CUIDADO CON EL PADRE DE LUCY
- Por miguel-galindo
- El 18/09/2019
Les supongo conocedores de que descendemos de una australupithecus, llamada Lucy por los antropólogos, que habitó en las sabanas africanas hace más de tres millones de años, y de la que cuentan que era arbórea en principio, pero que, en el comienzo de abrirse grandes espacios por efectos de la desertización, tuvo que bajar al suelo, abandonar las cuatro patas, erguirse y echar a andar sobre dos que era lo más práctico para la llanura, y que esa fue nuestra primera abuela bípeda, y todo eso… Es una historia muy contada y difundida, ¿se acuerdan de ella?..
Pues bien, nuestra antepasada Lucy es una australopithecus aferensis, y resulta que ahora, recientemente, se nos ha descubierto, o hemos encontrado (año 2016, en Afar, Etiopía) un australopithecus anamensis, pariente suyo de un millón de años más atrás que ella. Se data en 4,4 millones de años la edad del antecesor de Lucy, y parece ser que ambas especies tuvieron un período de convivencia - hará unos 3,8 millones de años -, de unos 100.000 años en números redondos, navidad arriba, navidad abajo… Como verán, suficientes hojas de calendario como para engatillar una nueva casta de antepasados nuestros…
Vale. Pero lo que los investigadores han ido encontrando en el estudio de este nuevo más-antepasado (Museo de Historia Natural de Cleveland, EE.UU.) es que este archiabuelo nuestro, aparte del bipedismo, presenta unos caracteres muy, muy, pero que muy cercanos a los chimpancés, tanto en la capacidad craneal (370 c.c.) como en su pequeño tamaño, como en su estructura, como en su altura (no supera el metro de tallaje), no apto para el servicio militar… Muy bien, señores científicos, cojonudo. Pero yo me pregunto, simple como el rabo de cazo que soy, si ese señor que tantísimo se parece a uno mono, no sería en realidad un mono. Y de aquí tanta vuelta y revuelta, y tanto circunloquio, y tanto que nos cuesta reconocer de una vez por todas las cosas como son, y no como nos gustaría que fueran, para decir ya de una vez que sí que venimos del mono. Directamente. Pero del mono-mono, entiéndanme. Sin mayores parafernalias ni tanto rodeo…
Bueno… hasta aquí la realidad científica al día de hoy. Cada vez tenemos más seguro y patente que existe un teléfono colorao que nos contesta invariablemente: “aquí Línea Directa con su mono. Dígame…” cada vez que ponemos una conferencia a mayor larga distancia. Cuando a mí esa realidad se me junta con la ficción es en el momento que Charlton Heston vuelve a tomarse un carajillo de dar una vuelta por el universo y se encuentra con nuestro planeta de simios similares a nos. Pero tan evolucionado como nosotros ahora, en plena actualidad evolutiva, si es que podemos llamarla así, que yo lo dudo, ya me entienden…
Boris Johnson diseñando a la vieja reina de bolsombreros y disolviendo el Parlamento con su real permiso; Trump, el gran gorila rubiosifón en plan King Kong allá por donde va; Bolsonaro quemando su selva para hacer de Brasil su propia Monolandia de pies planos; Salvini, momentáneamente apartado por loco y pasarse tres pueblos y medio; Vox aquí en plan supremacía blanca de simios blancos… Y una caterva de orangutanes en la política mundial (también en la baja política de hombres-enanos, también), que dá verdadero miedo…
Así que a mí me parece encontrarme en los prolegómenos de la película esa de George Lukas… En la que, lo mismo que los hombres han procurado ocultar siempre, hasta que lo vamos descubriendo a nuestro pesar, que venimos del mono, igual un día próximo vendrá en que los monos que manden y obedezcan en el mundo, también descubran a su pesar y para su vergüenza, que ellos vienen del hombre. Porque camino de eso parece que llevamos.
De momento, a la vez que nos vamos de/monizando (adviertan sus suspicacias que demonio viene de demoni del mono), vamos descubriendo a nuestra parentela más familiar y directa. Lo que a mí me escama, es que los seguimos teniendo con nosotros, como contemporáneos nuestros, pero aquí, a nuestro lado, en lo físico y en lo mental… Yo creo también que ellos han visto la peli y han empezado a mirarnos con otros ojos…
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