¿A QUIÉN CREER..?

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El volantazo que pegó Albert Rivera en unas declaraciones previas horas antes de acudir a la audiencia de consultas del Rey para el nuevo intento de formación de gobierno, fue espectacular. Un giro de 180º en su discurso anterior. Brutal. Frases suyas recientes como (consulten hemerotecas) “es usted un peligro” en el último Pleno sobre Europa. “El Plan Sánchez es antagónico al plan de convivencia constitucional”, en grupo parlamentario. “El problema es que la banda no se ha puesto de acuerdo para repartirse el botín”, en referencia al Psoe y Podemos. “España no se merece a un presidente como usted”, le espetó el 11/09 para negarle su apoyo por enésima vez. “Nacimos para echar a personajes como Sánchez de La Moncloa”, y siempre para anunciarle su NO rotundo e inequívoco…

 

            …Y antes de entrar a La Zarzuela, cambia su discurso apocalíptico y abre la puerta a una posible abstención por parte de Ciudadanos (E.P. 17/09). Hasta el último momento, el “pequeño Albert” pasa de un No sin paliativos, que ha debilitado su propia formación con dimisiones importantes dentro de su party-partido, para cambiar el tercio en unas declaraciones sorprendentes, y de las que – yo escribo esto antes de que se produzca el encuentro real – volviera a desmentirlas con la postura anterior a la hora de la verdad… ¿A qué clase de estrategia obedece esto?.. Lo ignoro, picodoro. Pero lo que sí es cierto es que ya ha perdido toda credibilidad, y puede que hasta la vergüenza.

 

            A mí me parece, y no deja de ser una opinión personal, que los cabios de orientación y alineamiento, aparte sus cambios de chaqueta, obedece a sus tremendas dudas de última hora. Sabe que en su deriva ha traicionado el voto de millones de españoles, que se lo van a retirar en las próximas elecciones – ya lo acusan las últimas encuestas de intención de voto – y se debate entre el “Virgencica que me quede como estoy”, y lo de “que sea lo que Dios quiera”, como verán todo está escrito en el cielo y dejado en manos divinas. Es lógico que esté acojonado. Si no da otro giro más de ultísima hora, de esos de “donde dije digo quise decir Diego”, y ya no le queda tiempo, en las ya parece que inevitables nuevas elecciones, le van a dar las del pulpo. Aunque intente salvar los muebles, que lo intentará… Pero con este sujeto ya no existe garantía alguna de que no derrape en cualquier dirección, siempre, claro, según su (erróneo) interés personal. Otro más a la basura, y otro menos para la cordura…

 

            Con lo fácil que hubiese sido que, como en cualquier país normal y sensato, liberales y socialdemócratas hubieran cerrado una coalición o acuerdo de gobierno por la vía del centro, dando estabilidad al país y barriendo de una tacada a cuantos inconstitucionalistas hay, incluidos nacionalistas y separatistas… ¡Qué lástima de políticos inermes e imberbes!, o críos que se creen hombres, como dice Núñez Feijóo hasta de los suyos… ¡Cuanta falta de sentido de Estado en tanta gente mediocre, inepta e incapaz ocupando puestos y mamando sueldos que no se ganan!... ¡Qué enanismo político, Dios mío..!.

 

            El próximo año España tiene que refinanciar 200.000 millones de euros de una Deuda Pública que está al 98%, cuando en la crisis última estaba en el 36%, y sin ninguna fiabilidad en los mercados, dada la poca credibilidad de nuestros inestables gobiernos que, en 7 años, no ha abordado ninguna de las reformas urgentes y necesarias. Ni un pacto por las pensiones, que es una auténtica bomba de relojería. Con una Educación y una Sanidad que van al pairo. Una economía frágil y débil. No hablemos de los separatismos y sanguijuelas nacionalistas…

 

            Y esta banda de inútiles tan solo que mirándose sus ombligos personales y de partido, eso sí, jurando en arameo (falsamente) que su preocupación son los españoles… ¿Quién se lo puede creer?.. La reciente encuesta de la Fundación Bbva en un estudio europeo dá una cifra concreta: el 82% de esos mismos españoles abomina de – todos – sus políticos… El dilema que se presenta es la enorme abstención que, debido a ese desencanto, se prevé… No caigamos en esa trampa que solo beneficia a los extremismos y populismos… Entonces, se pregunta todo el mundo de ese 82%, ¿a quién votar?, ¿cómo enviarles el mensaje de que estamos hartos de ellos?.. Pero eso sería materia de otro artículo, ya que aquí no hay espacio para más.- Espérenme, yo se lo diré más adelante. Lo prometo.

          

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