EL NUEVO HOMBRE

No hace mucho, me enteré de la iniciativa de Ana Colau, la insigne e incólume alcaldesa de Barcelona. Y lo cierto y verdad es que me dejó perplejo, patidifuso, si es que aún se utiliza esta expresión, cosa que ignoro… Ha puesto la dama en funcionamiento, en su ciudad, tomen buena nota, un Centro de Nuevas Masculinidades, así, tal y como suena. Un centro público, gratuito, sufragado por el Ayuntamiento, esto es, por los bolsillos de todos los barceloneses, o sea, por los ciudadanos, que, en definitiva, son los que pagamos todas las paridas de nuestros políticos y políticas (a ninguno o ninguna se le ocurre patrocinar sus ocurrencias de sus bolsillos particulares)… Naturalmente, para eso estamos nosotros.

No sé de qué le viene ese empeño pedagógico a la primera edila para re-educar a los hombres en una nueva masculinidad… Imagino que de su feminismo redentor, a modo del cristianismo que impusimos a los territorios descubiertos y bajo nuestro mando, a modo de depositarios de las verdades eternas, como decía aquél caudillo último que tuvimos por la gracia de Dios… Los hombres (y las mujeres, claro), llevamos millones de años evolucionando en una masculinidad (y femineidad, claro) tal y como la naturaleza nos ha guiado, y yo no digo que se haya lucido tampoco. Pero por lo que se ve, esta mujer ha hallado defecto en nosotros, los hombres, y se apresta a una cruzada reeducadora. Nuevas Masculinidades, lo llama la visionaria, pues para ella no hacen falta nuevas femineidades, naturalmente…

Y, sin embargo, yo sí que hecho en falta una nueva reeducación para ser personas…“La masculinidad no es compatible con la insensibilidad”, dice doña Ada… Claro que no, por supuesto, como tampoco la femineidad tiene que ser compatible con la sensiblería… Ambos dos son tópicos impuestos por una mala educación, por lo que la acción reeducativa habría de dirigirse, si acaso, integralmente, esto es, no a una sola de las partes, si no a ambas, y menos aún, de una parte a la otra.

Pero la alcaldesa no lo entiende así, y con sus escuelas solo para varones está indicando claramente que el hecho de ser hombre ya nos señala como culpables, por lo tanto, se nos ha de reeducar en una nueva masculinidad… Yo no sé a ustedes, pero a mí, de verdad, me suena a catecismo puro, a catequesis rancia, a un nuevo sufraguismo que proclama que el mejor hombre, si no se renueva, es el hombre muerto… salvo, por supuesto, que pasemos por las madrazas e ikastolas de la reconversión.

Un curso completo para que un varón se reconvierta en un nuevo varón tiene una duración de unos tres meses… En el mismo se imparten conferencias, charlas, seminarios, y creo que yoga también, lo que no está mal, pues viene muy bien para relajar y rebajar nuestros impulsos violentos y asesinos, claro que sí… Lo que no se dice es si para opositar a algún empleo municipal se puntuará en los masculinos el Diploma de haber sido reciclado como tal, o no, pero a mí no me extrañaría en absoluto que así fuera.

El folleto publicitario dice que “logra un nuevo modelo de masculinidad sin taras”. Está claro: allí entramos todos tarados y salimos formados. Eso está bien. Alegan los animadores del centro (léase animadoras y animadoros) que “ser hombre es pesado, es peligroso, es un lío…”. Y ellos están prestos y contentos y dispuestos a aliviarnos, a salvarnos y a desliarnos. Es su encomiable trabajo. Y es su nómina… Para convencernos de ponernos en sus manos, aún añaden que “el hombre del futuro será un hombre heterogéneo, diverso, descolocado, desorientado y perdido, sin referente que emular”…

¡Joer, qué panorama!.. ¿Es posible que mis nietos no tengan colocación, ni orientación, ni referencia alguna, ni se encuentren a sí mismos, ni nada de nada?.. Habrá que enviarlos a Barcelona para que se hagan hombres, que, no por haber nacido hombre se es hombre, según Colau… “Me acuso, madre, que anoche me ví una película de Clint Eastwood” confesarán en contricción los hijos metidos a cursillistas de la nueva hombría… Y ni mentar al John Wayne, que ese es un doble traidor: por ser hombre a la antigua usanza, y por cambiarse el nombre de Marion, que así se llamaba, por el de John… con lo femenino, sensible y bonico que es el primero…

Lo malo de todo esto, es que, en cuanto se lo huela la otra alcaldesabsolutista, la de Madrid, también de armas tomar, la va a montar de naziamazonas a cerveza libre (pues sin cervezas no existe libertad)… o algo así. Y nuestras ministras de la nueva doctrina, las de la nueva confesión e inquisición, querrán, ya lo verán, llevar el invento a las escuelas, a los institutos, a las universidades, o a las nuevas iglesias civiles si hay que terciarlas, para que rebauticen al crío que nazca crío, nada más ser parido por mujer…

Menos mal que a mí ya me coge pesado y pasado como una pasa. Y casi a punto de caducar, si no he caducado ya y no me he enterado… Y, miren, más vale que me pille así, más me vale… pues yo ya… ya yo…

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com