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LAMENTABLE ERROR

 

Hay una parte de paises europeos que quieren vetar la entrada a ciudadanos rusos, como la ya enésima medida de presión por lo del conflicto de Crimea… Yo creo que es un inmenso error: justo lo que Putin quiere.

Que los ciudadanos rusos salgan a Europa y vean desde fuera la óptica abierta de la guerra que les es impuesta cerrada desde dentro, es bueno. La percepción que se tiene desde la libertad no es la misma que desde la tiranía.

En realidad, esta medida obraría el efecto contrario: el rechazo a los países que los rechazan y la defensa de su propio y manipulador régimen. Al final, lo lamentaríamos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

EN EL RECUERDO

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Recuerdo aquella mañana lluviosa en mi destino del cuartel, en la base… Me llamó mi teniente para anunciarme que había ganado un algo literario, un premio, un accésit, en los entonces Juegos Florales, que así se llamaban, y se celebraban en el pueblo, pero que (me avisaba) tendría que acudir a recibirlo de uniforme. Efectivamente, me había presentado con un trabajico de prosa – “Llegará un día…”, creo recordar que se titulaba – así, con sus puntos suspensivos y todo. La ceremonia de entrega de galardones iba a celebrarse días después en el frondoso patio del Hotel La Encarnación, lo cual no dejaba de tener un regusto satisfactorio e íntimo.

Pero si algo redondeaba la alegría fue enterarme poco después, que me acompañarían, entre algún otro, un par de amigos míos de pata negra y con denominación de origen: Cándido y Juan Luís, que igual habían optado dándole a la poesía y a la narración, y habían obtenido uno de aquellos premios que se daban a las artes de la pluma… Nos ganamos, ufanos, unas figurillas talladas en madera, de tema quijotesco creo, que cumplieron por lo sobrado con el prurito que rezumábamos… Bueno, Juan Luís rezumaba algo más: el fruto de un coñac doble que nuestra anfitriona, Paquita Paredes, le suministró vía in extremis, por el miedo escénico que le nervioseaba, y para soltarlo en su oratoria. Ni qué decir, que le surtió el efecto deseado de largo y por lo sobrado… Los tres estamos inmortalizados en papel fotográfico, en riguroso blanco y negro, ellos de chaqueta y corbata estrecha, como correspondía a la época, y yo de soldado de aviación, como correspondía a mi estado. La guardo a la vista, cerca de los ojos del cuerpo y grabada en los del alma.

Los tres veníamos de la escuela, y, aunque centrifugados cada uno por su lado tras la misma: Juan Luís a Magisterio, Cándido a Ingeniería, y yo a trabajar por lo mío, seguimos compartiendo leña y peña, grupo, aficiones, riesgos, incluso distancia y tiempo, y muchas cosas más… Las amistades formadas en la primera forja suelen durar hasta el final del arado. Y las aventuras y vivencias compartidas son el mejor pegamento… El viaje de los tres a Madrid, tras nuestros estudios iniciales, y la inocente osadía de plantarnos en la puerta de una gran dama de la escena: doña Julia Caba Alba, buscando una entrevista afantasmada, como nosotros, en representación de un fantasmal club de pueblo…

Cándido y yo, simultaneando labor de pic-kup en guateques, cabalgábamos a lomos de su moto Ossa, cargados de cassette, máquina fotográfica, blocs y bolis, y nos lanzábamos, tan orgullosos, a las agujereadas carreteras comarcales para cubrir las anémicas noticias con que alimentábamos a los periódicos que nos tenían como corresponsales de fortuna. Él Línea y yo La Verdad, o al revés… Las anécdotas que ambos vivimos y compartimos, y acumulamos, como de otra naturaleza después, conforman el tejido de una amistad entrañable, de las de querencia antigua, de las de poso y reposo…

Ahora Cándido se nos ha ido… Una jodida enfermedad ha machacado sus últimos años preparando su final. Y se nos ha marchado con su extremada lealtad, honradez y bonhomía a cuestas, tal y como siempre vivió y ejerció en toda su existencia. Encarando las dificultades de frente, con entereza y honestidad a prueba de yunque, que su mujer y sus hijas conocen bien, y de las que yo algo sé… En esta pesada y larga prueba, varias veces me dijo que agradecía y se daba por contento con los años de vida que le birló a la de la guadaña. Que estaba satisfecho con el regate. En vez de maldecir y quejarse de su suerte, se felicitaba por haberle negociado a nuestra última hermana un tiempo con el que no contaba. Era felizmente estóico… De esa madera estaba hecho. Ojalá y algo se me haya pegado de él en este sentido…

Cándido, además de ser un amigo de siempre, que me seguía, me comentaba y me animaba en mis escritos, era también amigo de querencia vieja, antigua, arcáica y arcana, apegada y no apagada, que me deja un hueco, otro más, en el alma… Uno se siente aún más huérfano en sí mismo. Es una horfandad serena, tranquila, apacible, sentida, triste, profunda, de la que tiene la virtud de dejarte vacío tras haberte saciado. Uno tiene ahora que reorganizar su propio trastero para poder adaptar el acervo de la última mudanza, que no por esperada resulta menos dolorosa. Es como un intento de pasar página, pero que tiene el efecto contrario, porque a cada una que se pasa más lo acerca a uno a su propia y última página…

…Y son ya demasiadas páginas pasadas. Exactamente hace un año, Joaquín, otro compañero de vida y andadura, también dejó otro pedazo vacío a la vez que lleno… Ahora, Cándido viene a sumarse a la resta. Cada vez son más tirando al otro lado de la cuerda, y menos los que tiran de este otro cabo… y ya solo tendría que dejarme llevar, lo que pasa es que este juego tiene unas reglas que no deja funcionar ambos extremos con los mismos parámetros. Pero miro a mi alrededor y veo que mi historia, mis vivencias y querencias, mi yo mismo, reside más parte de ese todo en el otro lado del espejo que aquí, donde acumulo más recuerdos que realidades. Y, la verdad, vivir ya de recuerdos y entre recuerdos no es rentable para esa existencia… “Es la vida”, se dice, pero quizá que no sea exactamente la vida, o puede que sí… Lo único que nos queda a los de mi quinta – y tampoco es mucho – es tener alrededor alguien con quién recordar experiencias compartidas, ya saben… Cuando ya no se tiene a nadie con los que recordarlas, porque ya no están, porque se han marchado a otro sol, se han ido de ti, lo único que queda es contar batallitas a quiénes quieran escucharte, cuando no aguantarte.

