CASOS REALES
- Por miguel-galindo
- El 06/11/2015
Les voy a contar cuatro casos que son reales. Han sucedido, y suceden cada día. Y donde ocurren es en un país tan real como las cosas que cuento, y es una democracia europea, y está a la vuelta misma de la esquina, y no se llama maravillas, ni Alicia alguna es su ilustre y onírico visitante, no… Pero estos casos son verdad, y tremendamente ciertos… O´juro.
1).- Cualquier ciudadata, he dicho cualquiera, puede coger el teléfono, y, sin cita previa, a cualquier hora lectiva de cualquier día laboral, así, sin mayores trámites ni leches, marcar el número del Parlamento y hablar con cualquiera de sus diputados. Personalmente, sin demora alguna, y sin secretarios por en medio, de tú a tú… Y si lo pilla meando, él le devolverá la llamada tan pronto termine su micción o lo que sea. Fijo.
2).- En cualquiera de sus pueblos y ciudades, cualquier caravana de coches oficiales se detiene para que una anciana cruce con su carrito de la compra, o cualquier madre con el cochecito del crío, o… Cualquier vecino o ciudadano tiene preferencia ante cualquier político por muy Vip que éste sea. Lo prometo por Prometeo, que esto es así como lo cuento.
3).- El Presidente de la República, hace unos pocos años, a su retorno de un viaje oficial a Trípoli, hizo escala en Milán, donde paso la noche… ¿El motivo?.. preguntan ustedes, posando su pupila en mi pupila negra como alacuervo?.. Un motivo muy simple: el avión presidencial no podía sobrevolar el espacio aéreo de sus compatriotas pasadas ciertas horas de la noche para no molestar su descanso. Verídicamente cierto.
4).- Un caballero, con barba de varios días y chubasquero arrugado, sube al tranvía en una parada de la capital. Dá los buenos días, susurra un “disculpen” y se acomoda en uno de los asientos laterales. Es el alcalde de esa misma capital de ese mismo estado. Lo corrobora el periodista español Carrizo Conto, que era el que compartió banco tranviario con el culo del citado alcalde.
Ese país, donde sus políticos trabajan cada cual en su profesión y viven de ella y no de sus puestos políticos que son un servicio a la comunidad, que se rige mediante control ciudadano directo, que legisla a base de refrendos populares… ese país, digo, existe. Se llama Suiza, y es quizá la mejor democracia del mundo, y les vá además de puta madre, perfectamente, al igual que sus relojes. Un país tan real como el nuestro, de nuestro entorno próximo. Y sus políticos son respetables porque son respetuosos y por ello son respetados.
Si eso es una democracia, entonces, ¿qué es lo nuestro?.. Bueno, lo nuestro no es una democracia, y si lo fuera, entonces es una mierda. Donde un atajo de sinvergüenzas y ladrones hacen carrera abusando y ordeñando a un pueblo de vacas flacas que solo responden a las tracas... En realidad, no existe más diferencia que esa. Otra cosa, es otra cosa, claro…
miguel galindo sánchez / www.escriburgo.com