CATALANÁLISIS

Resultado de imagen de JOVENES TAPADOS EN LAS PROTESTAS DE BARCELONA

En las hojas centrales de El País del pasado 27/10, se escenificaba una especie de retrato-robot del futuro de Catalunya a través de las protestas de Barcelona. Y digo del futuro, porque casi todo el ruido brutal corre a cargo de los jóvenes, y los entrevistados eran en su totalidad jóvenes, y el futuro reside precisamente en ellos, en los adultos del día de mañana, si es que llegan a ser adultos, claro… Y resulta acojonante analizar la total ausencia de contenidos en sus respuestas, quizá por la desinformación a que se ven sometidos en su medio, quizá por la propia vaciedad y desesperanza, quizá por la cultura de la ignorancia en el entorno, pero, como coinciden todos los analistas, “sus motivaciones van más allá del puro independentismo”…

            Todos los entrevistados utilizan nombres ficticios, y aparecen con sus caras tapadas. No quieren dar esa cara, quieren manifestarse pero no exponerse, se esconden de sus propios actos… “Hay que defender la calle”, dice uno de ellos, y por eso mismo destrozan la calle, claro, extraña manera de defenderla arruinando a las pequeñas empresas que viven de ella y en ella, y dilapidando en vandalismo el dinero público de sus propios impuestos. La razón, dice una estudiante de pedagogía, es que “la vía pacífica nos lleva a un NO, así que hay que ir a la violencia”. Si eso es lo pedagógico en que va a basar sus enseñanzas, dá miedo, ¿no?: si no te dan la razón, usa la violencia. En fin, pedagogía pura… Otro estudiante tapado aduce que “estoy harto que a los catalanes nos miren mal”, y yo pienso que, con la cara tapada y ejerciendo actos violentos, ¿cómo quieren que le miren?.. ¿no se da cuenta que las actitudes dan más miedo que las ideologías?.. No existe mucha lógica en tales razonamientos. “No estamos quemando cosas porque sí…” adelanta otro, aclarando que eso se hace por desobediencia civil, aunque preguntado por las causas y los motivos solo sabe aventurar un inconcreto y difuso “…por todo”. Y ya está, justificado queda.

            Solo una chica, con la cara descubierta y dando su nombre y apellido, declara, “o se quema un contenedor, o no se nos ve”. Acaban de despedirla de un trabajo mal pagado, no tiene recursos ni estudios, y está cabreada porque se ve sin futuro alguno, y le han dicho que con la independencia eso se arreglaría… Pero no le han dicho que Cataluña era la autonomía más rica y próspera de España, que ese resto de España la envidiaba, la admiraba, y deseaban emigrar allí. Le han ocultado que se ha empobrecido, que es una de las regiones más insegura y de más alta delincuencia de Europa, y que en los últimos meses ha aumentado la brecha social y medio millón de personas se han incorporado a la situación de pobreza severa. Hasta puede – y estoy seguro de ello – que su despido se deba a esta situación sobrevenida y a la que ellos están colaborando con tanto ahínco. No saben ver que la causa no es de antes, si no de ahora, de los tiempos recientes, de la absurda actualidad…

            Lo que se ve claramente es que existe una monstruosa manipulación entre los que más activan la violencia en las manifestaciones: los jóvenes, que son convertidos en robots-activistas. El historiador catalán Fradera, afirma rotundamente que “si Catalunya no ha sufrido aún un colapso económico es, precisamente, por no ser soberana”. En Román paladino: los recursos propios de Catalunya se reducen día a día por su incapacidad e ineptitud en generar lo que antes generaba, ante tal estado de inseguridad y violencia, y cada vez dependen más, irónicamente, de los aportados por el Estado Central. De hecho, están haciendo su revolución y financiando su guerra con dinero español. El problema es que sus políticos lo saben y sus ciudadanos no quieren saberlo. Mucho menos, reconocerlo.

            El drama de “cortarles los grifos” lo pagaría de lleno la población, no sus políticos, y eso sería contraproducente, y políticamente incorrecto, un error. No es aconsejable en modo alguno. Aunque joda un montón pagarles el pan a los que queman la bandera de los que se lo procuran, y besan la de los que se lo están robando. No saben analizar. Son capados mentales, y yihadistas dispuestos a matar por sus ulemas y dejarse matar por esa idea falsa inoculada como  una droga por sus santones.

            Los responsables no son ellos. Los auténticos culpables son los que están mintiendo sabiendo que mienten. Sus políticos fundamentalistas, fanatizados y fanatizadores. Los bien pagados agentes del activismo tapado, que ocultan sus verdaderas intenciones de interés privado. Esos ejércitos de tontos útiles, manipulados y peor informados, o a lo peor no… y lo saben perfectamente. Así que busquen a los auténticos poderes que mueven los hilos tras la cortina: grandes fortunas, grandes intereses, que buscan el poder absoluto, como siempre han hecho… Miren el dinero y la Iglesia, por ejemplo, cómo se comportan en esto.Es un solo detalle

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