ALGO CURIOSO QUE CONTAR

 

Buceando por aguas bíblicas, por las que, de vez en cuando, me gusta darme algún que otro chapuzón y nadar por sus entresijos, como ustedes imagino que ya saben, me encuentro con el posible – y subrayo lo de “posible”, no sea que luego me digan – origen de nuestra España, dentro de esa misma historia antiguo-testamentaria, que ya es dar marcha atrás, ya... Así que busco dentro de lo que puedo, y esto es lo que encuentro… Por supuesto que lo comparto con cuántos me leen, no por otro afán que no sea el de mera curiosidad. Estoy seguro que habrán siempre algunos álguienes a los que les guste conocer aquello que no sepan, aunque solo sea por pura formación cultural, ya me entienden… Y esto es lo que hay:

Que parece ser que un nieto de Noé, el del Arca, un tal Túbal, sería el descubridor-colonizador-fundador más antiguo por conocido de estas tierras nuestras, por las que hoy andamos y de dónde venimos los que españoles nos decimos… Pasado un tiempo del Diluvio aquél de marras (asómbrense aunque no lo crean, pero dicen que Noé vivió más de 900 años), la descendencia habida de sus tres hijos se esturreó como una langosta por todo el orbe conocido. Sem tiró para oriente, y fue el padre de todos los pueblos semitas, de donde vienen los judíos con todas sus historias a cuestas… Cam largó para la parte sur, de donde provienen los camitas africanos y cuántos el sol les ha tostado la piel (eso dice el Libro), y los de Jafet agarraron camino de occidente, lo que hoy es, o somos, Europa, la tierra de los uros, unos torazos como pianos de cola, por cierto…

Sirva este prolegómeno para situar la cosa tras la porsaguera que lió Yahvé con lo de la Torre de Babel, de donde cuentan que arranca el caso de la cosa… Pues este “repartimiento” ya se cita en las Antigüedades Judías, del historiador judeoromano Flavio Josefo, como fuente de cierta garantía y seguridad. Bueno, vale, pues que este Túbal, hijo de Jafet, fue el primer colonizador de la península (échele años al tema). A Túbal se le atribuía la invención de la metalurgia, o sea que, como el dios Vulcano, se dedicaba a la forja, y se sabe que esta tierra, antes de que le viniera nombre alguno, era conocida por sus minas y sus metales – luego vendrían las fraguas, claro, pero, y siguiendo con la historia, ya San Isidoro de Sevilla lo recogía en su Enciclopedia, y muy posteriormente, el arzobispo Jiménez de la Rada lo añadió a sus Historia de Hechos Inéditos. También un tal Beroso, no el sacerdote babilónico de mismo nombre, si no un cuenta-cuentos de cuando nuestros Reyes Católicos, concede arte y parte a esta historia mítica nuestra.

Bien… pues se cuenta que de la progenie de Túbal nació aquel rey Gerión, monstruo de tres cuerpos al que dio matute Heracles (el Hércules latino) según la mitología griega. Por supuesto, el monstruo “tricorpe” es porque fue monarca de tres reinos: Galicia, la Lusitania y la Bética, no crean que era por ser trillizo sin terminar, que no van por ahí las cosas… Bueno, pues una vez vencido, Hércules, o Heracles, ya digo, dió sus tierras a su compañero y buen amigo Híspan… ¿Qué?, ¿ya les va sonando el nombre…?. Porque de ahí le viene la casta al galgo: Hispania.

Si esto es verdad o no, ya no lo sé, pero un tal Florián Ocampo precisó que Túbal desembarcó por la actual Andalucía sobre el año 2.163 A.C., esto es, 142 años después de que su abuelo, Noé el marinero, se dedicase a plantar viñas en tierras bien regadas, y lo pinta como “estupendo, discreto, valioso, amigable y justo” monarca, y remacha que vivió 195 años (entonces aún no habíamos contaminado la atmósfera)… Dejó, según asegura este autor, una estirpe ilustre de reyes sucesivos, todos más buenos que el pan sobao: Héspero, Atlante, Sicano, Sículo, Gárgoris, Habis… todos, como verán, de nombre esdrújulo, como Híspan y como el mismo Túbal. Y en esto no me hagan caso, es tan solo que una humilde observación por si les sirve a algún lingüista que me lea por ahí…

Y toda esta gente, anterior a los iberos, que ya es decir, a los cartagineses y a los romanos, que ya vienen a Hispania más documentados históricamente que los que, por venir “sin papeles” forman parte de la leyenda y el mito… Pero no olviden que lo mítico es tal solo que “indocumentado”; no quiere decir que sea real, pero tampoco es garantía de irrealidad absoluta. Puede que solo una parte, aunque sea la base, sea verdad, pero es que toda leyenda tiene un origen, y esto sí que es rigurosamente cierto, amigos míos…

Así que me alegraré que la historia que les sirvo en la escudilla de hoy, al menos, les haya ilustrado y entretenido… Si he captado su interés y atención, por lo curioso que siempre resultan los posibles y propios orígenes, pos coñonudo… Si ha servido para darles un conocimiento un poquico más profundo de nuestra ralea, por mítica que sea, pues miel sobre hojuelas, pos malegro… Es tan solo que algo poco conocido que me he tropezado por ahí, enredado en mis lecturas, y que me he dicho a mí mismo: anda, mira a ver si esto lo conoce alguien, y enséñalo a ver si nos vale de algo… Aunque solo sirva para añadir a los Cuentos de Calleja que todo el mundo se deja…(por que termine en verso).

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com