BRUTAL IRRESPONSABILIDAD

 

Les voy a contar una historia total y absolutamente real. Hace un par de semanas, en Valencia, avisan a la policía de que, en un inmueble, se oyen gritos y llantos de niños. Tras forzar las puertas, los agentes encuentran, encerrados bajo candado en una habitación, a tres niños de 4, 7 y 9 años, llorando asustados y desconsolados. Su madre los había dejado allí, bajo llave, para marcharse un día de farra…

 

                La policía traslada a los menores a comisaría, e inicia las investigaciones y gestiones oportunas. Localizan al padre de las criaturas, que acude visiblemente borracho, y les presenta una orden judicial de alejamiento, tanto de su mujer como de los propios niños, por lo que no puede, ni debe, hacerse cargo de ellos. Al día siguiente, aparece la madre para llevarse a sus hijos, si bien es detenida y acusada de abandono. Los pequeños pasan a disposición de la fiscalía de menores…

                Casos como éste, en España se dan miles al cabo del año. Miles. Y todos no acaban tan bien, aún con toda la desgracia y el drama patente que arrastra, como el relatado. Igual que todos no son iguales, ni todos los abandonos llegan a descubrirse tampoco, y ni siquiera se conocen los cientos de niños que son encerrados y abandonados para salir a tomarse unas copas, o unos picos, y echar una cana al aire… Simplemente no nos enteramos, pasan desapercibidos. Otros acaban peor que el de la noticia, mucho peor…

                Pero la realidad cruda y brutal es que ese censo de familias desestructuradas, en nuestro país va vergonzosamente en aumento. Y solamente existen unas únicas víctimas tremendamente vulnerables: los niños. Ellos son los que pagan la irresponsabilidad de unos progenitores a los que una administración laxa y no menos irresponsable los ha convertido en padres, y una sociedad, también con su parte de irresponsabilidad en ello, lo admite y soporta mirando para otro lado, sin querer ver, ni sentir, ni enfrentarse de cara al problema…

                Y lo cierto es que esos desgraciados seres que hacen desgraciados a sus propios hijos (que luego serán delincuentes) son producidos y soltados por la propia sociedad que luego los ignora con total y absoluta inconsciencia. He sido juez de paz durante más de dos décadas y sé de lo que estoy hablando con conocimiento de causa. He visto durante muchos años uniones destinadas a terminar así, que se ve venir desde el principio que están abocadas al desastre, y a producir casos como el de Valencia, si no peores. Eso se sabe aunque no se quiera saber. Y sin embargo nuestro sistema se basa en ignorarlo todo para permitirlo todo, sin un mínimo, ni básico, ni el más elemental tipo de control, protocolo, formación, tratamiento, etc… Todo vale, pelotazo adelante, y ya se verá…

                Lo malo es que cuando se ve lo que ya es obvio y sin remedio, lo que se tiene es una fábrica a plena producción de miles de niños inocentes que apechan con los peores sufrimientos de abandono que unos padres desaprensivos, y un país que se tiene a sí mismo por civilizado, se han encargado de procurarles… Y cada vez mayor cantidad de “familias-nido” de delincuencia. Y lo que es aún más grave: seguimos igual, si no peor.-