DE COLOR VERDE MEDIÁTICO
- Por miguel-galindo
- El 12/12/2019
La Cumbre del Clima, repescada de Chile por España para Madrid, se acaba… Cantan las ranas, las sirenas y los resultados de beneficios dejados: 150 millones en la capital de las Españas, dicen y cuentan. Pero se callan el coste del montaje. Eso nunca lo cuentan. Se publica siempre el Haber, pero jamás el Debe, según costumbre en esta santa casa… Y los líderes asistentes y sus delegaciones venidos en aviones, y cuanto han participado y negociado, se vuelven a casa en sus jets adosados, que eso contamina, sí, pero como el viaje es para la cosa del clima, pues contamina menos. Se ha hablado mucho, pero se ha actuado poco. Y se han repetido muchas obviedades y perogrulladas, y se han excusado muchas canalladas, pero me temo que…
…Seguiremos mandándonos postales. Como la de las islas Maldivas, por ejemplo: una estampa idílica de paraíso en la tierra. Un Edén en estado puro, una serie de atolones entre aguas turquesas que albergan peces de colores y pacíficos tiburoncillos de asustar y poco más… ¿Trato o truco?.. Truco tras el trato. Allí se lleva el modelo isla-résort: un único hotel por islote, con cabañas a pie de arena blanca reponible y sostenible, o alzadas sobre el calmo mar. ¡¡ Guau, qué guay ¡!. Antes, los maldivos vivían y reían, hoy conviven y viven de más de un millón de turistas anuales, que les llegan en packs, amogollonados como las sandías.
Y todo sería igual de delicioso si no estuvieran desarrollando un tumor paralelo, como un cáncer. Ese millón de amontonados genera, a su vez, montañas de basura que desbordan, y se acumulan al borde, del sintético paraíso. Thilafushi es una infecta isla-vertedero, artificial y en progresiva expansión, donde se depositan toneladas de plástico y residuos tal cual – incluso quemando o prensando, que ya no saben cómo – y cuya pestilencia es espantosa. Esa porquería ya empieza a envenenar el aire (según soplen los vientos) y el agua del Índico, y comienzan a morir los bancos de coral, y los peces de colores… Y hay muchas Maldivas como esas, pero con otros nombres, a lo largo del ancho mundo.
Algún día cercano, por el fenómeno paralelo de la subida del nivel del mar, ese mismo mar cubrirá por completo la isla-vertedero, y toda esa inmundicia se esparcirá por los fondos marinos y por todas esas islas-paradise con sus bonitos résorts, y sus legiones turísticas se relamerán con peces cebados de mercurio, y todos serán superfelices y se tocarán las narices comiendo falsas perdices… Lo que ya es rigurosamente cierto es que los aborígenes están pensando en mudarse a islas artificiales, eso sí, tres metros más altas que las naturales, para que tarde más en llegarles la mierda, y trescientos más alejadas, a ver si sobreviven al desastre. ”Para dejar más sitio a los turistas”, dicen ellos. Sí, sí…
Pero, aunque así fuera, ya nunca será igual. Algún día se recordará que las Maldivas existieron. Lo que quizá no se diga, porque no se reconozca, es que desaparecieron por culpa de todos nosotros. De todos. De los políticos que acaban de reunirse en Madrid, que ya venían de reunirse otras veces en otros sitios, y que aún habrán de reunirse más veces mientras esto rule. Y de los que decimos “yo reciclo” como un mantra, pero mandamos C02 por un tubo a la atmósfera en cada puente y fin de semana, que para eso se ha hecho el calendario. Y de los que nos hacinamos como moscas en cualquier pastel conciertista, fiestista o consumista, o participamos de un turismo invasivo y hedonista… Eso sí, con la camiseta puesta esloganada de frase verde.
Como decía al principio, y así termino por donde empecé, la Cumbre del Clima de Madrid, como cualquier otra cumbre, no deja de ser otro tipo de turismo. Turismo de Congresos, así se le reconoce, con sus añadidos y complementos culturetas, comerciales y empresariales, y de negocios verdícolas. Por unas fechas, en España toda industria y actividad ha sido verde, verde que te quiero verde, y verde limón… Todo el mundo recicla, nadie contamina, todos emiten y usan energía verde. Hasta los deportistas del motor y tubo de escape son agentes medioambientales, ángeles de Charlie del derrape verde…
…En perfecta consonancia con el glamouroso evento, y con el tema que se estaba tratando en la Conferencia Mundial sobre el Clima – alabada sea por los beneficios dejados, amén – y según su camaleónico circo montado alrededor. Todo naturalmente natural, claro…
MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php
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