ARABESCOS

Resultado de imagen de VOX Y LOS MOROS

VOX está ganando terreno en las previsiones de voto con un discurso viejo y añejo, de antiguos valores patrios. Es como una especie de reconquista, donde la Virgen de la Pistola Sobaquera se le aparece al líder de la formación ultraderechista recorriendo a caballo (blanco, como el de su tocayo Santiago) su finca, y le encarga la cruzada del rosario armado. Lo que pasa es que, en vez de empezar por Asturias y terminar por Andalucía para librar a España de la invasión mora, va a ser al revés, de abajo para arriba…

            Y volverá la unidad de la patria a relucir como valor universal, y volverá la familia como unidad patriarcal, y volverá el nacionalcatolicismo a campar, y volverá la mujer con la pata quebrada en casa a estar, y volverán los toros y la Semana Santa a contar, y volverá la raza hispana a mandar, y volverán las oscuras golondrinas sus nidos a ocupar, y los viejos y antiguos y añosos valores patrios a reivindicar… Y a Franco no solo no lo van a echar, sino que lo van a canonizar, e incluso, como el mismísimo Cid, volverá a galopar junto a nuevo Santiago y Cierraspaña…

            Y ese discurso, antigüalla y reminiscencia del franquismo más rancio y ortodoxo, es el que está triunfando en los foros y barrabares, en las esquinas y mentideros, y en todas las plazas del país. Y viene envuelto en un lenguaje belicoso, chulo, prepotente y pretencioso, amenazante, que prende en españoles cabreados, viejos y jóvenes, que han perdido calidad de vida y respuesta a sus más básicas necesidades, y necesitan como el comer a quiénes cargarle la culpa de ello, un chivo expiatorio que Vox les pone en bandeja. Es un populismo básico y elemental, pero con reminiscencias caudillistas cercanas y familiares, de banderas, brazos altivos y vivaspañas rotundos.

            Sin embargo, hay un punto, un detalle, que distorsiona el discurso. Y es que los de Vox arremeten contra todo extranjero desgraciado y mendicante, no así contra los portadores de divisas, claro, y muy especialmente contra “los moros”, a los que acometen con su justa ira… Y que, sin embargo, Franco los utilizó para ganar la guerra, “su” guerra, la guerra civil que él mismo propició. Los usó para arrasar pueblos, robar, asesinar y violar mujeres – rojas, claro – dándoles patentes de corso, y paralizando la resistencia de los pueblos por el terror, el miedo cerval, a “los moros de Franco”…

            Terminada la rebelión a su favor, los mandó a casa con una pingüe jubilación pagada de por vida y pegada a su chilaba, e incluso se dotó a sí mismo con una, si no noble, sí que muy lucida Guardia Mora, guardia de corps, escolta personal acaballada, de capas y alfanjes. Para su seguridad personal y por la gracia de Alá y para la desgracia de acá… Y no hubo problema alguno, ni arranque xenófono ninguno. Ni siquiera la ortodoxa, celosa y solícita Iglesia, socia, aliada, compinchada y bajopalista, y justificadora de desmanes, dijo ni santo pío.

            Y eso contrasta con la morismofobia que lucen estos neofascistas de cabezas rapadas que se instalan en mercados populares donde los árabes se mezclan con la población local, apoyando así, y fomentando, la ya xenofobia existente y latente, que haberla, como las bruixas, háylas… Precisamente, eso, el motivarla, es uno de sus palos fuertes. Vox ve moros por todas partes, como muchos ciudadanos que creen que “nos están invadiendo”, como en los tiempos de Almanzor tocando el tambor. Así que, como digo, estos muchachotes les ofrecen la nueva Reconquista. Aunque Franco se amigara con buena parte de ellos para sus facinerías… Y es que, nadie es perfecto.

El próx. Viernes, 29/03, a las 10,30 h., en radio T.Pacheco, FM 87.7 (queda colgado en YouTube): EL DOGMA POLÍTICO.-  No nos damos cuenta, pero es lo que está pasando