ALQUILERES

 

Hacen falta perras. El gobierno ha sobrepasado con su deuda pública el propio PIB del país, y no tiene liquidez, así que hay que recaudar. Los Presupuestos son más pre-supuestos que nunca, y no se sostienen. Son más un sponsor de cuentas/pockemon, más virtual que real, que se pone como cartel de fondo para la foto de los políticos de turno. Igual da que sean municipales, que regionales, que nacionales, que galgos o podencos. Lo que va siendo normal es trampearlos con supuestos ingresos al alza y el único fin de cuadrar y disimular el déficit de cara a los inmediatos cuentistas de las cuentas que salen a explicarlas. Lo mismo que sea el Fla, que la UE, que la madre que los parió a todos y cada uno de ellos, por órden y sin concierto.

                Por eso es lógico y normal que el fisco empiece a meter sus afiladas narices y negras uñas donde nunca antes las había metido. Versus, alquileres domésticos. Lo que pasa es que, para avisar y no espantar, se ha comenzado por los del sector turístico, que suelen hacer al agosto en Agosto, y luego marcharse de rositas hasta el próximo estivalaje si me pilla bien el viaje… Así que este año se ha empezado a levantar alfombras – necesidad obliga – y han aflorado, de momento, casi dos millones de apartamentos turísticos irregulares. Pertenecen a 133 empresas del sector que se habían dado de alta como establecimientos hoteleros. Ya saben, un olvido lo de pagar impuestos por los alquileres cobrados… Otros hay por aquí cerca que se dan de alta tras haber estafado y robado a todo quisque empresarial, y mientras les salen los pufos en los lentos juzgados, ellos van haciendo caja, una y otra vez…

                Y me acuerdo, en mi niñez postguérrica, cuando mi abuela, y mil abuelas más, alquilaban habitaciones con derecho a cocina, y a apretón por turnos, que retrete, como madre,  más que había uno… Familia por habitación, y pasillo que corra el fresco y el que lo pille  él. También eran no declarados, pero sí cantados, por lo tanto, declaradamente normal. Había que comer, qué leches… y Hacienda estaba entonces en otras cosas y labores más perentorias e importantes que impedir que la gente taponase su hambre… Pero hoy, afortunadamente, no es así. Ahora son otros López. Y en todos los pueblos, aunque no sean turísticos, pero sí cuentísticos, hay muchos López que alquilan casas y/o habitáculos a inmigrantes o no inmigrantes, sin declarar un jodido chavo. Por ejemplo. O incluso, si me apuran, a peñas festivopatronales para sus piñas cañeras, festeras y porculeras… Cinco talegos por semana, y a mí que me registren, que yo no quiero saber ná… eso, a la Comisión de Fiestas, si acaso, acho, tío…

                Sí, hay mucha pana que cortar, pero bueno es empezar. Y el pastizaje (de pasta) empieza por el forraje (de forro). Así que esto primero sirva como aviso a navegantes. Que aquí somos como Santa Teresa, que alquilo sin alquilar en mí y alquilo porque no muero…