CULTURALISMOS

 

En mi entorno me llueven las ofertas organizativas de planes culturales para diversos colectivos… bueno, rectifico, tres o cuatro tan solo, lo que pasa es que, acostumbrado a lo que dá el yermo, me parece una selva lo que son unos zarrapastrosos y zapaterosos brotes verdes. Porque, bien mirado, esos sutilessfumattos entre 35.000 habitantes es puro barbecho del más duro secano, pero, enfín… es lo que da la canija mata. Tampoco es para quitarle valor a lo que, por lo poco y escaso, aún lo tiene más, sino todo lo contrario, si lo comparto aquí con ustedes es para animarles a mirar y mimar lo que se debe, en lugar de otras cosas y otros casos…

                Lo que pasa es que no vienen encaradas de la forma adecuada. Se me pide liderar un compromiso de responsabilidad en vez de un compromiso de colaboración. A mi edad y con mi experiencia estoy pronto a colaborar, pero soy remiso a la adquisición de responsabilidades. Mucho más cuando llevo a mis costillas más de treinta años de múltiples cargos que me han dejado más deshecho que satisfecho (salvo uno, a decir verdad, y que me reservo nombrar) porque ha sido el único que no me ha dejado la sensación de haberme estafado a mí mismo y a los míos… Y, claro, gato escaldado del agua caliente huye. Y como mi renuencia a tales dignidades se me puede malinterpretar, es mejor que con estas explicaciones baste…

                No obstante, estas iniciativas es importantísimo que sean escuchadas, y encauzadas, y ensambladas en una sinergia cultural común y organizada. Y eso pueden y deben hacerlo los responsables culturales municipales. Un ayuntamiento, entre otras responsabilidades, ha de asumir la de coger y acoger estos débiles brotes verdes, enmacetarlos y regarlos. Y hacer el papel de coordinador. Aunque tenga que contratar un asesor, un mediador cultural de cuatro peniques, una muy humilde compensación que le cubra gastos y le compense molestias, y que asuma la estrategia de ser el catalizador de tales iniciativas. Es el municipio el que debe enmarcarlas dentro de una estrategia y un concepto general de cultura. Un “culturálitas”. Cuando los medios son escasos solo las sinergias cuentan.

                Me limito a exponer una idea sin ideología alguna. Si mi experiencia personal ha servido para algo es que me ha enseñado que esos mismos esfuerzos personales, sin el entorno adecuado logran poco o nada, y solo perjudican a la persona que ha cargado sobre sus espaldas con ellos. Ese es mi consejo, si hay quién o quienes lo quieran aceptar… Yo ya aprendí lo que tenía que aprender.