y ambientarse… Puro “retro”, o “vintage”, o como se etiquete en english lo que ya está más que inventado.

Esto es todo. O esto es nada, si así les parece. O esto es mucho, si igual lo creen así. Pero no hay más… Bueno, pues sepan que, si quieren ir, ya que se ha convertido en lugar de peregrinaje y reclinaje de veneración gastronómica, tendrán que pedir cita, pues tiene lista de espera de meses lunares. Como les cuento a vuesas mercedes. Naturalmente, como tontos no son, aparte de ser catalanes, lo que sí han tocado han sido los precios: El triple o cuádruple, o más, según de qué sea la “truita” – en cristiano, tortilla – si de queso, sobrasada o pernil, u otras delikatessen de guisos de potajes, trucha, conejo de la zona, o carne de cepo de esos lares.

O sea: la sencillez básica de la cocina casera, pero con la sofistificación añadida de los precios caros como el mejor “maridaje”… ¿se dice así?, con la tontería moderna. Y no voy a criticar yo aquí el que estos espabilados cobren a precio-Berasatagui lo que otros hacen cola para pagar, ni muchísimo menos. Existe una ley no escrita, porque es una norma dictada por la propia naturaleza, que reza que “mientras haya tontos no faltarán los listos”. Este zagal ha descubierto que lo que su abuela hacia para redondear el pañuelo (entonces se guardaban las “perricas” en los “moqueros” a falta de monederos), hoy se paga a precio de oro aparte la pleitesía de la espera, y eso no lo va a cambiar él por una gilipollez que, encima, no es suya, por general que sea.

No voy a citar aquí el nombre del invento-descubrimiento, por un par de razones: primero, porque no les hace falta una propaganda que les hago con esta crónica, y a lo peor puede que alguien me acuse de hacer publicidad ilegal; y segundo, porque los que pierden el sueño por vivir tan “exóticas experiencias”, estoy seguro que, con las meras pistas dadas, encontrarán aqueste Grial de la “divine cuisine”… Faltaría más, tío Tomás.

Lo cierto y verdad es que lo he traído aquí, de aquesta güisa, a mis “crónicas malditas” (así las llaman ya algunos y algunas, doy fé que de buena fé, a estos escriturios), y, la verdad que me siento tentado a rebautizarlas tal cual, ¿a ustedes que les parece?.. Pero que he traído ésta, digo, por el malsano interés de analizar estos extraños comportamientos humanos que nos brinda la actual existencia. Veamos: hace pocas, muy pocas, poquísimas décadas, que despreciábamos, y nos mofábamos, arrinconándolas y olvidándolas de mala manera, todas esas formas de cocinar y alimentarnos, para epatar y alucinar por todo lo contrario. De pronto, de la noche a la mañana, descubrimos el nuevo mundo de la elaboración, el “eau bendite” del cuento chino; elevamos a sus sacerdotes a los altares de los cielos; lo sobrepagamos con alabanzas y doblones; y nos dejamos el culo a rastras con la misma prisa con que abandonamos la otra de malos modos.

¿Estupidez humana?.. Ustedes mismos, por favor. Pero conste que esta actitud – que no aptitud – está conducta, este proceder, lo tenemos con cada vez más cosas y en más casos… Y, mientras tanto, no tenemos puñetera idea de lo que en realidad merece la pena valorar. Por ejemplo: si decimos que esa sencillez en la comida y en el servicio tiene calidad (y así se paga en consecuencia), ¿qué valor tiene entonces cuando nos despepitamos por todo lo contrario, abandonando lo hoy ensalzado?.. Y es que nos engañamos hasta el punto de encarecer lo que nada vale, por la estúpida y ciega demanda, y arruinar lo que tiene valor, por la misma ciega y estúpida moda. Llámelo usted comida, en este caso… ¡oh, no, perdón, anatema sea, que esto es vulgarizarlo!, he querido decir “Gastronomía”, o sea, arte conceptual, cultura, cretinismo y turismo…

Por cierto, que en Tenerife, por ejemplo último, han empezado a desautorizar la llegada de cruceros porque el turismo que ya llaman “de aluvión” destroza y aniquila más que rinde en divisas. También en Venecia, Barcelona, y otros lugares del mundo están restando a estas invasiones bárbaras… Los fenómenos que desatamos para enriquecernos han empezado a empobrecernos. Destruyen más que construyen (miren el fenómeno asociado de las viviendas turísticas, lo que está produciendo de insano y destructor). Somos nuestros propios Atilas asolando nuestra propia tierra y envenenando nuestro propio aire por treinta monedas de plata. Acudimos en rebaño a la llamada del cohete y los faralaes, y, lo peor de todo, es que no queremos, no nos da la real gana, de reconocerlo y darnos cuenta de lo que estamos haciendo y está ocurriendo.

