DÍA DE...

  

El otro día, en la edición impresa de este mismo periódico, con motivo del Día de la Mujer, no hubo ni una sola firma masculina en ninguna de sus columnas. Ni siquiera en Cartas al Director. Ni en la de Cumpleaños… Nada, cero. Lo respeto, pero no comprendo que el día de las mujeres haya que celebrarlo eliminando a los hombres… practicando precisamente una rotunda desigualdad. Discriminación positiva se llama a eso. Pero, enfín… esta sociedad no sabe entenderlo de otra forma, y así habrá que aceptarlo… A mí es que me sobran los días del padre, de la madre, de la mujer, del hombre (si es que lo hay)… Yo solo celebro el Día de la Persona. O el Día del Ser Humano. E intento celebrarlo todos los días, aunque no lo consiga…

                No es mi deseo atacar “el día de” nada, y mucho menos a las mujeres, Dios me libre, pues siempre saldría perdiendo. Lo único que intento poner en relieve es que, quizá, sin darnos cuenta, o dándonos cuenta perfectamente, no sé, lo que hacemos con estas cosas son discriminaciones positivas abundando en lo negativo, y en lugar de centrar el foco en el paisaje completo, desenfocamos todo aquello que deberíamos enfocar. Y lo desvirtuamos. Y puede que hasta pongamos en marcha, si bien que inconscientemente, aquella ley física, básica y elemental, que reza así: una fuerza ejercida en un determinado sentido siempre genera una fuerza igual y proporcional en sentido contrario.

                Cuando celebramos, con todos los esfuerzos y bendiciones sociopolíticas dirigidas a un solo y único fin, un determinado “díade”, sacándolo con ello de su contexto, puesto que en tal afán estamos ignorando y excluyendo ese mismo contexto sin el cual no se entendería el concepto que deseamos resaltar, lo que estamos escenificando es una especie de contrasentido. Es más, no solo no integramos nada, sino que, al sacarlo del medio que le otorga su propia existencia, lo vaciamos de sentido… Es una especie de “este es el día de…” y el resto de los días del año no lo son. Y yo creo que todos los días son días de todo.

                Los ísmos nacen los unos de los otros, y se justifican los unos a los otros. Son reacciones puras y duras. El machismo, por ejemplo, general el feminismo, al igual que el comunismo fue generado por el capitalismo. Es la misma ley que citaba en mi segundo párrafo, una ley de la energía… Las feministas, y los intereses políticos que sacan tajada de urna de ello – no nos engañemos – podrían atacarme por este articulillo, y nada más facilón: acusarme de machista. Ya saben, si no estás conmigo es que estás contra mí. Si no te unes a la manada, estás contra la manada… Sin embargo, se puede estar fuera de la manada si estar contra la manada, como no se puede ser de algo y no estar contra ese algo…

                En eso se basan las políticas de los “díasde”. En acusar y señalar todos a una como los de FuenteOvejuna de las ovejas, a los que no son de “porque hay que estar dentro de…” Y puede que exista esa gente, mucha, muchísima gente, que no necesiten ver magnificado el concepto para darse perfecta cuenta de que se concepto, sin su contexto, se cae por su propio peso en la misma medida que se saca del mismo.

                La solución a los problemas está en que los seres humanos hemos de educarnos en la integración, y no en la separación. Y con estas cosas lo que hacemos es polarizarnos… Quizá… no sé… cuando empecemos a pensar que, tanto el hombre como la mujer solo existen integrados en la persona, y que no se puede ser persona sin pensarse y sentirse hombre y mujer, pues a lo mejor…

                Pero lo otro, lo de las cuotas, lo de las leyes de género, lo de los “díasde”, en lo único que escarban es en la división, no en la integración. El discriminar positivamente es menos malo que el discriminar negativamente, pero tampoco es bueno, y mucho menos lo mejor… Y eso es lo que precisamente intento decir. Con perdón, claro…