No es lo mismo, no… Por eso Cándido es otro que me deja más solitario en una soledad que ya no se puede compartir con nadie, o con ya muy pocos; con una soledad de uno solo… Adiós Cándido, adiós amigo mío, hasta más ver… sentir y querer.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

DUDOSO REFRÁN

desmotivaciones.es

 

A ver… Dice una vieja sentencia muy puesta en ello que “del roce nace el cariño”… Puede ser, pero, desde luego, no siempre. A veces, el roce genera escozor. O una variación de la indiferencia, por débil que sea…

Es cierto que, en física, la fricción genera calor, energía, incluso, a veces, atracción, si son entre materiales conductores, pues se convierte hasta en electricidad… Pero eso no es cariño, afecto…

Les pregunto a los que han hecho la “mili” por ejemplo: ¿los años de roce y convivencia de cuartel produjo cariño en todos los casos?.. Pues lo mismo en cualquier colectivo humano forzado por las circunstancias. No se puede generalizar.-

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

VÁ DE LIBROS / programa de radio

Es un programa de radio sobre el que merece la pena echar una pensada:

https://youtu.be/FdxZohNwpMs

LOS IMPUESTOS

(de Idealista.News)

 

La definición de “Los Impuestos”, así, en plural, y fiscalmente hablando, al menos la mejor y más ajustada que yo conozco de las muchas que hay, es la de un clásico de la economía de cuyo nombre siento no acordarme: “Los Impuestos son el precio de la civilización”. Eso está meridianamente claro, aparte de que luego “se ajusten en justicia”, que eso ya sería harina de otro costal… De ellos salen escuelas, hospitales, infraestructuras y todos los servicios públicos que constituyen, en definitiva, la llamada civilización. Y así es como debe ser. Sin embargo, de esa muy exacta especificación, a mí me asalta una pregunta: ¿Cuál es el precio de los impuestos?...

Si fuera un justiprecio nada habría que alegar al costo de los mismos. Pero de ahí igual salen los altísimos sueldos, gabelas y emolumentos de políticos, subpolíticos, técnicos, funcionarios, cargos, subcargos, asesores, paniaguados y rémoras que sustentan el andamiaje del poder. Y ese capítulo de gastos es superior, e incluso más cuantioso, que los propios servicios de los mismos. Y muchas veces, hasta desproporcionado entre lo necesario y lo arrimado… Pero la cosa no se queda solo ahí. También de los impuestos se costean todos los negocios de sanguijuelas adheridas, de hermanos, cuñados, parásitos, cofrades, parentelas y corruptelas que proliferan alrededor de los puestos de poder.

Si ponemos a España como ejemplo (un mal ejemplo, por cierto), el FMI ya calculaba hace dos o tres años, que la corrupción le costaba a nuestro país 60.000 millones de euros anuales, lo que ya suponía un 4,5% por ciento del Pib. Y eso es una auténtica burrada, pues eso es Deuda Pública, o sea, deuda suya, mía, y de todos los que, encima, pagamos… Según fuentes de la OCDE, en 2.017, entre el 10% y el 30% de la inversión en proyectos de construcción financiados con fondos públicos, se malgasta entre la mala gestión administrativa y las prácticas corruptas, y que apenas el 40% de los casos descubiertos llegaban a los tribunales… Eso, sumado a que el costo en sueldos políticos y funcionariales está sobredimensionado y es uno de los más altos de Europa, dá la medida. Un detalle: aquí existen más coches oficiales, el triple, que en todo los EE.UU., cuando allí nos sextuplican en extensión y habitantes… y así, todo. Añaden a este estado de cosas que el sistema de Comunidades Autónomas que nos hemos dado nos resulta extremadamente oneroso, por tener que mantener a 17 cortes de reyezuelos al completo con todo su tren de gasto. Los Lands alemanes, por ejemplo, con todo su autogobierno incorporado, le cuesta cuatro veces menos al gobierno federal que a nosotros el nuestro de taífas.

Pues bien, toda esa monstruosa arquitectura sale de nuestros impuestos, y, claro, aún nos falta (de ahí el déficit público)… En estos casos, suelen darse un par de posibilidades indistintamente: o bien es que pagamos más en sirvengonzonerías que en servicios estríctamente dichos, o es que esos servicios nos salen tan sumamente caros que nos resultan casi insostenibles. Díganme cuántas infraestructuras públicas, tanto municipales, como regionales, como nacionales, han costado cuatro, seis, u ocho veces más su valor al del original presupuestado… ¿pésima administración o proliferación de cazos, cazuelas y cazoletas?.. Ustedes mismos. Entre hermanos, cuñados y arrimados que se forran el riñón con licitaciones públicas (últimos casos por motivos Cóvid en la sanidad madrileña, por ejemplo) en el que por suministros mediocres pero caros, cientos de miles de ciudadanos pagaron con su vida y salud, cuando no perciben prestaciones malas y escasas… mantenidas por impuestos desproporcionados y/o desequilibrados.

Y no quieran confundirme ni confundir. Yo no estoy en contra de los impuestos en modo alguno, todo lo contrario. La protección del señor feudal siempre se ha conseguido manteniendo al señor feudal. Y pagando. Siempre fue así y lo sigue siendo, aún con sus refinados matices. Y estoy de acuerdo. Lo único que digo es que el monto de lo pagado no se corresponde con el valor de lo recibido… Lo que me atrevo a exponer, y ustedes sepan perdonar mi personal opinión, es que de nuestros impuestos sale todo el dinero para cuentistas, trileros y mangantes; y para alimentar tal estado de corrupción y ladroneo, las cuentas ya empiezan a no salir… Y que, encima, tienen la cínica virtud de crearnos mala conciencia por defraudadores.

Sin contar con que, encima,el beneficio de lo que producen los que pagan impuestos y trabajan, va a parar a los bolsillos de los grandes oligarcas económicos que ni trabajan ni pagan impuestos, produciendo una cada vez más gigantesca brecha social entre ricos y pobres… Decía un tal Piketty, que tener cientos o miles de millones poco contribuye al interés general, y escribió: “que los milmillonarios paguen un 90% en impuestos (que tampoco es así), significa que aún les quedan cien millones para poder vivir holgadamente, mientras que un apretado diezmo para un asalariado medio, apenas le queda lo justo para malvivir”.

Hay veces que las matemáticas puras y duras se ponen en contra de los economistas cuentistas, por mucho que éstos desarrollen alrededor de sus aureolas de pavos reales esplendoros castillos de plumas artificiales… Pero cada vez se le ve más la trampa a los del hampa.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

SOMOS COPARTÍCIPES

(de Historias de un Pensador Compulsivo)

 

Las empleadas de las tiendas de Zara denuncian condiciones abusivas, como sueldos ínfimos y horarios explotadores, y anuncian posibles paros puntuales, o huelgas, si la empresa, Inditex, no atiende a sus propuestas.

También los trabajadores de Amazon andan revueltos por lo mismo. Jornadas extenuantes con nóminas esclavistas, dicen. Una trabajadora de almacén: “creen que tienen todos los derechos a abusar de nosotros por ser quiénes son”…

Es curioso, pero son esas gigantescas empresas que abusan de sus trabajadores y/o fabrican sus productos en países de misera y tercermundismo, las que más favor tienen por parte nuestra, de su clientela… Nosotros participamos, colaboramos, apoyamos y pagamos esa explotación.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

TAL QUE ASÍ MISMO...

