FRASES QUE RETRATAN

Post-ist a las últimas elecciones. Noche de los resultados. Por la boca mueren los pescaítos que a la sartén caen fritos… Mariano Rajoy dixit: “Hemos ganado, y reclamamos el derecho a gobernar”, declaraciones frontalmente opuestas (como siempre, preñadas de absolutismo) a lo que decía su ministro Margallo la misma noche en el coloquio de A3, que se mostraba mucho más realista y prudente que su presidente. Don Tancredo I el Lerdo no reconoce aún que no tiene capacidad ni mayoría suficiente para ello, por el simple hecho de que, esa mayoría de la ciudadanía que ha votado, no lo ha hecho a él ni a su partido.

                Pedro Sánchez, dixit: “el PSOE se refuerza como el hegemónico de la izquierda”, cuando no se refuerza, salvo que perder cinco diputados más, aparte los ya perdidos de aquí atrás, sea reforzarse. Seguirá siendo punto de referencia de la izquierda, pero se debilita. Eso es lo justo y lo que se ajusta a lo real, a la verdad… Sus declaraciones denotan que sigue etiquetando las derrotas como victorias en sus mundo oníricos de Yuppi, en su ciega y obsesiva persecución del trono del inca…

                Pablo Iglesias dixit: “Los resultados no son satisfactorios. Es el momento de reflexionar”… Quizá sea el único que reconoce su propio fracaso. Chapeau. Aún habiendo subido un par de escaños respecto a las anteriores, no disimula que es flaca paga para un sorpasso que ha resultado una triste sorpresa. Otros se hubieran agarrado a esa mísera limosna de dos más para montarse su también falso triunfo. No lo ha hecho así, y eso le honra.

                Albert Rivera, el cordero propiciatorio sacrificado en el ara del voto útil del miedo, dixit: “Voy a emplazar al PP y al PSOE a negociar, pero sin sillones por delante”… Quizá el único con los piés en el suelo. Porque esa, y no otra, es la clave de la gobernabilidad en esta país. La gran coalición, o, como reconoció Margallo esa misma noche, “la época de los grandes sacrificios y renuncias por parte de todos y cada uno de los partidos”… Es lo más sensato, pero… ¿tendrán la talla, la generosidad y la visión suficientes?.. Si hay políticos mezquinos, tendrían que ser apartados, claro, pero si todos son ruínes…

                Solo hay una gran coalición por la derecha y otra por la izquierda, pero en ambas, los extremos deben abjurar de muchas cosas indefendibles que siguen defendiendo absurdamente, y deben amputarse adherencias nefastas y negativas, por muchos o pocos votos que puedan dar, pues son votos envenenados.

                Los partidos de en medio deben asumir su rol, y ayudar al que esté dispuesto a desprenderse de su carga muerta. Sea el que sea. Sánchez aún no parece estar preparado para hacer el papel que requiere el guión, y Ribera es el único que da la sensación de saber lo que tiene que hacer, aún siendo del que más se ríen y desprecian. Quizá por eso mismo es el menos votado… Y es que somos tales para cuales…