ELECCIONES A LA VISTA

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Ya se han terminado los fastos consumistas de despedida y bienvenida, a Zeus gracias, y encaramos un 2.019 electoral a cara de perro. Vamos a estar muy entretenidos. Y aburridos, pues no hay partido ni líder del que no se sepa lo que va a soltar, incluso antes de abrir la boca. Son tan mediocres y tan previsibles que se les ve venir antes de que salgan. Sabemos hasta las mentiras que cada uno va a largar, las falsas promesas que van a sucederse, y hasta la ristra de demagogias que cada cual utiliza en contra de los otros y para alimentar a sus polluelos y reyezuelos…

                Pero se abre el gran desfile electoral, que será el preámbulo antecesor del Gran Circus que nos espera al siguiente. Un año electoral donde las comunidades formarán la antecámara, el anteproyecto, será la antesala, de las Generales, en las que las siglas se vaciarán en sus vaciedades, y los españoles tendremos la última, o quizá la penúltima, oportunidad, de rectificar nuestros errores, pues si nosotros somos los que votamos, nosotros somos los que nos equivocamos. Que no se nos olvide eso…

                Lo de Andalucía puede ser un entrante de muestra. La gente que está cansada, los arribistas que siempre están preparados, y la galopante ignorancia que nos invade, tras el blooff carismático-izquierdoso de Podemos que parió el 15M (el truco está en decir lo que el personal quiere oír, y dejar que la incultura haga lo demás), ahora alumbramos el boom carismático-derechoso de Vox, como arreglo a nuestros problemas. Y como somos los mismos votantes, habrá que deducir que lo que se dice de la sabiduría del pueblo es una gigantesca tontería…

                …Y es que no sabemos votar con la suficiente frialdad e inteligencia como para aplicar la más elemental lógica y sentido común. Claro que aquello que elegimos tampoco parece ir muy sobrado de lo mismo, consecuencia lo uno de lo otro, claro, y así, formamos una cadena recurrente que no somos capaces de romper. Quisimos acabar con el bipartidismo que nos tomaba el pelo, y nos salió una chapuza.

                Un PSOE que viró con Pedro Sánchez a la izquierda de Rubalcaba, situándose próximo a podemitas y nazionanistas, y un PP que ha virado con Casado a la derecha de Rajoy, situándose próximo a Vox, es el panorama que tenemos hoy ante nuestras narices. Y en medio, un Ciudadanos que veremos a ver si no la caga al final, saliéndose de su estado natural. Su postura es de eje, de fiel, de balanza, de bisagra… puede pactar con PP y/o PSOE, pero rechazando los extremos de ambos – Podemos y Vox – y a eso se le llama sentido institucional. Como acepte la rémora de alguno de tales extremos, perderá fuelle electoral y posibilidades. Y nosotros perderíamos quizá la única esperanza que nos queda.

                Porque nuestros peores problemas comenzarían a arreglarse con un cambio profundo de la Ley Electoral, y eso, solo lo lleva el programa de Ciudadanos. Con ello pondríamos a raya a los dañinos periféricos, y con un retoque en la Constitución para actualizar una antigüedad de 40 años, se podría enfrentar una mejor andadura. El repetir más de lo mismo es estar cada vez peor, y meternos en aventuras de alianzas con los extremistas extremos, supone un riesgo peligrosísimo.

                 Todo esto, y alguna cosuja más, es lo que deberíamos pensar y tener en cuenta. Y si no sabemos, o no queremos, pues entonces atengámonos a las consecuencias…

El próx. Viernes, 11/01, a las 10,30 h., en radio T.Pacheco, FM 87.7: 7, RECORDEMOS LA HISTORIA, (o tendremos que repetirla). No puedes permitirte perdértelo.