EL MISMO BANDOLERISMO

Resultado de imagen de CUANDOS LOS LIBROS PAGAN COMISION A LOS PROFESORES

Me entero por la prensa: “Las Ampas declaran la guerra a las editoriales por los precios de los libros de texto”. Al menos, si no todas las Ampas – antes Apas solo –, una buena parte están en ello. Desde Madrid se anima a presentar una demanda colectiva, tras la sanción del Tribunal de la Competencia contra esas empresas, por pactar, entre otras cosas, el precio de los libros. “Va a ser la primera demanda colectiva por daños de competencias” se manifiesta desde fuentes fiables de las asociaciones. Hasta los sindicatos estudian sumarse a una oportunidad gratis de ser visualizados, que les ponen en bandeja…

            Antes, cuando yo me inicié en el oficio de librero, en la época de la dictadura, las editoriales constituían auténticas mafias que hacían pagar comisiones a los profesionales de la enseñanza que adoptaban sus textos. Pero no era a sus expensas, si no a expensas de las escuetas ganancias legales de las librerías. Toda una inmoralidad obligadamente instituída, que todos aceptaban, de buen grado unos, de mal grado otros. Dame pan y dime tonto, alegaban los probos profes. A mí que me registren, alegaban los padres de alumnos aquellos. Esa enorme sinvergonzonería, fruto de una época y de unas personas, imponedoras y consentidoras, que hacían época – excusen la redundancia – que era un tapado latrocinio, funcionaba como la cosa más normal del mundo en toda la España conocida, de uno a otro confín… como reza la Canción del Pirata y de los piratas de Espronceda, y los otros piratas…

            Después, ya en la divina y devenida democracia, esa deshonesta práctica desapareció, al menos aparentemente, del mapa. El negocio, el cazo oculto, se trasladó entonces a las florecientes y aparecientes Comunidades Autónomas, maravilla de maravillas, invento de inventos, donde se rescataron los reinos de taífas que tanto han costado, pero que tanto dividendo han dado, a los que no lo han trabajado pero sí aprovechado… Y aparecieron 17 gobernáculos, con 17 consejerías y sus Direcciones Generales, que hicieron dividirse las ediciones nacionales de cada libro de texto en 17 ediciones regionales de cada libro de contexto. Y a encarecerse en proporción del disparate. Y ha venido funcionando sin ningún rubor (y otras apañanzas más) lo que hoy se denuncia. Y tampoco entonces las Apas ni Ampas hicieron otra cosa que preparar el chocolate de fin de curso y montar las fiestas de guardar…

            Si los Centros se saltaban la Normativa no respetando la lista  que por Ley había de respetar, la culpa ante esos papismamis, siempre, siempre, por norma, la echaban a las librerías, nunca, jamás, sobre los incumplidores. Los libreros, sin más culpa que ajustarse a la Ley del Libro – qué remedio – pagaban el pato y las pérdidas del profe que venía y se saltaba lo acordado y normalizado, y ni los distribuidores, ni las editoriales, ni las direcciones de los centros, ni las delegaciones provinciales, ni mucho menos los padres, querían saber nada del atropello. Insolidaridad e injusticia manifiesta mientras todos echaban la siesta…

            Hoy, por fin, parece que se han despertado y desperezado del plácido sueño, y se dan cuenta, ¡oh, clarividentes!, que también ese sistema, podrido desde el principio, igual se les pega a ellos al bolsillo… Después de tanto tiempo de aplausos ciegos, para mí, y para muchos otros compañeros de entonces, ya es un poco tarde. Pero me alegro si, al fín, sirve para devolver la dignidad a lo que siempre fue una sangrante indignidad. Solo es una cuestión de principios… Aún y así, permítanme ser sincero, pero, personalmente, mantengo mis muchas y abiertas dudas. La experiencia me dice que no me fíe. Los bandoleros siguen estando ahí, y siguen siendo los mismos…

 

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ / El Mirador / www.escriburgo.com / viernes 10,30 h. http://www.radiotorrepacheco.es/radioonline.php / próximo programa, día 14 Febrero: LA REALIDAD DE LA IRREALIDAD

 

Si quiere recibir gratuita y diariamente estos escritos en casa, facilite en miguel@galindofi.com su e.mail, y les serán enviados.