ASÍ SE EMPIEZA

Resultado de imagen de centro de acogida de joenes inmigrantes

Sí… así también se empezó en Alemania, cuando el ascenso del nazismo al poder. Criminalizando a aquellas minorías étnicas en las que luego cebaron toda la maldad de su odio. Alertando de la proliferación de delitos, muchos de ellos falsos, inventados, otros, la minoría, reales… hasta infectar a la propia ciudadanía a fín de provocar un rechazo que justificase cualquier tipo de limpieza étnica. Los hacinamientos en güetos vinieron después. Luego, la llamada “solución final”: quemarlos, hacerlos desaparecer…

            Hemos asistido a la escenificación de la movida sobre los menores inmigrantes sueltos en Cataluña. La calle, la casa de los sin-hogar, se desborda. “Cuando llegan aquí (dicen fuentes interesadas) no es lo esperado, y eso genera rabia y frustración”, se dice con un confuso doble sentido, porque, ¿en quiénes genera frustración?, ¿en ellos, o en nosotros?.. “Los expertos reclaman más recursos”, aprovechan para reclamar los que han hecho oficio de este beneficio. “Aumenta la inseguridad pública”, se escuchan voces airadas (sin una prueba mínima que lo demuestre) de que roban, atacan y amedrentan, intentan abusar de chicas, y un largo y nada bueno etcétera. Esto ha ocasionado que en Masnou, la gente – me espanta la “gente”, pues es una capa que todo lo tapa – asalte un centro de estos menores. ¿Qué iban a hacer, un linchamiento colectivo?, ¿apalicearlos?, ¿echarlos al fondo del mar, de donde vinieron?, ¿acaso fusilarlos o colgarlos de los árboles como escarmiento y aviso a navegantes?

            También en Madrid empieza a oírse la misma música macabra. Allí, los concejales de Vox vocean proclamas en los Plenos de los Ayuntamientos alertando de lo mismo y señalando con el dedo acusador al Centro de Acogida de Hortaleza. Habría que formar somatenes que patrullen y brigadas de asalto… “Urge que España repatríe…”, ¿a dónde, al fondo del Mediterráneo con una soga al cuello?, “… a estos menores, foco de delincuencia y violaciones”, azuzan tan indignos ediles. Este es el panorama que nos están pintando ante nuestros ojos. Ojos que solo quieren ver este cuadro. El racismo y la xenofobia nace en un copo de nieve de verdad, y se convierte en un alud de mentiras, donde, al final, la gente cree lo que quiere creer, pero no cree en la auténtica realidad.

            Porque la realidad, lo cierto, es que de esos trece mil menores registrados en España, solo 83 han delinquido y tienen medidas judiciales en este país. No llegan ni al uno por ciento. Y aún suponiendo que fueran diez veces más – que no es así – estaríamos condenando y atacando y violentando a todo un 90% de auténticas víctimas forzadas por nuestros prejuicios. No sé a ustedes, en conciencia, pero a mí no me parece justo, ya que se invoca a la justicia…

            Tan es así, que prestigiosas organizaciones internacionales como Shave The Children, Unicef, o incluso el propio Defensor del Pueblo, están poniéndonos de sobreaviso ante esta manipulación mental. Éste último habla de un 0,52% del total los que están en riesgo de delinquir. Los mismos Mossos D´Esquadra publican que “tal alarma no está justificada, y es absolutamente infundada”, e informa que “no llega al 20% los pequeños hurtos, clasificados como de mera supervivencia”. Una frase para enmarcar, por parte del Delegado Nacional de Unicef: “deberíamos de protegerlos a ellos, no protegernos de ellos”.

            La pregunta en cuestión es, ¿sabemos protegernos de nosotros mismos?.. Si preguntásemos en la calle, la respuesta que nos llegaría es la de que “nos están invadiendo”, etc… No oiremos que están huyendo del hambre y de la muerte, no. No escucharemos que vienen a nosotros, sino que vienen a por nosotros… A ellos o contra ellos, desde luego, no, ellos se quedan a mirar desde arriba a tanto tonto útil manejado desde la demagogia populista.

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