EL OTRO ISLAM

 

Una preguntica para comenzar éste de hoy, please: ¿se imagina usted a un imam mujer, sin velo, feminista y sin prejuicios ni dogmatismos religiosos?.. Pues empiecen a pensar en que sí que es posible. De hecho, es una realidad. En Francia, Kahina Bahloud, de 43 años, es la primera mujer que llega a la categoría de imam (jefe espiritual del islam), y que, encima, acaba de publicar, también en español, por si quieren saberlo y leerlo, el ensayo “Mi Islam”, editado por La Llave. Igual que ha dicho públicamente algo asombroso en un-una-imam (EP,15-6): “Nunca llevé velo, pues es una herramienta patriarcal”…

Dicho esto, desvelemos también que esta mujer es una “rara avis”, hija de musulmán argelino y de francesa, con orígenes religiosos católico y judío, además, por supuesto, del islamismo. Algo nada corriente, pero que le otorga una visión y dimensión de auténtica libertad y conocimiento en la materia… Sí, pero no deja de ser islamista por elección propia, se me dirá. Y, efectivamente, así es en verdad. Pero un islam liberal, marcado por la tradición mística de Ibn Arabí (por cierto que murcianico) y desarrollada en las fuentes del más puro sufismo. Fue educada y criada en Argelia por sus abuelos, que eran creyentes y practicantes islámicos, pero, en sus propias palabras, “era una fe en armonía con la naturaleza y la sociedad, simple y cercana a todo lo humano”, y aún añade: “yo veía a mi abuelo cuando rezaba bajo un árbol…”. Y dice más: “presencié el giro que ocurrió con el auge del integrismo islamista”…

Y esas declaraciones de Kahina me hicieron recordar mis vivencias en los campos de refugiados saharauis de Tinduf, allí, en plena hammada argelina… donde el gaadí de la wilaya de Auser me invitó a comparar, durante toooda una tarde, té tras té, la Biblia y el Corán, y compartí con él, a su lado, sus oraciones vespertinas, no bajo un árbol, pues en pleno desierto no hay árboles, pero sí entre cuatro piedras blancas que simbolizaban “su” mezquita, junto a él, pues, en sus mismas palabras, “todos rezamos al mismo Dios”… Tal experiencia cambió… bueno, mejor amplió, mi visión y aprecio de la verdad de las cosas, que no son como interesantemente quieren aparentarnos, sino que son como realmente siempre fueron. Creo no equivocarme si comparo el islam puro y el islamismo fundamentalista, con el cristianismo puro y el catolicismo igual de fundamentalista, si bien, claro, el nuestro ya pasó su época de fanática y violenta expansión, y el suyo aún anda hoy en la de sus más intolerantes cruzadas. Mi miedo es que los caminos, todos los caminos, pueden andarse en ambas direcciones muchas veces, avanzando y retrocediendo a lo largo de la Historia.

Un ejemplo claro de evolución e involución, que expone la misma imam Bahloud, es el uso del velo y la yihab, en que, de un elemento meramente cultural se impuso el severamente religioso. Sus recuerdos alcanzan a los años noventa, en la misma Argelia, en que el integrismo forzó su uso, en un clara vuelta atrás, en una sociedad en que, salvo su abuela, y por clara tradición social, ya nadie lo utilizaba normalmente… Y lo ilustra diciendo – y esto es la pura verdad – que el velo ha existido en las culturas de el judaísmo y también del cristianismo, en todas las conocidas por las “religiones del libro”.

La entrevista que hacen a esta mujer no coge, desgraciadamente, en esta escueta y humilde reseña. Tan solo puedo desarrollar unos apuntes esenciales si no sustanciales… Pero me quedo, cuando se le pregunta cómo ha caído su nombramiento de Imam entre los musulmanes franceses, con su respuesta: “Depende de cuáles. Los conservadores e integristas no lo entienden, pero muchos musulmanes progresistas y liberales sí que lo entienden. Me paran por la calle, y me animan, y me dicen que, por favor, continúe y no abandone”…Tras otras consideraciones, también dice que “somos aún una pequeña minoría. Pero todas las revoluciones de pensamiento comienzan con minorías”…

Pues sí, así empezó el mismo Mahoma, y el mismo Jesús, y los mismos todos, señora mía… El paralelismo, aún con sus diferencias, resulta evidente: para evolucionar positivamente, el islam actual ha de retroceder al islamismo original, a sus propias raíces, a su sentido genuino… Como el catolicismo actual, si quiere mejorar, ha de volver igual a sus raíces, al auténtico mensaje de Cristo, y olvidar ambos sus ansias de poder y dominio. Parece una paradoja que para avanzar haya que buscar atrás, pero es que lo auténtico reside en las esencias. Eso es cierto. Y eso ocurre cuando los mensajes primarios y prístinos han sido retorcidos, falseados y adulterados, manipulados en beneficio de intereses espurios: dogmas, poder, dinero, influencia, dominación… Principios éstos, por cierto, que no se encuentran en el Corán primigenio ni en el Nuevo Testamento tampoco.

Mis respetos, pues, a la valiente imam Kahina Bahloud, y a todos los que comparten sus ideas, las defienden, y las apoyan. Mis respetos a los moderados y transigentes, a los tolerantes, a “los mansos que habrán de heredar la tierra”, pues, al final, lo único cierto y verdad, es que “de ellos será el reino de los cielos”, como dijo uno de nuestros más grandes avatares. Estos son los verdaderos mártires de las causas, no los que se disfrazan de ellos siendo sus verdugos.

MIGUEL GALINDO SÁNCHEZ www.escriburgo.com miguel@galindofi.com