EL NINGUNEO
- Por miguel-galindo
- El 06/06/2017
Murcia ha sido siempre, y lo sigue siendo, la comunidad autónoma más ninguneada por los gobiernos centrales, e incluso, que ya es ningunear, por los suyos propios. Y nunca, nunca, jamás, ha pasado nada. Siempre se ha agachado el lomo, se ha maldecido entre las mellas seculares de nuestra malgastada dentadura, pero hemos seguido en el tajo, encorvados, enseñando lomo en el que seguir dándonoslas, y ocultando nuestro desencanto…
Desde la tristemente famosa deuda vieja con esta región, de allá por nuestra infrahistoria, que jamás fue, ni será, satisfecha ni compensada, a ser la cenicienta de las comunicaciones, ni Ave con mil retrasos y vanas promesas ya, ni un Arco Mediterráneo con casi un siglo de invención, y cuyos fondos europeos siguen gastándose y empleándose en estructuras madrileñas, pasando por las eternas agonías de un agua que nunca llega, y por trasvases que nadie hace, y un rosario inacabable de mentiras y falsas promesas que incumplen sistemáticamente. Es un maltrato sistémico y ancestral en los Presupuestos Generales del Estado, que ha denunciado hasta la misma Croem, y ya es decir, aún con rasgadura de vestiduras políticas, más falsas que Judas, por cierto…
Con un Mar Menor agotado y enfermo, fruto de la dejadez, el abandono, la desidia y la más desganada apatía, aunque digan todo lo contrario, pues existen incumplimientos estructurales que debían haberse hecho hace muchas, muchas décadas, sin hablar de las inversión, eso sí, en infraestructuras ruinosas y pésimamente planificadas como la depuradora de Escombreras o el aeropuerto de Corvera… Y tantos desastres que solo han servido para que los cuentistas de siempre de ambos lados del espectro (políticos y empresarios) se llenen los bolsillos con absoluta impunidad.
Lo que pasa es que somos perfectos hijos literarios de aquel Vicente Medina, que nos retrató, mejor nos clavó, en su poema más murcianico. Espaldas de mucho aguante y tripas de mucho tragar. Y almas cansadas, de poco creerse nada, puesto que nada hay digno de creer… “¿.. Pá qué quiés que vaya..?” dice en su letra el murciano poeta… “¿quiés que vaya pá ná..?”, y termina la última estrofa de su última quintilla de su última obra, “ es que tengo una cansera!…
Y sí, es cierto, los murcianos tenemos cansera, hartazgo, aburrimiento, falta de fé… Por eso, lo que nunca creí decir lo digo ahora, también hastiado de todo y de todos, y es que a lo mejor también deberíamos agenciarnos un partido regionalista, o afanarnos en una plataforma, o en algún algo así, no sé…, que mire y defienda nuestros maltratados ombligos. Como los vascos, y los canarios, y los catalanes, y los gallegos, y los andaluces… que se hacen oír y respetar, sobretodo respetar, y que parten el bacalao en cuanto el mango del cuchillo le cae de su lado, que, al final, todo llega, miren si no al de coalición platanita…
Ya hemos hecho bastante el gilipollas. Ya hemos practicado el sí bwana hasta el hartazgo. Para solo tener eso, mucho ninguneo, muchísimo, más todavía… Así que si hemos de comenzar a enseñar el astil de la azá de surco en surco, y a ciscarnos en la mala madre que parió a los vainas y trileros, pues habrá que hacerlo. Y si para eso hay que tejerse una bandera propia y limpiarse el respetable con los engañadores, pues también se hace. Pero ya está bien de tanta gaita… Habrá que empezar a decir que no nos sale del pijo, hijo…