BURRADAS
- Por miguel-galindo
- El 27/11/2017
Este pasado verano hubo cierto revuelo por un concierto de Enrique Iglesias en Santander. Dicen y cuentan que el guaperas vini, vidi, no vinci, y se largó. O sea, que parece ser que se tiró hora y media para olvidar, tomándole el pelo a su basca, fans con el corazón roto y esperanzas defraudadas, y todo eso que lleva consigo estas cosas en tales casos. Incluso el mismísimo Revilla, qué maravilla, presidente de la comunidad, puso el grito en el cielo, por el gorgorito que no puso del hijodalgo…
Pero la cosa tampoco hubiera ido a más si no llegan a aparecer unos twits en la cuenta del famoso con el texto “gracias por una noche mágica santander españa”. Así, de seguido, con minúsculas, sin puntos ni comas, ni reglas gramaticales, ni nada. Extraño agradecimiento de alguien que había sido puesto como hoja de perejil por no haber cumplido unas mínimas expectativas… Salvo, claro, para cobrar el suculento contrato que se le supone. Luego, después, se repitió un escueto mensaje de “Gracias Santander”, eso sí, esta vez con sus correspondientes mayúsculas en nombre propio y con media docena de signos de admiración. (¿?). Alguien debió decirle algo y escribírselo…
Hubo quien llegó a pensar sobre la tontuna de un tío que da las gracias por haber sido puesto a parir. Otros opinaron sobre el soberano despiste de esta especie de parásitos mediático-idolátricos… Pero ni despiste, ni tontuna, ni nada. Parece ser que el gobierno de Cantabria, que fue el que sufragó el festejo, o sea, todos los bolsillos de los cántabros, dinero público, tenía añadida una cláusula en el contrato por la que se le abonaba un plus de 115.000 euros (además y aparte de su pseudoactuación) si ponía un mensaje alabatorio con la palabra Santander, porque se preveía un impacto de 70 millones de usuarios en unas fechas donde se promocionaba, por cierto, el Año Jubilar Lebaniego… Más turismo religioso, sufragado de las arcas públicas, y dicho sea de paso, al paso de cualquier otro Camino de…
Pero ciento quince mil euros por un par de Twits… enfín, que se nos va la olla. Me parece una monstruosidad, una desproporción sangrante. Y más, de un personaje que, cantará bien, o como su papá, no sé, pero no sabe escribir, visto lo visto, ni se esfuerza mucho en ello… Y eso de que la palabra santander, con minúscula, la van a leer setenta millones de abducidos, ya es creer en jacobeos milagros. Y todo eso, sin contar la calidad ni la cualidad de esos millones de mentes seguidores de tamañas celebridades, que no cerebridades…
Es el signo de los tiempos. Nuestro actual paradigma. No se valora el contenido, ni el mensaje, ni el conocimiento, ni la sabiduría, ni la educación, ni la calidad, de lo que se escribe en las redes, si no quién lo escribe, por muy majadero que sea, esto es, se valora por el posible impacto que pueda tener en el enorme borreguerío que es este rio…
Luego, de postre, nos enjuagamos las tripas con que todo ese despropósito, esa burricie mediática, ese culto a lo más soez, cutre y mediocre, está financiado con dinero de los bolsillos de los ciudadanos, con dinero público, que paga la asnalidad a millón mientras recorta en educación, sanidad o pensiones… Y tós tan felices y contentos… Pos mú bien, así nos vá…