DE CHISTE
- Por miguel-galindo
- El 18/09/2016
Cuenta el humorista Joaquín Reyes, que iba viajando en el Ave la mar de cómodo, con sus pies descansando en el asiento de delante, cuando el revisor le recriminó:“muy bonito, hombre, ¿eso lo hace usted también en su casa?..”, a lo que él respondió: “¿.. y usted en la suya pica billetes?”.
Es, poco más o menos, lo que responde este gobierno cuando le preguntan si su lucha contra la corrupción (a la que, por cierto, se ha comprometido con Ciudadanos) es montar el numerito de Soria, o ver que el Supremo saca los colores a la protegida Rita Barberá, que responde si ellos (a los que le preguntan) en su casa hacen oposición… Ambos casos, el de Joaquín y el de Mariano, son claros ejemplos de echar balones fuera. Rajoy añade además, que – y lo dice en verso - como está en funciones, no está obligado a dar explicaciones. Pero para liar el “concurso” de Soria no estuvo en funciones…
Está claro que para el PP, la transparencia, la honradez y la honestidad, también están en funciones. Pero no tienen la vergüenza de, al menos y en consecuencia, de también ponerse sueldos en funciones. O sea, rebajárselos en función a lo poco que hacen y a lo mucho que dejan de hacer, si bien mucho, mucho más, de lo segundo que de lo primero, y dejar de echarle la culpa del atranque a aquel con el que comparte responsabilidad en ello, ya que ambos son parte del mismo problema.
Lo del chiste de Reyes y lo de la salida de Rajoy retrata uno de los pecados capitales más viejos de la genética española: cuando se nos culpa de algo, responder culpando al otro de ese mismo algo. El “y tú más, fantomás”. Es lo de contestar a una pregunta con otra pregunta, una táctica dilatoria de evasión y escondite como cualquier otra, en el mejor de los casos…
…Que es lo que parece que están haciendo los dos partidos del anterior bipartidismo. Aplicar una estrategia dilatoria que desemboque en unas terceras elecciones que los reconduzca al antíguo modo de alternancia versus mangancia, en el poder. Al final van a obligar a la gente a tirar por los Cerros de Ubeda y a darle fuelle a los asaltaleras que tienen contenidos, y que entren a saco en las instituciones de un estado que están llevando al desastre y al caos.
Sería también como otro chascarrillo. Como el de aquel gracioso que soltó lo de “soy tan desastrado, que el otro día entraron los ladrones a mi casa, y cuando abrí la puerta me lo encontré todo ordenado”,.. Y es que una cosa es no saber, y otra saber y no querer. Lo del no poder es el cuento que se llevan. Éstos presumen de saber gobernar, pero no lo hacen. Los otros presumen de hacerlo bien, pero no saben. Y todos quieren hacerlo, pero no como les han ordenado los ciudeadanos… Enfín, lo que dice mi amigo Ramón: un país de chiste.