(imágen de El Mundo)

 

En el último Halloween, en Seúl, la capital de Corea del Sur, se arracimaron + de 150.000 jóvenes en unas escasas calles, para celebrar la americanada disfrazatoria. Vale. Nada que objetar, pero mucho que pensar… Ciento cincuenta mil moscas acudieron al pastel, como cantaba el cuento… en un palmo de caca de vaca. En las imágenes facilitadas por TV es como un tarro a tope de caviar cuyos granos son las cabezas del personal. Lo raro, lo auténticamente extraño, es que no hubiera ocurrido nada, y lo normal fue, precisamente, lo que pasó, aunque en nuestra rara hipocresía moral lo presentemos al revés. El caso es que murieron más de 150 jóvenes y otros muchos resultaron heridos, bastantes de ellos de gravedad.

La autoridad municipal adujo que tenía 200 policías vigilando el evento, pero aunque hubiera acumulado el doble, o el triple, hubiera sido exactamente igual… nada hubiera podido frenar una avalancha humana de tales dimensiones. Y eso es muy cierto. De haber ocurrido aquí, en España, nuestros políticos habrían rizado el rizo del buenismo y lo políticamente correcto, y hubieran responsabilizado a todo lucero del alba que se hubiera cruzado en el camino de una anormalidad que se quiere justificar como normal. Y se hubieran decapitado los unos a los otros, según costumbre…

De hecho, en nuestros Telediarios vemos muy a menudo esos festivales multitudinarios y ovejeros, donde se hacinan decenas de miles de jóvenes como sardinas en lata, tan a gustito todos y todas. Algún tipo de superángel debe velar por ellos, sin duda aluna… Tan solo imagine por un momento que, en el centro del gigantesco ganado, algún alguien tire un par de petardos al grito de ¡un arma!, ¡un arma!... El brutal movimiento que se produciría, en pura lógica movería la fuerza directamente proporcional a la inercia de la masa en estampida, como las reses de los vaqueros, provocando muertos y heridos a tutiplén. Pura física y dura matemática. Es lo mismo que está ocurriendo en el interior de esas salas de fiesta, o amogollonaderos, en las que se prensan el doble o el triple de su aforo, con el mismo nivel de inteligencia que una esponja pensante… Es más, prueben a evitar tamaña barbaridad y se encontrarán ustedes con la orteguiana Rebelión de las Masas a sus puertas reclamando el derecho a suicidarse como gilipollas.

Todas estas cosas, y estos casos, están ocurriendo y seguirán pasando. Nos rasgaremos las vestiduras, nos mesaremos los cabellos y se espantarán los caballos, y soltaremos nuestros hipócritas y bien enjaezados discursitos, y nos aprestaremos a la próxima en el lugar y en el tiempo, en que volverá a pasar invariablemente igual y por idénticos motivos. Es el mismo fenómeno que los conocidos por “botellones”. Tan solo cambia la forma, el disfraz, el motivo, la excusa… pero no el fondo. El fondo, ese fondo, se ignora porque nadie quiere saberlo ni preguntarse/preguntarnos los porqués… Que lo reconozcamos o no es la otra cara de nuestra podrida moneda.

Pero yo sí que me pregunto el por qué miles, millones de jóvenes de todo el mundo, se sienten atraídos a zombificarse de esa manera. Me intriga cual es el motivo que causa esa negación de ser humano para convertirse en gente sin pensamiento propio… Qué causa el renunciar a la propia personalidad para entregarse a un gregarismo autodestructor. Esa, y no otra, es la incógnita que aún no he logrado resolver por muchos sociólogos que me he tirado al coleto. Y eso es lo que me sigue asombrando y epatando cada vez que ocurre uno de estos nefastos sucedidos.

Tiene que haber una semilla de asolación y desolación oculta dentro del inconsciente colectivo de la juventud, que les impulsa a esta retrogradación compulsiva. Porque, no nos engañemos, la cuestión no es “juntarse”, como se juntan y se arrejuntan los homólogos por el solo hecho de serlo. No. La cuestión de fondo es que se espesan entre ellos, en cuerpo y en mente, para consumir alcohol, drogas o cualquier producto anulador de voluntades… Quizá que esto sea más labor de antropólogos que de psicólogos, la verdad es que lo ignoro. Pero me gustaría saberlo, créanlo…

La responsabilidad, o la irresponsabilidad, puede ser de los propios jóvenes, o de nuestros propios políticos, o de nuestros propios educadores, o deseducadores, que es, en suma, de la sociedad entera que formamos todos y cada uno de nosotros, incluido nuestro fracaso como padres, por muy señores míos que nos creamos que somos… Nadie lo vá (lo vamos) a reconocer. Toda la sociedad lo está admitiendo con la estúpida frase de que “el mundo está así”, como si el mundo se hiciera solo a sí mismo; como si todos los que somos no hubiéramos aportado nada a ese mundo para que sea así, como es.

Nuestros jóvenes se van a seguir destruyendo todos junticos, nos guste o no. Ellos dicen que es su derecho inalienable de alienarse a sí mismos, y puede que sea porque nosotros no hemos cumplido con nuestras obligaciones para con ellos… El llevárselos en la ambulancia para intentar librarlos del Delirium Tremens que los destroza, es un empleo de medios que no soluciona nada. Si no quedan mentalmente tocados, volverán a apuntarse a la próxima llamada a la borregada más cercana, o aún lejana, les dá lo mismo. Se ven atraídos al abismo como las moscas a la m… No lo pueden evitar, o no quieren evitarlo.- A mí pueden seguir criticándome por decirlo y contarlo, también me dá igual… Pero, miren, así están las cosas.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

...Y PASA LO QUE PASA

(Imágen de 123RF)

 

El problema de lo de la sedición, como lo del “sí es sí”, es que los políticos legislan por pura demagogia partidista, sin consultar con los que saben de cada materia. Ni con los profesionales médicos en cosa de salud; ni con los maestros en educación; ni con jueces en lo de las leyes.

En esto del “siessí emperatriz” las organizaciones judiciales ya avisaron de lo que podía suceder, pero ni la ministra, ni el presidente, hicieron puñetero caso… Ahora lo niegan, pero mienten a saco.

Nuestros políticos son irresponsables de las consecuencias de las leyes que impulsan, porque ignoran a la judicatura que las tiene que aplicar. Eso es todo.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

ADMITÁMOSLO

(de Desmotivaciones.es)

 

La ignorancia, por no nombrar la calidad, de nuestra ciudadanía, nunca deja de sorprenderme en sus muchas y repetidas muestras de falta de coherencia. No hace muchas semanas atrás, se personaron asociaciones vecinales en el consistorio de Cartagena, para protestar por la posible instalación de un determinado parque solar, cuando, preceptivamente, el Ayuntamiento ya les había realizado las consultas necesarias, sin oposición alguna por su parte en el plazo determinado… La razón aportada después fue porque “hacía feo a la vista”. Cuestión de estética, que no de ética. Pero esta gente (me cuesta hablar de personas) tan ecologistas en otras facetas, el producir energía limpia que no contamine el medio ambiente y les abarate el recibo de la luz, no le resulta atractivo a sus ojos. Lo curioso es que suelen ser los mismos que se agarran a cualquier pancarta por un “salvemos al Mar Menor”, o “ya basta con Portman”, o ”que nos dejen la cárcel de San Antón”, y cosas aparentemente incongruentes con este otro criterio. Lo que demuestra la maleabilidad con que algunos intereses influyen sobre cierto general del personal.

