CLARO EJEMPLO

Carola Rackette, 31 años, capitana del Sea Watch 3, fue detenida por el gobierno italiano y se enfrenta a diez años de cárcel (¿?). Su delito es haber rescatado de alta mar a 40 inmigrantes subsaharianos – cuarenta seres humanos, mientras no se diga lo contrario – salvándoles la vida, y haberlos arrimado a la costa de Lampedusa, tras quince días al pairo en que se quedaron sin agua ni comida. Había solicitado los oportunos permisos, había pedido ayuda, había argumentado y rogado hasta que la situación se volvió insostenible… Prefirió la prisión al desamparo de la gente bajo su mando.

            No sé si ustedes se habrán dado cuenta o no, pero esta civilización nuestra, esta tan traída y llevada sociedad del bienestar y de los derechos humanos y de la justicia, está llegando a un extremo en que amparar a los desgraciados y salvarles la vida a las personas está empezando a considerarse ilegal… Y está siendo delito aplicar el principio cristiano más importante de todo el Evangelio, “aquello que hiciérais a vuestros semejantes, a Mí me lo hacéis…”

            …Y digo cristiano, claro, que no católico. En este caso (y hay muchos así) la joven capitana no se considera a sí misma creyente, pero es más cristiana, mucho, muchísimo más, que el ultraderechista y ultracatólico Matteo Salvini, para el que 40 vidas, como si fueran 400 o 4000, no vale nada. Absolutamente nada. Pero el que largó sus mítines en las elecciones italianas con el Rosario en la mano, ahora ha calificado a Carola de criminal y delincuente, y ha pedido a la fiscalía que la condene con la máxima dureza. Por salvar la vida de seres humanos…

            Esto es lo que hace la extrema derecha europea cuando consigue el poder, y es lo que pregonan los partidos ultraconservadores que persiguen el mismo. Se empieza por retirarles la tarjeta sanitaria, luego sus derechos ciudadanos, y se termina por perseguirlos, y poner fuera de la ley a los que intentan ayudarlos. Exactamente igual a lo que hicieron los nazis de Hitler con los judíos alemanes. Lo mismo. Y estos principios son los que se están proponiendo en toda Europa y aquí mismo, en España, con la insidiosa sonrisa de Rocío Monasterio y el silencio culpable de la propia Conferencia Episcopal Española.

            Vox no es un partido nostálgico del franquismo en toda su dimensión (eso es solo una parte del todo), es, si acaso, la versión española de la ultraderecha europea actual. La misma que persigue encerrar a la capitana Rackette diez años por salvar la vida de los más pobres y desposeídos. En esencia, el catolicismo de estos nuevos nacionalsocialistas es el mismo que el de aquel Pío XII que volvía la cabeza para no ver ni respirar el hedor de los hornos crematorios que los campos de exterminio ponían ante sus santas narices…

            Quienes gobiernan aliados a estas siglas, quienes pactan directa (PP) o indirectamente (Ciudadanos), quienes los han votado y los apoyan, deben asumir las consecuencias de su libre elección, su corresponsabilidad con lo que hagan y sus consecuencias en la historia de la humanidad. Así mismo ocurrió con aquello. Y no hace falta que se molesten en explicarnos de qué va esto ni de qué lado están. Lo de Carola Rackette es tan solo que una muestra de su cínico fariseísmo. Pero el nexo existe. Lo que nunca sabré es si el fascismo es rabiosamente católico, o si es que el virtuoso catolicismo es fascista por naturaleza… Repito, no hablo de cristianismo, ¿eh..?, que eso es otra cosa muy, pero que muy distinta…

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