FELICES (¿?) PASCUAS

Se me junta todo. Cuando escribo esto, estamos en jornada de reflexión con los catalanes, a los que su dios barretino los ilumine. Y se publicarán estas líneas cuando ya se sabrán los resultados de la castaña, porque, salga lo que salga, siempre será un castañazo para algunos álguienes, sino para todos los álguienes. Pero es que, mañana, cuando voten tal castañada, también estará entrando el invierno, un invierno crudo nacido de un otoño tardío y no menos crudo. En todo y por todo. Y además, nada más salir del paridero catalán, se nos viene encima lo de la Lotería de Navidad, que esa es otra, con su gigantesco comecocos en sí misma, donde se monta un cirio nacional en el monte del orégano, y donde bailan hasta los de la sardana, a mayor gloria e ingresos de la hacienda española, mal que les pese… Y, encima, me toca, debería, tendría, que felicitarles a ustedes las preceptivas pascuas, ya que tienen el vicio de seguirme, aguantarme y honrarme durante todo el año… O sea, lo dicho, que se me amontona todo.

            Así que haré un bucle. El invierno anda su camino él solico y por sí mismo, así que para qué tenerlo en cuenta, salvo para cuidarse de sus chuzos de punta cuando caigan, que caerán. Y, en cuanto a la Lotería, que se preocupen de ella los que juegan, los que han invertido parte de lo poco que disponen para su pasar a ver si pueden mejorarlo, que son la mayoría de los creyentes. A mí no me toca, ni nunca me ha tocado. Así que ya solo quedan dos cosas: lo que salga de las urnas catalanas, y felicitarles a todos ustedes las Navidades. O felicitarles a ustedes las Navidades con lo que salga de las urnas catalanas. Pero esto sería algo así como tener muy mala leche, ¿no?...

            Claro que la mala leche no sería mía, sino de un gobierno que ha tenido el cuajo de envenenar las entrañabilísimas fiestas navideñas – benditas sean, amén Jesús – con unas elecciones catalanas, y joder así más y mejor a un espíritu navideño que ya nos encargamos las familias de hacerlo por nuestra cuenta cuando toca, porque nunca toca (el espíritu digo) la zambomba a gusto de todos…

            Por lo que la culpa, lo siento, pero esta vez no es mía. Ni en Catalunya están por enviarnos un christma con su caganer para desearnos felices pascuas y año nuevo con mazapán, ni nosotros a ellos tampoco, en plena campaña de boicotear su cava de Sant Sadurní da Noia. Ni siquiera entre ellos mismos están por reunirse la familia y comerse el pavo con su pantumaca sin que salgan facas y navajas a relucir entre padres e hijos,  hermanos, primos y cuñados. Las cosas no están bien hoy, y no van a estar mejor mañana para las uvas, así que…

            Pero como se impone, dadas las fechas, decir algo, pues eso, que ya hablaremos pasado de lo que pase hoy, por mañana, en la masía, y que en esta inmediata e inevitable Nochebuena que tenemos encima la pasemos felices y contentos y no se atragante nadie con una peladilla que venga por mala orilla… Ya me entienden. Y que no nos hagan unas pascuas de las pascuas… en lo que cabe, claro… ¡Ah!.. y próspero y feliz año nuevo, aunque venga vestido con los harapos viejos.