En estos casos, y suelen ser muchos, no puedo dejar de recordar el asunto de los prejuicios, como aquella anécdota entre muchas, en mi larga carrera de Juez de Paz de mi pueblo, con un enlace matrimonial de entre los dos millares celebrados, en que casé a una mujer, blanca como la nácar, con un hombre, negro como el betún, y en que una prójima próxima a los novios me hizo el maternal comentario de “es negro, mire usté, pero es buena persona”, dando a entender que era como una especie de excepción en su raza… o dicho de otro modo: es buena persona a pesar de ser negro. Y, precisamente, ese mismo es el prototipo del racismo a la española: el “yo no soy racista, pero…” y en esos puntos suspensivos podemos poner cualquier excusa de autojustificación.

Otro ejemplo, muy elaborado por cierto, es el de aquel que me dice: “lo mío no es racismo, es desconfianza”… pero que, a mi pregunta de si los de nuestra ralea les inspiramos confianza y por qué, se me aturulló. No existen razones mínimamente lógicas. Y es que los españoles no podemos ser racistas abiertos y por definición, porque (como me dijo un amigo cura una vez) “como cristianos, consideramos que esto no entra en el guión”. O sí que entra, pues España fue el último país europeo que abolió la esclavitud, además de ser la Iglesia Católica uno de los estamentos principales en el comercio de la trata de esclavos. O sea, que, aunque queramos ocultarlo, forma parte de nuestra historia, de nuestra indiosicracia, y quizá, hasta de nuestra genética. Somos católicos, no cristianos. La misma incongruencia del primer ejemplo.

Y la aparente disparidad de ambos expuestos – lo de ejercer rechazo por lo uno y su contrario – en el fondo, lo que pone en descubierto es una profunda y muy extendida malinformación de la ciudadanía en general, y me perdonen los de la particular… Como solía decir el mismo cura citado: “metámosnos tós y sálvese el que pueda”. Somos, entre otras cosas, un pueblo de apariencias. Hemos sido invitados a presidir la principal Feria del Libro de Europa, en Frankfurt, y aquí nos ponemos fritos en autoelogios y sacabarrigas, cuando España es el país que menos lee y menos gasta en libros de esa misma Europa… Puede que Alemania lo haya hecho como un cumplido cortés, y/o para echar una manita contra nuestro endémico retraso cultural, pero nosotros nos lo tomamos como un merecido reconocimiento.

Sin embargo, los hechos relatados al principio señalan en la otra dirección: en la que nos falta mucha cultura social y real todavía. Tanto el caso de la oposición a la instalación de huertos solares, como el contraste del racismo antiracista, obedecen, sin ningún lugar a dudas, a esa carencia de razonamientos propios que otorga la adquisición de esa misma cultura. Aquí nos vienen impulsos en las redes, motivados por determinados intereses políticos y económicos, y nos mueven a manifestarnos por ese algo, para más tarde, si se tercia, hacerlo por su contrario. O nos llega un partido extremo-populista, y nos mete en el cejijunto que los inmigrantes vienen a robarnos el pan y la honra, y nos convertimos en santos cruzados de una santa cruzada… Ya saben, aquello de la cruz y la espada.

…Y yo sigo pensando, y creyendo, aunque no deje de ser, óiganme, una opinión personal, y ustedes sepan disculparme, que puede que llevemos, aunque lo neguemos, una predisposición innata a ciertos rechazos, solo porque sí… Pero tampoco es menos cierto que ostentamos otra disposición ignorante en ciertos planteamientos. Alguien que sabe me dijo no hace mucho que “España es un pueblo maleable en manos de políticos maleantes”. Y a lo mejor, o a lo peor, llevaba más razón que un santo de los de verdad… Y hasta creo que fué un tanto indulgente al tratar de falta de formación como maleabilidad. Al fín y al cabo, en todo el mundo la gente más controlable es la más ignorante… Mal que nos pese a todos porque les pase a muchos de esos mismos todos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

ALBERT...

de Okdiario

 

…Einstein, en realidad fue el padre de Dos grandes teorías: la de la Relatividad especial, que describía las propiedades de la velocidad de la luz en el espacio y el tiempo; y la Relatividad general, en que la gravedad se revela como la curvatura de ese espacio-tiempo.

Y le faltó la tercera, llamada Teoría de los Campos Unificados: todas las fuerzas universales en una sola y única ecuación.

Cuando murió, se le encontró un papel arrugado en su lecho, con fórmulas y unas palabras: “me falta tiempo para lo más fácil: hallar la explicación de Dios… ahora voy a encontrarme con Él”.- Sin comentarios.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

...Y VAYA USTED CON DIÓS

(ilustración de Pensar Contemporáneo)

 

Tiene exáctamente los mismos años que yo, se llama Mattieux Ricard, es francés, y una especie de embajador del budismo en Europa, todo un referente… Pero esto último después de doctor en Biología Molecular por el Instituto Pasteur, tutelado por el Premio Nóbel Francois Jacob, y otros cuantos prestigiados y prestigiosos galardones más, no vayan ustedes a creer que es un pobre pelanas chalado de mi corte y cata… Se hizo monje budista por un par de razones nada desdeñables: porque su formación y preparación académica (también es hijo del filósofo Jean F. Revely y de la artista pintora Jahne Le Toumelin), lo ha llevado de la mano a pesar – o quizá por eso mismo – de haberse criado rodeado de pensadores, dice él, que tan solo en el budismo ha encontrado respuestas y su plenitud.

Recalca que Buda no trajo ninguna religión (tampoco Jesucristo quiso traerla) si no una filosofía… En eso, amigo mío, coincidimos. Yo también lo creo así. Lo que pasa es que los seres humanos, por lo general, hacemos religiones de las filosofías que nos ponen ante un espejo más o menos íntimo, porque así huimos de nosotros mismos fabricando nuestros propios tótems, nuestros propios gurús y nuestras propias ordalías con las que auto-engañarnos. Por supuesto, no deja de ser una opinión personal ésta. Pero, por eso mismo, él asegura que lo convenció la coherencia de su primer maestro: “el mensajero debe ser el propio mensaje”, y esto no suele darse en las religiones al uso, donde nuestros mensajeros son unos funcionarios de unas prácticas más que de unas fés. Nada que objetar, pero solemos confundir la fé con las creencias.

Confiesa que el budismo es un camino interno de transformación, que lleva de la ignorancia en la que todos estamos, al conocimiento del que todos, en el fondo, huimos, esto es: del sufrimiento al que lleva la liberación. Y esto, casualmente, es profundamente cristiano… Añade: “trabaja para llenar el vacío que queda entre la realidad y la percepción”. Y esto, casualmente, es profundamente científico… El nudo gordiano está, precisamente, en desatarlo, en cortarlo de un tajo, según las palabras del propio Jesús de Nazaret: “abandónalo todo, y sígueme”… No solo posesiones que te atan, si no también las creencias, las ideas, que te esclavizan. Mattieux ha largado cuánto tenía y creía, y se ha quedado tan solo con su túnica y sus sandalias, pues “si mueres con apego a las cosas que te rodean, mueres a la verdad, y si mueres libres de ellas, vives de verdad”… ¡ Joer, tú, qué fuerte..!.

