EL GIBRALTAR MÁS A MANO

Con lo del recrudecimiento de la pandemia (estamos pagando el turrón), la nevada del siglo (que si no llega a afectar a Madrid no la hubiéramos jaleado tanto), y lo del ralentizado comienzo de la vacunación (tantas alharacas para tan pocas vacas), se nos está pasando por alto el nuevo estatus del Peñón de Gibraltar – ya fuera de Europa la Gran Bretaña – con respecto a España… En otras circunstancias, estoy seguro que tendríamos alterada la linfa patriótica cosa mala, y puede que hasta los de Vox estuvieran usándola en plan Toma de la Bastilla frente a las “fuerzas disolventes del comunismo ateo”, o algo parecido. Pero sea como fuere, el caso es que se está dando la cosa, y ya nada se parece a lo que fue anteayer mismo…

Oigo de todo. Unos que dicen que estamos saliendo ganando, y otros que alegan que estamos haciendo el lila, así que me empapo sobre el contenido del Documento del Principio de Acuerdo, firmado por las partes, para tener una idea sobre la que basar mi opinión con respecto a comentárselo a ustedes… Y, la verdad, qué quieren que les diga, yo no veo que España salga mal parada, ni mucho menos. Más bien al contrario, adquiere enormes ventajas sobre su control que antes no tenía y que le confiere Europa con el Reino Unido ya fuera de ella. Otra cosa es que sepa aprovecharlas, una vez puestas en bandeja, claro.

De momento, la verja ya no es necesaria, y eso beneficia directamente a los 15.000 españoles andaluces que trabajan en Gibraltar. España pasa a ejercer el control en el aeropuerto y el puerto gibraltareños junto a las autoridades británicas, ya que tiene la llave del espacio Shenguen y el control del movimiento de personas en el mismo, auxiliado y reforzado por Frontex, el servicio europeo de fronteras. “El Reino Unido (Gibraltar) no tendrá dicho control ni lo implementará”, dice el texto… E insiste más adelante sobre tal punto, que “solo España será la responsable ante la UE de la aplicación y administración de tal espacio, incluido el Código de Fronteras y la protección de sus límites exteriores”.

…Esto es, diga lo que diga Picardo, y cuente lo que cuente a quien quiera creerlo, ha tenido que compartir partes de su soberanía en este punto, con España. Le guste o no. Solo España tiene competencias para expedir Visados Shenguen para entrar en espacio europeo por Gibraltar. El que no, se queda allí, con los monos, o se vuelve por donde ha venido… Incluso el propio gobierno de Gibraltar “solo podrá conceder permiso de residencia en la propia roca, si se adecúa a los estándares españoles y europeos”, por lo que deberá consultar a España a tales efectos… Igual ocurre con los permisos de asilo y/o devolución, etc…

Yo no digo, pues, que todo el monte venga a ser orégano. Pero lo que está muy claro es que todo apunta a una sola vía futura: una autoridad y una administración compartida. Todo es cuestión de tiempo, paciencia y prudencia… Si Franco, en su mejor época de aquel “Gibraltar Español” con que nos movía cada vez que quería conseguir alguna limosna de Gran Bretaña, hubiera tenido este estatus sobre la colonia, se hubiera muerto de gusto aún con el brazo incorrupto (de Santa Teresa) y todo. Ni en sus mejores sueños de imperio y muy señor mío…

Lo que pasa es que la política va unida a la economía (de hecho, es como la bragueta y la cremallera). El Reino Unido – la pérfida Albión, como la llamaba el espadón – es la que más productos agrícolas nos compran, la que más nos atiborra de turismo, la que más royalties invierte en la península, la mayor colonia de residentes que se dejan aquí sus suculentos retiros… En pocas palabras, son los que más perras gastan en España. Nuestros primeros y principales clientes, a pesar del Céltic y el Mánchester como los malos de nuestras películas futboleras… Y, claro, esto hay que tenerlo en cuenta…

Por eso hay que ejercer de sheriff, sí, claro, pero sin presumir de estrella. Hay que mantener siempre cogido el manubrio, pero sin ostentación. Hay que mandar con firmeza, pero sin que lo parezca… Lo malo de nosotros es que nuestros políticos no son capaces de acordar una política común y de consenso. No lo han hecho nunca, y dudo que lo hagan ahora. Jamás han sabido discernir los intereses generales del país de los suyos, ruines, de partido… y ese es nuestro talón de Aquiles.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php