EL MURSIA
- Por miguel-galindo
- El 10/09/2018
Entre mis temas recurrentes, como sabrán mis lectores, no suele entrar el fútbol. Lo considero un fenómeno de masas que mueve ingentes, fabulosas e inimaginables sumas de dinero, una actividad hecha que ni pintada para el blanqueo y/o evasión de capitales, apoyado y alimentado por la estupidez e idiotez general a la que manejan, manipulan y de la que se aprovechan. Y entre el cretinismo de sus más forofos hinchas, se camuflan y esconden… Solo muy de vez en cuando, si algo se sale de madre y me llama la atención, me ocupo de ello puntualmente. Si no, mis seguidores entienden que mi interés anda por otros caminos.
Lo que pasa es que hoy me ha llamado esa atención el caso del cercano Real Murcia, al salir en portada y primera plana el presidente ”legal” abucheado y violentado por cientos de “aficionados” (así los califica el medio, pero yo creo que son simples asnos fanáticos), agredido, insultado y escupido, mientras los directivos “ilegales” los jaleaban, riéndose, mofándose y achuchando a los fundamentalistas, muy bien instalados cobardemente desde un balcón. Bochornoso para cualquier murciano, bochornoso para esta región y para la más básica y elemental educación. Cutrerío puro y soez. Así que, por una vez, y sin que sirva de precedente, me voy a tomar la libertad de convertirlo en mi comentario de hoy, si ustedes me lo permiten, claro.
Yo no me voy a meter en la catadura ni en la rumorología personal del presidente okupante ni del aspirante. Ni en los intereses de los aficionados que ponen siempre su casi siempre equivocado “amor por los colores” por encima de cualquier legitimidad o legalidad. Y pondré al margen las buenas maneras y la educación del uno, y la pésima educación, procacidad, malas formas e insultantes actuaciones del otro (todo sobradamente visto y demostrado ante los medios). Eso son solo formas, maneras, educadas o de energúmeno, al fin y al cabo, y cada club es representado por la imagen que dan sus representantes.
Lo cierto, verdad y probado es que el Murcia - y dejemos lo de Real para cuando vuelva a serlo -se hicieron con sus restos unos bucaneros seguidos de cerca por la justicia, que luego vendieron el club dos veces, a dos propietarios diferentes (esa misma justicia añadirá este delito a su honorable lista). Vale. El primer comprador ha hecho valer su legítima propiedad en todas las instancias deportivas, y ahora también judiciales. El segundo se limita a negarlo todo, a mentir y a insultarlo. Nada más. Es su única estrategia, de momento… Bueno, sí, además exhibe como una legitimidad, fajos de billetes sacados de su chistera. Así tenemos, lo legal por un lado y la pasta gansa por el otro…
Bien hasta aquí, si así lo prefieren. Pero que monten al legal el espectáculo circense de la violencia, chabacanería, intimidación, chulería, burricie y mal gusto ante las cámaras es de auténtica vergüenza. Que los propios empleados de tan digno y centenario club se manifiesten groseramente contra su posiblemente legítimo y futuro jefe, demuestra una estupidez insondable. La foto de los mamelucos sacándole el dedo, escupiéndole, gritándole como beduinos, amenazándole incluso bajo la cobardía del rostro cubierto, con los “respetables” directivos actuales azuzando el acto, es para que toda la sociedad murciana reaccionase y se sacudiese ese insulto a sí misma de sí misma, poniendo a todos estos sujetos, a todos, en la misma palestra pública que ellos han puesto a la gente de Murcia. Estamos insultando lo que es legal y defendiendo lo que es ilegal. Cojonudo…
Pero no es todo así. El actual presidente eludió a los medios de comunicación tras montar la vomitiva mascarada y montarse una ampliación de capital a la medida – dudosamente legal – de sus propios intereses personales. Y se escudó tras las espaldas de sus gorilas vociferantes con los que quiere representar a toda la afición de este Murcia y de esta Murcia. Otros hablan de mafias y mafiosos. Puede ser, ya digo que el fútbol es lo que suele atraer. Sin embargo lo que quiero exponer hoy, aquí, no es eso, que allá cada cual lo que no quiera ver u ocultar. Lo que estoy hablando, aparte las payasadas, es de la imagen que estamos dando… ¿Me entienden, o no me entienden?..
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