DOS IGUALES PARA HOY

Cuando en un matrimonio los dos son iguales, siempre andan a la greña, y terminan divorciados. En cambio, cuando son distintos, cuando tienen diferentes visiones de las cosas, aún con los mismos valores, se complementan y se entienden, y son felices y comen perdices…

 

                Bueno, pues eso mismo, y no otra cosa, es lo que yo creo que les pasa a esos dos partidos del antiguo bipartidismo, PP y PSOE, que se llevaban mejor viviendo separados y ahora les espanta hacerlo juntos, pues se acostaban cuando les venía en ganas y aparentaban ir cada uno por su lado. Ahora se hacen ascos y el segundo hasta se muestra ofendido cuando el primero le propone relaciones formales. Y es que son demasiado parecidos en el fondo, aunque el de izquierdas intente establecer desesperadamente las diferencias. Si al revés fuesen los guiños, entonces veríamos los mohínes justo al contrario. Y es que ningún requerido por cortejado quiere enseñar sus enaguas y demostrar, como es el caso, que es más de un lado que lo que presume ser del otro, pues perdería credibilidad, cartelería y clientela.

                Pero, vamos, en la unidad territorial, en defensa, en igualdad ciudadana, en la ya apañada, y empeñada, política exterior, en política antiterrorista, incluso en política económica y de estado, aunque lo disimulen, están básicamente de acuerdo. Prueba de ello es que tuvimos un gobierno zapaterista anterior que se vendió a las oligarquías financieras igual, que daba taconazos de asusórdenes a Europa lo mismo, y que asaltaba, ocupaba y secuestraba a las instituciones del Estado con la misma fruición que los actuales. Solo las formas, las maneras, la pose, cambiaba. Aquí vendía una imagen social y en el FMI se arrastraba mostrando servil la reforma laboral dictada y ejecutada. Unos atracan de malos modos y con peor educación,  con prepotencia, y los otros amablemente, con educación, con la sonrisa de pepeluis de oreja a oreja… Pero ambos te pidieron lo mismo: que levantaras las manos y te bajaras los pantalones.

                Y esa creo que es la cuestión. Y también el problema. Por eso opino que elNO seco, rotundo, desesperado e indiscutible, antes de sentarse siquiera a escuchar lo que los otros puedan o no decir, no obedece al sentido común, si no a la oscura lógica de proteger una entidad ya sin identidad. Gobernar en coalición es arriesgado porque puede demostrarse la inexistencia de diferencias importantes. Y eso es peligroso para el cortejado. Mucho más cuando se da la circunstancia añadida que los contrayentes, Sánchez y Rajoy, son iguales de absolutistas y ambiciosos, cuasi dictatoriales, en sus planteamientos y ocultamientos personales… A ver, en un matrimonio así, ¿Cuál de los dos tendría la voz cantante?.. Nada, un infierno, un “martirmonio” donde ambos quieren hacer el papel de verdugo y ninguno el de santa mártir. No lo veo yo, no… salvo que tiren a los novios al cubo de la basura y  se busquen otros, claro.