CRISIS - party two
- Por miguel-galindo
- El 10/10/2019
El verano se nos ha pasado dejándonos negros nubarrones (riada aparte, Bonaparte) en el horizonte que ya, prácticamente, lo tenemos encima. Se trata de esa ya más que posible nueva recesión económica mundial que tenemos a las puertas. O eso dicen y aseguran los más solventes analistas. Analistas solventes especializados en quitarnos la poca solvencia que nos queda. Que ya es escasa, por cierto… Cierto es que el origen es externo a nosotros, que nos viene de fuera, pero eso es poco consuelo si nos afecta. Y acuérdense de lo que ocurrió en Lehmann Brothers y lo que nos pasó aquí, que aún no hemos salido de ello, por cierto, (al menos un servidor, no sé ustedes)…
Aquí hay un par de señales – de marcadores, se dice ahora – más o menos recientísimos, que nos avisa de un paso a nivel sin barreras ante un mercancías que viene con las pastillas de los frenos desgastadas. El primero es la caída en la venta de coches, que en el primer semestre se había desplomado un 6% en el mercado interno, bastante más que en las exportaciones. Ya sabemos que, por desgracia, la empresa automovilística es casi la única (o de las pocas) en las que aún se apoya el empleo industrial en España. Aquí se oye que van a cerrar una factoría, o incluso que van a reducir la producción, y se pone a temblar toda la estructura sindical del país, saliendo las pancartas a la calle. Y encima son empresas foráneas, ninguna española, que pueden levantar el vuelo en cuanto el maestral no les sea propicio… De ahí que sea el sector mimado de la administración, que en cuanto se quejan de que no venden, empiezan a enchufarles sus planes “renove” por los tubos de escape, y esas campañas agresivas de “o cambia ya su coche, o aténgase a las consecuencias…”
Y el otro marcador es la atonía en el mercado hipotecario. Hace un par de años, las hipotecas habían subido un 16% nada menos con respecto al año anterior, pero al siguiente bajaron hasta apenas rozar el 4%, y en el actual ya han retrocedido al -2,5% (sí, con el signo negativo delante). Y esto sí que barrunta recesión mogollón, y acojona al estamento de Gran Banco Hermano… Aunque quieran consolarse diciendo que puede deberse a un efecto puntual de la nueva normativa legal hipotecaria, es imposible que produzca un vuelco tan drástico como para producir un cambio de signo.
Sin embargo, ¡ oh, dioses lares ¡, pues de eso se trata, de hogares, no es así en el mercado del alquiler, que en solo cinco años ha subido nada menos que un 50%. Algo extrañísimo que no encaja con el dato de lo de las hipotecas, que más parece todo lo contrario. Mucho más cuando la devaluación salarial y la precariedad laboral ha hecho presa en el empleo y la gente se las ve y se las desea pá ir tirando p´alante… No, no se corresponde… salvo, claro, que gobiernos y bancos hayan dado de pasto el patrimonio público de viviendas sociales, patrimonio inmobiliario al fin y al cabo, a los fondos buitres y fieras financieras para que especulen cuánto puedan. Indecencia, latrocinio e impotencia. Ya saben. Deshonestidad e inmundicia política. Todo lo contrario, justo al revés, de cómo se está haciendo en Alemania, por ejemplo… Solo así se puede explicar el fenómeno este…
Una nueva fragilidad estructural heredada de las nefastas políticas aplicadas por políticos nefastos contra la crisis anterior. Así que ahora nos sobreviene otra recesión, igual que una réplica en los terremotos, y nos va a encontrar mucho más débiles y vulnerables, y en peores condiciones que antes, porque lloverá sobre mojado. No aprendimos nada de lo que pasó, cometemos los mismos errores, y encima, nos pilla con los calzones bajaos, el culo destapao y el paso cambiao…
…Eso sí, que nos quiten lo bailao, bacalao… Pero nos va a salir muy caro, ya lo verán.
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