EL "ASCO" MEDITERRÁNEO

En la concentración empresarial que se escenificó aquí, en Murcia, sobre la necesidad y exigencia que se cumpla, de una vez por todas, en este levante español, aquella recomendación del FMI de hace ya 80 años, la infraestructura del hoy viejuno y famoso Arco Mediterráneo, y que, de vez en cuando, las fuerzas vivas de cada actualidad, reviven como al don Juan Tenorio (hace un cuarto de siglo yo mismo participé con Pérez de Lema en los mismos juegos del hambre que ahora han vuelto a representar). En esta ocasión, digo, las organizaciones empresariales manifestaron el temor de que las perras destinadas a este proyecto “se quedaran en Madrid”…

                Bueno, pues después de tales fastos, el gobierno valenciano denuncia que el 80% de las inversiones de ese eje mediterráneo se ha gastado en conexiones y radiales madrileños. Incluso se dan cifras concretas: de 12.830 millones de euros se han empleado 10.767 millones en esas infraestructuras de la capital española. Ni qué decir tiene que Fomento, por supuesto, lo niega. Pero los valencianos siguen manifestando, alto y claro, el desvío de fondos, y siguen abundando en ello con cifras, fechas, datos… y destinos. O sea, el temor, tímido y discreto, adelantado por la concentración empresarial en Murcia, el ejecutivo de la comunidad vecina convierte la sospecha en veracidad y lo proclama con luz y taquígrafos.

                Lo que resulta un tanto sorprendente – ya no es ni sospechoso – es que el gobierno de la comunidad murciana mantenga el mutismo más absoluto sobre tal particular, aún habiendo participado como parte, valga la redundancia, en la fotopancarta empresarial, e incluso siendo conocedor de primera mano, porque sin duda alguna lo es, de lo que su homónimo ha denunciado a los cuatro vientos. A mí me parece un ocultamiento indigno, no sé a ustedes. El silenciar algo que está perjudicando los intereses de la región a la que se deben, me parece repulsivo, qué quieren que les diga…

                Por eso no me creo las mascaradas organizadas. Ni los actos públicos de fé con que solo se justifican las abultadas nóminas del poder. Lo siento mucho. Ni me creo el burdo cuento del “elíjeme a mí, porque soy del mismo partido (banda) que manda arriba, y eso es bueno para el pueblo”. Falso. Mentira. El pueblo en el que vivo ha recibido menos que ninguno en toda su historia cuando tuvo gobierno del mismo color que el regional. Y esta región, a su vez, solo recibe de Madrid embustes, largas, falsas promesas e incumplimientos continuos. El ir a ponerse firmes y taconazo de asusórdenes para luego presumir aquí de sintonía y coleguismo es una absoluta y completa falacia.

                La vergüenza que estamos viviendo en esta comunidad, lo que demuestra, por enésima vez, es que los partidos y sus políticos solo se ocupan de sus tronos y de sus propios intereses, y los intereses de la región que des-gobiernan les importa un bledo. Su postura pública es ilusoria por completo. E igualmente se demuestra que la ciudadanía sigue sin enterarse. Dame fiesta y dime tonto…