EL PAR DE ESPAÑAS

 

En la Caja Mágica madrileña, ese espacio socio-deportivo-cultural donde aquel ínclito alcalde Gallardón se gastó los pelos públicos en un Madrid que jamás vería pasar los JJ.OO., y que justificó su costo por el triple de lo presupuestado (de ahí lo mágico de la caja), allí, digo, Mª Dolores de Cospedal inauguraba, como Secretaria Generala, el XVIII Congreso Nacional del PP, a los triunfales acordes de semolomejores… Que nada turbe la paz de aqueste convento…

            Fuera, llovían las primeras sentencias de la trama Gürtel, como agua sucia del espeso barro pepero. Y las primeras penas de cárcel contra antiguos “compas queridos”, de los que ya nadie quiere acordarse de haber mantenido relaciones con ellos. Crespo, Bigotesman, Martínez, Betoret… y seguirán cayendo los que, durante muchos años, pagaron grandes cantidades a cambio de contratos públicos inflados para financiar ilegalmente el partido a cargo de los bolsillos de los ciudadanos. Dentro del mágico convento, tres días después, terminó el cónclave con salvas y honores, habiendo reelegido papa al papo, y encantados todos de haberse conocido…

            Dolores, Lolita, Lola, la petenera, radiante y exultante, prodigaba besos castos y abrazos sostenidos, sonrisas de osquieroatodos, olvidando a las exministras  AnaMatosas que declaraban en los juzgados a descampado, venidas de las oscuras y ocultas puertas giratorias (solo giran a la derecha) dispuestas a proteger a tal efecto: premiar y tapar, agradecer y esconder. Son fantasmas a extinguir de la memoria más reciente… tan reciente, que la propia Cospedal les seguía defendiendo sus desmanes siendo Secretaria General del mismo partido al que ahora arrulla, emocionada, en sus maternales brazos postcongresuales.

            Y en ese día de la foto, toda llena y rellena de rostros en éxtasis de plenitud, se ven caras de presidentes que arrastran imputaciones… perdón, investigaciones judiciales, a pares y a dispares. Y de alcaldes de zonas recién declaradas catastróficas que se triplican su sueldo por eso mismo, porque las desgracias dan mucho trabajo. Y uno, que no entiende nada, se pregunta qué hacen allí, en un partido que dice haber olvidado su turbio pasado corrupto, que jura ser bueno y limpio, y que predica virtud virginal desde ya mismo, cuando renacen todos de su autobautismo, puros y perfectos…

            Pero eso sucede porque la derecha posee el don de la autoceguera inmaculada, del aquinopasssaná… Todos firmes y unidos, prietas las filas, caralsol con la camisa recién lavá y recién planchá. Al que se mueva se le rapa o se le capa, que aquí está la capa que bien tapa… ¡¡ Ay, si la izquierda fuera tan disciplinada ¡!. Otro gallo le cantara… Verán, verán cuando venga el Congreso del PSOE, luchar entre ellos mismos, zancadillearse mutuamente, despellejarse entre diferentes corrientes y distintas banderías, echarse en cara los unos a los otros quiénes han corruptibilizado más o quiénes han sido más infieles a no se qué cada vez más dudosos y borrosos principios… Verán y oirán ese “y tú más”, camarada tontolhaba, que yo ya allí estaba…

            Son las dos Españas machadianas. La del gregarismo ciego y la del disgregacionismo suicida. La del paso de la oca marcial y la de la instrucción del ejército rojo, que se mataban los unos a los otros al dar las medias vueltas, como decía con malicie nazional mi sargento de filas... Pues eso. Que dos más dos, siguen siendo dos.