CREYENTES, NO FIELES...
- Por miguel-galindo
- El 16/09/2019
Hace un par de años, Gustavo Zanchetta, obispo de Oran (Argentina) dejó su cargo intempestivamente y sin unas mínimas explicaciones. Al poco, el Papa lo recolocó en un importante puesto administrativo del Vaticano. En unas semanas se supo el motivo. El prelado fue acusado por jóvenes sacerdotes por haber abusado de ellos cuando eran seminaristas. La justicia argentina pidió la extradición sin que fuera atendida, pues en San Pedro “no sabían nada del caso”…
Ante la Nunciatura fueron presentadas denuncias también contra sacerdotes y monjas que habían abusado de niños sordos en las sedes del Instituto Provolo, y la justicia arrestó y juzgó a 13 sospechosos, y cerró los centros educativos. Contra el principal acusado, el cura italiano Nicola Carredi, ya existían imputaciones desde la sede central de la institución en Verona, desde 2.009, que por ello fue enviado a Argentina poniendo tierra por medio. Algunos de los inculpados recientes hicieron el viaje al contrario, y se largaron a Roma antes de ser arrestados en Argentina. Tal es el caso de Eliseo Primati, localizado en una oculta parroquia de Verona, Italia, por una periodista de L´Expresso, en total impunidad. Es lo que mejor sabe hacer la Iglesia… Un miembro de tal asociación había entregado al Papa en mano una lista con los nombres de los abusadores…
En Argentina, al menos, los curas pedófilos y los abusadores miembros del clero, son perseguidos, juzgados y condenados por la justicia ordinaria. Los arrestan como a cualquier seglar. Aquí, en España, no es así. El Concordato los hace invisibles, invulnerables. Solo están sometidos a la Iglesia, no al poder civil, ni a ningún estado laico. La impunidad es segura, puesto que la sagrada institución los oculta y protege, desprotegiendo, claro, o incluso responsabilizando, a las propias víctimas. Tal es el show montado por el Abad de Montserrat. Tal es el montaje de la propia Conferencia Episcopal Española. Por un lado, doliéndose falsamente por lo sucedido, puesto que están acorralados por las evidencias, y por otro dando explicaciones ridículas de “fallo en los controles”, etc. Todo puro embuste y disimulo. Y prometiendo medidas (claro, las del encubrimiento). En definitiva, toda una impostura.
Todo esto choca frontal y notoriamente con la postura de Francisco declarada de “tolerancia cero” para con los abusadores… ¿Es una pose del actual Papa ante la avalancha de la indiscutible realidad de abusos por parte del clero en todo el mundo, y que no tiene más remedio que adoptar?.. ¿o es su firme voluntad de castigar a los culpables y erradicar esta inmunda lacra?.. Si es una estrategia para capear el temporal y salvar los muebles, entonces se le está viendo el plumero…
…Pero si es sincero en sus deseos de darle batalla y plantar cara, entonces, es que la Curia, su propia Curia, se le ha echado encima y no le deja hacer las cosas como quisiera. Yo más bien creo – quizás es que quiero creer – esta segunda explicación. Como también otros tantos Papas, éste igualmente acaba siendo prisionero de la Curia, que es el auténtico, cerrado, e incluso mafioso poder vaticano. El Sínodo de Obispos tiene en sus manos mucho más poder que el que tiene el Pontífice, por muy Sumo que digan que sea. Y defienden sus privilegios con uñas y dientes…
Pero eso, como en todo, solo puede cambiar desde abajo, no desde arriba… Se puede ser creyentes, incluso practicantes, pero no se debe ser fieles a las estructuras humanas, y ésta lo es, en nombre, claro, de lo divino. No solo se dejan manejar sus conciencias, si no que se convierten en cómplices de todos sus pecados y de todas sus mentiras.
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