FELIZ NAVIDAD...

 

Bueno… pues ya estamos en la semana de excelencia navideña. Los ángeles cantan el hosanna a unos hombres de buena voluntad que hay que buscarlos con lupa, y nos aprestamos a darnos la puntilla del consumismo pascual tras el Outlett, el Black viernes, el Shopping Night y el Rebajas On Line… si bien, como remate y colofón, éstas vienen tirando de corderos y besugos, tras el anual desengaño de una lotería que solo le toca a Hacienda pero todos picamos con fruición, si bien que debidamente aliñada de ñoño anuncio solidario de lo buenos y solidarios que somos, y descaradamente presentada tras la recaudación como si hubiera resuelto el hambre y los problemas de las humildes familias y vecinos todos… Estrategia y demagogia en una sola píldora.

                Al menos en este año, esta semana comienza con algo bueno: que se han acabado las elecciones, sea el que fuere el resultado, pero ha terminado una campaña electoral que ha hartado hasta al acomodador, donde los aspirantes han bailado, han asistido hasta al cumpleaños del tío Gilito, se han tirado en parapente, y han hecho todas las gracias y desgracias que saben, o no saben, hacer… Ahora, es mejor olvidar lo que ya empezaba a ser una pesadilla, que ponías cualquier noticiario y te aparecían los de Helm Street dispuestos a segarte el coco…

                La navidad la encaramos con una amenaza global, aparte la nacional. La cumbre del cambio climático ha finiquitado con un acuerdo de mínimos, y encima no vinculante. Los países más ricos nos llevan al desastre. Mucho prometen pero a nada se comprometen, tras tanto bombo y platillo. Ya se temía eso. Como siempre, mal de muchos ganancia de unos pocos pescadores que pescan en lo peor del ser humano. Porque ellos son los que arruinan el planeta, pero nos vamos a la puñeta con el concurso de todos y cada uno de nosotros. Que aquí, mucha conciencia medioambiental, sí, pero sacamos en el último puente nueve millones de tubos de escape a escupir monóxido de carbono al aire que respiramos. Que aquí, muchos jóvenes concienciados con lo verde, pero en el último concierto rock-methal-mono/fásico dejaron docenas de toneladas de basura en lo verde-mierda que era mi valle. Botellones ecológicos semanales aparte…

                Y así todo. Pero no nos adelantemos, ya nos aplastará la gran caca cuando venga, y nos pillará confortablemente instalados ante la plasta pasma de plasma, con el aire acondicionado blúe actión multiguay a todo tecnoturbo, mientras se nos inunda el bebedero de patos de quinta línea cara al mar… Ahora, a lo que hay que prestar atención es al merry christmas de ya mismo, y a Papá Noël, y a los Reyes Magos, que también hacen campaña gastoral ambos cuatro en mitín en debate a dúo, con el Niño Jesús en el pobre y humilde portal de internet de moderador del debate… Pero, por Dios bendito, que no pare el carrusel del consumo, que no pare la fiesta, que la pista del circo siga girando…

                No es derrotismo, aviso. Ni pesimismo. Es puro realismo positivista. Es lo que hay. En realidad, es lo único que hay. Podemos intentar salirnos y mirarlo desde fuera o escondernos dentro para no verlo, pero eso no cambia las cosas. En los períodos decadentes, lo nuevo ha de empujar a lo viejo, y lo viejo solo puede caer arrastrado por el propio peso al que se aferra desesperadamente. Yo me limito a mirarlo, verlo y  escribirlo. Y veo como los muertos enterramos a nuestros muertos… que dijo Aquél del Belén.