DISCULPENME QUE INSISTA...

Resultado de imagen de PUEBLOS DEPRIMIDOS

                Me achacan que estoy escribiendo demasiado, y siendo igualmente demasiado crítico con mi pueblo… que si el comercio, que si la decadencia (claramente observable) que si esto, o que si lo otro. Puede ser. Puede que se me eche en cara por sentirse responsables de la posible solución. O puede que no. Pero no puedo dejar de observar y pensar… y escuchar. Los medios de comunicación, las tendencias, tus propios conciudadanos… No solo es lo que se ve día a día, en las calles, claramente, sino también los parámetros que nos sobrevienen y la parálisis que nos sobrevuela… Y perdónenme que insita.

            Hay una tendencia – aún no acusada, pero sí preocupante – de familias que están poniendo sus casas a la venta, a la baja, de forma y manera sistemática, para largarse de aquí. Bastantes, y va a más. “Antes de que no saque por mi casa ni pá pipas”, suelen decir. Y el comentario unánime de familias que fijaron aquí su residencia hace 30, 40, o 50 años, es que no les gusta nada en lo que se está convirtiendo el pueblo. Que esto ya no es el lugar que eligieron para establecerse. Me duele como al que más, pero tampoco quiero engañarme a mí mismo. No estoy ciego, ni sordo. Ni quiero estarlo tampoco…

            Y me doy cuenta de los informes, serios y fiables, que anuncian que, en tres o cuatro décadas, el 70% de la población volverá a vivir en ciudades. Y me pregunto las causas, los motivos, el por qué… Y veo que los dos polos de desarrollo a los que, aquí al menos, nos hemos aferrado como únicos (craso error) están en las últimas. La agricultura, por la escasez de agua, por la crisis en los mercados, porque se acaban las ayudas exteriores de la UE, por el secuestro de sus cadenas de distribución, por el sambenito contaminante, o por tantas otras cosas… Y el turismo, por la simple deriva del cambio climático y por nuestra decidida aportación al desastre de nuestro entorno, y por la ruina de nuestro única cosa que vender: el Mar Menor… Y no creo que nadie pueda decir que me estoy inventando todas estas cosas…

            Y entonces, pues sí, claro, pienso también en la actual España vacía de la que se está hablando tanto, en esos pueblos turolenses, y de cada vez más lugares, que se nos muestran ya más muertos que vivos… “Aquí, hace diez años, aún había seis bares, diecisiete comercios, un par de industrias, tres entidades bancarias y dos escuelas”, le oigo decir al alcalde de uno de ellos en un telediario. “Ahora solo quedan un bar… lo demás ya no existe”, se lamenta. Y dice el precio de una de las muchas casas vacías, “por cuatro mil euros puede comprarse una vivienda aquí”. Y aún prosigue, “… y me pregunto de quién es la culpa”…

            Y sumo uno y uno y, naturalmente, me siguen dando dos… No falla. Como no falla lo que este pueblo en el que vivo, y otros como él, van a llegar a ser, si sigue esta misma cuesta abajo en que se ha instalado hace algunos años acá. Y me pregunto, como ese alcalde, de quién, o de quiénes, puede ser la culpa… Y me respondo a mí mismo que de todos. De los ciudadanos que desertamos de nuestros comercios, de comercios que desertan de sus oportunidades, de propietarios que desertan de sus realidades, de políticos que desertan de sus responsabilidades…

            …Y quizá sea en estos últimos donde residan ya las últimas posibilidades de frenar esta tendencia, de estabilizar esta gradual degradación que se ve y se palpa en las calles, y de echar todos los restos, todos, en un único objetivo: invertir el proceso. Yo no digo que sea fácil, lo que digo es que más tarde ya será imposible. Y lo que también digo es que sus ayuntamientos se crucen de brazos viéndolas pasar en un “mantente mientras cobro… mis aún buenos impuestos municipales”, es de una temeridad casi que irresponsable. De momento los Ibis son desproporcionados a su realidad actual y ajenos al empobrecimiento gradual de sus municipios.

            …Y si hay que cambiar el modelo, pues se cambia. Pero cualquier cosa antes que terminar en un pueblo muerto y vacío de otra España vacía, que parece comenzar a cernerse por estos lares. Ya la gente lo palpa, y se larga de aquí. Yo lo palpo, y lo largo aquí. Es distinto, pero es por lo mismo.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php / próximo programa, día 13 Marzo: …PUES HABLEMOS DE SEXO

Si quiere recibir gratuita y diariamente estos escritos en casa, facilite en miguel@galindofi.com su e.mail, y les serán enviados.