4R, CON REPAROS.-

  

Antes de nada, considero oportuno advertir que el contenido del artículo de hoy puede herir la sensibilidad de ciertos lectores (o lectoras). No es mi deseo en modo alguno escandalizar a nadie ni que los pudibundos me pongan a parir si llega este texto a cándidos entendimientos o espíritus pusilánimes. Una vez pues realizado el aviso de rigor, el seguir o no seguir con la lectura de esta columna queda total y absolutamente bajo la responsabilidad de cada cual o cada cuala… Pero a mí, a partir de haber hecho aquesta advertencia, que me registren… Observarán los agudos, avisados y perspicaces que lo he titulado, además, como el visado previo que ponía la censura del nacionalcatolicismo. Como una señal de tráfico. Circulación peligrosa. Avisados quedan…

                Es que resulta que un equipo de investigadores de la Universidad estatal de Carolina del Norte, EE.UU., liderado por la Dra. Helena Shifftheer, ha llegado a la siguiente conclusión (no lo lea en alto por si hubiese tiernos niños delante):“las felaciones con final en el estómago convierten a sus protagonistas en mujeres más felices, menos depresivas, y con el 40% menos de posibilidades de contraer cáncer de mama”. El estudio sigue desarrollando que la explicación científica se debe a “la diversidad de hormonas de la felicidad y vitaminas, aparte el sabor dulce de los almidones, que contiene el semen”… Yo, en mi muy supina ignorancia, no sabía que pudiera existir una hormona de la felicidad (¿?), aunque sí una hermana de Felícitas, que es una seguidora mía, pero bueno, lo otro, la verdad es que no… lo ignoraba totalmente.

                Hasta tal punto esta señora médica está convencida de tal cuestión, que se atreve a aventurar en su estudio que… (vuelvan, por favor, a tapar ojos y oídos inmaduros propensos al escándalo, como el canto de Rafael): “Yo animo a todas las mujeres del mundo a que practiquen la felación y la conviertan en la rutina más importante de su vida sexual diaria”, dice literal y textualmente. Y lo afirma así, sin pelos en la lengua, y lo digo sin doble sentido…

                Un periodista pregunta porqué se refiere a mujeres y no a hombres, pues floritos hay y allá cada cual con sus cosas… ,y responde un investigador miembro… pero miembro del equipo médico, no me vuelvan a malinterpretar, please, que por la diferencia genética entre varón y hembra. La homoinmunización no funciona en naturalezas iguales… ¡Ah, leches…! – perdón, borren lo de leches – o sea, como una vacuna o así, ¿no?.. Enfín, lo que nadie dice es si habrá que esterilizar el envase antes de la toma. Lo digo más que nada por higiene, claro, que ya sé que aseguran que por lo otro para la salud de las damas es mano de santo. Eso sí, lo que no dicen pero se supone es agitar antes de usar.

                A mí me sigue llamando la atención mucho eso de que las hace más felices porque el mejunje lleva hormonas de la felicity, ya lo he comentado al principio… Y es que ignoraba que la felicidad tuviera hormonas. Creía yo que era cosa emocional, espiritual, mental, etérea, cosa del ánimo, pero no física, material, química… Y menos aún que la píldora de la felicidad de la mujer estuviese guardadica dentro del envase del hombre. Suena un poco a pitorreo, ¿verdad?.. y vuelvo a hacer constar que lo de pitorreo no lo digo por el pitorro…

                Pero si eso es así, que yo, pobre de mí, sí que no lo sé… alguien se va a hacer rico vendiendo jarabes de la felicidad solo en farmacias. Los bancos de semen van a cotizar al alza, y lo del alza tampoco lo digo con recochineo, advierto… Lo que pasa es que lo natural y original siempre será mejor y saldrá más barato que lo manipulado, aunque se necesite, resulta inevitable, cierta manipulación previa… Desde luego, las ciencias adelantan que es una barbaridad.