ESTE PAPA, ESTA IGLESIA...

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Con ocasión del tradicional discurso de Navidad último ante cardenales y obispos, el Papa Francisco se ha despachado a gusto. No se anduvo con chiquitas, el hombre… Se adivina que está hasta la mismísima púrpura de la Curia… de su “romana” curia. Y critica abiertamente a “la vieja guardia” por la resistencia a sus reformas, entre otras cosas…

            Y, como se ve que este Paco tiene la lengua llagada de tanto mordérsela, pues se le escapan perlas como que “hay traidores dentro de la Curia Romana con una desequilibrada lógica de intrigas”… Ahí es nada, camarada. También les achacó, cito textualmente, “su desmedida ambición y vanagloria”. Más adelante, en su discurso a los prelados colorados, soltó que “hacer las reformas en Roma, es como limpiar la Esfinge de Egipto con un cepillo de dientes”… “Una simpática expresión”, soltó uno de los cardenales con la cara de vinagre del que ha recibido el impacto en plenos y sacros cogolondrios…

            “Permitidme que os diga dos palabras sobre otro peligro, que es el de los traidores a la confianza (sic) y que se dejan corromper…”, y seguido de una acusación: “cuando son apartados, se autodeclaran equivocadamente mártires del sistema, del Papa desinformado (…) en vez de entonar el mea culpa”. O en otra ocasión de su discurso, que los tacha de “no comprender la importancia de sus responsabilidades”, en una clara alusión a que ese Colegio, esa Curia, ese obisperío escocío, no está a la altura de lo que predica.

            Pero yo lo he tratado varias veces en este mismo foro desde que el argentino, ché, pibe, ocupa el solio más solio que nunca. La Iglesia Católica es un organismo tremendamente jerarquizado, capaz de fagocitar cualquier elemento de su estructura que no cumpla sus fines internos de afianzamiento, enriquecimiento y poder. Aunque ese elemento sea el mismísimo Papa. En tiempos no muy antiguos se andaban con menos delicadezas, y, directamente, los despachaban con San Pedro, mediante veneno, pudriéndose en una mazmorra, con un clavo en la cabeza… Hoy esas soluciones resultan muy arriesgadas, pues la grey a espabilado, y ahora intentan quitárselo de en medio con zancadillas, traiciones y puñaladas traperas, hasta aburrirlo y emeritarlo, por ejemplo, si no se pliegan al juego de interés y poder de esa misma curia.

            Así han sido, y son, y en verso lo digo, las cosas vaticanas en la iglesia mal-llamada cristiana. Y un servidor sigue diciendo lo mismo que decía en anteriores. Que si esa Iglesia es, como dicen y ni ellos mismos se creen, todo el pueblo de Dios, todos los seguidores y creyentes, todos los fieles practicantes, aquellos que se reconocen como tales, y no la estructura jerárquica, o sea, los que forman y conforman ese “cuerpo místico” de la Iglesia, la tropa, son a los que corresponde librar la batalla y rescatar al Pastor secuestrado por tal estructura. Esa es la lógica y el sentido natural de las cosas y los casos.

            Pero si es que la sudodicha estructura jerárquica tiene secuestrada, abducida y dogmatizada a toda esa grey, o sea, a toda esa Iglesia militante… posentonces mosén, poco puede hacer un Papa por muy Papa que sea…