EL SR. GERE

 

Dice una buena amiga mía que el talento no está en envejecer, si no en hacerlo bien… Y, por si no lo he entendido, me aclara que envejecer, al fin y al cabo, lo hacemos todos cada día, y en eso no hay talento alguno. Que el talento está en la forma, en la manera. Que está en que la arruga, las canas, etc. se encuentren dónde y cómo deben estar, con elegancia y dignidad… Yo le respondo que eso no es talento, que eso, si acaso, es estilo, o porte, y que muchas veces es tan solo que pura genética. Pero nada más…

                …Claro, que si también a eso le añades un par de buenos afeites como son la fama y el dinero, pues ahí ni te cuento. Entonces el talento que dice mi amiga, o el porte que digo yo, arrasa y se convierte en el más arrollador de los atractivos… Ahí tienes al Richard Gere, el joío, con apenas tres añicos menos que yo, y se ha echado una pava hispana con la mitad de edad y todas las cosas muy bien puestas en sus respectivos sitios y en su muy ajustada medida. Alejandra, creo que se llama… Nada, que vino a España, le echó el ojo lúbrico en una Ong con la que colabora en plan embajador y eso que hacen los artistas, le hizo un vis, y ¡hala!, a estrenar mujer española, que cuando besa es que besa de verdá sin ningunafrivolidá, y encima baila sola, como rezan las coplas… Pero yo estoy seguro, segurísimo, que voy y le monto el mismo visage y no me hace puto caso. Y es que la diferencia entre estar interesante y estar gagá reside en ser quién, no en ser cómo.

                Por cierto, que este gran actor, que también sin duda lo es, ha protagonizado su última película, Los Invisibles”, en la que hace de vagabundo, y en cuyo rodaje, una gran parte de la cinta se hace con cámara oculta… Pues bien, de cientos y cientos de personas en las calles de New York, apenas una o dos llegaron a reconocerlo y decirle ojos negros tienes Ricardico, hijo..

                Lo cual viene a abundar en lo que yo decía. Un vagabundo puede ser guapo, feo, desastrado o estiloso, hasta puede llegar a ser interesante… pero sin dejar de ser vagabundo. Un Richard Gere vestido con ropa vieja y sin afeitar, sigue siendo él, ¿no?.. Y, sin embargo, no solo no se come una jodida rosca, es que ni lo conocen. Y no lo conocen porque, aunque le miren, no lo ven… Pero hagámoslo al revés. Vistamos y acicalemos a un don nadie para que se parezca al Richard, y soltémosle por ahí en plan míreme bien que aquí estoy yo… A ver qué pasa. Pues que las tordas se lo comen, óiga…

                Bueno… pues ese mismo principio llevado al extremo, es mi tésis al respecto de lo de mi amiga. Que el talante, el estilo, el porte, la arruga o la cana en su justo sitio está muy bien, pero sirve de poco… Salvo, claro, que le añadan los complementos que luce don Ricardo. Entonces enamoras a quien se te ponga por delante… Fijo. ¿Qué no..?. ¡Anda ya!..

miguel galindo sánchez / www.escriburgo.com