CORONITAS

  

Me he enterado por un suelto en El País (no sé cómo se le ha podido escapar a la portada del Hola), que existe una especie de Club de Príncipes Herederos Europeos. Me he quedado que, si me pinchan, no me sacan sangre roja – menos aún azul – de la sorpresa. Que pueda existir semejante gilipollez en el siglo XXI es algo que me supera de todas, todas, no lo puedo evitar. Estaba ganando terreno mi tolerancia para con las modernas monarquías, pero esto no ayuda precisamente, la verdad…

                Pues sí, tamaño engendro existe, y su última reunión ha tenido lugar en Noruega, siendo esta vez los anfitriones el príncipe Haakon (tiene nombre de caballo) y su real consorte doña Mette-mary (tiene nombre de compresa). Acudieron al esperpento, me entero, los Guillermo y Stephanie de Luxemburgo, Victoria de Suecia, el Federico y la mary de Dinamarca… No acudieron ni nuestra Leonor, ni el príncipe Carlos de Inglaterra. Yo me barrunto que la primera porque está en el cole, supongo que aprendiendo a no hacer majaderías de esas cuando sea mayor, y el Carlicos por habérsele pasado el arroz, pues es un poco ridículo un tío con más años encima que orejas, aún pretendiendo tronos, troneras y tronaeras…

                La cita es calificada como una “reunión generacional”. La verdad es que queda así como muy capadito, porque le han evitado el segundo apellido: “de altezas”. Eso sí es lo suyo: reunión generacional de altezas. Ahí está. ¿Para qué tanto disimulo?. Son los recambios de la realeza europea que se juntan a echarse unos reales ji-jis, ja-jas, je-jes y tomarse unos Moët Chandon cambiando impresiones palaciegas y fijar – es posible – estrategias comunes cuando sienten sus coronados culos en las tronas de sus respectivos, en que puedan abrir entonces el Club Europeo de Testas Regias, o algo así…

                Es que prefiero tomármelo a cachondeo real, perdonen mi descreimiento, y no miento… Porque, con lo que está cayendo en esta pobre Europa, con una crisis de la que no despega, con los cientos de miles de dramas humanos tocando a sus puertas, y otros desastres internos entre sus “súbditos”, que se entere uno de estos partys principescos, la verdad que…

                Lo sé… Ya sé que tienen todo el derecho del mundo, que faltaría más Fantomás. Pero es que, por lo que representan, deberían ocuparse de cosas de más enjundia e importancia, digo yo. Y preocuparse por cuanto ocurre en sus maravillosos reinos de casitas de chocolate y fresa. Y hacer propuestas a los gobiernos europeos, puesto que en sus puestos serían escuchados, no sé… algo que dignifique y justifique su posición y el gasto de su cara manutención. O tomar parte en las soluciones de los problemas, o, al menos, intentarlo. O, simplemente, en tomar iniciativas ejemplares. No sé, pero algunos algos hay de lo que podían responsabilizarse.

Cualquier cosa mejor que tener que meterse la corona por salva sea su real parte, ¿no?.. es que debe hacer un daño tremendo, con esos picos…