ESTE VERANO...

Resultado de imagen de INCENDIOS FORESTALES EN SIBERIA

Este verano parece que no es como los otros. O sí lo es… Este verano también han puesto el mapa del revés. Pero ya no de España, que a eso ya nos habíamos acostumbrado. No. Estoy hablando del de Europa. Los países nórdicos, Suecia, Finlandia, Reino Unido, Irlanda, Noruega… hasta Canadá, están sobrepasando todos los 30º, y se los comen los incendios forestales. Como no están acostumbrados ni equipados, Suecia, por ejemplo, con 35 incendios en su suelo, ha tenido que pedir ayuda internacional, y allá que han tenido que ir algunos del sur a soplarle las velas ardiendo. Incluso la propia Siberia, que ya es decir, ha pasado de los 40º y está teniendo sus propios fuegos en sus inmensos bosques por causa del calor. Si hace tan solo una década nos dicen que toda Escandinavia iba a arder por causa del calor, nos hubiéramos meado en quién lo hubiera dicho.

            La OMM (Organización Meteorológica Mundial) ha emitido un comunicado mostrando su preocupación por la excepcionalidad de la situación: “Una climatología extrema, que incluye temperaturas muy altas, sequías y precipitaciones catastróficas, ha marcado la climatología del hemisferio norte, y esto no prevé nada bueno…”. Según la Nasa, “el humo de los incendios sufridos en el norte de Rusia, donde ha habido muertos al tirarse la gente despavorida a los ríos debido al calor, ha llegado al Canadá y a EE.UU.”.

            “Es absolutamente increíble. Uno de los eventos de calor más intenso jamás conocido, que se haya visto nunca en una latitud tan septentrional”, son palabras del experto meteorólogo mundial Nicholas Humphery. Este científico considera que este súbito y rápido calentamiento del mar, acelerará el cambio climático en las condiciones previstas de catástrofes y aumento del nivel marino a extremos bastante acusados. Incluso la eminente meteoróloga española Delia Gutiérrez, señaló que “en el mundo científico ya está consensuado que el cambio climático lleva asociados episodios extremos cada vez más frecuentes”…

            Bueno… pues una vez visto y oído a todas estas personas que saben lo que se dicen, habremos de suponer que todo el mundo científico es un puñetero catastrofista y catastrofiesta, gente a la que le gusta exagerar la nota y especular con lo espectacular. Es justo lo que mis prójimos más próximos dicen de mí. La única diferencia es que yo soy un gili y estos otros son expertos científicos que deben saber, mucho mejor que nosotros, lo que están soltando.

            Y yo lo entiendo, no crean que no. No queremos que nada ni nadie venga a alterar la paz de aqueste convento, ni nuestra plácida existencia – mucho menos en verano – con anuncios de apocalipsis sanjuaneros más allá de la fogata botellonera. Ni nuestra no menos plácida asistencia a los mil tatachanes agosteños. Vivimos en el nirvana de la adormidera sociopolítica, y no queremos que nos despierten de su sopor, mucho menos diciendo que los osos polares se están muriendo de calor. ¿A quién se le ocurre semejante despropósito?..

            Naturalmente, si se me ocurre a mí o a unos pocos atontaos como el menda, pues albricias y miel sobre jajaes, nada mejor que poder cachondearse de un mindundi. Pero cuando lo dicen los insignes y preclaros capullos a los que cito, un “joertú” mohíno y huidizo se escapa y se escupe con miedo y con rabia, y en nuestros gloriosos cálculos ya solo entrará el de si me pilla a mí o no me pilla… Porque si me libro, a los demás que les den por donde amargan los pepinos (vs. la retranca)… no me voy a dejar alterar yo mi relax-mógollon por el lila éste.

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