DE PIRATAS

Resulta muy curioso que, en pleno siglo XXI, aún existan piratas de los de abordaje en los mares… Cuando, de zagal, yo devoraba aquellos libros de Emilio Salgary, situaba a los piratas en una época de la Historia concreta. Colgados entre la fiereza y el romanticismo, con sus aventuras y sus señas de identidad profunda: garfios, jarcias, parches, patapalos, banderas negras y votoabríos… todo eso fue el ayer lejano. En el hoy más cercano, leo en el periódico que el encallado del Ever Giben, el megabarco (no sé por qué los hacen tan grande, en vez de más pequeños, maniobrables y operativos) que ha taponado el Canal de Suez, hubiera obligado a cambiar de ruta a los demás navíos, y aumentar automáticamente la actividad de los piratas, que se frotaban las manos y los kalashnikov por los que cambiaron sus viejas espadas…

A lo largo del año pasado, la Oficina Internacional Marítima documentó doscientos casos de piratería violenta con robo en alta mar y a mano armada, contra buques de todo el mundo, muchos de ellos con secuestros de tripulantes por los que pedir luego suculento rescate – como también hacían aquellos antiguos filibusteros – y que hace que los viejos detalles no cambien… Así que doblar el Cabo de Buena Esperanza, reabriendo las pasadas rutas, los armadores se lo pensaran dos veces antes de arriesgarse a ello… Cuando este articulín salga publicado, habrán quitado ya el tapón del canal y el buquerío estará circulando seguro. Pero si no… además de transportar crudo también lo iban a tener crudo…

Hay algo muy curioso en esto. En las maricastañas de aquellos bucaneros, eran los países ricos, colonialistas e imperialistas, los que practicaban la piratería en mayor medida. No con banderas propias, claro – había que guardar las formas – si no financiando el corsarismo con que atacar a la competencia. Famosa es Inglaterra y su corsario Drake (sir Frances después) al doble servicio, oficial y oficiosa, de su graciosa majestad; pero también otras potencias, como Holanda, Portugal o la misma España, mantenían bajeles bajo banderas de calavera y tibias, en nómina… En realidad, los menos que habían por esos mares de Dios era piratas autónomos. Como los autónomos de ahora, no les salía a cuenta.

En la actualidad, sin embargo, han cambiado las tornas, y los que protegen la piratería son los países más miserables y pobres de África. No lo hacen, como entonces las potencias europeas, para enriquecerse más de lo que ya eran, jodiendo a la vez al rival de turno, si no, al contrario, por pura necesidad… La costas de Béning, Somalia, Guinea, etc. son los caladeros más paupérrimos del circuito africano, donde los piratas proliferan como pirañas… En las aguas jurisdiccionales de esos inopes países se sienten al abrigo y protegidos, y en cuanto asoma un rico galeón… ¡zas!, bandera de huesos sobre negro en lo alto de la mesana, y tevasenterar lo que valunpeine… No será como digo yo, naturalmente, pero parece como una venganza de la Historia… En ese antaño salgariano del que hablaba, aquellas potencias no solo financiaban la piratería, sino que también esquilmaban a estos países, como sus colonias, de todas sus riquezas y recursos naturales. África, sobre todo. La explotamos y empobrecimos hasta la médula bajo la bota de nuestro poder y la dejamos extenuada… Aún y así, hoy también, incluso rechazamos a sus emigrantes hambrientos, que son fruto y consecuencia de aquel agostamiento de sus riquezas naturales, y de las tiranías políticas que, para seguir llevándonoslo, les dejamos como gobiernos…

Y resulta paradójico, y casi pedagógico, que en la actualidad sean ellos los que pirateen a sus antiguos amos ricos, los que aborden nuestros barcos, roben nuestras más valiosas mercancías y hagan rehenes de su tripulación con que exigir rescates… Es como un eco arcaico, lejano, apagado, que nos devuelve hoy una débil muestra de las injusticias cometidas ayer, los abusos de una época definida, pero que nosotros quisiéramos volver indefinida, porque, en el subconsciente colectivo e histórico de la humanidad (no en el consciente secuestrado por la interesada ignorancia) nos bulle la vergüenza social, y eso nos sacude y nos molesta.

Pero también nosotros venimos de raza de piratas, de corsarios, filibusteros, asaltadores y saqueadores… Fíjense, si no, en la ralea de nuestros políticos de toda bandera y condición. No es que seamos sus secuaces, es que ellos nacen, crecen y se hacen en nuestras propias sentinas. Son producto nuestro… Como diría Salgary: la misma escoria…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / https://miguel2448.wixsite.com/escriburgo / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php