Así, en román paladino: lo que se me viene a las mientes es que, o te desprendes tú de motu propio, o la guadaña te lo siega con mala maña. La diferencia está en quedar libre o seguir encadenado a tus propias cadenas, valga la redundancia, y allá dónde vayas, si es que vas a algún lado… “Equilicuá”, me confirma un túnica azafrán que tengo a trasmano: “lo has captado, hermano”. Y dice más: que hay que poder mirar a cada momento de la vida que te acerca a ella… Osea, tío, realismo puro y duro… En otras palabras: que hemos de valorar cada instante que pasa, pero sin apegarnos a ellos. Realmente difícil, me parece a mí…

El entrevistador del doctor Ricard le hace la pregunta del millón, esto es, que ¿cómo pudo dejar de ser un científico de éxito en lugares de éxito, para llegar a ser un simple monje?... La respuesta: “cuando la fruta está en sazón, cae por su propio peso”. Vale. Llegados a este punto, no puedo evitar preguntarme que, entonces, ¿a qué tanto varear antes de dejarnos madurar?.. porque las olivas seguimos mamando del olivo sin soltarnos del pezón hasta que no nos dan (o nos damos) el pescozón… Algo falla aquí, maestro…

Naturalmente, fallamos nosotros. La envidia, el odio, el resentimiento, el ánsia de tener, que no de saber; las obsesiones… son toxinas mentales que nos vuelven desgraciados porque acaban envenenando también nuestros cuerpos, a través de nuestras almas, espíritus, o lo que fuera que fuese ello, hasta hacerlos carne de Seguridad Social. Por cierto, que esto también lo soltó el Cristo, aunque su posterior religión inventada lo camufló un tanto para justificar la cura de almas por parte de sus curas de armas, pero, enfín… el camino del budismo es lo que debería ser el del cristianismo: que la única medicina es meditar para sanar nuestro cuerpo, transformar nuestra alma y enderezar nuestro espíritu.

La verdad es que la realidad que experimentamos es un total y completo autoengaño, pues la fabricamos nosotros solos; y eso es así porque todos somos una sola, misma y única cosa: autoconsciencia. Total y absolutamente. Es la interpretación que le damos a la percepción de las cosas y de los casos. Un desierto puede enamorarnos o aterrorizarnos, por ejemplo… La forma y manera en que nuestra conciencia traduce la realidad es vital para la calidad de nuestra existencia, compadres míos y de mi alma, y ese, y no otro, es el quid of the question. Y el budismo se justifica a sí mismo al tratar de enseñarnos a llenar el vacío que queda entre la realidad y la percepción.

Pido excusas a vuesas mercedes por el toñazo al que hoy he sometido a los que me leen. Échenle la culpa al hermano en Buda, Mattieux. Él ha sido el detonante de que se me hayan disparado las cuatro neuronas activas que aún me quedan en el circuito de mis temas de auténtico y genuíno interés, que no digo yo que sean interesantes… ¿o acaso sí que pueden ser interesados?.. Ustedes mismos.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

LO TENDENCIOSO

(de El País)

 

En el desgraciado y reciente caso de la madre que mató a su pequeña, la ministra de Igualdad pide que “esta vez no se politice el dolor”, y es que no es igual que cuando lo hace un padre. En esta ocasión, a la violencia no la llaman “vicaria”…

Un diputado de Podemos ha tenido que dejar su escaño por haber sido acusado por su mujer, de la que se está separando, por malos tratos, osea, “violencia de género”. Aunque, claro, él asegure que se trata de una denuncia falsa.

Pues su jefa Montero dice que solo existen un 0,01% de denuncias falsas (mentira, claro). Así que: o existe manipulación, que existe, o el pobre ha tenido muy mala suerte.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

NO ENTIENDO NADA

(La Voz del Sur)

 

Lo ha dicho Antonio Guterres, Secretario General de la Onu, en el Foro Mundial sobre el Cambio Climático: “estamos abocados al suicidio colectivo, y seguimos pisando a fondo el acelerador del desastre”, como no comprendiendo lo que estamos haciendo… o deshaciendo, ya sin disimulo alguno, ni sordina política, en sus palabras. Nadie lo sabe, señor mío, ni nadie quiere, ni queremos, saberlo. Ese mismo Foro es ya otro falso teatro al que nadie cree, ni siquiera los que lo montan, porque solo sirve para que los países se escondan de sí mismos y las empresas más contaminantes se vistan de verde y sigan haciendo sus grandes negocios… a cuenta, claro, del papanatismo crédulo e ignorante de la gente convertida en gentío…

El convocarlo en Egipto, un país que no respeta los derechos humanos, ni los derechos ecológicos, ni ningún tipo de derecho, ya demuestra lo que se esconde tras las mambalinas de semejantes circos… Es como el Mundial de Fútbol de Quatar. Exáctamente igual. El falso espíritu deportivo vendido a los petrodólares que inundan los bolsillos de los que lo apoyan, y engrasando los organismos que los hacen posible, y untan a países que colaboran a ello, mientras sueltan sus discursitos justificando lo que no debe justificarse. Lo mismo los/las deportistas de famoseo tribal que callan y tragan, por ejemplo y entre otros, la falta de derechos humanos básicos o el trato que allí se les dá a las mujeres… ¿No sería lógico que todas las atletas, secundadas por toda organización feminista del mundo, se negaran a participar?. En otros casos montan unos cirios espantosos, pero aquí, en esto, miran para otro lado…

Y todo esto es así, porque, simplemente, estamos construyendo una tremenda farsa entre todos, y lo sabemos… No lo admitimos, pero lo sabemos. Políticos, ciudadanos, empresarios y corsarios. Todos. El otro día soltaba la ínclita Díaz Ayuso madrileña que lo del cambio climático no era para tanto, que nos estamos pasado, que eso siempre ha existido (por motivos naturales, no provocados, pero esto no lo dice), y que solo es cosa de comunistas. Es el paradigma del nuevo negacionismo que se va abriendo camino entre los especuladores y los idiotas: como ya no pueden negar lo que negaban hace décadas, ahora se impone negar la gravedad de las consecuencias, y, sobre todo, evadir la responsabilidad en ello… La suya, porque hasta de la moda verde maman; y la del personal consumidor, porque de sus votos medran. Y lo que conviene a todos los que viven de este estercolero es que la cosa siga mientras ellos siguen actuando, ya me entienden…

Porque nosotros estamos a punto de abrirnos a otro Black Friday, nada más cerrar lo del choteo de la Cumbre del Clima, para seguir gastando y desperdiciando como perfectos imbéciles unos recursos de los que, por otro lado, nos quejamos cínicamente de que cada vez escasean y se encarecen más… Y ya estamos inaugurando, con cada vez más adelante y entusiasmo, las disparatadas fiestas de Navidad, con profusión de desperdicio en comida y luces en las calles, y esa carestía en la energía y en la cesta de la compra de las que tanto nos lamentamos farisáicamente, como música de fondo a modo de villancico.

