COMO LAS MOSCAS

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En el verano hace calor, el calor trae las moscas, las moscas ayudan a eliminar la descomposición orgánica producida por el calor del verano… Sé que todo tiene su porqué y su utilidad en su existencia, y que es una cadena natural. Pero las moscas son un auténtico coñazo… Yo me he pasado años fustigándome con un matamoscas como uno penitente loco, porque todo producto que probaba, aparte la mortandad química provocada, que sí, pero acudían veinte por una al velatorio…

                Hasta que he dado con la solución: un ventilador en el techo. No sé si el aire las molesta, si es que miran hacia arriba y se sienten mareadas con el cadencioso girar de sus aspas y se largan por no echar la pota, o es que sus ojos poliédricos las ven como gigantescas cuchillas capaces de cortarles las alas, y las asustan. Lo ignoro. Pero funciona. Es mejor espantarlas que matarlas. Definitivamente.

                Comparo las moscas en verano, con perdón, con los políticos en elecciones. Que no te dejan en paz… Ya sé que no es lo mismo. Que las moscas colaboran en la eliminación de cuanto está corrupto y los políticos producen la corrupción (al menos en este país), pero es igual, molestan… tanto las unas como los otros. En el tiempo que tienen pesebre asegurado solo dejan sentir su vuelo, su ir y venir, su zumbido. Vale. Pero en época de estiaje unas y de urnaje otros, cuando sienten que su pasto va a dejar de ser seguro, se echan como locas y no te las puedes quitar de encima por muchos tortazos que te pegues a ti mismo. Son incansables. E incazables. Como las moscas que son, claro…

                Y me da por pensar cómo podríamos hacer para que nos dejen tranquilos. Si, como las moscas, es mejor espantarlos que eliminarlos. Porque de eliminarlos ya se encarga el “flix” del sistema judicial, cuando es un buen producto. Que va quitando de en medio cuantas se ponen a tiro, y conforme las van atrapando. Pero, al igual que las moscas, también aparecen veinte por cada uno que cae. Y se nos pasan las estaciones con el matamoscas en funciones. Y cuando llega el verano, ahí están todas las vivas picándote en el voto desesperadamente.

                Así que se me ocurre que deberíamos poner algún tipo de ventilador de techo también sobre las urnas, para que se sientan intranquilas, molestas, amenazadas, porque sus cerebros poliédricos crean que esas aspas que giran incesantemente sobre sus cabezas les puede cortar el cuello que las sustentan al menor descuido en sus funciones de echar más mierda en vez de limpiar la mierda.

                Lo que pasa es que no sé lo que podría ser. Quizá con la amenaza de votar a jueces en vez de a políticos. Quizá usando las papeletas para llenarlas de avisos y advertencias tipo “como no lo hagas bien te corto los adminículos, jodío moscón”. Quizá poniendo las urnas boca abajo. Quizá escracheándoles los mítines… bueno, eso es difícil, porque a los mítines solo van más moscas de la misma clase de moscas, y, claro, no se van a escrachear a sí mismas… pero sí, quizá, esperándolos a la salida con el spray en la mano…

                …La verdad, no lo sé. Pero mi experiencia con las moscas del estiaje puede dar alguna idea para con las del urnaje. Yo comparto con ustedes mi descubrimiento de este verano – desconfíen de las soluciones en Internet, porque ninguna funciona – y a ver si, entre todos, le encontramos solución a las otras. Es que estos políticos nuestros son así, van de la basura a darnos la barrila sin parar, y vuelta otra vez a empezar… Como las moscas.