Los hermanos Borja sí se han dado cuenta de la bobaliconería humana. Y vuelven a ofrecer la más básica elementalidad al precio de la más idiota superficialidad. Saben perfectamente que somos ciegos que siguen a los ciegos; que somos del gremio del mogollón; que abaratamos lo positivo y encarecemos lo negativo… Y entonces van y actúan en consecuencia. Pues claro que sí, si nosotros confundimos lo ético con lo peripatético, y lo lógico con lo demagógico…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

COCHINOS POLÍTICOS

(de La Verdad)

 

Que la guerra del agua está politizada es más claro que esa misma agua con la que nos engañan todos y a todos, y se sirven de nosotros para conseguir votos con que gobernarnos. Consideren este ejemplo como ilustración:

En el 2.007, Barreda, del Psoe, y Cospedal, del PP, con su proyecto conjunto de Reforma de su Estatuto Autonómico, planearon el cierre del Trasvase para el 2.015… así, mano a mano.

Así que aquí no hay partidos, ni ideologías violadoras ni defensoras. Eso es solo circunstancial. Rajoy tampoco quiso hacer nada. Tan solo existen puros y duros intereses de manifiesta insolidaridad que se tapan con la sucia política, nada más…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

SE NOS ACABA EL INVENTO

(de Educo)

 

Si nuestro Sistema Solar tiene 5.000 millones de años, semana arriba semana abajo, nuestro planeta, la Tierra, tiene aproximadamente lo mismo (no confundir con la edad del Universo, que es de unos 14.000 millones de años, poco más o menos)… Estamos hablando de nuestro elaborado pero escaso mundo sobre el que cabalgamos; estamos tratando, en definitiva, del clima planetario que nos padece a la clase humana, entendámonos. Y si nosotros aparecimos hace alrededor de 250.000 años, quiere decir que nuestra casa es 20.000 veces más vieja que nosotros, lo cual merece un respeto, o así lo creo yo al menos.

Digo esto porque un muy conocido científico abundaba el otro día en que el ser humano dura sobre este suelo seis veces menos que el plástico que producimos y tiramos al mismo, por lo que nadie quedamos para medirlo, salvo por la durabilidad de los productos químicos con que lo fabricamos y envenenamos el medio ambiente, que eso sí que lo conocemos… Y algo de verdad debe haber en eso, cuando el residuo plástico que se está recogiendo de nuestros mares-basureros tiene cerca, o eso aseguran, de un par de siglos. Calcule usted si ha tenido tiempo de joder la flora, la fauna, y hacernos comer microplásticos por un tubo a través de la cadena alimentaria… Y vamos multiplicando exponencialmente los efectos, también en nuestros organismos, como enfermedades, en vez de restándolos.

Ese mismo investigador daba por supuesto que en esos miles de millones de años en que el planeta ha ido evolucionando y revolucionándose para adaptar algo con lo que adoptarnos a nosotros, también ha producido sus propios cambios climáticos, y no flojos precisamente: hielos y deshielos que han hecho aparecer y desaparecer continentes enteros y especies de todo tipo; terremotos y violentísimos movimientos sísmicos; erupciones volcánicas; caídas de meteoritos; periodos de calor espantoso; y también, por supuesto, terribles inundaciones y sequías… Ella solica, por sí misma, hasta que se hizo, también a sí misma, habitable para acoger a la especie humana, que tampoco es moco de pavo. Llevan pues razón aquellos que alegan que esto ha ocurrido siempre, con o sin el hombre, y que tampoco es para ponerse en plan catastrofista y todo eso.

Pero lo que se callan y no dicen es que esta es la primera vez en toda su historia geológica en que un cambio tan monstruosamente acelerado es producido directamente por la acción directa del factor humano, y lo que es peor: que los propios cataclismos en sí mismos; que los fenómenos provocados (sobrecalentamiento atmosférico, envenenamiento ambiental y agotamiento de recursos) son algo absolutamente negativos para la propia especie humana y para su pervivencia en este planeta… Esa es la diferencia de matiz. No es lo mismo miles de millones de años de estabilización en solitario, que un par de cientos de miles de esos mismos años de desestabilización provocada (llamémoslo autocorrección si se le queda mejor cuerpo), expansivamente acelerada por nuestra manipulación directa del invento. De un invento, por cierto, que, al menos para nosotros y salvo su energía prístina, tiene fecha de caducidad.