Me decía un próximo prójimo el otro día, que en las tiendas aconsejan adelantar las compras a las fechas de cada año para evitar así el alza de precios. Yo me quedo como al que lo hostian… Vamos a ver, maestro: si la avalancha de compras cambia de mes, ¿van los productos a ser más baratos?.. ¿la cosa no está en la demanda, y no en el almanaque?.. Aparte de que esto vá a ser encarecer antes sobre lo ya encarecido. A veces nos toman por cretinos, y a lo peor de todo es que lo somos.

Otro prójimo menos próximo se me lamentaba, precisamente, del encarecimiento del costo de la vida; que apenas llegaba a fín de mes en el gasto doméstico; que este año le sobrevenía lo de Pascua, con su Papá Noël, sus Reyes y su canesú; con su Lotería de Navidad (adobada este año en anuncios de falsa solidaridad) y sus compromisos… Y en media docena de comidas y cenas navideñas, de empresa, de asociaciones, de exalumnos y exabruptos, de compañeros de y de fanfarrias varias, a tanto por bigote… El gremio de Hostelería ya ha anunciado, esplendoroso por lo hermoso, tras la llorera por lo de la factura de la luz y el precio de las viandas, claro, que el 87% de sus plazas ya están reservadas para tan entrañables – y estreñidas – fechas navideñas.

Así que, ojiplático perdido, un servidor de ustedes y del Portal de Belén, sigo sin que me encajen los números; ni pueda explicarme lo que pueda estar pasando, o no pasando; o me pregunte cada día a mí mismo si esto tiene algún tipo de lógica o de sentido común alguno; o si es que el gilipollas de la película soy yo, y aún no me he enterado… Y me dá miedo contestarme a mí mismo, porque veo que los que me rodean me mandan el mensaje de que si no me integro en el disparate viviré amargado y encima la culpa será enteramente mía… Y, claro, me miro en el espejo cada mañana, al afeitarme, y me veo cara de eso mismo: de culpable culposo, como el pulpo y como el oso. Como aquel perro que le ladraba a la luna… Pues será (seré) eso.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

DE LA MAR SALADA

(Revista de Marina)

 

Se sabe que los períodos de sequía irán a más, y que esto es ya irreversible, aunque la Administración le ponga sordina a tal hecho… Quizá por eso que el Gobierno, tímidamente, comience a dar ayudas para ampliar las desaladoras levantinas.

Aquí al lado, en Tabia (Alicante), todo un pueblo de 30.000 habitantes – 120.000 en verano – y 11.500 piscinas, se mantiene, casi que absolutamente, con agua desalada de su costa. Quizá sea un ejemplo al que estudiar detenidamente. Se sabe que la desalación es cara, que consume mucha electricidad, y que produce salmuera que se devuelve al mar…

Pero, de momento, es la única solución. Salvo, claro, que haya otras mejores.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

VÁ DE LIBROS

(imágen de Dreamstime)

 

En días pasados me estuve bebiendo a lagos sorbos las más de 500 páginas del libro de C.R.Zafón “La Sombra del Viento”, correspondiente a su saga del Cementerio de los Libros Olvidados… Todos los libros tienen un poso… mejor dicho, todos los libros tienen dos posos: uno es el que, después de leído, deja en el paladar del pensamiento, en el crisol del alma. El otro, es el que le dá la pátina del tiempo en las estanterías de las librerías; los comentarios de los críticos en los medios; o las opiniones de los lectores. Por eso mismo, quizá, a mí me gusta echármelos al coleto una vez madurado en el mercado, y macerado por aquellos que leen. Prefiero trasegar el vino viejo antes que el vino jóven. Ya con su reposo adquirido, que el mío, el que mi espíritu le conceda, vendrá después.

Y viene este preambulo, precisamente, porque toda la historia se desarrolla desde, y en el mundo de los libros, y arranca con un crío de diez años, hijo y nieto de librero de viejo, que se ve atraído a un orbe mágico y trascendental entre las oscuridades de un mundo de posguerra, duro y oscuro… Y sí, digo, y digo bien, mágico y trascendental, porque, en modo alguno, son conceptos contrapuestos… De hecho, lo crea o no, el universo de los libros es mágico, sí, pero tambien de los mismos viene todo lo trascendente. Aunque la gente no lea, esto ocurre. La diferencia está en que los que leemos somos conscientes de ello, y los que no leen son inconscientes de todo. Pero, en realidad, los libros no emanan de la vida, si no que la vida emana de los libros, ya que éstos son el reflejo, y el amasijo, de la propia vida.

Lo que me ha pasado con ese libro específicamente, es que me he visto a mí mismo, y perdonen ustedes mi presunción, en mis orígenes… Ya, ya sé que no debo comparar sus castillos de libros con mi choza de libros, pero sí que puedo compararme en la imaginación y en las circunstancias. El paralelismo puede venir, quizá, por la edad primera y primaria para todas las percepciones; por la época de posguerra, estrecha, densa, oscura, limitadora y frustrante; o por la única vía de escape en la que se adivina la luz de una libertad imaginada: los libros… El niño del libro de Zafón, Daniel, tenía un universo y un mausoleo de libros entre los que perderse y en los que disolverse, y yo tuve unos pocos estantes de literatura comercial, juvenil, y de consumo popular: Editorial Molino, o Bruguera, Enyd Blyton, Zane Grey, Julio Verne… y otras palabras mayores, como otras menores en novelas, que, mugrientas, se cambiaban a dos reales la pieza en mostrador, entre sus múltiples lectores de multiuso.

Nada que ver su platónico universo con mi muy escaso pedazo de cielo. Pero la materia prima era la misma… Charles Díckens no te brindaba el mismo bocado que Agatha Crhistie, pero te saciaba el hambre de saber sin prescindir del sabor… Luego, mi cuchitril fue ensanchándose y prosperando, poco a poco, y la clientela fue estirándose a pesar de la estricta censura: Madariaga, León Felipe, Van der Meerscht, Pearl S. Buck, Stephan Zweig… y mi afición fue, al mismo tiempo y medida, devorando lecturas y bebiendo océanos de historias y pensamientos que hice míos, o ellos me hicieron suyo, cosa que aún no he logrado dilucidar, pero porque siempre viven en el último lector que los haga suyos, y siempre habrá alguno…

Pues eso espero. Que jamás llegue el tiempo en que no quede ninguno… Cada vez – o eso mismo aseguran las estadísticas - se lee menos; las librerías ya ni siquiera son negocio de subsistencia; las bibliotecas languidecen, como espectros de un futuro que nos viene... Me lo confirma un profesional actual de lo que yo fuí en el pasado: si viene alguien interesado por algún título concreto, es porque otro alguien le ha recomendado, pero nadie tiene iniciativa propia, nadie arriesga, nadie pregunta, nadie sabe… nadie desea saber tampoco. Apenas quedamos media docena de sedentarios australopitecus, aún por extinguir, y nadie de los que cobran por aficionar a la lectura a los jóvenes nos llaman para intentarlo... No deja de ser una triste y lejana esperanza, o ya ni siquiera eso.

