FUTBOLINES
- Por miguel-galindo
- El 17/03/2017
Cuando leo el periódico, repaso las páginas deportivas. Por si acaso, me digo a mí mismo. Y, a veces, hipo y flipo con algunas declaraciones destacadas, como la de un comentarista de fútbol, al que leí “Sí el Cartagena-Murcia del domingo no es ofrecido por la 7 será un fracaso que salpica a la clase política”… La leche. Tiene pocas salpicaduras de importancia la clase política para que, además, le caiga la tremenda, ominosa e innombrable mácula de no hacer que televisen un partido de rivalidad regional. Tremendo… Deberían de presentar la dimisión fulminante e ir a nuevas elecciones, solo por eso. Menuda crisis política se avecina si no lo hacen. Por nadie pase tamaña responsabilidad.
Pero, es que más abajo, se puede leer que “millón y medio de murcianos no van a poder disfrutar del mejor partido de fútbol que puede verse en la región”… Ahí es nada. La totalidad de habitantes de la región de Murcia, incluídos invidentes y niños de teta, pendientes de tan trascendental evento. Enfín… una exageración tan enorme como la anterior. Quizá unos cientos, si acaso unos pocos miles, pero millón y medio de expectadores… ni que España jugara con Júpiter la final de la Copa Intergaláctica… Estamos hablando de un nivel de audiencia regional entre dos equipos de 2ªB, por muy rivales que sean y por muy de superderby que se quiera (porque así interesa) vestir. Es tan imposible como increíble.
Otra cosa muy distinta son los motivos que existen, o que se puedan tener, para magnificar estas situaciones a límites que, si nos paramos a pensarlo con serenidad, pueden resultar un tanto grotescas. Pero intentar politizar aún más lo que solo es deporte profesional, un negocio al fin y al cabo, y engrandecer los problemas resultantes de un hecho que solo afecta a muy determinados y concretos intereses, es un poco como destaparse el culo.
Si no se televisa en la 7 – televisión pública por lo demás, pagada con dinero público – solo fastidia a los aficionados y a los que viven y/o mojan del fútbol, nada más. O sea, afecta a la clientela y a los que comen de… El gran resto restante pagamos por lo que no nos interesa. Y eso, yo lo entiendo, puede joder. Pero no se eleva a problema público, ni mucho menos, aunque se intente que así pueda parecerlo. A veces, sacar de quicio las cosas puede ayudar a empinar la olla, pero cuando se empiezan a tener que echar mano a tales recursos es porque la cosa no pinta como para algunos debiera… Y eso que el pan y… funciona desde los romanos.
Cuando veo en los teledeportes algún reportaje de estos partidos nuestros, suelo fijarme más en las gradas que en el césped. Casi nunca se completa el aforo. Muchas veces está casi por la mitad, otras muchas ni eso, apenas unas pocas manchas de gente y muchísimas calvas de sillas vacías. Haciendo un cálculo somero y sabiendo lo que se paga por los virtuosos del puntapié, no salen las cuentas. Añadan a mucha más gente que vive y come de esto. De alguna parte debe de salir el dinero, y la afición es la que menos aporta precisamente… Sí, la publicidad, los derechos, donaciones (menos lobos), y aportaciones… institucionales (ayudas) de dinero público. Y eso es inmoral. Y está prohibido por la UE. Y cada cual y cada cuales deberían mantener sus aficiones de sus bolsillos, y no con los bolsillos del resto de los demás… Yo ya tengo las mías y me las pago con mis perras no con las perras de los otros… Por mú furbo que sea.