Y he intercalado lo de “para nosotros”, porque, lo que es para el planeta, en comparación con todo lo pasado en el pasado, esto es pecata minuta, y tiene tiempo sobrado para autoregenerarse. Y capacidad, también… Y, como comenta Enrique Nieto: “así, tan pancho, viéndolas venir, como diciendo: ya cambiaré esto, que yo no tengo ninguna prisa”. Y es que es cierto, es mucha verdad. La Tierra tiene todo el tiempo, medios y posibilidades del mundo, pero los que no tenemos un jodido tanto así, somos nosotros. La habitaduría seguirá, y los habitantes se irán a tomar el viento por donde vinieron. Así lo hemos querido, y así mismo se hará.

Y sigue diciendo Nieto: “…ella seguirá volando en el espacio, con sus hermanos planetas de la galaxia, y sus soles, y sus demás primos los astros… A la Tierra le importa un pijo. Allá vosotros los humanos, dice cuando nos ve cometer todo tipo de barbaridades”… Naturalmente, las causas cicatrizan, pero los efectos repercuten directamente en nosotros, no en ella. Con lo listos que somos, joer, y no nos damos cuenta de algo tan sencillo como eso. Miren ustedes mismos el panorama, y piensen, si aún saben y quieren pensar: cada vez lloverá menos, y cada vez hará más calor; el hielo se derrite en los polos y los glaciales en aceleración constante, subiendo el nivel de los mares y afectando todas las costas; las carestías – de carencias y de costos – serán cada vez más y mayores… y me paro aquí, no sigo con todo lo demás que se irá sumando a esto.

Pero, y a todo esto, nosotros, como perfectos bobos, seguimos de fiesta en fiesta, de celebración en celebración, de puente en puente, y de acá p´allá… En el último mayero, por ejemplo, aquí, tan solo que en esta región, apenas trincada la idolatría semanasantera y mamadas sin fín de primavera, 300.000 coches salieron a la carretera a enmierdar la atmósfera y cargarnos el medio ambiente y el medio natural. Son datos de la DGT, no inventados por el menda. El menda saca unas cuentas más simples que el asa de un botijo, y se pregunta: con una media de cuatro personas por vehículo, en una región de millón y medio de habitantes que somos, hemos movido el culo las cuatro quintas partes de los del roal, y se han quedado aquí algún viejo rematado, crío en pobreza infantil (un 30% según Cáritas, por cierto), y los impedidos por necesidad o enfermedad. Tontolúltimo

Luego, vuelve ese más de un millón de personalgentío, a ponerse la alcachofa de la TV7 en la frente, y quejarse de los precios de los alimentos y a gritar en falso que “así no se puede vivir, coño”, que es lo único que nos sale del moño… Y como que las matemáticas dicen lo contrario, uno se pregunta que una de tres: o que aquí nos tocan los iguales hasta sin jugar; o que somos más embusteros que el Almanaque Zaragozano; o es que aquí no somos más tontos porque no nos entrenamos, que si no… Pero lo cierto y verdad, visto lo visto, es que nuestros “posibles” los empleamos en la dudosa inversión de pasarlo bien y llenar terrazas a costa de la naturaleza y de nuestros propios bolsillos y supervivencia. Y estamos tan impuestos de nuestras razones, que no vemos lo evidente ante nuestras propias narices… Yo confieso que no lo entiendo, que no comprendo nada. Quizá por eso me critican. Hacen bien, ¡qué leches…!

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

¿QUÉ M... SOMOS?

(de preferente.com)

 

El Real Madrid realizó cuatro vuelos (dos de ellos vacíos) para viajar a Valladolid a jugar un partido. Vertió ocho toneladas de mierda – CO/2 – a la atmósfera por no emplear unas cochinas horas en el Ave que une ambas ciudades.

Estas barbaridades deberían seguirse, perseguirse y penalizarse. Son una atrocidad contra un medio ambiente del que todos luego, cínicamente, nos presumimos de verde.

Las autoridades tienen mucha culpa por su connivencia cobarde. Pero los seguidores, fans y amantes del fútbol son, y así han de considerarse, cómplices de estos actos criminales contra la naturaleza. Esos clubes, con esos politifarras y todos nosotros, al tolerar estas atrocidades, tan solo mostramos nuestra doble moral, fariseísmo y poca vergüenza.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com