La lectura no es contagiosa. Es una falsa idea esa. Se puede imitar, pero no contagiar. Es otra cosa. Es algo que para aficionarse ha de probarse. Y ese sabor de un millón de sabores y de saberes distintos ya no se olvida jamás, y siempre volverán a uno, bien como una añoranza, bien como un deseo, o como una necesidad… Existen culturas donde es algo sagrado, otras en que es algo profano, y otras dónde es algo peligroso; como existen sistemas de educación en que se les estima, y en la que se les teme. Por eso se les mima y se les cuida, o se les ignora y se les aleja como la picadura de abeja…

Yo fui afortunado. De chico siempre tuve un libro cerca, entreabierto, de cuyas hojas me soplaron las sombras de sus vientos; y fui capturado en todas las páginas escritas que fueron dadas a leer… Y ya ese zagal hoy es un viejo, pero sigo viviendo a través de mil existencias, y respirando a través de mi libros… Y me gustaría morir leyendo, para así poder seguir leyendo…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

EXPLÍQUEMELO...

(imágen de Redalyc)

 

Es muy posible que dentro de unos años tengamos que simultanear el quinqué con el gasto de la luz, porque el enchufarse a ella nos vá a costar un ojo de la cara… Puede que tengamos que cambiar la cocina eléctrica por un infiernillo de serrín…

Porque, la macroplanta voltáica, entre otras, proyectada sobre un sequeral de 600 has. en Puerto Lumbreras, las organizaciones ecologistas hayan conseguido hacerla inviable…

…Y habremos de seguir enganchados a una energía sucia, en vez de a una energía limpia, contaminando aún más el medio ambiente, gracias a los verdes… Pero eso sí, la tortuga mora vivirá de puta madre.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

SOBRE UN PROBLEMA SOCIAL

(imágen de Newtral)

Un buen amigo y mejor persona, funcionario municipal, tras atender con exquisita educación y paciencia a un ciudadano extranjero cansino e insistente, se volvió aburrido hacia mí con un comentario en el que buscaba exhorcizar los demonios de su propio nerviosismo: “esto resulta extenuante, Miguel, a ver si tú, que escribes con tino (no siempre se considera así, aclaro) abordas algo de este tema”…

Lo cierto y verdad es que el tema es harto difícil, y delicado, y jodido, y diga lo que diga desde la perspectiva que lo aborde, siempre va a ser criticado, porque es un problema tan controvertido como manipulable, según qué intereses políticos y ciudadanos. Teniendo muy en cuenta que los primeros, según sus consignas, influyen cuanto pueden sobre los segundos… Advierto todo esto al lector que me sigue, antes de meterme en materia.

Este funcionario público se confesaba agobiado por la marea de ciudadanos, árabes sobre todo, que copaban y estresaban los servicios municipales, siempre en busca de alguna ventaja, ayuda social, o beneficio de los que poder hacerse dentro de su estatus, o no, de hipotético, real, o relativo estado de necesidad… “No sé que servicio de información tienen entre ellos, pero se enteran de cualquier gabela antes que el propio Ayuntamiento”, me asegura… “es tremendo – me sigue diciendo – pero son los primeros que acuden en masa y copan la subvención de que se trate”… y remata: “así que tienen la fama que tienen”, me aclara con cansado ademán, y como poniendo la guinda en el pastel: “tendrías que estar un par de horas aquí. Resulta agotador”.

Por un lado, entiendo que estas personas vienen de países sin derechos, sin coberturas, sin beneficios sociales de nada, por nada y para nada. Cero patatero. Y que desarrollan en su genética una actitud, y aptitud, de supervivencia rabiosa y ansiosa, no exenta de trucos, insistencias, paciencia y docenas de resortes y trampas para acceder a lo que les brindan las asistencias sociales de los países a los que se acogen… Pero como existe un principio físico de laa termodinámica que reza: “a toda fuerza ejercida en un sentido se desarrolla otra de igual intensidad en sentido contrario”, eso funciona y se nota también en las relaciones sociales y humanas. Por eso igual entiendo que exista un rechazo por parte de la población autóctona, que alimenta la leyenda negra (o pongamos gris marengo) de que toda esta gente vienen a copar todas las gangas y chollos para poder vivir del cuento aquí, tan ricamente… “Mira la cantidad de ellos por las calles del pueblo, en horas laborables, mano sobre mano”, me subraya como queriendo demostrármelo…

Y ambos factores se entremezclan en una realidad difusa y confusa dónde es difícil separar la verdad si contaminarla. Se aprovechan hasta de las mal entendidas caridades de Cáritas, e incluso utilizan triquiñuelas que bordean la propia ley, cuando no se la salten, para no dejar escapar nada… Recuerdo un ejemplo: una mujer que recibe una prestación por maltratada, y sigue conviviendo con su maltratador. Lo tiene como un negocio, como un recurso extra que le ayuda a pagar el alquiler en un trabajo, el suyo, de limpiar casas, mal pagado… Quizá, es posible, puede ser que todas esas personas que están haciendo profesión del abuso, sea como compensación a que nos están sacando las castañas del fuego en labores que, normalmente, nosotros no queremos hacer, y que se les retribuye muy por debajo de su valor. Piénsenlo.

Pero lo que no quiero que piensen es que los estoy justificando en sus rapacerías. Eso no es una excusa, pero es un hecho sobradamente demostrado… La responsabilidad (o irresponsabilidad) está en esas administraciones que no ejercen el control que debe existir en estos casos. Yo casi que veo lógico que personas socialmente marginadas intenten aprovecharse por todos los resquicios, pero ya no lo veo en que esa sociedad se deje meter goles por desidia y abandono en lo que debería de existir una escrupulosa vigilancia sobre estos temas, que, por otro lado, generan rechazo y pueden incluso alimentar violencia social… Hay partidos que, retorciendo, engordando y falseando esta realidad, envenenan a una opinión pública receptora de bulos, consiguiendo así sus votos. Falta mucha información, y sobra mucha desinformación.

Es como la indiscutible realidad de que tales extranjeros se están haciendo con viviendas y bajos comerciales (de hecho, los primeros compradores son ingleses, y los segundos marroquíes), y que se utiliza a modo de anatema… Lo primero de todo es que si alguien compra es porque otro quiere vender. Y a la hora de cobrar, ese posible racismo se minimiza. Cuestión de intereses puros y duros. Pragmatismo económico… Lo segundo, es que estas viviendas, o tiendas, o servicios, no cumplan con los mínimos requisitos de higiene, normas sanitarias o urbanas, etc… Ellos se limitan a reproducir el cómo viven en sus paises de origen. Y también aquí el país, región, o municipio receptor hace clara dejación de sus funciones en tal materia. Existen extremos en materia de inspección donde se saltan los habitáculos de extranjeros y solo se fijan en los de los autóctonos. Como también barrios autoconvertidos en guettos donde se permiten actuaciones que no se permitirían en el centro del pueblo… Y esto igual es un fenómeno más que demostrable.

