EL SUICIDIO

 

¿Y ahora, qué..?. Hablaron vascos y gallegos. Y han votado. Y ha salido lo que profetizaba el oráculo en cada sitio y lugar. Esta vez las agencias de opinión han acertado, y, también esta vez, como siempre, son los dirigentes políticos los que siguen desacertados. Al menos, en sus eternas cantinelas triunfalistas y de autojustificación… o ni siquiera eso, tan solo pegando un puñetazo en la mesa diciendo que aquí mando yo, como don Sancho de la Rosa…

                Pero en Galicia no ha ganado Rajoy, no ha ganado el PP, no señor… En Galicia ha ganado Núñez Feijóo, no nos engañemos. Un señor independiente, liberal, que trabaja para los conservadores, y que ni siquiera tiene carnet del partido de la gaviota. Pero no confundan el personaje con la bandera, pues sus paisanos lo han votado a él, no a las siglas… Otra cosa es que quieran aprovechar, claro, el tirón de este hombre para coger aire y sacar pecho… Es lógico. Pero que no se olviden que en el resto de España su marca cotiza a la baja, y es sinónimo de desprestigio, corrupción, etc…

                Lo del PSOE es lo peor, porque la rueda natural de recambio está pinchada. Los de la rosa caen en picado – y más que van a caer tras los recientes y vergonzosos sucedidos – porque los votantes, sus votantes, que no sus militantes (ya escribiré sobre este engaño) ya no saben cómo decirle a un secretario general inepto, ambicioso, maniobrero y prepotente, que es capaz de hundir y dividir a su partido por sentar su culo en cualquier trono que le pongan por delante cualesquiera desalmados, que es el peor agente destructivo que han tenido.

                En Galicia, caen a tercera posición, y en Euzkadi, donde tan solo hace cuatro años gobernaban con Patxi López, ha caído a fuerza residual, en cuarto lugar, y el obtuso que guía la tartana al despeñadero sigue sin querer ver lo obvio, encegado y encenagado en su irracional y fatal cerrilismo, y sin desear oír las voces más autorizadas de su propio partido, y el clamor de Europa, EE.UU., toda América latina, en llamadas de políticos, sociólogos, politólogos, escritores, hispanistas…

                Nicolás Redondo Terreros, por ejemplo, presentó su dimisión ipso facto a su primera derrota del Psoe. Por vergüenza, por dignidad y por honradez… y ya quisiera hoy el partido haber obtenido los resultados que él obtuvo, que dá sopas con ondas al actual. Como tantos otros. Pero no, éste no escucha más que su propia avidez y a su propia altivez, e incluso se ha puesto a sí mismo fuera de control… Mientras se le nota su silencio culpable con respecto a los nacionalismos, ya desaforados, su Miguel Iceta del Psc agita cada vez con mayor vigor y con menos tapujos la estelada, y los de Podemos les abren los brazos sin renunciar a ninguna de sus barbaridades, sino más bien al contrario, dispuestos a imponérselas.

                Estamos en fechas críticas. Está intentando secuestrar a su partido mediante un golpe de estado interno. O su partido lo frena, o lo destituye, o él destituirá al propio partido.  Desde que agarró el volante de la forma en que lo hizo (acordémonos de cómo destituyó a Tomás, y a Madina) puso la marcha atrás en resultados obtenidos. Ya solo le queda estrellar al coche y estrellarse con él. Entre la multitud de víctimas siempre habrá lugar para un mártir… Aunque, realmente, todos serán suicidas…