CORONA Y VIRUS
- Por miguel-galindo
- El 20/03/2020
Escribo esta cronicavirus el martes, 17 del encierro. Y sin que sirva para relajar la tensión, si no solo para templar el ánimo, deciros que este día, y subiendo, en la comunidad de Murcia los contagios han llegado al centenar. Eso, visto en letras gordas de periódico asusta, y cuando este escrito salga publicado puede que hayamos doblado. Vale. Pero si lo dividimos entre el millón y medio de personas que somos en esta región, supone el 0,00007% de la población la afectada… De ellos, creo que 19 son los ingresados en hospitales, y el resto en tratamiento domiciliario. El porcentaje es quizá uno de los más bajos de España, y eso porque inconscientemente han “colaborado” vascos y madrileños importados e infectados. La poca cabeza y la aún menos responsabilidad, pero en fin…
El éxito en esta lucha estriba en una sola y única cosa: el aislamiento. No existe otra vacuna de momento. El factor exponencial del contagio es tan brutal que, los que hoy están en cuarentena por posible contagio con infectados, si dieran positivo, les pasarían su cuarentena a todos los siguientes relacionados con ellos, y así en una espiral mareante. Por eso, y aún en aislamiento preventivo, todos podemos estar potencialmente contagiados. Esa es la teoría. La práctica, en la actualidad, es la que digo en mi párrafo anterior: de momento no llegamos al 1% ni por churras ni por merinas. En algún momento, cada día que pasa más temprano que tarde, se producirá el pico más alto de la escalada, y comenzaremos la fase de descenso. Se nos va a hacer largo, segurísimo, pero también es seguro que llegará el final. Ojalá y sea pronto, por pesado que se nos haga…
Otro caso que quisiera comentar es que, con nuestro problema de coronavirus a cuestas, nos está pasado casi desapercibido el virus que está padeciendo la Corona. Que tampoco es moco de pavo… real. Ni comparación con el nuestro, la verdad. Es que lo del rey emérito y el rey titular, lo de padre a hijo, y lo de hijo a padre, es muy gordo, no me digan que no tiene sus pelendengues… De momento, el rey titular ha puesto al rey emérito en aislamiento por infección, y él mismo se ha puesto en cuarentena, por si acaso. Y eso tiene que haber sido duro, muy duro, para nuestro Felipe. Por nadie pase. Tener que afrontar tal acción profiláctica con el que le ha educado para ser un buen rey, lo ha preparado en tan gran responsabilidad, en su amor a España – las cosas como sean – y le cedió la corona en su día, además de real padre y muy señor mío, tiene que ser muy jodido…
De momento, le ha retirado el sueldo que le corresponde como miembro de la Casa Real (tendrá que apuntarse a jubilata, si es que ha cotizado, claro) y él mismo se ha autoexcluído ante notario como receptor de su parte de herencia paterna.
Es que parece que cada vez está más probado que nuestro Juan Carlos el Primero admitió comisiones de Arabia Saudí por el caso del Ave a La Meca, o no sé qué cosas más, y no se le ocurrió otra cosa que abrir fundaciones en paraísos fiscales donde desviar fondos, e incluso hacer millonarias donaciones a sus queridas… amigas. Hasta una de ellas ha llegado a admitirlo públicamente. Ha sido su korinavirus particular. Pobre hombre…
Sí, me ratifico, he dicho pobre hombre. Porque un personaje como él, que hizo frente con valentía a un golpe de estado, que ha rendido excelentes frutos y servicios a su país, que ha sido un muy rentable embajador para España, y que, en definitiva, ha sido un buen rey, es una lástima que no haya sabido ser un buen esposo, como bien merece la reina que nos trajo, y, al final, no haber sabido guardar la honestidad que su puesto le exigía. Una pena, sí… ¡pobre hombre que, por tan poco, ha tirado tanto!... Aunque – para mí al menos – aunque al final la haya cagado con perdón, no le quita el reconocimiento a sus méritos. Creo que eso no sería ni medianamente justo.
…Enfín, que aquí, cada uno con su padecimiento vírico. Nosotros con el coronavirus montado en la chepa, y ellos con el virus en su corona… Y miren, la verdad, el nuestro pasará y quedará en el tiempo como un mal recuerdo, pero el suyo es de los que se quedan grabados como una mancha, como un baldón. Yo prefiero el mío al suyo… Y el Rey titular hace muy bien en imponer las distancias preventivas y drásticas, y medidas duras, por dolorosas que sean. Eso quiere decir que la Corona es una cosa y la familia es otra cosa. Lo institucional y lo personal. Que una cosa es desmarcarse y otra desmonarquizarse… Pues eso.
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php / próximo programa, día 27 Marzo: …MISIÓN CUMPLIDA
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