Lo que sí quiero decirle desde aquí a mi buen amigo el funcionario, es que, aún llevando razón, que la lleva, la culpa no es de los que intentan abusar, si no de los que no se molestan en atajarlo. A veces hay que mirar más de puertas adentro que de puertas afuera, ya sabe… Por si le vale de algo, claro… O por si le sirve a algún otro…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

NÚMEROS

(de Google Imágenes)

 

 

Saquen ustedes cuentas: en la región somos 1.500.000 habitantes aproximadamente, incluídos niños y ancianos. Vale. Eso suponen alrededor de 500.000 familias máximo.

Afirman los medios de comunicación (7 Tv, por ejemplo) que un 65% de esas familias, o sea, unas 325.000 de ellas, no llegan a final de mes, dadas su precariedad y las condiciones adversas económicas actuales.

Sin embargo, los mismos medios, y la propia DGT, constataron que, en el último puente festivo, aquí se han han producido 360.000 desplazamientos por carretera… Las cifras no encajan.

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

ECONOMÍA DE BARRIGA VACÍA

(ilustración de COPE)

 

Si existe una palabra, una definición, un concepto, oscuro, sinuoso, y que utilice cien camuflajes y subterfugios, es, probablemente: Economía… Va desde la propia naturaleza administrando en su simpleza sus medios y recursos, hasta las grandes oligarquías que, en su buscada complejidad, intentan – y logran – monopolizar esos mismos medios y recursos naturales, pasando por la más sencilla y humilde familia que lo único que intenta es llegar a fin de mes sin tener que dejar de comer cada día… aunque sea poco. De estos últimos cada vez son (somos) más, y de los que medran de ellos cada vez hay menos pero son más ricos. La llamada globalización ha venido a ser más implosión que explosión: la extensión de la pobreza por la concentración de la riqueza. Y la tecla para conseguirlo ha sido tan sencilla como elemental: desinvertir en cultura para invertir en ignorancia. Para eso también ayudan los economistas, entre otros...

Decía el gran pensador y escritor, filósofo, humanista y también economista, José Luís Sampedro, con la experiencia y sabiduría que le otorgaban sus muchos años de (antes de banquero) Catedrático de Estructuras Económicas, entre otras cosas, que, al final de toda esa aparente fachada de complejidad, los economistas se dividen en un par de clases: “los que trabajan para hacer más ricos a los ya ricos, y los que trabajan por hacer menos pobres a los pobres”… Por supuesto que, añadía, en esto hay matices y subdivisiones formadas por los intereses particulares de los propios economistas, de forma que los que trabajan para los ricos suelen equiparse, a su vez, en dos: los que solo les importa forrarse el riñón aprovechando la situación y vivir de las rentas cuando esto explote; y los que cuidan que esto no explote del todo para que a ellos y sus empleadores les dure el chollo lo máximo posible… Y los otros, solo intentan encajar con holgura en el sistema a los pobres de los que viven, al fin y al cabo.

El econo-rico cuenta con el colchón de una numerosa cohorte sometida a los poderosos, que trabajan para banqueros, oligarquías, grandes distribuidores de energía, alimentos, etc… El econo-pobre, al revés, solo cuenta con las dificultades que los propios políticos y gobiernos (cada vez más agentes encubiertos del gran capital) interponen para la supervivencia de los que, al fin y a la postre, establecen las normas y las reglas de juego a través de las leyes. Los gobiernos – da igual el matiz del color – lo único que hacen a tal respecto es intentar mantener vivo el corral de gallinas y que pongan huevos, del cual cobran sus muy buenos sueldos a través de los impuestos, y por otro intentar mantener contentos a sus verdaderos amos, los dueños de los grifos de los que manan leche o vinagre, según convenga…

Por otro lado, y para lograr el milagro, intentan que la ciudadanía esté más educada y enfocada, y dirigida, al ocio, al consumo y al entretenimiento, que en el saber y el conocimiento… Por eso mismo – y repito lo de arriba – invierten más en ignorancia que en cultura… Así está montada una sociedad, la nuestra, a la que ahora se le exige moderación y sacrificios, pero sin dejar de arrear y jalear el hedonismo. Dos opuestos bien dispuestos. A veces, de la interactuación y convivencia de estos grupos de clase de “economismos”, surge una especie de híbrido, un género de producto intermedio, al que podríamos llamar “economistasustado”, que es de los que se ven venir la tostada, aún trabajando para los pudientes, y advierten a sus colegas que trabajan para los avaros, que, si siguen abusando, esquilmando, robando y atropellando, no va a quedar después de donde seguir mamando… pues la vida humana, al fin y al cabo, es la materia prima con la que trabajan y de la que viven. El ciclo es tan simple como simplista: nos venden a precio de oro lo que nosotros mismos producimos a precio de miseria.

Llegan a comprender, llegado el caso, que los daños, ya no solo a los bolsillos de los ciudadanos, si no también a la propia Democracia, son graves si se llega al extremo de deteriorar, además de la vida humana y su subsistencia, también la necesaria normalidad democrática y de coexistencia: polarizar a la gente; convertir en cámaras políticas a las instituciones, al poder judicial; unos medios de comunicación semicomprados y serviles; la manutención del populismo… Y todo para aumentar la cuenta de resultados de unos pocos que acaba por dañar, y someter, a unos muchos, pero que siempre acabará siendo un mal negocio para todos. Acuérdense que fueron ellos los que financiaron la ascensión de Hitler, y de Mussolini, y de tantos otros que, llegados al poder, se lo quedaron para ellos solos.

Así es como estamos ahora mismo en este país. Sería bueno y aconsejable que las grandes empresas y los grandes empresarios, y todos sus políticos vasallos, que los hay a mogollón y haciendo cola, ocupando todas nuestras estructuras, se pusieran al lado del economista pobre al servicio de los pobres, y ayudaran, ya no a los más necesitados, que también, pero sí a la maltratada lógica, y al olvidado sentido común…Díganles, y dígannos, por ejemplo, no que van a repartir bolsas de caridad en los supermercados, si no que les van a obligar a bajar los precios bajándoles ellos los impuestos a los alimentos más necesarios, o eliminando a los avarientos distribuidores intermediarios; o que van a frenar la inflacción que se come al personal bajando los ivas de los que ellos, como gobierno,se inflan; o a eliminarlos de las energías limpias para cargarlos en las contaminantes; o que van a dejar de sobrecargar las facturas de la luz para compensar a los oligarcas gasistas; o que van a dejar ya de hacer el discursito doble para defender su propio status…

Está por ver aún la rebelión de esos pobreconomistas de J.L.Sampedro, que hablen claro y alto, y abran los ojos de los pulgones, de sus clientes pobres, y que prediquen hasta el evangelio de la insumisión fiscal si preciso fuere, si eso ayuda a corregir el rumbo de este Titánic… Si sus hermanos, los inmediatamente ricos, dicen estar acojonadicos, ellos debieran estar igual de soliviantados. Aunque eso suponga confesar que la economía se enseña y se aprende con tiza y en pizarra. Y que, en el fondo del arcón, tan solo hay lo que al final queda: engañados y engañadores…

Miguel Galindo Sánchez / www.escriburgo.com / miguel@galindofi.com

URIEL en programa de radio

URIEL: mi programa radiofónico de esta semana:

https://youtu.be/H1tcy_iuSe0