BUENOS Y MALOS

Cuando yo era un zagal e iba al cine aquel, de mocos y pipas, las películas eran muy fáciles de entender: el protagonista solía ser “el bueno”, y de los secundarios salía “el malo”. Así que no había complicaciones: uno iba con el bueno y contra los malos… “El muchacho”, que así llamábamos en mi pueblo al bueno ( y no sé bien por qué, pues a veces salía el John Wayne ya tullidito ) era el que nos hacía mover el culo en el asiento de tabla cuando estaba en dificultades, o hacer palmas y animarlo a gritos cuando llevaba las de ganar… Así de fácil y sencillo era todo.

Naturalmente, luego, la vida, era como un cinemascope en blanco y negro, sin salida alguna, como un serial de Ama Rosa, o El Derecho de Nacer, pero sin The End final en un fundido en negro sobre pantalla alguna… Allí uno mismo tenía su papel, y los buenos y los malos eran más difusos y escurridizos. Todo dependía de lo que captabas en tu casa, en la calle, en las tiendas, en la escuela… con un manifiesto etiquetámen hacia la familia, amigos y cercanos, así como con los más lejanos y ajenos. Entonces veías en el bueno atisbos del malo, así como en el clasificado como malo, chispazos el bueno… No era como en las películas donde las definiciones eran claras y nítidas. En el mundo real todo andaba mezclado… A ver: uno mismo, ¿qué era?.. pues de los buenos, faltaría más…

Sin embargo, ese modo, simplista y simple, de analizar el entorno, no sé si es cosa natural en el ser humano, o es que nos quedó a los de mi generación pegado a nuestro ADN de aquellas películas de buenos y malos… A ver: el Putin, malo rematao; el Boris inglés, tal y como si fuera el Karloff de Frankenstein; el Draghi italiano, de los buenos; la Merkel, de las buenas; el Orban, malo, traidor y alevoso; el Biden, bueno… Pero, a ver, el Biden éste que en la cartelera lo ponen de los buenos, es amigo incondicional de los judíos jodíos que masacran palestinos, que no sé si son de los buenos o de los malos, pero lo que sí sé a palo fijo es que ayuda al sátrapa borde marroquí que lanza a sus niños al mar para jodernos… ¿cómo es posible?..

Por cierto y porque va de pasada, que la Eurocámara (de los buenos) ha pactado condenar al marroquí canalla por los sucesos de Ceuta, y le avisa de muy probables sanciones. De momento, se le acaban ciertas chupayudas de la UE… Entonces, Rabat se revuelve de rabia y acusa a España de europeizar con las peores intenciones un problema que, dicen, es bilateral… ¿No ven?.. otra vez lo que les decía: el moromuza éste, antes, ¿no era amigo, y, por tanto, de los buenos?.. Porque, quedamos que nosotros siempre somos los buenos, ¿no?.. Sin embargo, esa es otra, la misma UE buena que le ha dado un capón al chilaba malo, secunda al bueno de Biden para que investigue el origen del virus, que es claramente de los malos, no sea que, al final, los chinos tengan algo que ver y ocultar… Los chinos, que me han sido tradicionalmente los malos malísimos, para, al final, ser buenos, y/o jugar a ser ambivalentemente buenimalos…

En fin… Rula por las redes una especie de teoría de la conspiración que juran en arameo que lo es, porque, dicen, es la puñetera verdad verdadera. Tomen nota: que el laboratorio de Wuhan es propiedad de Glaxosmithline, que, a su vez, es el propietario de Pffizer, con un Dr. Fanci que, a su vez, está financiado por el Laboratorio Biológico de Wuhan, el cual, al mismo tiempo, igual recibe crédito de la división financiera de Black Rock, la cual administra las finanzas de la Open Foundation Company, relacionada con la Fundación Soros, que es administrada a su vez por el Axa de Seguros francés, a su vez dueña de la empresa alemana Winterthur, que, miren ustedes, construyó un laboratorio en Wuhan, que, a su vez, fue comprado por la también alemana Allianz, que fíjense que tiene como accionista a Vanguard, a su vez también coaccionista con Microsoft, el cual es también accionista de Pffizer…

Como verán ustedes, y como claramente se comprueba y demuestra, todo este jodido mundo está interconectado, por lo cual, todo el mundo es de los malos. Hasta el bueno, al final, es un malo infiltrado. Esa Black Rock misma, a su vez controla los bancos centrales y administra un tercio al menos del capital de inversión, también del BCE, el cual al mismo tiempo lo hace con el Banco de España, y éste con el Banco de Sabadell, el cual, ¡joder!, controla mi cuenta de jubilado español, la cual proviene de las mismas fuentes antes citadas… Ergo, un servidor, sin ver un puñetero euro, me veo implicado en todo este complot mundial sin comerlo, beberlo, ni olerlo, o sea, sin catarlo…

Y lo que más me joroba es que a mí, de crío, me engañaron, comiéndome el tierno coco con que, gracias a “los buenos”, no había abusos ni injusticias en el mundo, y ahora me encuentro con que, no solo no hay un jodido “bueno”, que es una figura retórica, si no que todos somos malos por definición en esta película… Porque todos y cada uno de nosotros, en mayor o menor medida, hemos colaborado, y aún lo hacemos enfervorizadamente, en una forma de vida hedonista, consumista e irresponsable del damepan y dimetonto, que nos lo estamos cargando todo. Y, al final, no se libra ni el tonto del pan.

https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo / viernes 10,30 http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php