CHAQUETEO
- Por miguel-galindo
- El 29/12/2019
Es curioso ver cómo han cambiado la piel, casi que de alma también, muchos de los partidos europeos. Puede deberse a muchas razones. Pragmatismo, oportunismo, iluminismo, estrategia pura y dura, o chaqueterismo circunstancial. La cuestión está en su versatilidad, que no es lo mismo que fiabilidad. Pero la cuestión es que se produce, y el caso es que llega a parecernos hasta normal…
Por ejemplo, ahí tenemos a los conservadores británicos de Churchill, Disraeli… Dos siglos de historia donde se han movido entre la radicalidad y la moderación, pero siempre dentro de su propia naturaleza ideológica. Sin embargo, la metamorfosis que ha sufrido con Boris Johnson le ha impreso un sesgo nacional-populista, que abraza el aventurismo ciego y suicida, y abandona las posiciones pragmáticas de toda su vida política. Se parece más a un nazismo o a un bolchevismo (que a fin de cuentas y de cuentos en el fondo es lo mismo) que a un partido conservador y cauto.
Lo del Movimiento 5 Estrellas italiano, ha sido de un travestismo espectacular. De ser un movimiento basado en una retórica antisistema y revolucionaria (también populista, claro) acaba formando un gobierno con un partido radicalmente distinto, cuando no opuesto: el Partido Democrático Italiano, dándole estabilidad a un gobierno, en las antípodas que el loco Salvini lo había situado con el consiguiente peligro y riesgos económicos, sociales y europeos en los que había embarcado a Italia. O sea, aquí tenemos a una formación política de naturaleza antisistema que ha pasado a colaborar con el sistema que ayer combatía, por salvar al país de un caudillo demente. Ha cambiado hasta el nombre de Liga Norte (un norte rico, próspero y racial contra un sur pobre y multiétnico) a llamarse Liga, así, a secas. Ya no es un partido regionalista y de los ricos ante los pobres. No. Ahora resulta de naturaleza integradora...
Otro – pero con el viaje al revés - ha sido Ciudadanos, aquí, en España, que en su nacimiento lo hizo como partido integrador del centro político español, y ha volteado descaradamente a querer ser el partido integrador solo de la derecha. Es más, ha querido ser la derecha absoluta, su único referente… Ha viajado a la velocidad del rayo, en un vuelta y vuelta, de la moderación a la radicalidad, y ha cambiado su discurso de la noche a la mañana.
Otros partidos, como Podemos, y su hermano griego Shiryza están haciendo el viaje de su plus-ultra a la moderación pragmática. Los helenos pasaron de ser los rojos más comunistas (o al contrario) del país, a, una vez sentados en el gobierno, adoptar las políticas contrarias a las que vendieron en su campaña. De ruptura con Europa a claro sometimiento, incluso a entregarse a unos rescates económicos en cuya contra habían justificado su propia naturaleza. Aquí, sus homónimos hispanos llevan el mismo caminico. Por agarrar poder están siendo capaces hasta de rezar maitines y rosarios, y si lo logran al final, posiblemente que sean un calco de lo de sus primos…
No sé si son posturas falsas para eso, precisamente, encaramarse al poder, o si son simples y vulgares cambios de chaqueta a lo que no hacen ascos, o es una estrategia para salvar sus muebles y, de paso, como en el caso de Italia, los del país, o van en busca de plusvalías y ganancias, o es que, simplemente, se les ha aparecido la Vírgen y andan el camino de la conversión. Si es esto último, más vale que desaparezcan como por lo que se venden, y se integren en sus contrarios haciendo el previo acolitaje… Y si es lo otro, entonces es que no son muy de fiar. En modo alguno. Si me preguntan a mí, yo más bien creo en esto último, claro.
Publicado por MIGUEL GALINDO SANCHEZ en 23:33
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