EL VODEVIL

  

Lo de Gibraltar es algo así como un sainete mal enjaretado. Como si los hermanos Quintero hubieran querido hacer una pequeña comedia y les hubiera salido un mal drama. El papel que está haciendo la Gran (aunque menos) Bretaña, no puede ser más irrisorio, y el de España, aunque no sea lo normal, con no hacer absolutamente nada, lo está haciendo la mar de bien, es el más digno… Yo creo que nos está saliendo de casualidad, pero, vamos…

                Es lógico que los “llanitos” estén nerviosos. En un 90% manifestaron su deseo de quedar dentro de la UE, y su queridísima mother inglesa los ha sacado de cuajo con su Bréxit. Y fuera se van a quedar. Sin sus privilegios de contrabando, dinero negro, paraíso fiscal y otras piraterías dignas de los herederos de Drake. Es natural que Fabián Picardo empiece a quejarse de la pupa antes que le vengan los pescozones, y comience con sus gilipolleces de siempre, que si los españoles actúan con prepotencia y todo eso… Como es natural también que su institutriz, la señora May, salga tranquilizándolos con la nana de que no viene el coco porque ella estará allí con la escoba para defenderlos, aún y sabiendo que menos lobos, Caperucita…

                Luego está lo de ese Lord Howard, un chalado con monóculo – un mono en el culo (el de Gibraltar) – que insta a la Cámara a mandarnos a su Army porque cree que España va a asaltar la roca con una docena de guardias civiles al mejor estilo Perejil, y vamos a caparles esos monos suyos… Y el iluminado de Farage, el hacedor brexitano, que predica el idiota el aliarse con los catalanes separatistas y hacer campaña a su favor si nosotros hacemos aperitivo de Gibraltar. No piensa el gusarapo que eso es como hacerle la guagua a sus propios separatistas escoceses e irlandeses… ¡ señor, señor, qué tropa..!.

                Y en esta especie de gallinero vodevilesco, donde todas las gallinas cacarean en inglés y ya no ponen un jodido huevo porque andan como locas con el culo cerrado, de aquí para allá, histéricas perdidas… sorprendentemente, los políticos españoles, haciendo gala de una serenidad y madurez desconocida, simplemente miran, callan y sonríen. Observan el hueso cansinamente, como los perros viejos, y ni se molestan en ladrar porque saben que va a estar menos protegido que estaba… y pá qué cansarse tontamente.

                ¿Será posible que los británicos, que siempre nos han dado sopas con honda, hayan decaído hasta la más mugrienta estupidez?.. Porque hay algo seguro, y es que nosotros no hemos evolucionado, así que… Puede ser que el clima cenagoso que azota Europa, donde florecen políticos nauseabundos como los del este, Le Pen, el danés ese que ya no me cuerdo, y el austriaco que a punto estuvo, y los propios suyos english, son una patulea de payasos malignos que están convirtiendo a un Reino Unido soberano en un puspurrí enano… y aliado del mulo coceador americano… que esa es otra.

                El caso, sea como sea la cosa, es que desde Felipe II jamás los vientos de la historia soplaron tan favorables para nuestra escuadra. Gibraltar se va a ver y a sentir tan aislado de Europa que ya tendríamos que ser muy negados en este país como para no saber jugar las cartas que nos tocan en el nuevo reparto. Con la impía Albión fuera del tablero europeo, ya no tenemos socio poderoso que compita con nosotros desde el mismo club. El papel de España es el de vigilar tranquilo la caída de una breva madura, y saber mover los papeles para que su cesto sea el mejor situado debajo de la higuera… El Peñón puede ser un piñón.