DIÁLOGO DE BESUGOS

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Diálogo de besugos es lo que existe entre nuestro presidente Rajoy y el molto honorable president de los catalans, Puigdemont. Cartica va, cartica viene. El primero, le dice al segundo que si proclama la independencia se aplicará ipso facto al 151, y que ofrece la posibilidad de diálogo que no se debe romper, etc… Y el segundo, que contesta al primero que si aplica el 151, ipso facto proclamará la independencia, y que la posibilidad de diálogo queda abierta, etc…

…Como verán, esto es lo más parecido a aquella película francesa “La Cena de los Idiotas”, porque, salvo a los falangistas de uno y otro lado, ustedes ya me entienden, al resto de los españoles y catalanes, esta situación nos parece una sublime idiotez mantenida por perfecto imbéciles que se ríen los unos de los otros y todos ellos de todos nosotros. Dos personas estúpidas amenazándose mutuamente con hacer lo que cada uno quiere hacer, y sacralizando ambos un diálogo, diálogo, diálogo que ninguno desea practicar.

Estamos sumidos en un absurdo que, cuando escribo esta crónica, aún no se ha roto el delgado hilo del que depende, pero que cuando salga publicada, el propio peso de semejante burricie lo habrá partido ya irremisiblemente. Desde ambos lados se está ofreciendo un diálogo más falso que Judas, y desde ambos extremos se amenaza a la vez con sentirse obligado a hacer lo contrario. La tontuna al poder, los tontos en el poder…

Pero la estricta y escueta realidad es que ya se han quemado las naves y no hay ningún punto de partida al cual regresar. Dialogar bajo la exigencia de una ruinosa y suicida independencia es no querer dialogar, y ofrecer diálogo cuando se han roto los puentes de un referéndum pactado, s un diálogo igual de imposible. Nadie quiera dialogar como vencido, y se prefiere dinamitar la tierra que ya no es de nadie… al menos hasta que la batalla, o la guerra, o lo que sea esto, no se haya librado.

Así que habrá que ocurrir lo que tenga que ocurrir, y tendrá que pasar lo que tenga que pasar. Por eso, hasta que eso no llegue, los ofrecimientos de diálogo son recursos inútiles de perfectos y consumados hipócritas. Y habrá que aplicar un 151 que hubo que ser aplicado cuando un govern dio un golpe de estado y secuestró al pueblo de Cataluña el pasado 6/9. Y una vez asumidas las consecuencias, afrontar lo que tenga que ser afrontado por parte del Estado.

Otra cosa es lo que el pueblo catalán, su totalidad y no una parte, todo, tendrá que exigir a unos políticos que lo han secuestrado, han asaltado un poder que no le corresponde, han mentido a ese pueblo y lo han engañado con embustes, y lo han sumido en una ruina económica cuando partían de una manifiesta prosperidad. Pero esas cuentas deben ser pedidas por la ciudadanía catalana a sus políticos. El resto de España hemos de intentar ayudarles a que vean claro lo que ahora ven turbio y oscuro. Si es que eso es posible ya. Lo demás, como digo, son idiotas peleando entre sí. Un diálogo de besugos entre besugos.