A BUENAS HORAS...
- Por miguel-galindo
- El 20/08/2019
…Mangas verdes.- El informe del CES (Consejo Económico y Social) con respecto a nuestra Región de Murcia, no puede ser más penoso. El Índice de Competitividad, que es el factor más importante a la hora de la verdad, está más de siete puntos por debajo de la media nacional, que son muchos puntos, o lo que es igual, diez años de retraso con relación a esa misma media, que también son muchos años, qué quien que les diga. La temporalidad (mal empleo) y el abandono escolar (mala formación) son sus puntos débiles. Nuestros economistas proponen, para poder mejorar esto, potenciar el sector industrial.
Ahí l´has dao, bacalao… Hace cincuenta años, yo salía con mi carterica a vender mis productos y ganarme la vida, y, dentro de mi Simca-900, me recorría toda esta comarca y buena parte de la región. Teníamos un tejido industrial bastante apañaíto. Talleres, fábricas, factorías de todo tipo, centros de producción, etc., era mi clientela habitual. Sin moverme mucho del entorno campocartagenero, talleres de maquinaria, forjas, hilaturas, terrazos, industrias transformadoras, fábricas de cascos, de balones, de muebles, y toda clase de industrias y servicios interdependientes jalonaban mi recorrido habitual de clientes.
Aún puedo hacer ese mismo recorrido mentalmente, y decir, uno por uno, los nombres de las industrias, sus naturalezas y sus ubicaciones. Si de nuevo salgo a hacer la ruta físicamente, ya no encontraría nada. Cero. Todo ha sido sustituido por empresas del ramo de la hostelería. Lo único pujante en estas décadas. Toda industria, desde la de producción, trasformación y/o mantenimiento, cerró y desapareció. Y no ha vuelto a abrir, ni las que había, ni otras nuevas. Es un testimonio, el mío, aún vivo mientras yo viva y recuerde, como los de muchos de mi generación podrán atestiguar igualmente. Pero no por eso fué menos real.
Aquí nos hemos quedado a dos paticas: el campo y la hostelería. Eso es todo. Y encima, asociaciones como Coag calculan, anuncian y se quejan de que les falta más del 40% de jornaleros para trabajar el bancal, bancal al que le vá a faltar el agua mañana mismo, ya está anunciado… Dice que el ladrillo y la bandeja les disputan el empleo. Triste y pobre opción, por cierto… Y es que esa es otra.
Por un lado, Vox está medrando por estos barrios con su mensaje xenófobo-laboral, de que nos están invadiendo y quitando nuestro trabajo y el pan de nuestros hijos, y, por otro, ese pan de esos cada vez menos hijos, nadie quiere trabajarlo, y entonces, una de nuestras dos únicas patas que nos mantienen, se puede ir al carajo por falta de obreros… obreros de otras razas más desgraciadas que la nuestra, por cierto, que vienen a hacernos el trabajo que necesitamos para comer, pero que no queremos hacer nosotros… A ver en qué quedamos, y si nos vamos aclarando, don Fernando…
En este mismo periódico he llegado a leer que “la construcción y la hostelería dejan al campo sin mano de obra” (31/07). Camareros y albañiles antes que temporeros del campo. No es una maravilla, pero es una opción mejorada. Y eso es lo que tenemos. Eso es cuanto dá la mata. Ahora vienen los expertos y aciertan con la tecla que nos cargamos hace medio siglo. Hemos de rescatar aquello a lo que le pegamos un puntapié en el culo a cambio de que nos sirvan y servir paellas. Un poco tarde me parece a mí, no sé… Nos hemos convertido en clientes y trabajadores de una misma cosa. Todos nos servimos y/o todos servimos a lo mismo.
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